Las pérdidas para la economía capitalista mundial que ha supuesto la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea todavía siguen acumulándose. El referéndum fue el terremoto y lo que estamos viviendo son las réplicas, por más que el coro de propagandistas habituales, los antes llamados medios de comunicación, comiencen a decir que "los mercados" ya están recuperándose del efecto de ese terremoto. No, ni mucho menos. Estamos en lo de siempre, en unas cuantas verdades, en unas cuantas medias verdades y en muchas mentiras manifiestas. Y esta es una de ellas entre las más flagrantes.
Todo está patas arriba desde el histórico 23 de junio, especialmente los bonos del tesoro de los países a 2, 5, 7, 10 y 30 años, como podéis ver. Están hoy al mismo nivel que en 2012, por lo que cuando se habla de recuperación no es más que otro de los cuentos de hadas del capitalismo. Lo curioso del asunto es que muchos progres asumen este discurso con una absoluta falta de responsabilidad además de una absoluta ignorancia.
El icono clásico de la moribunda Unión Europea, el Banco de Alemania (Deutsche Bank) se está hundiendo -ayer volvió a tener pérdidas históricas- y ya está comenzando a ser considerado como "el banco más peligroso del mundo". Hablan de que su caída "puede ser sistémica", es decir, arrasando todo a su paso. Y ese todo es no sólo la moribunda UE, sino todo el sistema capitalista.
Para intentar evitarlo, al gobierno alemán (formado por una coalición entre cristianodemócratas y socialdemócratas) sólo se le ha ocurrido la misma solución que históricamente se les ocurre a los EEUU: fomentar el militarismo para recuperar el complejo militar-industrial. Alemania acaba de declarar que va a aumentar y fortalecer su ejército y que enviará más tropas al extranjero, especialmente al Este europeo donde la OTAN dice que hay que incrementar los efectivos para "contener a Rusia", y que va a "fortalecer la industria armamentística y de venta de armas".
El Deutsche Bank es el buque insignia de una flota que se hunde, como se está poniendo de manifiesto en Italia, en primer lugar. Sumad a las pérdidas generalizadas que está habiendo en toda Europa el que Italia tiene sus bancos en caída libre, que el gobierno de Renzi dice que va a aportar 40.000 millones de euros para evitar que colapsen -o sea, otro rescate a la banca, que no a los ciudadanos- y que la moribunda Unión Europea no sabe qué hacer puesto que, en sentido estricto y según sus propias reglas, esta decisión no sería legal porque "violaría las normas de ayudas". Pero no hay que preocuparse, buscarán algún subterfugio para hacer la vista gorda y retrasar, que no evitar, la catástrofe, ese "Armagedón financiero" que alguien predijo no hace mucho tiempo: el colapso del capitalismo.
El Banco Monte dei Paschi, el principal banco de Italia, ha caído un total del 19% desde el referéndum en Gran Bretaña, y otros bancos italianos importantes, pero no de tanta envergadura, lo están haciendo en porcentajes que van desde el 3'44% al 15'79%.
A lo mejor eso ayuda a entender el por qué Alemania, Francia e Italia se apresuraron -estos tres países solos- a decir que Gran Bretaña tenía que irse de inmediato de la UE tras el referéndum y no alargar el plazo hasta los dos años que proponía Cameron. Estos tres países son, además, los principales proveedores de fondos a la UE, por lo que son los primeros en sentir los efectos del terremoto y sus réplicas. Detrás de ellos, van todos los demás.
El Lince
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