Un juego de palabras
Los kurdos y los sirios leales a Al-Asad están estos días inmersos en un juego de palabras. Unos dicen que hay coordinación, otros que nada de nada y que cuando un ejército se llama "Árabe" se indica claramente que se mantiene intacto el "supremacismo xenófobo árabe".
Cada uno juega su papel. Pero la evidencia es la que es y ésta es que los kurdos no habrían podido realizar la expansión que han hecho en el norte de Alepo sin el visto bueno y la coordinación no sólo con el Ejército Árabe Sirio y sus aliados, como Hizbulá, sino con los rusos. Aquí los kurdos han tenido que reconocer el papel de los rusos. Las Unidades de Protección Popular (YPG) y las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ) han coordinado su ofensiva no en una, sino en varias ocasiones con ambos. Es un reconocimiento tácito por parte del gobierno de Al-Asad que indica de forma clara por dónde van las cosas en lo que atañe al futuro de Siria y el camino claro hacia el reconocimiento de un Kurdistán autónomo. Esta posibilidad será incluida en la reforma constitucional que el gobierno sirio se ha comprometido a hacer.
Mientras unos y otros se enzarzan en este juego de palabras, hay quien lo tiene más que claro: los británicos. El Ministro de Asuntos Exteriores, Philip Hammond, ha mostrado claramente su "alarma" ante una coordinación a tres -kurdos, gobierno sirio y rusos- que ha roto totalmente las defensas de los "contras" moderadamente extremistas o extremistamente moderados. Hablando ante el parlamento británico ha dicho lo siguiente: "en las últimas semanas hemos visto una evidencia muy preocupante de la coordinación entre las fuerzas kurdas, el régimen sirio y el grupo aéreo ruso; estamos seriamente preocupados por ello".
Lo que preocupa a los británicos es que ahora mismo las fuerzas kurdas están a 13 kilómetros de la frontera turca y muy cerca de la ciudad de Azaz, con una zona de esta ciudad en su poder. Pero no son sólo los británicos quienes están preocupados por esta coordinación. Alemania también ha mostrado su "sorpresa" por la misma. Occidente nunca entiende nada y no ha entendido que la oficina que los kurdos sirios han abierto en Moscú es algo más que un símbolo.
Porque el que los representantes oficiales posen con el retrato de Ocalan debería haber hecho pensar a más de uno.
O el que Rusia presentase el 20 de febrero una resolución al Consejo de Seguridad de la ONU en la que se denunciaba los bombardeos turcos de las zonas kurdas en Siria. Aunque la resolución no fue aprobada por el rechazo de Occidente, su peso simbólico es más que claro.
Rusia ha hecho un movimiento que va a obligar a unos, los kurdos, y a otros, el gobierno sirio, a reposicionarse. Los kurdos no permitieron que en las zonas bajo su control se realizasen las elecciones presidenciales de 2014 pero ahora la situación es muy diferente. Rusia va a presionar a unos y a otros. Me atrevo a pronosticar que ahora que Asad ha dicho que habrá nuevas elecciones en abril, los kurdos van a tener que optar y que si no participan van a tener que aceptar que la gente sí lo haga. Lo que veo es que está ahora mismo en el interés de Damasco "abrir la representación nacional de los kurdos" con lo que su legitimidad, que ya es de hecho, lo sería de derecho buscando, inclusive, algún tipo de acuerdo que permitiese la construcción de un gobierno de unidad nacional. Eso aislaría totalmente a Turquía y daría un golpe de muerte a sus planes injerencistas. Al mismo tiempo, socavaría la influencia que intenta ejercer el Gobierno Regional del Kurdistán iraquí (en buenas relaciones con Turquía) en el movimiento kurdo.
El Lince
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