viernes, 30 de abril de 2021

 Palabras para la libertad

Si algo sabemos los escritores es que las palabras pueden llegar a cansarse y enfermarse, como se cansan y enferman los hombres y los caballos. Hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder un poco su vitalidad. En vez de brotar de las bocas o de la escritura como lo fueron alguna vez, flechas de la comunicación, pájaros del pensamiento y de la sensibildiad, las vemos o las oímos caer como piedras opacas, empezamos a no recibir de lleno su mensaje o a percibir solamente una faceta de su contenido, a sentirlas como monedas gastadas, a perderlas cada vez más como signos vivos y a servirnos de ellas como pañuelos de bolsillo, como zapatos usados.

Sabemos que hay palabras-clave, palabras-cumbre que condensan nuestras ideas, nuestras esperanzas y nuestras decisiones, y que deberían brillar como estrellas mentales cada vez que se las pronuncia. Sabemos muy bien cuáles son estas palabras en la que se centran tantas obligaciones y tantos deseos: libertad, dignidad, derechos humanos, pueblo, justicia social, democracia, entre muchas otras. Y aquí están otra vez esta noche, aquí las estamos diciendo porque debemos decirlas, porque ellas aglutinan una inmensa carga positiva sin la cual nuestra vida, tal como la entendemos, no tendría el menor sentido, ni como individuos ni como pueblos. (...) Pero en algunos de nosotros, acaso porque tenemos un contacto más obligado con el idioma que es nuestra herramienta estética de trabajo, se abre paso un sentimiento de inquietud, un temor que sería fácil callar en el entusiasmo y la fe del momento, pero que no debe ser callado cuando se le siente con la fuerza y con la angustia con que a mí me ocurre sentirlo. 

Una vez más surgen entre nosotros palabras cuya necesaria repetición las está limando, desgastando, apagando. Digo libertad, digo democracia, y de pronto siento que he dicho esas palabras sin haberme planteado una vez más su sentido más hondo, su mensaje más agudo, y siento también que muchos de los que las escuchan las están recibiendo a su vez como algo que amenaza convertirse en un estereotipo, en un cliché sobre el cual todo el mundo está de acuerdo porque esa es la naturaleza misma del cliché y del estereotipo, anteponer un lugar común a una vivencia, una convención a una reflexión, una piedra opaca a un pájaro vivo. (...)

Hablamos porque somos, pero somos porque hablamos. Y es entonces que en las encrucijadas críticas, en los enfrentamientos de la luz contra la tiniebla, de la razón contra la brutalidad, de la democracia contra el fascismo, el habla asume un valor supremo del que no siempre nos damos plena cuenta. Ese valor, que debería ser nuestra fuerza diurna frente a las acometidas de la fuerza nocturna, ese valor que nos mostraría con una máxima claridad el camino frente a los laberintos y las trampas que nos tiende el enemigo, ese valor del habla lo manejamos a veces como quien pone en marcha su automóvil o sube la escalera de su casa, mecánicamente, casi sin pensar, dándolo por sentado y por válido, descontando que la libertad es la libertad, y la justicia es la justicia, así tal cual y sin más, como el cigarrillo que ofrecemos o que nos ofrecen. (...)

Todo esto sería acaso menos grave si frente a nosotros no estuvieran aquellos que, tanto en el plano del idioma como en el de los hechos, intentan todo lo posible para imponernos una concepción de la vida, del Estado, de la sociedad y del individuo, basada en el desprecio elitista, en la discriminación por razones raciales y económicas, en la conquista del poder omnímodo por todos los medios a su alcance, desde la destrucción física de pueblos enteros hasta el sojuzgamiento de aquellos grupos humanos que ellos destinan a la explotación económica y a la alienación individual.

 Si algo distingue al fascismo y al imperialismo como técnicas de inflitración es precisamente su empleo tendencioso del lenguaje, su manera de servirse de los mismos conceptos que estamos utilizando aquí esta noche para alterar y viciar su sentido más profundo y proponerlos como consignas de su ideología. (...) Para ellos la libertad es su libertad, la de una minoría entronizada y todopoderosa, sostenida ciegamente por masas realmente masificadas. (...)

La excesiva confianza nuestra en el valor positivo que tienen esos términos puede colocarnos en desventaja frente a ese uso diabólico del lenguaje. Por la muy simple razón de que nuestros enemigos han demostrado su capacidad de insunuar, de introducir paso a paso un vocablo que se presta como ninguno al engaño, y si por nuestra parte no damos al habla su sentido más auténtico y verdadero, puede llegar el momento en que ya no se vea con la suficiente claridad la diferencia esencial entre nuestros valores políticos y sociales y los de aquellos que presentan sus doctrinas vestidas con prendas parecidas, puede llegar el día en que el uso reiterado de las mismas palabras por unos y otros no deje ver ya la diferencia esencial de sentido que hay en términos como individuo, como justicia social, como derechos humanos, según sean dichos por nosotros o por cualquier demagogo del imperialismo o del fascismo. (...)

