El asteroide de una “bruja de la noche” y el cometa de una
desaparecida argentina
Hay veces que alguna gente te reconcilia con la especie humana.
Os hablé hace unos días de que me quería retirar a algún lugar de este sistema
solar y os mencioné el asteroide, casi un planetamenor, (1907) Rudneva.
El astrónomo soviético Nicolás Chernij estaba un buen día
trabajando en el observatorio de Crimea cuando descubrió un asteroide entre
Marte y Júpiter. Era el 11 de septiembre de 1972 y podía saltar a la fama sin
ningún problema. No es que sea difícil descubrir asteroides, cometas y demás,
pero lo que es difícil es evitar el protagonismo. Tenéis el ejemplo del cometa 67P,
donde se posó la sonda Philae a mediados del mes de noviembre y que, por unos días,
estuvo activa y casi cada minuto recogían la historia los medios de propaganda (antes llamados medios de comunicación). Este cometa lleva el nombre de sus descubridores, los también
soviéticos Churyumov-Gerasimenko.
Nicolás Chernij decidió que el nombre que le iba a dar al
nuevo asteroide, que por su tamaño es casi un planeta menor, no iba a ser el
suyo. Trabajaba en el Observatorio Astrofísico de Crimea y recordó que allí había
combatido, y muerto en acción, una heroína soviética, Eugenia Rudneva. Así que
decidió que ese iba a ser el nombre del asteroide.
Eugenia Rudneva había nacido en 1920 y pronto había mostrado
una fascinación por el universo. Su facilidad con las matemáticas y la astronomía
era tal que pronto comenzó a destacar en la Universidad Estatal de Moscú y en
1938, es decir, con 18 años, entró a formar parte de la Sociedad Astronómica y
Geodésica de la URSS. Un año después publicó su primer artículo científico. Entró
a trabajar en el departamento de estrellas variables del observatorio de Presnia
y su futuro era más que prometedor.
Entonces, era 1941, se produjo la invasión nazi y Eugenia no lo dudó ni un momento: se alistó voluntaria. A ver si adivináis en qué arma. ¿No? La
aviación. Alguien como ella no podía estar en el suelo, sino lo más cerca
posible de las estrellas. Era su pasión. Así que cuando se enteró de que Stalin
había accedido a la petición de Marina Raskova de crear tres regimientos aéreos en los que se podían integrar
las mujeres, le faltó tiempo para inscribirse.
Eugenia Rudneva fue una de las 17 jóvenes, ninguna mayor de
25 años, que fueron elegidas como las primeras integrantes de uno de estos
regimientos, el mítico y legendario 46 Regimiento “Taman”, más conocido como “las brujas de la noche” y que fue formado en su totalidad por mujeres, llegando a convertirse en la pesadilla de los nazis. Recordad que os hablé del
libro que recoge esta extraordinaria historia y si no, pinchad en el enlace anterior. Pues bien, en él hay una nota en la que se habla de Nicolás Chernij y su
gesto de nombrar a su asteroide descubierto como Rudneva.
Eugenia Rudneva era militante del Komsomol, las Juventudes Comunistas, y su comportamiento fue ejemplar durante toda la guerra. Era la primera en dar un paso al frente y la última en retirarse. Participó en 645 misiones de combate hasta que su avión fue derribado en septiembre de 1944 en el estrecho del Kerch, en Crimea. Y allí está enterrada junto a su camarada Praskovia Prokofieva, que iba con ella en el avión.
Chernij descubrió el asteroide, casi un planeta menor, en 1972 y en 1976 fue aceptado el nombre de Rudneva por el Centro Internacional de Planetas Menores. El número (1907) es correlativo según se van descubriendo planetas menores, asteroides y cometas.
Un poco más tarde que Chernij otro astrónomo
argentino descubrió un cometa en la misma zona. Era Mario Cesco y trabajando en el Observatorio
Astronómico El Leoncito, en San Juan, descubrió un cometa también entre Marte y
Júpiter que fue denominado inicialmente como 1975YD, dado que ese fue el año del descubrimiento. Pero unos años más tarde, y a iniciativa de Adrián Brunini, decano de la facultad de Ciencias Astronómicas
y Geofísicas de La Plata, pasó a denominarse (11441) AnaDiego.
Ana Teresa Diego era una joven estudiante de astronomía que fue detenida y hecha desaparecer por la junta militar fascista. Había nacido en 1954 y, al igual que Eugenia Rudneva, pronto destacó por su pasión por las estrellas y era una estudiante destacada en el Observatorio Astronómico de La Plata hasta que en 1976 fue secuestrada por orden de la junta militar y hecha desaparecer. Y al igual que Eugenia Rudneva, también Ana Teresa Diego era militante de las Juventudes Comunistas.
Cuando en el año 2012 se encontraron unos restos en Avellaneda y se comprobó que eran los suyos, el decano decidió que había que presentar el nombre de Ana Teresa para el cometa 1975YD y así se cambió ese nombre por el actual (11441) AnaDiego. En esta imagen (no he podido conseguir otra) aún aparece con la denominación inicial puesto que es de un año antes de que apareciesen sus restos.
El asteroide (1907) Rudneva es un homenaje a todas las mujeres soviéticas que combatieron a los nazis. Se calcula que unos 3 millones de mujeres soviéticas tuvieron una participación directa en la guerra. Todas ellas eran combatientes (en número de 980.000), en todas las ramas militares, guerrilleras (unas 150.000) y sanitarias (142.000 médicas estuvieron en la primera línea). Murieron 94.000 de ellas y otras 32.000 fueron "desaparecidas". Todas están en ese asteroide.
El cometa (11441) AnaDiego es un homenaje a los 30.000 desaparecidos en Argentina. Se puede decir mucho de ello, pero lo más emotivo es lo que dijo, Zaida Franz, madre de Ana Teresa y otra luchadora puesto que es fundadora de las Madres
de Mayo: “No tengo su cuerpo ni su tumba, pero ya sé en qué lugar del
cielo está. Desde que me enteré que en un lugar del cielo hay un cuerpo
celeste que lleva el nombre de mi hija, pienso en escribirle una carta con las
siguientes coordenadas: Ana Teresa Diego. Asteroide 11.441 (entre Marte y
Júpiter). Remitente: tu mamá. Y que empiece con algo así como: Por fin, querida
hija, me puedo conectar con vos en algún lugar. Un sitio adonde pueda mirar y
pensar que estas allí". Con ella, en ese cometa, están todos los
desaparecidos.
Cada vez que miréis hacia arriba una noche estrellada, pensad en el asteroide (1907) Rudneva y en el cometa (11441) AnaDiego. Y si por un casual veis algún punto rojo en el firmamento, seguro que es alguno de ellos.
El Lince
Magnífico y emotivo artículo. Gracias.
ResponderEliminarMe has hecho llorar como un chancho compañero
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