No tan rápido, ni tan sencillo
Las elecciones en Hong Kong han sido todo un espectáculo de cómo se manipulan unos resultados. Todos los medios de propaganda de la burguesía -incluso los mal llamados "alternativos"- han repetido como un mantra la misma consigna: "los partidos pro-democráticos arrasan". Y se han centrado en quién ha ganado en los distritos y quién ha perdido. Pero no todo es tan sencillo.
Lo cierto es que esos partidos, que voy a denominar anti-chinos, han ganado la práctica totalidad de los distritos (algo así como concejales, aunque casi sin apenas potestad alguna) y se posicionan un poco mejor de cara a la elección del Consejo Legislativo el año que viene y de cara a quién presidirá la Región Administrativa Especial. Pero lo cierto es que lo han hecho por muy escaso margen de votos, dándose el caso de que en bastantes distritos han ganado por diferencias inferiores a los mil votos y en algunos incluso por menos de cien. Y el enrevesado sistema electoral les ha beneficiado claramente, como veréis.
Los resultados, fríos, son los siguientes:
- Alianza Democrática para el Mejoramiento y el Progreso de Hong Kong, 21 asientos, 492.042 votos. Este partido es pro-chino. Ha sufrido una pérdida del 4'61% de porcentaje hasta quedarse en el 16'78% del total de votantes.
- Partido Democrático, 91 asientos, 362.275 votos. Anti-chino. Ha perdido el 1'20%, quedándose en el 12'90%.
- Partido Cívico, 32 asientos, 141.713 votos. Anti-chino. Ha ganado el 1'21%, situándose en el 4'83%.
- Federación de Sindicatos de Hong Kong, 5 asientos, 128.796 votos. Pro-chino. Ha perdido el 1'72%, quedándose en el 4'61%.
- Neo Demócratas, 19 asientos, 87.923 votos. Anti-chino. Ha ganado el 0'08% situándose en el 3%.
- Nuevo Partido del Pueblo, ningún asiento, 79.975 votos. Pro-chino. Ha perdido el 2'51%, quedándose en el 2'73%
- Asociación de Hong Kong para la Democracia y los Medios de Vida del Pueblo, 19 asientos, 77.099 votos. Anti-chino. Ha perdido el 1'19% situándose en el 2'63%.
- Alianza de Empresas y Profesionales para Hong Kong, 3 asientos, 66.504 votos. Pro-chino. Ha ganado el 0'37% situándose en el 2'27%.
- Partido Laborista, 7 asientos, 28.036 votos. Anti-chino. Ha perdido el 0'60% sitiándose en el 0'96% del total de votantes.
Hay más partidos, con cifras inferiores: Marcha Comunitaria, 5 asientos; Red Comunitaria Tuen Mun, 4 asientos; Alianza Democrática Tai Po, 4 asientos; Conexión de Ten Shui Wai, 3 asientos, Pasión Cívica, 2 asientos; Poder Constructivo de Tsz Wan Shan, 2 asientos, etc, así hasta otros 23 partidillos más del campo anti-chino y otros 6 del campo pro-chino con dos y un asiento hasta hacer el total de los 452 que se han elegido. Hay que hacer notar que los candidatos independientes de uno y otro bando han logrado casi un millón de votos (609.261 los anti-chinos y 380.529 los pro-chinos).
Este es el panorama, por lo que no hay que ir tan rápido con la "derrota" de Beijing ni hacer "explicaciones" tan sencillas. Es obvio que los anti-chinos, mal llamados "pro-democráticos" han ganado de forma aplastante en asientos, pero la diferencia de votos no es tan grande. En total, y redondeando, los anti-chinos han logrado 1'6 millones de votos mientras que los pro-chinos han conseguido 1'2 millones.
Y hay que tener en cuenta otras dos cosas:
- En el actual Consejo Legislativo los anti-chinos tienen el 56% de los escaños (de ahí todo lo que se está viendo con las manifestaciones y legislaciones) por lo que aunque se aumente su número en el 2020 la situación de la RAE no cambiará en exceso. Sobre todo porque sigue vigente el acuerdo de cesión firmado en 1997 entre Gran Bretaña y China por el que el 50% de los escaños del parlamento son para las mafias económicas y financieras.