Es tiempo de decirlo: las hermosas palabras de nuestra lucha ideológica y política no se enferman y se fatigan por sí mismas, sino por el mal uso que les dan nuestros enemigos y el que en muchas circunstancias les damos nosotros. Una crítica profunda de nuestra naturaleza, de nuestra manera de pensar, de sentir y de vivir, es la única posibilidad que tenemos de devolverle al habla su sentido más alto, limpiar esas palabras que tanto usamos sin acaso vivirlas desde adentro, sin practicarlas auténticamente desde adentro, sin ser responsables de cada una de ellas desde lo más hondo de nuestro ser. Solo así esos términos alcanzarán la fuerza que exigimos en ellos, solo así serán nuestros y solamente nuestros. La tecnología le ha dado al hombre máquinas que lavan las ropas y la vajilla, que les devuelven el brillo y la pureza para su mejor uso. Es hora de pensar que cada uno de nosotros tiene una máquina mental de lavar, y que esa máquina es su inteligencia y su conciencia, con ella podemos y debemos lavar nuestro lenguaje político de tantas adherencias que lo debilitan.

Julio Cortázar

lunes, 26 de abril de 2021

 La respuesta está en el viento

La capacidad de adaptación del capitalismo a los vientos cambiantes es muy notable. Lo mismo apuesta por el neofascismo que por el “progresismo” si uno y otro se comprometen a mantener, e incrementar, sus beneficios e intereses. En Francia o en España el capitalismo está dando por amortizado al “progresismo” y por eso no tiene el menor inconveniente en mostrar su verdadera cara neofascista mientras que en Alemania, por ejemplo, el capitalismo está dando por amortizado al “conservadurismo” y alentando al “progresismo”. Y cuando no le sirven ni unos ni otros, pone directamente a uno de los suyos (Mario Draghi en Italia).

Me explico. La aparición en escena del neofascismo alemán ha destrozado a la democracia cristiana (una parte de sus votos menos carcas han ido a los liberales y otros a Los Verdes) que ha perdido poder en casi todos los lander, especialmente en los pertenecientes a la antigua República Democrática donde las perspectivas son aún peores. Los socialdemócratas resisten como pueden, aunque más perdiendo que ganando. Los dos partidos son socios en el gobierno federal. Pero como en Alemania es políticamente incorrecto apoyar el resurgimiento del fascismo por el recuerdo de Hitler, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos el capital apuesta por una vía alternativa que bajo el barniz del “progresismo” se ha destacado como uno de los principales sostenedores del sistema capitalista alemán.

Supongo que sabéis que dentro de poco tiempo (septiembre) habrá elecciones generales en Alemania y que todas las encuestas están dando como ganador a Los Verdes. Esta es la razón por la que en las últimas semanas todos los medios de propaganda (incluidos los que van de “progres” y “alternativos”) están hablando de Los Verdes y haciendo entrevistas, y paralelismos, con lo que hay por aquí. Nada nuevo bajo el sol si recordamos, y la memoria es efímera y frágil, lo que ocurrió con Syriza en Grecia antes de llegar al gobierno (y cómo esos mismos medios “progres” o “alternativos” se escaquearon con lo que hizo después). Y lo mismo con Podemos, aunque aquí todavía se defiende un poco a este partido en esos medios.

Pues bien, lo novedoso (y que no encontraréis en los medios de propaganda “progres” o “alternativos”) es que Los Verdes tienen un apoyo muy elevado entre el empresariado alemán, en unos más que en otros, pero en todos el porcentaje de quienes los apoyan supera al tradicional de cristianodemócratas y socialdemócratas. La conclusión es obvia: el empresariado alemán está apostando por un “canciller verde”. Frau Chancellor, porque la principal dirigente de Los Verdes es una mujer.

Puede parecer que el porcentaje de un 26’5% de apoyo a la Frau Chancellor es poco, pero si se tiene en cuenta que el sucesor de Merkel entre los cristianodemócratas cuenta solo con el 14’3% de apoyos dice mucho de por dónde van los tiros tanto a corto como a largo plazo. La cosa se ajusta un poco si se pregunta a los empresarios qué partido quieren que gane. Los Verdes aumentan un poco su porcentaje, aunque los democristianos recuperan terreno.

Los Verdes están tan integrados en el sistema que son no solo parte fundamental del mismo, sino sus principales valedores. Y como ahora hasta el más tonto habla de lo “verde” (sobre todo los prebostes del Foro de Davos), ha llegado el momento de experimentar directamente con alguien que, dice, representa un cambio de época.

¿De verdad? Aquí está el quid de la cuestión: si hay que creer lo que dicen ahora (como Syriza antes de llegar al gobierno en Grecia o Podemos en España) o ver lo que hacen. Y eso es algo que no están haciendo los medios de propaganda “progres” o “alternativos” cuando jalean a Los Verdes.

