viernes, 27 de mayo de 2016

Legítima defensa

Viendo cómo el pueblo francés está respondiendo a las medidas neoliberales del gobierno "progresista" del Partido Socialista -hermano de ese con el que otros "progres" quieren pactar en el Estado español- hay que sentir sana envidia. Llevan tres meses, tres, de movilizaciones y llevan tres meses, tres, resistiendo la represión. Pero lo más sorprendente de todo es la actitud de los sindicatos, mejor dicho, del sindicato, la Confederación General de Trabajadores, CGT, que mantiene el tipo no sólo con las movilizaciones, sino con los discursos. Y lo hace desafiando la ley porque, recuerdo, en Francia está vigente el Estado de emergencia que se decretó tras los atentados de hace cuatro meses.

La CGT se ha convertido en el enemigo a batir por el gobierno "progresista" francés y por la derecha clásica. "Progresistas" y conservadores van de la mano en la demonización de la CGT, de los sindicalistas y de todo lo que suponga hacer frente a las medidas fondomonetaristas y privatizadoras. Todos, al unísono, han sumado fuerzas y han puesto todos los medios a trabajar en esa dirección. De forma especial, los medios de propaganda (antes llamados de comunicación). Televisiones, radios, periódicos repiten con insistencia machacona el mismo mensaje: la CGT no hace las leyes; asistimos a una radicalización en todos los aspectos; la CGT utiliza el chantaje y toma a los ciudadanos como rehenes; la CGT está retrasando el crecimiento económico; la CGT se defiende a sí misma, no a los trabajadores... No hay nada como el pluralismo y la libertad de expresión, ya sabéis, esos valores tan democráticos.



Es imprescindible dejar de comprar periódicos, es imprescindible boicotear a los medios de propaganda en todas sus expresiones. Es imprescindible comenzar a pensar si realmente buscamos la emancipación. Una de mis (muchas) peleas con alguna amistad "progre" que tengo es que siempre que hacen alguna acción (modosita, de las suyas, alguna conferencia, alguna manifestación) lo primero que hace al día siguiente es comprar los periódicos a ver si ha salido en ellos. Es decir, a ver si la burguesía, muy democrática ella, ha tenido a bien recoger diez líneas y alguna fotografía de ese evento. Es decir aún más: lo que estos "progres" buscan es que la burguesía les legitime. Y una forma de legitimación es esa, que los medios de propaganda hablen bien de ellos, que ejercen sus "derechos democráticos" y que no son una amenaza.

Mal vamos entonces. Eso lo ha entendido a la perfección la CGT francesa que, como digo, da sana envidia. A las acusaciones de "toma de rehenes", de "violencia" y todas las demás responde argumentalmente. Los y las sindicalistas de la CGT, de otros sindicatos más pequeños, simple ciudadanía harta del capital y sus imposiciones, de la juventud estudiantil que va a trabajar por nada y sin derechos responden que lo que ellos están haciendo es ejercer la legítima defensa contra los ataques de un gobierno que desmonta derechos sociales, que favorece a los empresarios y al gran capital y que no ha tenido en cuenta ni una sola de las propuestas y alternativas presentadas por la CGT.

Cuando el gobierno "progresista" francés (la nueva derecha) y la derecha clásica salen al unísono criticando la "violencia" en las manifestaciones la CGT da la vuelta al discurso y habla de que lo que los manifestantes muestran es su "cólera" por esas medidas regresivas, muestran su "cólera" ante la cerrazón gubernamental a dar marcha atrás en unas medidas laborales que destruyen conquistas sociales y económicas.

Se echa de menos este tipo de discursos -no ya la movilización sostenida desde hace tres meses- en el sindicalismo español, por poner un ejemplo. Si es que existe, que esa es otra. O en las formaciones supuestamente "progresistas" que desde que han logrado un puestecito en las instituciones han abandonado todo tipo de movilizaciones callejeras.

Ayer la movilización en Francia dio un paso más, y de calado: bloqueos en los puertos, refinerías, depósitos de carburantes, paros en 16 centrales nucleares...



El gobierno "progresista" (la nueva derecha), la derecha clásica, los panegiristas de ambos (los medios de propaganda) hablan hoy de "terrorismo social". Ni más ni menos. Y lo dicen porque sus propios medios de propaganda dicen que las huelgas y manifestaciones son apoyadas por el 74% de la población, luego hay que meter miedo. Como sea. Y la palabra "terrorismo" añade ese miedo. Porque si este porcentaje es cierto, que lo será, a quienes toman como "rehenes" los sindicalistas es a una minoría de privilegiados y por una vez no es al revés, no es la minoría de privilegiados la que toma como rehenes a la mayoría de la población.

Por supuesto que la nueva derecha (antes llamada izquierda) y la derecha clásica no tienen vergüenza. A parte de todo lo que os he dicho de la ley que se quiere aprobar y contra la que ha estallado la población, pretende llevar todas las negociaciones laborales al marco de los "acuerdos de empresa", es decir, desaparecen los acuerdos nacionales o de ramas de la producción, lo que debilita drásticamente el equilibrio de poder entre empresarios y trabajadores. Es eliminar la negociación colectiva. Esto mismo es lo que hizo el gobierno español del PP con su mal llamada "reforma laboral", y casi lo mismo hizo antes el gobierno "progresista" del PSOE con su también mal llamada "reforma laboral". En esto sí tienen razón los "progres" españoles, en que hay que derogar las dos leyes.

Francia está desafiando las imposiciones de Bruselas, de la Unión Europea. Francia es hoy, de la mano de la CGT y quienes secundan sin miedo las movilizaciones, el único país de la moribunda Europa que está defendiendo su soberanía. Todos deberíamos aprender. Por ejemplo, los griegos y darnos cuenta que con un día no sirve, que hay que mantener una movilización sostenida porque así sí que se hace daño al poder.

Quienes secundan las manifestaciones y los paros en Francia están, además, ejerciendo su derecho a la legítima defensa ante una agresión de este calado, impuesta desde el exterior (Bruselas) y acatada por el gobierno "progresista" haciendo caso omiso de las reglas de la supuesta democracia en la que se sustenta.

Una cuestión para los pusilánimes: está claro que la lucha está afectando a mucha gente, pero no se pueden condenar los métodos de lucha si antes no se condenan las propuestas e iniciativas del gobierno "progresista" francés. Porque el gobierno "progresista" francés puede que haya negociado con Bruselas, pero con quien no ha negociado ha sido con su propio país.

La CGT, el mayor sindicato de Francia, se está mostrando firme y digno. Está defendiendo el sistema inmunológico de la clase trabajadora frente al virus neoliberal. Cualquiera que sea el resultado final de lo que estamos viviendo, el movimiento de protesta francés ha expresado una virtud educativa muy valiosa.


El Lince

1 comentario:

  1. Hola,
    Llego tarde pero a tiempo (vínculo desde Canarias semanal.com)para felicitarlo por su artículo que relata precisamente los acontecimientos en Francia y así es el tratamiento mediático de esta lucha, demonizando los trabajadores y el sindicato CGT en la calle.
    Muchas gracias compañero
    Merci à toi camarade pour cet excellent article !
    Esteban, un saludo desde Francia

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