- Las funciones del consejo de distrito son muy limitadas y circunscritas a las condiciones de vida, como el transporte o la vivienda. Va a ser interesante ver ahora cómo estos partidos comienzan a preocuparse por cuestiones como la vivienda, por ejemplo. Un sector que únicamente ha contado con el apoyo del gobierno de Beijing y que lleva varios años inactivo en lo que respecta a la vivienda pública y con una especulación rampante.
Los EEUU y sus vasallos se han frotado las manos con los resultados, ahora tienen mayor "justificación" para presionar a China. Pero HK ya no es lo que era a nivel económico, ni mundial ni a nivel del PIB chino. Y China tiene preparadas alternativas claras a esta ciudad y lo que representa para el capitalismo.
Sí hay que hacer una aclaración: los votantes lo han hecho más en términos de identidad que de otro tipo, por eso hablo de pro y anti chinos. Esto vale para otros sitios como Bolivia, donde se votó pro y anti indígena, o Catalunya, donde la cosa es pro y anti España. Y esto nos lleva a un debate sobre la identidad, que no se quiere abordar desde la pretendida "izquierda" afirmando que lo que hay que priorizar es la cuestión social (vuelvo, por ejemplo, a Catalunya). En estas elecciones en HK la cuestión social no ha tenido la menor influencia ni el menor interés primando la identidad, pro y anti China. Así que a lo mejor esta es una cuestión de la que hay que tomar nota, que, por cierto, no deja de ser la que han resaltado los medios de propaganda occidentales.
El Lince
martes, 26 de noviembre de 2019
martes, 19 de noviembre de 2019
lunes, 18 de noviembre de 2019
La ira de Fanon
Ecuador, Chile, Bolivia... incluso Catalunya. O Líbano, o Irak, o Francia, o cualquier otro sitio y lugar. Poblaciones movilizadas, con reacciones diferentes en cada caso y que hacen diferentes unas situaciones que ya lo son en sí. Pero con un mismo común denominador: los efectos del colonialismo en las personas. La diferencia entre estos países está en cómo se está abordando ese efecto y en cómo se está luchando para su derrota.
¿Estos países son colonias? Formalmente no, al menos en sentido clásico del término. Hay independencia administrativa, cierto, pero no económica, ni militar, ni siquiera cultural. Y aquí aparece Frantz Fanon. Porque solo puede haber una verdadera emancipación si desaparecen del cerebro de la ciudadanía, de estos y de todos los países, los conceptos impuestos por el colonialismo.
Fanon enseñó en sus escritos cómo se puede derrotar al colonialismo a través del combate contra la subalternidad, o sea, el combate contra la interiorización de la posición subalterna de los colonizados respecto a los colonizadores. Es decir, la interiorización de que sólo es posible una sociedad similar a la del colono. Es la interiorización de que no se es capaz de cambiar la sociedad bajo nuevos parámetros, distintos a los de la metrópoli. Es la interiorización de la dominación cultural que hace que siempre se esté mirando a Occidente -las metrópolis- y que se necesite su autorización (por ejemplo, con los "observadores" y supervisores de las elecciones) para cualquier cosa.
Cuando se es incapaz de prescindir de esto se está aceptando el mecanismo colonizador (como la pasmosa ingenuidad de Evo Morales con la OEA) que acusa y acosa al colonizado de todo lo que le parezca, aunque no tenga ni lógica ni coherencia alguna (como la kafkiana actitud de la UE con Venezuela y con Bolivia sobre los "autoproclamados"). Por lo tanto, mientras no se rompa esta ligazón mental es imposible que el movimiento emancipatorio se afiance, así aparente que avanza durante algún tiempo como en Uruguay con Pepe Mújica, por ejemplo, o de nuevo Bolivia y los 14 años de Morales.
Porque para avanzar lo primero que hay que hacer es romper el marco mental donde te coloca el colonialismo. Y en América Latina, a excepción de Cuba, en ningún país se ha hecho. En Venezuela hay algo incipiente. Y en Chile hay ahora una buena muestra de ello con el rechazo al pacto institucional sobre la nueva Constitución con la que se quiere perpetuar la explotación social mantenida por el neopinochetismo (y Bachelet mirando a Venezuela mientras tanto). De lo que se pueda resistir y cómo será determinante para el desenlace.