Porque Los Verdes llevan 20 años en gobiernos de los lander alemanes, apoyando tanto a cristianodemócratas como a socialdemócratas. Y a los liberales. Les da igual. En estos momentos, Los Verdes gobiernan el estado de Baden-Württemberg (desde 2011 mantienen una coalición con los cristianodemócratas, aunque tras las elecciones de este año son ellos quienes están al frente) y mantienen también gobiernos de coalición en otros nueve estados: en tres con socialdemócratas y Die Linke (la izquierda, con un toque comunista); en tres con cristianodemócratas y socialdemócratas; en uno con cristianodemócratas y liberales; en uno con socialdemócratas y liberales, y en otro con socialdemócratas. Es decir, gobiernan o cogobiernan en la mitad exactamente de Alemania. Y con todo el espectro político. No hacen ascos a nadie ni a nada. Valen igual para un roto que para un descosido.

¿Y qué hacen? Pues lo mismo que los otros partidos. Si como muestra basta un botón ahí está el hecho de que en Baden-Wüttemberg tienen su sede multinacionales como Daimler, Bosch, Porsche, Hugo Boss o IBM. Muy incómodas no están, desde luego. Ni siquiera con la pretendida intransigencia en cuestiones ecológicas puesto que en Baden-Wüttemberg el suministro de electricidad proveniente de energías renovables (su gran promesa) no llega, aún, al 20% del total. Un buen porcentaje que no molesta a las empresas: ahora dicen Los Verdes que quieren aumentar ese porcentaje un 2% anual. Bueeeno, menos da una piedra, mejor eso que nada, lentos pero seguros dirán los de siempre. Pues muy bien.

Lo cuento porque ahora, al calor de las elecciones generales que tan buenos auspicios les depara, vuelven a aparecer cosas como “una nueva regulación económica que permita crear una economía de mercado social y ambientalmente responsable”. ¿En qué consiste esa “nueva regulación económica”? Por más que lo he buscado no he podido enterarme. Pero el hecho de que Los Verdes sean tan populares entre la élite política alemana dice bastante de las limitaciones que ellos mismos ponen.

¿Todo es así? Evidentemente, no. Al igual que Syriza o Podemos antes de llegar al gobierno central, Los Verdes también dicen que se oponen a que Alemania destine el 2% de su presupuesto a la OTAN como quiere EEUU, mantienen su rechazo a las armas nucleares en Alemania (y será muy curioso saber qué dicen de las que EEUU tiene en sus bases allí) y “no aceptan” los ataques sistemáticos que EEUU hace con aviones no tripulados “en lugares de conflicto”.

Pero… Los Verdes son furibundos partidarios de la política rusófoba en Europa, por ejemplo, (su postura en el Parlamento Europeo es, o debería ser conocida en ese aspecto) y uno de sus caballos de batalla “medioambientales” es el gasoducto ruso-alemán Corriente del Norte 2. En alguna entrevista que se ha hecho a la Frau Chancellor ha dicho que Los Verdes harán todo lo posible porque no se complete. EEUU estará muy satisfecho. La cuestión es si llegan a tiempo porque es más que probable que para cuando se forme el nuevo gobierno ya esté terminado.

Así que chicos, chicas “progres”, antes de que os entusiasméis demasiado con Los Verdes tened en cuenta otras cosas. Por ejemplo, al igual que hicieron con rapidez, con mucha rapidez, tanto Syriza como Podemos, tened en cuenta su “capacidad de adaptación a las circunstancias”. Porque esas son “las reglas del juego” que tanto le gustan a Zizek (y al sistema).

Por lo tanto, habrá que volver a los clásicos (no temáis, no son ni Lenin ni siquiera Marx) como Bob Dylan cuando decía aquello de que la respuesta está en el viento a la hora de preguntarse cuánto tiempo tendrá que pasar para que los "progres"...

El Lince

jueves, 22 de abril de 2021

El fantasma de Lenin

22 de abril de 1870, nace Lenin. 17 de abril de 2021, comienzan las colas ciudadanas para rendir homenaje a Lenin en su tumba en la Plaza Roja de Moscú. 22 de abril de 2021, siguen las colas.




21 de abril de 2021, Putin pronuncia un discurso ante la Asamblea Federal en la que abordó cuestiones internas de Rusia, sobre todo referentes a sanidad, educación, política social y economía. 

Son muchas las veces que Putin ha prometido dar un giro a la política neoliberal del gobierno pero no lo ha hecho hasta ahora. ¿Por qué en esta ocasión lo vuelve a prometer y a abordar? Porque el fantasma de Lenin está comenzando a preocupar al Kremlin. Porque las estadísticas oficiales muestran, una y otra vez, cifras decepcionantes antes, durante y después del coronavirus. Porque la gente está comenzando a plantear de forma abierta que hay que acabar con la política neoliberal, enfrentarse a Occidente y acabar con los corruptos de una vez por todas. Y siempre surge la figura de Lenin.

