Elogio de la estupidez (3)
Esto de ser un gran pensador agota. Mucho. Ya sabéis de mi afán por pasar a la historia escribiendo el "Elogio de la estupidez" y que, como sabéis también, es una obra que está inspirada en el "Elogio de la locura" de Erasmo de Roterdam. Pues bien, he terminado el capítulo tercero de mi gran obra, que pasará a la posteridad.
En este capítulo hablo de mis héroes que son, ni más ni menos, que dos agentes secretos rusos. Lo de secretos es un decir porque dicen que fueron quienes intentaron envenenar con el super letal gas Novichok (ese que no mata ni a una mosca) a un ex agente ruso y a su hija en Gran Bretaña y ahora dicen que fueron quienes causaron la explosión de un almacén militar en la República Checa. Digo que son mis héroes porque todo el mundo sabe quiénes son y, a pesar de ello, andan por ahí haciendo diabluras. Y digo que son mis héroes porque no se puede ser más torpe al ir dejando pistas y rastros por donde pasan para que todo el mundo sepa que son ellos.
Este capítulo hace un muy concienzudo análisis sobre estos dos agentes y sobre el Estado que les patrocina. Porque o bien su torpeza lo que hace es poner de manifiesto la mayor torpeza, aún, de los países donde actúan o es que Rusia no tiene más agentes secretos que estos dos, por eso son chicos para todo y lo mismo se pasean por Praga (supongo que no evitarían entrar en algún museo) o por Londres (donde harían lo mismo). A fin de cuentas, el pueblo ruso es bastante culto (herencia soviética) y, sobre todo, como buenos facinerosos saben que los museos son excelentes cuevas de ladrones que exhiben lo que ha sido saqueado a otros pueblos. Y el Museo Británico está en muy buena posición en eso de mostrar lo que los británicos han robado a otros pueblos.
Lo más curioso del caso es que esa explosión ocurrió en 2014, que el gobierno checo acusó directa y oficialmente, después de una investigación, a la empresa propietaria por "negligencia". Y ahora los responsables son mis héroes. Mira tú. Así, por sorpresa.
Estos dos agentes poco-secretos acaban de hacer un flaco favor a su país porque la República Checa, en represalia, no va a utilizar la vacuna Sputnik contra el coronavirus, no va a terminar una central nuclear con tecnología rusa (os apuesto una cerveza a que la terminará una empresa de EEUU) y ha expulsado a diplomáticos rusos. ¡Maldita sea! Rusia otra vez sin dinero, con lo que lo necesita por culpa de dos agentes torpes. Ni Pepe Gotera y Otilio lo hubiesen hecho mejor.
Y como todo el mundo sabe quiénes son estos dos agentes poco-secretos rusos se les da a conocer junto a sus fechorías una hora después -sí, una hora después- de que en Bielorrusia se hiciese público un complot para matar a Lukashenko. Esto no tendría nada de particular si no fuese porque quien ha descubierto el complot ha sido el servicio secreto ruso, con la colaboración del KGB bielorruso.
O sea, que si el servicio secreto ruso es tan eficaz ya me diréis qué hacen estos dos agentes poco-secretos en sus filas salvo que los tengan para poner en ridículo a todos sus colegas occidentales, que todo puede ser. Si no son capaces de coger a dos chapuzas cómo vamos a creer lo que dicen los servicios secretos occidentales, tan serios y profesionales desde aquello de las "armas de destrucción masiva en Irak", sobre cualquier cosa, ya sea la interferencia rusa en las elecciones de EEUU, en toda Europa, en el Ártico o en Júpiter. Y añadid lo que queráis.
Lo interesante de mi análisis es que entro a comparar a mis dos héroes con sus colegas rusos y bielorrusos. Que una operación como la de matar a Lukashenko haya sido ocultada con la estupidez checa dice mucho de que es cierta. Y también lo rápido con que EEUU lo ha desmentido, porque resulta que uno de los detenidos es ciudadano estadounidense.
Estamos en la práctica habitual de los Estados en este tipo de casos (menos con mis héroes, que todo el mundo sabe quiénes son y para quién trabajan): la negación plausible. O sea, negar que han estado detrás de todo. Como EEUU hizo tras el atentado contra Maduro en agosto de 2018 utilizando unos drones. En el caso de mis héroes, Rusia ha pedido oficialmente que se presenten las pruebas contra los dos agentes poco-secretos y los checos han dicho que nanai, que no las proporcionan pero que las tienen y que son ellos.
La República Checa está en la misma senda que el resto de Europa, fortaleciendo el frente anti-ruso aunque sea con payasadas. Destruye estatuas de los generales soviéticos que liberaron Praga de los nazis, por ejemplo, y ponen las de los colaboracionistas de los nazis. La UE ni habla ni siente. EEUU aplaude. Otra muestra de que la "gran esperanza para la democracia" que representa Biden (Lula dixit) va a hacer que echemos de menos a Trump.
El Lince
Recomiendo echar un vistazo a los países con las mayores tasas de mortandad por cada 100000 habitantes debido a la pandemia, porque durante unas semanas la marca mundial la ha tenido la República Checa, arrancando las pegatinas a Bélgica. Hazte capitallista para esto. Y ponte a lamer suelas para esto. Ya pueden quitar las estatuas que les de la gana: se van a seguir hundiendo igual, y va a llegar un punto en el que la gente va a dejar de tragar con tanta propaganda anticomunista de garrafón (porque para la derecha más idiota Rusia es, ha sido y será siempre comunista, gobierne quien gobierne)y va a empezar a exigir responsabilidades. Además de mala gente, payasos. Lo tienen todo.
ResponderEliminarSaludos
Dos son los temas de interes detras de estas noticias y otras referidas a los enemigos del viejo imperio. El primero es el analisis de fondo de la extraña guerra en curso (apenas cinetica y visible para la opinion publicaoccidental). El segundo tema es el protagomismo de las mentiras en esta epoca tan avanzada en las comunicaciones. Tengo la idea de que Goebbels era un infantil aprendiz de brujo. El cinismo del aparato mediatico actual solo es comparable a la estupidez general en nuestra "civilizacion" y, como alguien dijo, "contra la estupidez hasta los propios dioses luchan en vano". Saludos a los criticos, ilustrados y revolucionarios que lleguen hasta aqui
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