Fanon, si viviese, estaría airado con la actitud de la CONAIE en Ecuador y con la de Evo Morales en Bolivia. Porque Fanon teorizó que solo cuando se pierde el miedo es cuando se comienza a avanzar, que cuando se ejerce la autodefensa es cuando el poder se tienta la ropa. Tanto la CONAIE como Evo han apostado por el concepto negativo de paz: ausencia de conflicto. Paz, esa paz, y después gloria para los de siempre, los criollos, siempre buenos alumnos de los colonizadores. En Bolivia los golpistas, pese a tener la fuerza, están a la defensiva con las movilizaciones indígenas y Evo las está frenando. En Ecuador ya se han frenado.
Fanon decía que la violencia en la calle equilibra la relación de subordinación de la población con el Estado y que hay que negar que la violencia sea un monopolio del Estado. Porque entonces el poder se equilibra y el Estado comienza a coger miedo. Por eso los golpistas de Bolivia dan carta blanca a militares y policías para disparar, porque tienen miedo. Por eso en Catalunya se intenta criminalizar cualquier tipo de expresión de resistencia cívica, bajo acusaciones de "terrorismo". Fanon tenía razón al decir que los colonizados, por el hecho de serlo, siempre reaccionan (América Latina puede remontarse a la lucha contra la metrópoli española para ver que eso es así) aunque muchas veces no se sepa hacia dónde.
Lo que estamos viendo en América Latina es una reacción pacífica contra las oligarquías, por el momento, con un gran epicentro en Chile (con la incógnita de Bolivia) y con expresiones a seguir y estudiar en Catalunya (donde el movimiento independentista supera y sobrepasa a los partidos) y Francia (los "chalecos amarillos" acaban de cumplir un año de lucha ininterrumpida) que están cambiando las percepciones sobre la capacidad de los pueblos para resistir y combatir.
La ira de Fanon con lo que está pasando en América Latina (y él era caribeño, no hay que olvidarlo) no solo sería ante el poderoso, sino fundamentalmente contra los doblegados, contra los explotados, contra sus "hermanos" (y él era negro, por lo que sabía lo que era la subalternidad) porque con su modo de estar en el mundo legitiman la explotación, la humillación y la desigualdad. Sin una emancipación mental sobre cómo pensar y actuar será imposible una emancipación real respecto de las minorías económicas y políticas que gobiernan, hoy y siempre, ajenas a los intereses de los pueblos y sumisas a los intereses del capital transnacional.
Esta canción la he puesto ya dos veces, pero sigue siendo actual. Ahora como cuando se cantó, y ya hace casi 40 años. Es la maldición de Malinche, de los colaboradores, de los imprescindibles para que se mantenga la explotación iniciada por los colonizadores y a quienes se sigue rindiendo pleitesía. Una y otra vez.
El Lince
Ecuador, Chile, Bolivia... incluso Catalunya. O Líbano, o Irak, o Francia, o cualquier otro sitio y lugar. Poblaciones movilizadas, con reacciones diferentes en cada caso y que hacen diferentes unas situaciones que ya lo son en sí. Pero con un mismo común denominador: los efectos del colonialismo en las personas. La diferencia entre estos países está en cómo se está abordando ese efecto y en cómo se está luchando para su derrota.
¿Estos países son colonias? Formalmente no, al menos en sentido clásico del término. Hay independencia administrativa, cierto, pero no económica, ni militar, ni siquiera cultural. Y aquí aparece Frantz Fanon. Porque solo puede haber una verdadera emancipación si desaparecen del cerebro de la ciudadanía, de estos y de todos los países, los conceptos impuestos por el colonialismo.
Fanon enseñó en sus escritos cómo se puede derrotar al colonialismo a través del combate contra la subalternidad, o sea, el combate contra la interiorización de la posición subalterna de los colonizados respecto a los colonizadores. Es decir, la interiorización de que sólo es posible una sociedad similar a la del colono. Es la interiorización de que no se es capaz de cambiar la sociedad bajo nuevos parámetros, distintos a los de la metrópoli. Es la interiorización de la dominación cultural que hace que siempre se esté mirando a Occidente -las metrópolis- y que se necesite su autorización (por ejemplo, con los "observadores" y supervisores de las elecciones) para cualquier cosa.