Rusia, a pesar de la (o las) vacuna Sputnik está en una situación sanitaria muy precaria y no solo por el coronavirus. Por eso Putin tuvo que salir al trapo y prometer, otra vez, casi de todo. Como, por ejemplo, renovar casi al completo el parque de ambulancias del país, demasiado viejas. O insistir en que hay que reducir las listas de espera, o acelerar las citas con los especialistas. Porque hay añoranza popular de lo que era la sanidad durante la etapa soviética.

Rusia no es ajena -como ningún país neoliberal- al aumento de la desigualdad y la pobreza que se han disparado como consecuencia del coronavirus. Y Putin ha tenido que pedir que "no se repita la situación de estantes vacíos como en la Unión Soviética". Putin siente el aliento del fantasma de Lenin en su nuca y lo intenta espantar con este tipo de alusiones. Pero tiene que pedir una mayor regulación de precios aunque especificando que no se va a hacer desde arriba, es decir, que pide a los empresarios que no abusen. Pide, no exige. Lenin sonríe. Sobre todo cuando apunta que "hay que garantizar que los ingresos reales de las personas crezcan" para así lograr "cambios tangibles en la lucha contra la pobreza".

Pero la historia es tozuda y el ejemplo de personajes como Lenin está ahí, siempre presente. Y Putin lo sabe: "es muy importante que nuestros jóvenes busquen e inspiren los logros y victorias de nuestros antepasados y contemporáneos destacados (...) Todavía abro algunos libros de texto escolares de vez en cuando y me sorprende lo que veo allí, como si lo que está escrito no tuviera nada que ver con nosotros (...) No se menciona la Batalla de Stalingrado ¿Cómo es posible? ¿Quién escribe estos libros de texto? ¿Quién los aprueba? Es increíble". Lenin vuelve a sonreír. 

Y aunque pasó bastante la mano por el lomo de los empresarios tuvo que anunciar que "los proyectos de infraestructura en las regiones deben implementarse, principalmente, en interés de la gente (...) Las prioridades serán la construcción de autopistas y circunvalaciones en áreas urbanas, la mejora de la infraestructura del sector de la vivienda y los servicios públicos y el sistema de transporte público". De nuevo girando la vista hacia lo público. Lenin sigue sonriendo. Porque "los préstamos para infraestructura y presupuesto estarán totalmente bajo el control de la Tesorería Federal y se proporcionarán exclusivamente para proyectos específicos que beneficien a nuestra gente". 

Y todo esto tiene que estar escrito, negro sobre blanco, para el 1 de julio. ¿Fecha casual? Puede ser, pero como mal pensado que soy diré que es el mes de 1917 en que fracasó el primer intento de los bolcheviques (y sectores anarquistas) de derrocar al gobierno provisional de Kerenski y traspasar el poder a los soviets. 

O bien Putin está viendo el fantasma de Lenin o Lenin está muy vivo en el acerbo ruso. Quedaos con lo que queráis.

Y, por cierto, hay quien conmemora su nacimiento saboteando monumentos a los neonazis ucranianos escribiendo su nombre.

El Lince

lunes, 19 de abril de 2021

Elogio de la estupidez (3)

Esto de ser un gran pensador agota. Mucho. Ya sabéis de mi afán por pasar a la historia escribiendo el  "Elogio de la estupidez" y que, como sabéis también, es una obra que está inspirada en el "Elogio de la locura" de Erasmo de Roterdam. Pues bien, he terminado el capítulo tercero de mi gran obra, que pasará a la posteridad.

En este capítulo hablo de mis héroes que son, ni más ni menos, que dos agentes secretos rusos. Lo de secretos es un decir porque dicen que fueron quienes intentaron envenenar con el super letal gas Novichok (ese que no mata ni a una mosca) a un ex agente ruso y a su hija en Gran Bretaña y ahora dicen que fueron quienes causaron la explosión de un almacén militar en la República Checa. Digo que son mis héroes porque todo el mundo sabe quiénes son y, a pesar de ello, andan por ahí haciendo diabluras. Y digo que son mis héroes porque no se puede ser más torpe al ir dejando pistas y rastros por donde pasan para que todo el mundo sepa que son ellos.

Este capítulo hace un muy concienzudo análisis sobre estos dos agentes y sobre el Estado que les patrocina. Porque o bien su torpeza lo que hace es poner de manifiesto la mayor torpeza, aún, de los países donde actúan o es que Rusia no tiene más agentes secretos que estos dos, por eso son chicos para todo y lo mismo se pasean por Praga (supongo que no evitarían entrar en algún museo) o por Londres (donde harían lo mismo). A fin de cuentas, el pueblo ruso es bastante culto (herencia soviética) y, sobre todo, como buenos facinerosos saben que los museos son excelentes cuevas de ladrones que exhiben lo que ha sido saqueado a otros pueblos. Y el Museo Británico está en muy buena posición en eso de mostrar lo que los británicos han robado a otros pueblos.

