La rebelión de las madres ucranianas en contra de la movilización
forzada de sus hijos para combatir a los antifascistas del Donbás
La junta neonazi de Kiev ha puesto en marcha un tercer
reclutamiento forzoso de los soldados para combatir a los antifascistas del
Donbás ucraniano. Ni la superioridad en armamento –de 10 a 1- ni de hombres –en
similar proporción- ni la destrucción de ciudades y muerte de civiles ha sido
capaz de doblegar la resistencia y voluntad de las Repúblicas de Donetsk y
Luganks.
A medida que se profundiza la guerra, que la junta de Kiev
se ve obligada a terminar antes de octubre si no quiere llegar al colapso total
tanto por la llegada del invierno como por la escasez de recursos económicos –y
ya ha establecido que el 1’5% de lo que se recauda en impuestos va a ir
destinada a sufragar la guerra-, se van conociendo más y más datos tanto del número
de bajas reales, que se oculta a la población, como de las deserciones que se
producen en las filas del Ejército.
También van apareciendo noticias de las revueltas de los
familiares, sobre todo de las madres, contra el reclutamiento forzoso. Aquí os
muestro tres vídeos esclarecedores. El primero, hecho por las milicias
antifascistas, termina con el llamamiento de un miliciano a las madres
ucranianas para que se nieguen a enviar a sus hijos a una muerte segura. El
segundo, muestra a una madre recriminando al Maidán el haber puesto en marcha
una guerra que no quiere el pueblo. El tercero, muestra la quema de cartas de
reclutamiento.
Estos días, cuando sigue la masacre israelí en Gaza, se han
publicado algunas entrevistas con soldados israelíes que se han negado a
combatir. No son muchos, 50 solo, pero se les ha dado un protagonismo que,
visto el cariz nazi de Israel y el sentimiento nazi cada vez mayor en su
población, es excesivo. Es un gesto valiente y relevante, sin duda, pero comparado con la
revuelta de las madres ucranianas es pequeño. Sobre todo, porque no hay un movimiento
similar de las madres israelíes.
Tiene más valor lo que ocurre en Ucrania que lo que ocurre
en Israel. Entre otras cosas, porque todo el mundo, más o menos progre, lo
oculta y lo minimiza. Insisto en lo que ya he venido diciendo: la solidaridad
con Gaza es fácil, pero con Ucrania nos cuesta. Y es un error que pagaremos
caro.
Os recuerdo que se pueden ver los vídeos subtitulados pinchando
en el botón.
Segundo vídeo: una madre dice que no sabe dónde está su hijo, que sólo sabe que está en la frontera y que su hijo, cuando habla con ella, le dice que no son queridos allá, que está en una guerra impuesta por el Maidán.
Tercer vídeo: madres y hermanas de reclutas se enfrentan a los soldados reclutadores y queman las cartas en las que se les comunica que tienen que presentarse en el Ejército. El oficial les dice que si no lo hacen irán 5 años a la cárcel, pero ellas queman las cartas de reclutamiento.
El Lince
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