Cuando se es incapaz de prescindir de esto se está aceptando el mecanismo colonizador (como la pasmosa ingenuidad de Evo Morales con la OEA) que acusa y acosa al colonizado de todo lo que le parezca, aunque no tenga ni lógica ni coherencia alguna (como la kafkiana actitud de la UE con Venezuela y con Bolivia sobre los "autoproclamados"). Por lo tanto, mientras no se rompa esta ligazón mental es imposible que el movimiento emancipatorio se afiance, así aparente que avanza durante algún tiempo como en Uruguay con Pepe Mújica, por ejemplo, o de nuevo Bolivia y los 14 años de Morales.
Porque para avanzar lo primero que hay que hacer es romper el marco mental donde te coloca el colonialismo. Y en América Latina, a excepción de Cuba, en ningún país se ha hecho. En Venezuela hay algo incipiente. Y en Chile hay ahora una buena muestra de ello con el rechazo al pacto institucional sobre la nueva Constitución con la que se quiere perpetuar la explotación social mantenida por el neopinochetismo (y Bachelet mirando a Venezuela mientras tanto). De lo que se pueda resistir y cómo será determinante para el desenlace.
Fanon, si viviese, estaría airado con la actitud de la CONAIE en Ecuador y con la de Evo Morales en Bolivia. Porque Fanon teorizó que solo cuando se pierde el miedo es cuando se comienza a avanzar, que cuando se ejerce la autodefensa es cuando el poder se tienta la ropa. Tanto la CONAIE como Evo han apostado por el concepto negativo de paz: ausencia de conflicto. Paz, esa paz, y después gloria para los de siempre, los criollos, siempre buenos alumnos de los colonizadores. En Bolivia los golpistas, pese a tener la fuerza, están a la defensiva con las movilizaciones indígenas y Evo las está frenando. En Ecuador ya se han frenado.
Fanon decía que la violencia en la calle equilibra la relación de subordinación de la población con el Estado y que hay que negar que la violencia sea un monopolio del Estado. Porque entonces el poder se equilibra y el Estado comienza a coger miedo. Por eso los golpistas de Bolivia dan carta blanca a militares y policías para disparar, porque tienen miedo. Por eso en Catalunya se intenta criminalizar cualquier tipo de expresión de resistencia cívica, bajo acusaciones de "terrorismo". Fanon tenía razón al decir que los colonizados, por el hecho de serlo, siempre reaccionan (América Latina puede remontarse a la lucha contra la metrópoli española para ver que eso es así) aunque muchas veces no se sepa hacia dónde.
Lo que estamos viendo en América Latina es una reacción pacífica contra las oligarquías, por el momento, con un gran epicentro en Chile (con la incógnita de Bolivia) y con expresiones a seguir y estudiar en Catalunya (donde el movimiento independentista supera y sobrepasa a los partidos) y Francia (los "chalecos amarillos" acaban de cumplir un año de lucha ininterrumpida) que están cambiando las percepciones sobre la capacidad de los pueblos para resistir y combatir.
La ira de Fanon con lo que está pasando en América Latina (y él era caribeño, no hay que olvidarlo) no solo sería ante el poderoso, sino fundamentalmente contra los doblegados, contra los explotados, contra sus "hermanos" (y él era negro, por lo que sabía lo que era la subalternidad) porque con su modo de estar en el mundo legitiman la explotación, la humillación y la desigualdad. Sin una emancipación mental sobre cómo pensar y actuar será imposible una emancipación real respecto de las minorías económicas y políticas que gobiernan, hoy y siempre, ajenas a los intereses de los pueblos y sumisas a los intereses del capital transnacional.
Esta canción la he puesto ya dos veces, pero sigue siendo actual. Ahora como cuando se cantó, y ya hace casi 40 años. Es la maldición de Malinche, de los colaboradores, de los imprescindibles para que se mantenga la explotación iniciada por los colonizadores y a quienes se sigue rindiendo pleitesía. Una y otra vez.
El Lince
lunes, 11 de noviembre de 2019
De golpes y errores
Otro golpe más en América Latina, esta vez en Bolivia. La lista sólo en lo que va de siglo sigue el mismo patrón que en el siglo anterior, y el anterior...
- 2002, golpe en Venezuela contra Hugo Chávez.
- 2004, golpe en Haití contra Jean Bertrand Aristide.
