Victoria Maher: una historia para los progres
Aquí de nuevo. Han pasado muchas cosas estos diez días, pero
hay una que me parece lo suficientemente relevante como para abrir el mes. Se
trata de una pequeña historia de heroísmo y va especialmente dirigida a quienes
se han indignado por la matanza de niños en Gaza pero obvian la que se está
produciendo en el Donbás. Una indignación selectiva, a lo que se ve. O una doble moral, como a la que ellos se refieren para criticar el apoyo de Occidente al régimen fascista de Israel. O tal vez se deba a que Gaza salía en los medios, burgueses o no, y es políticamente correcto solidarizarse con la Franja y sus habitantes, y Ucrania no. O porque la lucha antifascista en el Donbás pone a mucha gente ante el espejo. Y eso molesta porque aunque se vean con su rostro actual, lo que hay debajo es el retrato de Dorian Grey. Y ellos lo saben.
Ayer leí que la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos entrena a los profesores para que traten el daño psicológico (sic) de la agresión israelí en los niños de Gaza. No hay ONU en el Donbás y no tiene la menor preocupación por lo que allí ocurre. En Donetsk 171 escuelas infantiles, colegios, institutos y edificios universitarios han sufrido daños o han sido totalmente destruidos. La ONU calla. El 1 de octubre dio comienzo el curso escolar pero sólo en las zonas seguras, donde no hay ataques de las fuerzas de la junta neonazi de Kiev. La ONU calla. En Donetsk y Luganks también los niños sufren, pero para la ONU y los progres que se solidarizan con Gaza y no con el Donbás se lo deben tener merecido. Así que os cuento la historia. No tengo la menor duda que a los progres les entrará por un oído y que les saldrá por el otro hasta que los medios, de la burguesía o no, les digan el momento en que sea políticamente correcto mostrar solidaridad con el Donbás, pero ahí va.
Ayer leí que la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos entrena a los profesores para que traten el daño psicológico (sic) de la agresión israelí en los niños de Gaza. No hay ONU en el Donbás y no tiene la menor preocupación por lo que allí ocurre. En Donetsk 171 escuelas infantiles, colegios, institutos y edificios universitarios han sufrido daños o han sido totalmente destruidos. La ONU calla. El 1 de octubre dio comienzo el curso escolar pero sólo en las zonas seguras, donde no hay ataques de las fuerzas de la junta neonazi de Kiev. La ONU calla. En Donetsk y Luganks también los niños sufren, pero para la ONU y los progres que se solidarizan con Gaza y no con el Donbás se lo deben tener merecido. Así que os cuento la historia. No tengo la menor duda que a los progres les entrará por un oído y que les saldrá por el otro hasta que los medios, de la burguesía o no, les digan el momento en que sea políticamente correcto mostrar solidaridad con el Donbás, pero ahí va.
Es la historia de una niña de 11 años, un ejemplo de lucha y
resistencia. Se llama Victoria Maher y reside en Yelenovka, un suburbio de Donetsk.
El día 11 de septiembre, ya con la tregua en marcha, había salido junto con su hermana
de cinco años hacia la casa de unos vecinos para jugar. De pronto, toda la
zona fue barrida por un furioso bombardeo con morteros de las tropas de la
junta neonazi de Kiev (muy probablemente desde el aeropuerto, que ahora está a punto de ser recuperado por las milicias) y Victoria no lo dudó ni un momento: primero, cogió a su hermana y corrió intentando
llegar a su casa; luego, cuando vio que no podía llegar, se paró, arropó con su
cuerpo a la más pequeña y la protegió de las bombas. Su hermana no sufrió ni un rasguño, pero ella
fue gravemente herida. La metralla le dañó la columna vertebral.
Yelenovka se volcó con esta pequeña heroína. Los médicos del
hospital de Donetsk, también. Salvaron su vida y lograron trasladarla al hospital
infantil. Desde allí se montó una operación especial, con escolta de las
milicias, para trasladar a la pequeña Victoria hacia Moscú y poder tratar sus
heridas con mayores medios. Desde ayer ya está en el Instituto de Cirugía
Infantil de la capital rusa. Se temía que no pudiese volver a andar, pero ahora
hay esperanzas. Puede que vuelva a andar, con molestias, pero puede que
recupere su vida anterior.
Victoria Maher lo puede contar, muchos otros no. El Ministerio
de Defensa de Ucrania ha denegado los datos de bajas a los pocos medios de
comunicación que están comenzando a cuestionarse las cifras reales de muertos y
heridos argumentando que es información secreta para evitar manipulaciones. No
obstante, ya os dije aquí que lleva un tiempo circulando por la red que la
junta neonazi de Kiev ha perdido 32.072 soldados entre muertos, heridos y
desaparecidos. La junta reconoce 839 muertos, pero algunos medios ya han
publicado la cifra de 1.009 (con nombres y apellidos) contabilizados hasta el
15 de septiembre.
Eso en cuanto a los militares. En cuanto a los civiles, la
ONU, siempre tan timorata y a las órdenes de EEUU y sus secuaces occidentales,
habla de 3.500 muertos civiles mientras que el Comité de Investigación de Rusia
estima que son 13.500, es decir, cuatro veces más que lo que dice la ONU. Y no
es a ésta a quien hay que hacer caso puesto que siempre que se atreve a
publicar algo al respecto lo hace con una coletilla con la que se quiere curar
en salud: “probablemente son datos conservadores”. Y tanto, como que lo hace
para evitar la condena de los neonazis de Kiev cuyas atrocidades ya son muy difíciles
de ocultar, como acaba de ocurrir con el descubrimiento de una fosa común con
400 cuerpos.
Victoria Maher está viva, muchos otros no. Esta pequeña heroína
tiene muy claro qué es esta guerra y por qué la junta neonazi está atacando a
quien dice que es su pueblo.
Aquí tenéis el vídeo de esta pequeña heroína y su traslado a Moscú.
El Lince
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