Cuando el quid pro quo no es una equivocación
El 10 de octubre una manifestación neonazi contra las vacunas y otras cosas en Italia terminó con el asalto a una sede del sindicato CGIL, una especie de CCOO en el Estado español. De inmediato todos los "demócratas" salieron a defender en tromba al sindicato que si por algo se caracteriza es por su apoyo sistemático al gobierno de turno. Un pequeño repaso a cómo actuó en los momentos más duros de la pandemia lo tenéis en el apartado Italia.
La imagen del primer ministro italiano Mario Draghi arropando paternalmente al secretario general de la CGIL tras ese asalto es más significativa que ningún discurso.
Eso fue un día antes de que se hubiese convocado una huelga general en Italia, el 11 de octubre, a la que no se habían sumado ni la CGIL ni los otros sindicatos considerados "grandes". Pese a todo, a esa huelga se sumaron más de un millón de trabajadores y trabajadoras. Era una huelga contra los despidos en Alitalia (la gran compañía aérea del país), contra la explotación y la precariedad, el aumento del costo de la vida, los salarios cada vez más bajos y la destrucción de los servicios de salud, educación y otros servicios públicos. Y se añadió el antifascismo.
Estas son trabajadoras de Alitalia en esa huelga realizando una protesta en la Plaza Campidoglio, la llamada colina sagrada de Roma. Se quitaron sus uniformes de trabajo y los dejaron en la plaza, donde también está la sede central de Alitalia.
La CGIL y sus apoyos, incluyendo los gubernamentales, organizaron una manifestación el 16 de octubre contra el neofascismo y en rechazo al asalto a la sede.
¿Qué pasó entre el 11 y el 16? Pues una feroz campaña de los medios de propaganda contra los organizadores de la huelga general, a quienes acusaron veladamente de "terrorismo" por algunas acciones de los piquetes hablando de "riesgo generalizado de violencia". Y la CGIL callando.
Y quien calla, otorga. Lo que ha venido después es la consecuencia de ello.
El 20 de octubre el Senado italiano admitió una propuesta para ilegalizar al movimiento neofascista que asaltó la sede de la CGIL. Pero metiendo en el saco a otras organizaciones también, organizaciones de izquierda. Lo curioso (desde luego, no tanto) es que el Partido Democrático (ex Partido Comunista, hoy una especie de PSOE) retiró su propuesta de ilegalizar solo a los neofascistas para sumarse a la del saco, del totum revolutum de todos los demás partidos.
Aunque el Senado es casi inoperante porque corresponde al Congreso la potestad de ilegalización (que ya ha dicho que adelante) que, además, queda a criterio del gobierno el sí o el no definitivo, marca el rumbo de por dónde se debe actuar. Y en el documento que se ha aprobado se comienza diciendo que “El asalto a la sede de la CGIL llevado a cabo por representantes de Forza Nuova constituye no solo un grave acto contra el orden público, sino también una intolerable violación de los valores constitucionales de nuestro sistema (...) pero, de inmediato, se pasa a lo que interesa: "lamentablemente, episodios similares de violencia no son desconocidos en la historia reciente de nuestro país (...) y aquí se relata algunas acciones en huelgas -como digo, es el discurso que se utilizó contra la huelga general del 11 de octubre- aunque se arropa con un lenguaje como el que sigue: "episodios de violencia igualmente graves son atribuibles a organizaciones y asociaciones vinculadas tanto a la extrema izquierda como a la extrema derecha y al radicalismo islámico, activamente comprometidas en la propaganda antisemita dirigida instrumentalmente contra el Estado de Israel (...) el Partido Marxista Leninista Italiano de Florencia, que organiza la conmemoración del dictador Mao Tse Tung y publica carteles acusando a Israel de ser una nación de "criminales sionistas nazis" con fotos de un palestino armado; los cien centros sociales que luchan contra el "apartheid israelí", cuya lista se publica en línea (...). Podría seguir, pero con esto creo es más que suficiente para que os hagáis una idea.
Y se termina de esta manera: "Del Informe sobre la Política de Seguridad de la Información 2020 de la Presidencia del Consejo de Ministros también se desprende que "la evidencia recopilada por inteligencia en 2020, compartida sistemáticamente con las fuerzas policiales, refleja cómo el anarcoinsurreccionismo sigue siendo el componente subversivo endógeno más vital".
Ya está, ya se ha llegado a donde se quería y con el apoyo de los "demócratas" como la CGIL y todos los demás de la pretendida "izquierda". Este quid pro quo, uno por otro, no es una equivocación, porque eso es lo que significa la expresión latina. Los fascistas son parte del sistema, la izquierda revolucionaria no. Es una decisión que se ha estado buscando y que se implementará. Como cuando en Catalunya hubo protestas en la plaza de Urquiaona de Barcelona en 2019 y que todos los "demócratas habituales" calificaron de "violencia callejera de alta intensidad" llegando a equipararla a "terrorismo" y arremetiendo contra los Comités de Defensa de la República como "terroristas".
Esto demuestra por una parte que el sistema es fuerte, pero también débil. Fuerte porque se blinda con sus supuestos contrarios (los sindicatos) y débil porque cuando surgen las luchas solo tiene una salida: la represión. Con el apoyo de los sindicatos, se lanza una nueva muestra del autoritarismo social y político en el que flota el neofascismo, por ahora blando.
La historia, esa gran desconocida ahora que se reescribe, enseña que el fascismo es el hijo predilecto del liberalismo económico y solo la lucha puede evitarlo. Si no hay lucha, o se prohíbe, o se circunscribe a lo políticamente correcto el autoritarismo es inevitable al igual que la explotación en la que se sustenta.
El Lince
Y mientras, Putin avisando de que este modelo ya no da más de sí. No es que se vaya a hacer bolchevique, pero ya reconoce lo que otros siguen negando:
ResponderEliminarhttps://actualidad.rt.com/actualidad/407908-puntos-clave-discurso-putin
Cuánto acierto una vez más, siendo lo peor cuando estos manejos que resummes en Los fascistas son parte del sistema, la izquierda revolucionaria no...calan en los tuétanos
ResponderEliminarEste mes se cumplen 34 años del asesinato de Thomas Sankara. Uno de los dirigentes africanos más dignos y honestos. Presidente de la "Tierra de los Hombres Íntegros", apodado con razón el Che africano, para él y su ejemplo memoria y honor.
ResponderEliminarLince, quienes pisotean derechos son fascistas, lo mismo que quienes apoyan a los que pisotean derechos. Y los que callan son complices. Quienes pisotean derechos son las élites y la farmaindustria iatrogenica genocida con vacunas que no inmunizan y generan en cambio, numerosos y graves efectos. Quienes se oponen a las medidas dictatoriales solo defienden sus derechos. Y la izquierda, tan feliz con los gobiernos comprados para imponer la dictadura sanitaria.
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