- 2009, golpe en Honduras contra Manuel Zelaya.
- 2012, golpe en Paraguay contra Fernando Lugo.
- 2015, golpe en Brasil contra Dilma Rousseff.
- 2019, golpe en Venezuela contra Nicolás Maduro.
- 2019, golpe en Bolivia contra Evo Morales.
No está mal la media, desde luego. En unos el golpe fue derrotado (Venezuela), en otros se utilizaron técnicas nuevas como los vericuetos constitucionales (Paraguay, Brasil), en otros una combinación de movimientos militares con políticos (Haití, Honduras) y en el de Bolivia se ha seguido a pies juntillas el modelo que se lleva un año intentando contra Venezuela (movilizaciones, cada vez más violentas y racistas, de la llamada "oposición" y militares junto a la deslegitimación insticional a través de la OEA).
Se está hablando mucho sobre las lecciones a aprender (y mira que ha habido ocasiones en estos años y se ha seguido tropezando en la misma piedra), pero a mi modo de ver en lo que hay que hacer hincapié es en los errores que se cometen una y otra vez.
El golpe en Bolivia ha seguido el mismo patrón, se ha desarollado de la misma manera, que se intentó en Venezuela a principios de este año, y en años anteriores, utilizando como detonante las elecciones y el rápido movimiento de EEUU y sus vasallos (dentro y fuera de América Latina) para no reconocer los resultados si eran desfavorables a sus intereses. Y, como en Venezuela, buscando la complicidad y utilizando la presión sobre el Ejército, por una parte, y utilizando instrumentos como la OEA para desligitimar al gobierno. Lo que no funcionó en Venezuela sí ha funcionado en Bolivia, por lo que hay que hacerse unas cuantas preguntas y, sobre todo, hacer un somero repaso de los errores.
El primero, y fundamental, es achacable al propio Morales cuando en 2016 celebró un referéndum para modificar un artículo de la Constitución, que él mismo consideró su mayor logro al alcanzar la presidencia por primera vez, sobre si era posible o no ir a una nueva renovación del mandato presidencial más allá de los plazos establecidos de dos mandatos por cinco años cada uno. El resultado fue negativo para Morales, 51% frente a 49%. Pero Morales utilizó una fórmula legal para dar la vuelta al resultado y postularse a una nueva reelección, lo que dio alas a los derechistas.
En vez de fortalecer al Movimiento al Socialismo, y trabajar para reforzar a un canditado que mantuviese y ampliase lo logrado, que no es poco, se apostó por él mismo. Eso pone de relieve la debilidad del MAS y de sus aliados, que lo apostaban todo a una figura, la de Morales, poniendo de relieve que fuera de los pueblos originarios no está tan arraigado en la sociedad como lo está el chavismo en Venezuela, por lo que la capacidad de movilización no es tan alta y ha dejado el terreno casi libre a los derechistas, que campan a su antojo.
Esta falta de reacción ha servido para que el Ejército acabase decidiendo la partida, sin que la oficialidad media, esta sí en gran parte de extracción indígena -otro de los logros de Morales- haya tenido la más mínima capacidad de respuesta a la postura golpista de los mandos superiores.
Esta es una diferencia sustancial con Venezuela, donde la gran mayoría de los altos mandos, así como de los oficiales medios, han defendido la soberanía del país y se han negado a sucumbir a los cantos de sirena de EEUU. Eso y la contundente respuesta de la gran mayoría del pueblo venezolano, no hay que olvidarlo.
El segundo es haber aceptado a una OEA que desde el primer momento
desconoció los resultados de las elecciones presidenciales de hace
un par de semanas. La misma OEA que ha declarado la ilegimidad de
Maduro en Venezuela, la misma que ha otorgado la representación de
Venezuela a un golpista como Guaidó es llamada por Bolivia para
monitorear el resultado. ¿De verdad Morales es tan ingenuo para
supòner que iba a decir otra cosa que lo que ha dicho? Si lo es, no
hay que llorar por el desarrollo consiguiente sino hacerse una
pregunta básica: ¿por qué los gobiernos supuestamente progres, y
el de Morales lo era, aceptan y forman parte de este tipo de instrumentos diseñados
por y para el imperialismo? Otra vez hay que dar la razón a Cuba, y
alabar su dignidad al estar fuera de este engrendo negándose a
incorporarse a ella -de la que previamente fue expulsada en 1962- y reafirmar que Venezuela hizo un tardío movimiento, pero importante, de retirarse de la misma aunque este mismo organismo violase su propia normativa rechazando dicha postura y aceptando al golpista Guaidó. La ingenuidad de Morales ha sido pasmosa.
