Como soy un experto en meterme en charcos, allá voy a otro de cabeza.
Tanta preocupación por el muro que Trump dice que va a poner en la frontera con México y en América Latina hay cientos, miles. Durante mis visitas a El Salvador, a Perú, a Colombia, a Venezuela, a Honduras, a Brasil, a México he visto decenas de estos muros separando barrios ricos de barrios pobres. Muros con alambradas espinosas en su parte más alta. ¿Hace falta que recuerde sus nombres: Santa Fé, Las Casuarinas, Vila Autódromo, Paraisópolis...? Poned otros nombres de la ciudad, del país, que seguro conocéis. Mirad a vuestro alrededor. Sólo en Tijuana conté 33 de esos muros, grandes o menos grandes, cercando todo un barrio, toda una urbanización o una simple manzana, pero todos iguales: espacios cerrados para la gente común a la que se desprecia y se impide la entrada.
El nivel de hipocresía que estoy viendo me repugna con el muro, en torno al muro y sobre el muro de Trump. Pero no quiero abundar en ello, sino en otra cosa que, también, es la seña de identidad de esta página cuando la abrí: Palestina.
¿Os preocupa un muro? Pues el muro que construyó el régimen fascista de Israel sobre tierras palestinas tiene ya 14 años y no he visto ni una, repito, ni una mísera mención al mismo. El único que se ha referido a él es el propio Trump, pero para ponerlo como ejemplo de lo que quiere hacer con México. ¿Os escandaliza Trump? Pues escandalizaos también, o sobre todo, con el origen, el muro fascista israelí.
En 2004 el Tribunal Internacional de Justicia de la La Haya, el órgano judicial de la ONU, emitió una sentencia declarando la ilegalidad del mismo, conminando al régimen fascista de Israel a paralizar su construcción y a demoler las partes entonces construidas, así como la restitución de las propiedades confiscadas a los palestinos y una compensación apropiada a los afectados.
Ni qué decir tiene que el régimen fascista de Israel se pasó la sentencia por el forro. Como está haciendo ahora con la condena de los llamados asentamientos, las colonias. Ni qué decir tiene que los demócratas de pedigrí, léase EEUU, sus vasallos de la Unión Europea y muchos otros gobiernos, tal vez de esos que ahora se echan las manos a la cabeza por el muro que propone Trump, no dijeron entonces ni media. Tampoco lo dicen ahora con las colonias. ¿Dijo algo México entonces, lo ha dicho ahora? Tal vez alguien de allá me lo pueda explicar, viendo lo que se viene encima. Y si nadie se anima lo haré yo. México tiene buenas relaciones con Israel, el gobierno de Peña Nieto sólo se ha atrevido a pedir una disculpa a Netanhayu por considerar "una buena idea" el muro y la referencia al construido por Israel. ¿Os parece suficiente? México quiere que los demás protesten por el muro cuando él no protestó por el muro a los palestinos. ¿Os acordáis de eso de "cuando fueron a por ... yo no protesté; cuando vinieron a por mí..."
¿Os preocupa el bloqueo a la entrada de inmigrantes, de trabajadores? Pues contad hasta 100.000, que son las horas (once años) que Gaza lleva bloqueada sin que los demócratas habituales hayan movido un dedo por levantar el bloqueo que, al igual que el muro, es ilegal según el derecho internacional (que no es que sirva de mucho, pero ahí está y es a lo que se acogen los demócratas habituales).
Os habréis reído con los vídeos que andan circulando por ahí, parodiando el muro de Trump. Los gazatíes no se ríen en absoluto. Gracias al régimen fascista de Israel y a los demócratas habituales que le apoyan, el 65% de los habitantes de la Franja viven en la pobreza, el 72% no tienen buena alimentación y el 80% depende de la ayuda internacional para sobrevivir. Migajas, eso es lo que se les da. El 43% no tiene trabajo. Y lo de que los gazatíes puedan entrar en Israel a trabajar, olvidadlo.
En Gaza hay dos millones de personas. Menos, muchas menos que las que irán de México a EEUU, seguro. Pero son suficientes ¿o no?
Indignaos por el muro de Trump, pero si de verdad no sois hipócritas haced este simple ejercicio de memoria e id al origen: el muro que el régimen fascista de Israel levantó en Palestina. Ese muro sigue de pie 14 años después. Y un fascista reconocido como Netanhayu, ese al que defienden los demócratas habituales, se vanagloria de él.
Y más aún, comenzad a coger picos y palas y derribad los muros en vuestros países, en vuestras ciudades. Tengo entendido que eso hicieron los vecinos de un barrio de Córdoba (Argentina), cuando los ricos lo levantaron hace algo más de un año, por considerarlo una afrenta. No sé si cundió el ejemplo en otros sitios, pero mucho me temo que no. Así que si no lo hacéis (hacemos) por lo menos manifestemos con igual vehemencia que contra Trump nuestro rechazo por ellos.
El Lince