Lo más curioso del caso es que esa explosión ocurrió en 2014, que el gobierno checo acusó directa y oficialmente, después de una investigación, a la empresa propietaria por "negligencia". Y ahora los responsables son mis héroes. Mira tú. Así, por sorpresa.

Estos dos agentes poco-secretos acaban de hacer un flaco favor a su país porque la República Checa, en represalia, no va a utilizar la vacuna Sputnik contra el coronavirus, no va a terminar una central nuclear con tecnología rusa (os apuesto una cerveza a que la terminará una empresa de EEUU) y ha expulsado a diplomáticos rusos. ¡Maldita sea! Rusia otra vez sin dinero, con lo que lo necesita por culpa de dos agentes torpes. Ni Pepe Gotera y Otilio lo hubiesen hecho mejor.

Y como todo el mundo sabe quiénes son estos dos agentes poco-secretos rusos se les da a conocer junto a sus fechorías una hora después -sí, una hora después- de que en Bielorrusia se hiciese público un complot para matar a Lukashenko. Esto no tendría nada de particular si no fuese porque quien ha descubierto el complot ha sido el servicio secreto ruso, con la colaboración del KGB bielorruso.

O sea, que si el servicio secreto ruso es tan eficaz ya me diréis qué hacen estos dos agentes poco-secretos en sus filas salvo que los tengan para poner en ridículo a todos sus colegas occidentales, que todo puede ser. Si no son capaces de coger a dos chapuzas cómo vamos a creer lo que dicen los servicios secretos occidentales, tan serios y profesionales desde aquello de las "armas de destrucción masiva en Irak", sobre cualquier cosa, ya sea la interferencia rusa en las elecciones de EEUU, en toda Europa, en el Ártico o en Júpiter. Y añadid lo que queráis.

Lo interesante de mi análisis es que entro a comparar a mis dos héroes con sus colegas rusos y bielorrusos. Que una operación como la de matar a Lukashenko haya sido ocultada con la estupidez checa dice mucho de que es cierta. Y también lo rápido con que EEUU lo ha desmentido, porque resulta que uno de los detenidos es ciudadano estadounidense.

Estamos en la práctica habitual de los Estados en este tipo de casos (menos con mis héroes, que todo el mundo sabe quiénes son y para quién trabajan): la negación plausible. O sea, negar que han estado detrás de todo. Como EEUU hizo tras el atentado contra Maduro en agosto de 2018 utilizando unos drones. En el caso de mis héroes, Rusia ha pedido oficialmente que se presenten las pruebas contra los dos agentes poco-secretos y los checos han dicho que nanai, que no las proporcionan pero que las tienen y que son ellos.

La República Checa está en la misma senda que el resto de Europa, fortaleciendo el frente anti-ruso aunque sea con payasadas. Destruye estatuas de los generales soviéticos que liberaron Praga de los nazis, por ejemplo, y ponen las de los colaboracionistas de los nazis. La UE ni habla ni siente. EEUU aplaude. Otra muestra de que la "gran esperanza para la democracia" que representa Biden (Lula dixit) va a hacer que echemos de menos a Trump.

El Lince

martes, 13 de abril de 2021

Cal, arena y adobe

Hay un dicho castellano que dice "una de cal y otra de arena" y que significa que para hacer una buena argamasa hay que mezclar un material consistente (la cal) y otro menos o más ligero (la arena) y así se hace un buen adobe. Traducido a política, lo de siempre: hay que dejarse de radicalismos, de extremismos e ir al centro, eso de "centro-izquierda y centro-derecha". 

Esta es la norma de todos, absolutamente todos, los llamados "progresistas" en América Latina en los últimos tiempos. Todo el mundo se las prometía muy felices tras la victoria del MAS en las elecciones presidenciales de octubre del año pasado y se volvió a la fanfarria de que se había parado "la ola neoliberal" y cosas así. Ni mucho menos. Hay resistencias, y las habrá, pero mientras no se rompa con lo establecido ni hay ni habrá alternativa.

Este domingo han pasado tres cosas curiosas: en Ecuador el candidato oligárquico ha ganado y con mucho; en Bolivia el MAS ha quedado hecho girones por la derecha y por la izquierda, y en Perú un desconocido que va por ahí con las fotos del Ché y de Mariátegui, habla de nacionalizaciones y tiene un lapicero como símbolo ha ganado la primera vuelta.


En Ecuador esta elección no es importante, pese al revuelo. La elección importante es en mayo, cuando la CONAIE renueve su dirigencia y se vea hacia dónde se encamina, si a hacer más de lo mismo que ahora, o sea, a conseguir prebendas para los dirigentes y a hablar de reformas para dar mayor participación a los indígenas para así frenar cualquier movimiento revolucionario (y no hay que perder de vista lo que ha venido haciendo hasta ahora, en ese término) o plantar cara de forma abierta. Cal y arena.