La conclusión es obvia, a las derrotas de Venezuela y Argentina la respuesta de EEUU ha sido la de siempre, lo que pone de manifiesto que eso de que se ha parado la ofensiva neoliberal en América Latina es más que cuestionable. Y que eso de la conciliación de clases no es más que otra elucubración de los "progres" que ocultan sus carencias ideológicas porque si bien Evo Morales hizo mucho por elevar el nivel de vida de la población nunca se ha aceptado por parte de la oligarquía el perder ni un poco de sus privilegios, que ha mantenido con Morales.
Bolivia volverá al redil derechista si no hay reacción popular contundente y las consecuencias serán las obvias. Y de nuevo otra década perdida, y de nuevo a empezar. Lo malo no es que se resista y se combata, sino que siempre hay que empezar de nuevo y nunca se va más allá. Por eso el ejemplo de Cuba será siempre eso: un ejemplo.
El Lince
Otro golpe más en América Latina, esta vez en Bolivia. La lista sólo en lo que va de siglo sigue el mismo patrón que en el siglo anterior, y el anterior...
- 2002, golpe en Venezuela contra Hugo Chávez.
- 2004, golpe en Haití contra Jean Bertrand Aristide.
- 2009, golpe en Honduras contra Manuel Zelaya.
- 2012, golpe en Paraguay contra Fernando Lugo.
- 2015, golpe en Brasil contra Dilma Rousseff.
- 2019, golpe en Venezuela contra Nicolás Maduro.
- 2019, golpe en Bolivia contra Evo Morales.
No está mal la media, desde luego. En unos el golpe fue derrotado (Venezuela), en otros se utilizaron técnicas nuevas como los vericuetos constitucionales (Paraguay, Brasil), en otros una combinación de movimientos militares con políticos (Haití, Honduras) y en el de Bolivia se ha seguido a pies juntillas el modelo que se lleva un año intentando contra Venezuela (movilizaciones, cada vez más violentas y racistas, de la llamada "oposición" y militares junto a la deslegitimación insticional a través de la OEA).
Se está hablando mucho sobre las lecciones a aprender (y mira que ha habido ocasiones en estos años y se ha seguido tropezando en la misma piedra), pero a mi modo de ver en lo que hay que hacer hincapié es en los errores que se cometen una y otra vez.
El golpe en Bolivia ha seguido el mismo patrón, se ha desarollado de la misma manera, que se intentó en Venezuela a principios de este año, y en años anteriores, utilizando como detonante las elecciones y el rápido movimiento de EEUU y sus vasallos (dentro y fuera de América Latina) para no reconocer los resultados si eran desfavorables a sus intereses. Y, como en Venezuela, buscando la complicidad y utilizando la presión sobre el Ejército, por una parte, y utilizando instrumentos como la OEA para desligitimar al gobierno. Lo que no funcionó en Venezuela sí ha funcionado en Bolivia, por lo que hay que hacerse unas cuantas preguntas y, sobre todo, hacer un somero repaso de los errores.
El primero, y fundamental, es achacable al propio Morales cuando en 2016 celebró un referéndum para modificar un artículo de la Constitución, que él mismo consideró su mayor logro al alcanzar la presidencia por primera vez, sobre si era posible o no ir a una nueva renovación del mandato presidencial más allá de los plazos establecidos de dos mandatos por cinco años cada uno. El resultado fue negativo para Morales, 51% frente a 49%. Pero Morales utilizó una fórmula legal para dar la vuelta al resultado y postularse a una nueva reelección, lo que dio alas a los derechistas.
En vez de fortalecer al Movimiento al Socialismo, y trabajar para reforzar a un canditado que mantuviese y ampliase lo logrado, que no es poco, se apostó por él mismo. Eso pone de relieve la debilidad del MAS y de sus aliados, que lo apostaban todo a una figura, la de Morales, poniendo de relieve que fuera de los pueblos originarios no está tan arraigado en la sociedad como lo está el chavismo en Venezuela, por lo que la capacidad de movilización no es tan alta y ha dejado el terreno casi libre a los derechistas, que campan a su antojo.
