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Me sorprendió, como a mucha gente, el conocer que Putin no iba a estar presente en el homenaje a Fidel Castro. Todo lo que había leído al respecto indicaba que iba a asistir, pero no lo hizo. Ahora se sabe por qué.
Putin ha sido el gran muñidor del acuerdo que acaba de alcanzar la OPEP para reducir la producción de petróleo y estabilizar y elevar el precio del barril. Rusia no es miembro de la OPEP, pero sí tiene un profundo interés en que el precio del barril de petróleo no baje de los 50 dólares porque todos los presupuestos que diseña para el próximo año parten de esta base. Eso significaría la definitiva recuperación económica y la muestra palpable de la inutilidad e ineficacia de las sanciones occidentales que sufre desde hace casi tres años.
Por su mediación, especialmente entre Irán y Arabia Saudita, la OPEP ha alcanzado un acuerdo que no se producía desde hace 15 años. Esta mediación tuvo lugar ayer, miércoles, y fue directamente entre Mohamed bin Salman, ahora mismo quien parece el más fuerte dentro de la guerra de poder que hay en Arabia Saudita, y el presidente iraní Hasán Rouhani. De forma indirecta aparece así en lo que he leído hoy en los medios iraníes, que añaden algo de cajón: "se pone de manifiesto así la creciente influencia de Rusia en el Medio Oriente".
Y la cosa, aunque inmediata, hay que enmarcarla un poco más allá, en la cumbre del G-20 que tuvo lugar en China en septiembre donde ya Rusia y Arabia Saudita acordaron cooperar en este ámbito para elevar el precio del barril de petróleo. A los dos países les interesaba: a los rusos, por la razón señalada, a los sauditas por su desastrosa situación como consecuencia del agujero que les ha supuesto la guerra de agresión a Yemen.
Según el acuerdo alcanzado, la OPEP va a reducir su producción y luego Rusia hará lo mismo. Es decir, que Arabia Saudita se pliega a lo que dice Rusia que si anuncia que forma parte de un acuerdo, que a nadie le quepa la menor duda que lo cumplirá. Pero primero quiere ver que los otros cumplen, y más tratándose de los sauditas. Algo parecido pasa con Irán, que se oponía con insistencia a esa reducción argumentando, más o menos, que tenía que recuperar el terreno perdido por los años de sanciones contra el país persa. Pero, a lo que se ve, Putin es muy persuasivo. Arabia Saudita es el país que más va a recortar su producción, pero también lo harán los otros. Incluido Irán. Así, aunque aparentemente nadie pierde y todo el mundo puede presentar a su gente el hecho como que ha ganado. Los sauditas, porque Irán ha cedido; los iraníes, porque son los sauditas quienes más van a recortar.
El Lince
Iran de hecho aumentará producción en 80,000 barriles diarios siendo el único que no reduce de toda la opep
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