Ahora que está de moda hablar de la lucha de las minorías (y es significativo el cambio dado por organizaciones como el Partido Comunista Marxista-Leninista de Ecuador poniendo la bandera arcoiris en la cabecera de su periódico y que se ha posicionado con el otro candidato anti-Correa que quedó tercero en la primea vuelta y pidiendo el voto nulo ahora) no estaría mal recordar a una de esas minorías: el Partido Pantera Negra de EEUU cuando dijo que "hay dos tipos de nacionalismo: revolucionario y reaccionario. El primero depende de una revolución popular cuyo objetivo final es poner al pueblo en el poder. El segundo no es más que mantener el sistema de opresión de otra manera, suavizándola". Esto vale, y es vigente todavía, para las protestas en EEUU por mucho que caigan bien los del Black Lives Matter.

Sí es importante la de Bolivia, donde el MAS ha perdido por la derecha y por la izquierda. El MAS viene navegando en zig-zag desde octubre (el penúltimo giro: decidir no participar en las reuniones donde esté la OEA en protesta por el papel de este engendro en el golpe contra Evo Morales, pero sin atreverse a abandonar este engendro ahora que el gobierno boliviano está en posición de fuerza) y está cosechando lo que siembra. La prepotencia y la imposición de dirigentes en contra del deseo de las bases le ha pasado factura. El propio Álvaro García Linera lo ha reconocido diciendo que hay "un problema estructural" dentro del MAS y "falta de regeneración". A collejas van a reaccionar, pero no hacia el lado interesante porque de inmediato añade que todo ello tiene que llevar a "capturar la atención incluso de la oposición", es decir, a que se les vote.  A fin de cuentas es lo que dijo el vicepresidente David Choquehuanca en su discurso de toma de posesión: "Nuestra verdad es muy simple: el cóndor solo despega cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala izquierda". Cal y arena.

Y queda Perú, donde un maestro ha puesto en jaque a todo el sistema (por el momento) y a quien se vincula con la organización armada Sendero Luminoso. Aquí van a hacer toda la sangre en la segunda vuelta. De hecho, ya están haciendo simbolismos con la estrategia de Sendero de cercar las ciudades desde el campo y la estrategia electoral de Castillo: primero hacer campaña en las regiones, darse a conocer y asegurar sus votos para luego avanzar hacia Lima. Ahora ha tomado desprevenido al poder, pero para la segunda vuelta se habrá recompuesto sin la menor duda. Si gana sería una sorpresa absoluta porque serían materiales para hacer una nueva casa prescindiendo de la cal y la arena (al menos, eso ha dicho en su campaña). Y a lo mejor esa casa ya no es de adobe.

El Lince

jueves, 8 de abril de 2021

Salvar a la condesa

De nuevo al charco. De cabeza. Quienes sigáis esto ya sabéis que es mi especialidad. Quienes lleguéis ahora, ya sabéis a qué ateneros.

Menuda se ha montado con la visita de ese zombi que es la Unión Europea a Turquía. Desde la carcundia más carca a la progresía más progre todo el mundo ha montado en cólera, con mayor o menor impostura, por aquello del "protocolo machista" que ha relegado a Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, a un segundo plano cuando se supone que está al mismo nivel que el presidente del Consejo Europeo, que fue el que se sentó al lado del presidente turco en la foto oficial.

Todos se han puesto de acuerdo en salvar a la condesa (no es broma, von der Leyen es condesa por su marido -de quien ha tomado el apellido-, un tipo que viene de una familia aristocrática que hizo mucho, pero que mucho dinero con fábricas textiles durante los siglos XVIII y XIX donde, por otra parte, los obreros trabajaban entre 12 y 18 horas diarias) como si no importase nada lo que ha hecho y está haciendo en la UE. 

Tanto para la carcundia más carca como para la progresía más progre es más importante salvar a la condesa que a los miles de migrantes que la condesa no quiere en la muy democrática UE y que están retenidos en Turquía desde hace años. Por ejemplo. Retenidos a cambio de 3.000 millones de euros al año para evitar otra oleada como la de hace años y que, por cierto, fue alentada por el empresariado alemán (que la condesa conoce muy bien) como mano de obra barata y que tenía como objetivo, también, sensibilizar a la llamada "opinión pública" sobre lo malo que era el presidente sirio y por qué había que derrocarlo. Como Assad ganó, los refugiados ya no tienen ningún papel, son molestos y por eso no se los quiere. Y se paga por ello. 