Esta falta de reacción ha servido para que el Ejército acabase decidiendo la partida, sin que la oficialidad media, esta sí en gran parte de extracción indígena -otro de los logros de Morales- haya tenido la más mínima capacidad de respuesta a la postura golpista de los mandos superiores.
Esta es una diferencia sustancial con Venezuela, donde la gran mayoría de los altos mandos, así como de los oficiales medios, han defendido la soberanía del país y se han negado a sucumbir a los cantos de sirena de EEUU. Eso y la contundente respuesta de la gran mayoría del pueblo venezolano, no hay que olvidarlo.
La conclusión es obvia, a las derrotas de Venezuela y Argentina la respuesta de EEUU ha sido la de siempre, lo que pone de manifiesto que eso de que se ha parado la ofensiva neoliberal en América Latina es más que cuestionable. Y que eso de la conciliación de clases no es más que otra elucubración de los "progres" que ocultan sus carencias ideológicas porque si bien Evo Morales hizo mucho por elevar el nivel de vida de la población nunca se ha aceptado por parte de la oligarquía el perder ni un poco de sus privilegios, que ha mantenido con Morales.
Bolivia volverá al redil derechista si no hay reacción popular contundente y las consecuencias serán las obvias. Y de nuevo otra década perdida, y de nuevo a empezar. Lo malo no es que se resista y se combata, sino que siempre hay que empezar de nuevo y nunca se va más allá. Por eso el ejemplo de Cuba será siempre eso: un ejemplo.
El Lince
sábado, 9 de noviembre de 2019
El lado oscuro del 3'5%
Quienes se dedican a las matemáticas llevan varias semanas en una febril actividad. El éxito de Gene Sharp en el desmembramiento de la ex-Yugoslavia, de forma especial en Serbia, es ya casi historia. Ríos y ríos de tinta han corrido desde entonces y ha sido la derecha tradicional (la nueva es la supuesta izquierda) quien más empeño ha puesto en llevar a la práctica eso de la lucha no violenta... aunque no son los casos de Bolivia ahora o antes en Venezuela. Y en Hong Kong.
Sin descartar del todo esa teoría, ahora se da un paso más. Y la casa matriz sigue estando donde siempre ha estado, en EEUU. Si Sharp lo hizo desde Massachusetts, ahora el relevo lo ha cogido Harvard de la mano de Erica Chenoweth -que se define como discípula de Sharp aunque tambien dice que las fuentes en las que se basa para establecer su teoría de los porcentajes son Gandhi, la abolicionista Sojourner Truth, la sufragista Susan Anthony y el archiconocido Martin Luther King, estos tres estadounidenses, por supuesto- y que se ha puesto a hacer números llegando a la conclusión de que si el 3'5% de la población de un país se involucra en las movilizaciones "por la libertad", de una forma pacífica y no violenta, se garantiza el cambio político de un país. Lo más curioso no es que se hagan matemáticas con esta historia, sino que se pone un énfasis especial en desmontar el argumento de que la resistencia violenta se deba a factores estructurales como la pobreza, por ejemplo.
Como esto es difícil de sostener, establece una comparación entre diferentes casos de cambios políticos, "de régimen", dice ella, en el mundo -de forma especial desde 1989- llegando a la conclusión de que la proporción es del 53% de casos en los que la resistencia no violenta ha tenido resultados frente al 26% en los que lo ha sido la violenta y en el resto de casos no triunfó ni una ni otra. En el primer caso pone como ejemplo a Serbia, Filipinas y Georgia, por ejemplo, y en el segundo a Timor Este como paradigma. Y, por supuesto, ni una palabra del apoyo internacional a una forma u otra (que a veces es la misma, como ocurrió en Serbia y en Kosovo, llegando a los bombardeos en defensa del "cambio de régimen").
Así que en Chile ya pueden poner a hacer cuentas: si hay 18 millones de habitantes, el 3'5% serían 600.000 personas las que constituirían la vanguardia, así que a conseguirlas movilizadas permanentemente y ni gobierno, ni ejército pinochetista, ni carabineros podrán hacer nada. A parte de matar, torturar, violar, mutilar, herir y detener, se entiende. Porque Chenowteh está convencida que una movilización sostenida de este porcentaje de personas provocará "cambios en la lealtad entre los antiguos partidarios del gobierno, incluidos los miembros del establecimiento militar".
