Italia, 64.000 contagiados, casi 6.000 muertos por el COVID-19.
Italia, convocatoria de la Unión Sindical de Base de una huelga general mañana, día 25, para evitar que sigan abiertas las empresas no esenciales (800.000 en todo el país, un 40% de todo "el tejido productivo", como dice la neolengua del capitalismo, casi 12 millones de trabajadores en total). También habrá un paro simbólico en las empresas no esenciales.
Italia, preocupación en el gobierno por la convocatoria. 11 horas de hoy, día 24, reunión "de urgencia" con las principales centrales sindicales para que avalen sus medidas, pactadas -o impuestas- por la patronal y no secunden la huelga.
Pero antes...
Italia, 10 horas. La Comisión de Garantía sobre el Derecho de Huelga -la instancia gubernamental en este sentido- niega a la USB el derecho de convocarla argumentando que el país vive en "estado de emergencia" y solicita a la USB que la aplace hasta que dicha declaración no exista o que se limite a "una huelga meramente simbólica".
Italia, 10'30 horas. La Unión Sindical de Base afirma que no va a aceptar la resolución por "daño ireparable a la salud y seguridad de los trabajadores", dado que "la situación dramática a la que se ven abocados los y las trabajadoras al tener que acudir obligatoriamente al trabajo no permite ningún aplazamiento de la convocatoria, especialmente después de esta resolución farisaica".
Italia, 10'45 horas. Las principales empresas de Lombardía, el principal foco de coronavirus, afirman que secundarán la huelga, 8 horas por turno, por lo que todos los turnos la secundarán. En Lazio, con casi la mitad de afectados que Lombardía, también. El sector de la metalurgia de toda Italia parará.
Y después...
La base de los sindicatos mayoritarios está dividida. En Lombardía y Lazio se van a sumar a la huelga, bien sea siguiendo el llamamiento de la USB o bien realizando esos paros simbólicos de los que habla la Comisión de Garantía sobre el Derecho de Huelga. Los sindicatos mayoritarios están no solo por acatar lo que dice la CG, sino por apoyar al gobierno. Ahora bien, tendrán que explicar muy detenidamente y con argumentos cómo las industrias de fabricación de armas, por ejemplo, se mantienen abiertas. O los centros de distribución de Amazon. Salvo que las consideren esenciales, que también puede ser. Ya se sabe, el paquete o la vida.
El principal sindicato, la Confederación General de Trabajadores Italianos (CGIL), acusa al gobierno de haber "puesto en peligro" el acuerdo que tenía con ellos aunque aún no se atreve a dar el paso de romper. No obstante, sí critica aunque no pasa de ahí.
*****(Última hora, 20'00 horas: En un ejercicio supremo de irresponsabilidad, temoroso y peligroso para el futuro, las direcciones de los grandes sindicatos trasladan la responsabilidad de seguir o no la huelga a los representantes sindicales locales, lo que deja el campo abierto al chantaje de los empresarios y debilita la efectividad de la huelga)*****
Los sindicatos de hoy ya solo tienen eso de nombre, no de función. Están por la labor de hacer todo lo posible por la supervivencia del sistema económico, anteponiendo este objetivo al de la supervivencia de las personas que, en calidad de fuerza laboral, son quienes sostienen ese sistema. Incluso a costa de su vida.
El presidente de la patronal italiana, Cofindustria (una especie de CEOE española), lo ha dicho bien alto y claro: "¿Huelga? honestamente no puedo entender por qué. De la emergencia económica entramos en la economía de guerra. Si en situaciones normales producimos 150.000 millones al mes, si cerramos el 70% de las actividades significa que perdemos 100.000 millones cada treinta días".
Lo dicho: el sol no calienta igual para todas las cabezas, si no que pregunten al que está bajo el pie de los empresarios. O sea, a nosotros.
El Lince
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