La presidenta de la UE no es ajena a ello, ni a lo que se avecina con la pandemia porque, recordad, después del verano del año pasado ya anunció que "tiene que haber una implementación efectiva de reformas" si los países quieren el dinero prometido para intentar salvar a la ciudadanía tras la pandemia. Traducido: más destrucción de lo público en beneficio de lo privado. Salvar a la condesa sí, salvar a la ciudadanía no. Curioso.

Turquía dice que se respetó el protocolo y la UE dice que no. A mí me da lo mismo porque lo que pone de manifiesto todo esto es lo poco que cuenta ese muerto viviente que es la UE en el mundo. Dije hace poco que ya nadie tiembla cuando Occidente habla, sanciona o amenaza. Ese tiempo ya pasó, por mucho que "la gran esperanza para la democracia", como definió el esperpéntico Lula a Biden no hace mucho, esté haciendo lo posible por cumplir con el ADN de los demócratas estadounidenses: iniciar guerras. Pero si las hay, ya no será un camino de rosas para EEUU.

La UE ha recibido tres bofetadas en poco tiempo: el repaso que se llevó el Alto Representante de la Política Exterior de la UE en Rusia en febrero, las contrasanciones aplicadas por China a mediados de marzo y lo de ahora en Turquía. Los más pusilánimes podrán decir que la UE se desmorona. Yo voy más allá diciendo desde hace mucho que es un ente muerto.

El comportamiento de la UE durante la pandemia, y ya va un año largo, es deleznable (y la condesa tiene mucho que ver en ello), actuando sólo como quieren los grandes grupos económicos, tanto industriales como financieros, y solo se tiene algún atisbo medianamente humano (que no es un lugar en un protocolo, precisamente) cuando se llenan las plantas de cuidados intensivos en los hospitales públicos, reducidos y extenuados gracias a las políticas de gente como la condesa, gran depredadora de lo público en beneficio de lo privado.

Un año largo después de la pandemia en Europa, con casi 550.000 muertos, no se ha desembolsado ni un euro todavía y eso cuando se aprobó un plan de 750.000 millones de euros (poco, si se tiene en cuenta que EEUU, por ejemplo, con menos población que Europa ha destinado casi 6 veces más; por no hablar de China, que está en la estratosfera directamente) pero con imposiciones, de nuevo, leoninas como más arriba os comento (y la condesa tiene mucho que ver).

Toda la estrategia de ese zombie que es la UE ha estado centrada en esperar las vacunas (y el papel de la condesa ha sido determinante) y todo está siendo un enorme fiasco. Porque la falta de autonomía productiva en el campo de las vacunas ha llevado a la firma de contratos suicidas con las grandes multinacionales farmacéuticas -occidentales, por supuesto- con un boicot abierto a las vacunas rusas, chinas y cubanas (y la condesa tiene mucho que ver en ello). Y cuando esas multinacionales no cumplen con lo acordado en los contratos, la condesa mira para otro lado.

Por si no lo sabéis, la UE (y la condesa tiene mucho que ver en ello) se ha opuesto en la Organización Mundial del Comercio a la solicitud de India y Sudáfrica de liberalizar las patentes. Salvar a las multinacionales y no a la gente es lo que quiere la condesa, aunque ahora la carcundia más carca y la progresía más progre se rasgen la ropa para salvar a la condesa.

Lo mismo con todo lo demás. Si con Trump parecía que la UE tenía alguna, mínima, voluntad de tener cierta autonomía en política exterior, la llegada de Biden ha vuelto a silenciar a los vasallos (aunque ahora parece que están algo activos con el acuerdo nuclear con Irán) y ahí están las actitudes matonas y chulescas con Rusia y China, por ejemplo, por no hablar de Venezuela, Siria o Cuba.

La UE esá muerta, por más que carcas y progres hayan salido en tromba a salvar a la condesa. Aislar a la condesa de lo que representa es una estupidez. Otra más.

El Lince

domingo, 4 de abril de 2021

 ¡Malditos comunistas!

Una amiga me mandó hace poco este vídeo:


En unos momentos en los que hay elecciones locales en Madrid (capital del Estado canalla más conocido como España) en las que el lema de la derecha neofascista es "comunismo o libertad", asumido con algunas pequeñas manifestaciones por las otras derechas (incluida la nueva, o sea, los que se dicen socialdemócratas), me ha parecido oportuno hablar de ello. Eso por no hablar de la obsesión estadounidense, occidental ahora, contra "el comunismo chino", el nuevo ser maligno.

El vídeo está bien por dos razones: la primera, porque quien lo hace habla chino, dice que vive en Shanghai y conoce algo de la cultura e historia china; la segunda, porque a pesar de la mochila occidental que llevamos todos (cultura, y demás, como el comentario sobre el estado del bienestar en Europa, ya casi inexistente tras la primera crisis capitalista de 2008 puesto que se ha destruído lo público en beneficio de lo privado, incluyendo la educación y la sanidad) sus comentarios no son ofensivos y retrata bastante bien lo que ve. 

