Y así fue el desarrollo de la asamblea. Vídeos de la acreditación de la militancia y de las votaciones sobre si respaldar el acuerdo con Junts pel Sí y apoyar a Mas o no. Como sabéis, hubo empate a 1.515 votos y se ha dicho de todo desde los medios de propaganda. Las actas del escrutinio, para escépticos, las podéis ver aquí.
He hablado con algunos otros amigos sobre la asamblea de la CUP a la que asistí. Enredados en la verborrea del poder, de lo posible y del realismo, hablan de cosas como "el voto útil", de la necesidad de cambiar -así, en abstracto, pregunta ¿qué ha cambiado en Castilla-La Mancha, por ejemplo, con el acuerdo PSOE-Podemos?; alguna cuestión cosmética, pero nada estructural-, etc. Al no ser catalanes no entienden la dinámica que hay allí. Tampoco los amigos de mi hija, esos que tontean con Podemos, entienden mucho, así que la voy a ayudar a ella a explicarse y a mis amigos de mi ciudad a entender.
Me atrevo a decir que ni mis amigos ni los de mi hija -es lógico en éstos- entienden ni quieren entender la dinámica catalana. Y mucho menos a una organización como la CUP, amalgama de otras muchas organizaciones (hasta once) y con un peso relevante en toda Catalunya (Cataluña, para otras latitudes). Desde que en 1987 comenzó su andadura, la Candidatura d'Unitat Popular ha tenido su ámbito en los municipios exclusivamente, pasando de los 20.000 votos y 11 concejales a los 4 alcaldes (la principal alcaldía es Arenys de Munt, 9.000 habitantes) y 312 concejales que tiene ahora. No fue hasta 2012 cuando decidió dar el salto al Parlament (126.435 votos y 3 representantes) y en las elecciones de septiembre de este año logró 337.794 votos y 10 representantes. Todas y cada una de las personas que van en sus listas son nombradas por la militancia en asambleas, desde el ámbito municipal hasta el parlamentario. No hay imposiciones ni "fichajes" decididos desde la dirección, como en otras formaciones políticas de relumbrón.
Queda claro que ahora toda la CUP sabe cómo piensan las bases pese al ensañamiento de los medios de propaganda y la presión que están sufriendo, de todo tipo. La CUP no había previsto este escenario, pero ahí está. Por primera vez en su historia, tendrán que tomar una decisión interpretando el sentir mayoritario no ya de la militancia, sino de quienes les apoyan. Ya sabéis lo que se les llama: extrema izquierda, que lo son; radicales, que también; anticapitalistas, que también; independentistas, que también... ¿Son las cuatro cosas quienes les apoyan? Este es el dilema. Por eso todo el mundo, en Catalunya y fuera de ella, está de los nervios y siente un vértigo como nunca.
Se está muy acostumbrado a unas dinámicas partidarias en las que las bases apenas cuentan, incluyendo a las nuevas formaciones que tanto entusiasmo (?) generan. Por eso sorprende la manera de hacer de la CUP, donde las decisiones se toman de abajo a arriba. En la CUP es la militancia la que decide, aunque se llegue a situaciones como la del domingo con el empate. Todo se decide en asamblea y, al contrario de lo que se pueda pensar, las decisiones no se toman por votaciones sino a través del debate y del consenso. Sólo se vota cuando es imposible llegar a un acuerdo, que es lo que pasó el domingo. Eso requiere más tiempo y, sobre todo, paciencia y debate, algo a lo que no están acostumbrados los partidos tradicionales (incluyendo a los que van de nuevos pero con un funcionamiento no muy nuevo). Este carácter asambleario hace que la toma de decisiones lleve tiempo porque hay que concretar la propuesta, trasladarla a las bases, someterla a su opinión y luego se toma la decisión oportuna. Esto es lo que los medios de propaganda (antes llamados de comunicación) llaman "los soviets" de la CUP.
Otro ejemplo de qué es la CUP: ahora en el Estado español-España se está negociando la constitución del nuevo Parlamento, de quién lo va a presidir, de quiénes formarán parte de la mesa de ese Parlamento... Veremos qué hace Podemos, aunque aceptará un puestecillo en ella, sin duda, alguna secretaría o así. La CUP ni siquiera se presta a eso. Rechazó un puesto en la mesa del Parlament Catalá. Esta estrategia es fundamental para negociar puesto que aceptando espacios de poder las opciones para negociar, y presionar, quedan mucho más reducidas.
Tendríais que ver la catarata de insultos que se están lanzando contra la CUP desde todo tipo de plataformas, redes, subredes, medios de propaganda... Gentes vinculadas con la burguesía catalana desde siempre dicen, ni más ni menos, que la CUP ha sido manipulada por los servicios secretos españoles que no quieren a Mas como president de la Generalitat. Los de Esquerra Republicana no se quedan atrás y les acusan de "botiflers" (partidarios de la monarquía borbónica en el siglo XVIII) y hay quien va más allá y les llama, incluso, "fascistas".
El día 2 de enero la CUP tomará la decisión definitiva. Será una reunión del Consejo Político y del Grupo de Acción Parlamentaria, junto con los representantes de las 13 asambleas territoriales que componen la CUP. Es decir, no va a ser sólo el organismo burocrático de coordinación quien tendrá que decidir, sino las asambleas de base en la práctica del horizontalismo democrático que está en los genes de la CUP y que es lo que diferencia a esta formación de cualquier otra del Estado español.
Por el momento, hay varias consecuencias negativas de todo lo que ha pasado: desde convertir a Mas en una especie de mártir y condicionar toda la negociación hasta dar argumentos a los "terceristas", tipo Podemos, que son una especie de ni-nis que no refuerzan, precisamente, ni el espectro de la izquierda ni de la ruptura con el régimen. Eso es algo que también tienen que evaluar y valorar.
Insisto, espero que voten que no, como hicieron mis amigos Lluis y Marina y sus hijas. Estas militan en la organización juvenil Arran (Raíz, en castellano) e hicieron muy buenas migas con mi hija, esa que tuvo durante dos días los ojos como platos ante lo que veía. Ahí estaban las tres, hartas de ser jóvenes precarias y sintiéndose excluidas de los espacios de poder y de decisión. "Si gana el apoyo a Mas nos vamos de la CUP", decían las catalanas con vehemencia. No lo harán, pero son un buen exponente de una juventud combativa que tiene muy claro que no hay que ceder ante la burguesía.
El Lince