Sin embargo, comete el error clásico de los occidentales: no profundizar en algo que, en estos momentos, es crucial en China. Habla de "la última comuna maoísta", pero no es cierto. Aunque no he podido conseguir la cifra exacta, en China hay en estos momentos aproximadamente 10.030 comunas de este estilo. Esta es una comuna urbana llamada Nanjie (o Nanjiecun, en chino) en la provincia de Henan y justo al lado, en Hebei, otra prefectura fronteriza con Henan, está la comuna maoísta rural de  Zhoujiazhuang

 La comuna de Nanjie tiene 4.000 habitantes y 18.000 la comuna de Zhoujiazhuang. No he visto ninguna cifra de cuántos chinos hay viviendo en este sistema comunal, aunque sí la referencia a que 438.000 pueblos y aldeas "han completado la reforma del sistema de derechos de propiedad colectiva, han establecido un nuevo mecanismo de operación económica colectiva que cumple con los requisitos de la economía de mercado", lo que da a entender que el modelo comunal en sentido maoísta no es impulsado por el gobierno. Por lo tanto hay que hablar en hipótesis. Si se hace una media de 11.000 habitantes por comuna, teniendo en cuenta la cifra de 10.030 que hay al menos (en todas las partes he visto la expresión "más de 10.000" y solo en una la cifra de 10.030) eso nos daría un total de unos 110 millones de chinos viviendo en un sistema comunal maoísta, más o menos puesto que seguro que habrá algunas diferencias entre unas comunas y otras. En lo que sí están de acuerdo todos los que hablan de ello es que estas dos comunas son "las más maoístas", o "maoístas auténticas". Si se tiene en cuenta que China tiene 1.400 millones de habitantes aproximadamente el 8% de su población vive en este sistema comunal.

Esto ya no es hipótesis, sino realidad. Las dos comunas, Nanjie y Zhoujiazhuang, tienen el mismo comportamiento. En el caso de Nanjie, como bien refleja el vídeo, todos sus integrantes entregan sus salarios a la comunidad, que retiene el 70% y entrega el 30% restante. Con ello, la comuna garantiza la gratuidad total de enseñanza, sanidad, vivienda (incluyendo muebles), agua, gas, electricidad, ropa, calzado, comida, boda y entierro. También hay una residencia de ancianos, totalmente gratuita. Las casa más grande tiene 92 metros cuadrados y la más pequeña 74, la diferencia estriba en el número de habitantes de una y otra. No hace falta decir que el salario es igualitario entre todos sus integrantes. Y que cuando alguien quiere ir a la universidad, la comuna corre con todos los gastos del/la estudiante. El porcentaje de universitarios que retornan a Nanjie al terminar la carrera es del 73%, lo que dice mucho del nivel personal e ideológico, y se incorporan a las fábricas.

Eso no solo ha reducido la desigualdad, hasta hacerla prácticamente inexistente, sino que ha generado los suficientes recursos como para tener en funcionamiento, en el caso de Nanjie y como bien dice el vídeo, fábricas de cerveza, chocolate, harina, fideos instantáneos, licor, medicinas y especias. Eso ha atraído a miles de personas que trabajan en ellas. 

Estas personas trabajadoras de las fábricas de Nanjie cobran su salario íntegro y si quieren formar parte de la comuna lo pueden hacer de dos formas, o bien residiendo en Nanjie o en calidad de "ciudadano honorario". En los dos casos tienen que aceptar el sistema comunal y reciben los mismos derechos, aunque en el caso de los "honorarios" no en su totalidad dado que no residen dentro de la comuna. En estos momentos Nanjie tiene 4.000 residentes y 1.000 "ciudadanos honorarios".

¿Cómo ha llegado Nanjie a esto? Primero, resistiendo al embate capitalista iniciado por Deng Xiaoping en 1978 (como también se dice en el vídeo) por votación popular (algo idéntico a todas las otras comunas, aunque hay alguna nueva creada tras todos estos años) y, segundo, porque tras la llegada de Xi Jinping a la secretaría general del Partido Comunista se han dado facilidades a estas comunas para acceder a créditos estatales, por ejemplo. Y cuando el PCCh está inmerso en los prolegómenos del 100 aniversario de su fundación, este tipo de comunas se están volviendo a reconsiderar y a popularizar (aunque con limitaciones como lo que digo más arriba de"cumplir con los requisitos de la economía de mercado"), en muchas ocasiones como "focos de turismo rojo". Y eso, también, son ingresos para las comunas. Imagino que es en este marco en el que el autor del vídeo se ha acercado por allí.

Como no hay nada mejor que ir a las fuentes, aquí tenéis la página de vídeos china que es mucho más popular que youtube y donde se habla de Nanjie con algo más de detenimiento. Está en chino, pero las imágenes os dan una idea de cómo son estos malditos comunistas.

 https://www.bilibili.com/s/video/BV1SE411H7sE

El Lince