Situada el personaje y establecido de qué va la cosa -sin entrar en detalles de omisiones clamorosas de su estudio como Nepal, por ejemplo, o el hecho de que en la misma Filipinas todavía hay una fuerte insurgencia armada- os diré que yo he llegado a esta mujer investigando un poco la revuelta de Hong Kong.
Es sabido que cualquier estupidez de EEUU es seguida con delectación en muchas partes del mundo y por mucha gente que todavía sigue creyendo en los cuentos de hadas. Una vez conocí a una persona, de un país latinoamericano, que decía que la riqueza de una ciudad se veía por su número de rascacielos. Y lo decía en serio. Pues en Hong Kong hay ni más ni menos que 355 rascacielos de más de 150 metros de altura y ni me molesto en deciros cuántos están por debajo de ellos pero sí que Hong Kong tiene más rascacielos que cualquier otra metrópoli del mundo. Siguiendo tan simple argumento, propio de los "liberales", no es extraña la fascinación con Hong Kong como ejemplo del éxito del "mercado libre". Y todavía los simples siguen diciendo que Hong Kong es "una combinación exitosa de libertad política y económica".
No voy a recordaros lo que ya comenté de cómo las mafias económicas y financieras controlan la Región Administrativa Especial desde que Gran Bretaña, la anterior colonizadora, la devolvió a China en 1997 aunque estableciendo que se mantendría un estatus especial para el capitalismo durante 50 años, aceptado por China con aquello de "un país, dos sistemas". Alguien se ha referido a Hong Kong como una plutocracia que absorbe el jugo de sus súbditos. No le falta razón.
En Hong Kong los niveles de pobreza son escalofriantes, mucho más que en cualquier otro lugar del mundo. Se dice que HK es uno de los lugares donde hay una mejor educación escolar y es cierto, pero se oculta convenientemente que ha sido incrementada notablemente desde su devolución a China. Como también se oculta que en HK hay toda una generación de personas analfabetas o prácticamente analfabetas que, precisamente por ello y como consecuencia del colonialismo británico, apenas tienen acceso a puestos de trabajo y viven de los subsidios gubernamentales. Minucias para quienes defienden el "libre mercado".
Pero detrás de esta retórica está la realidad, y es muy oscura por no decir negra. Las mafias económicas y financieras que controlan HK -por ley impuesta por Gran Bretaña, y aceptada por China para la devolución, tienen la mitad de los escaños del parlamento- se oponen sistemáticamente a cualquier regulación que suponga un aumento del bienestar de la población. De ahí que los salarios lleven 10 años estancados o que el alquiler haya subido un 300% en este tiempo, por mencionar solo dos casos a los que ya hice referencia.
Hay más datos, muchos más. El coeficiente Gini, la medida estándar de la desigualdad social entre los economistas, dice que en HK, en 2018, se situó en el 0'54, es decir, al mismo nivel que en México o en Argentina, por no dar más datos, mientras que el de China es del 0'44. Según este índice, cuanto más cerca del 1 más desigualdad y cuanto más cerca del 0 más igualdad.
Si quienes se acercan por ahí deseando hacer la foto del año se molestasen en mirar a su alrededor verían algo mucho más oscuro que el objetivo de su cámara. La vivienda, por ejemplo, donde el metro cuadrado está en los 20.000 euros. Haced una simple operación y se os pondrán los ojos como platos de lo que cuesta, por ejemplo, un piso o apartamento de 40 metros cuadrados. Durante la colonia británica, más de la tercera parte de la población vivía en condiciones miserables. Con la devolución a China, se comenzaron a construir viviendas públicas para todo ese sector, que pudo acceder a una vivienda más o menos digna gracias a los subsidios gubernamentales. Gracias a ello, en 2016 el 45% de la población vivía en una de estas viviendas. Pero desde entonces no ha habido movimiento alguno, apenas se construye. Eso significa que el resto tiene que recurrir al "mercado libre". Y aquí los precios, como he mencionado, son estratosféricos.
Esta no es una reivindicación de quienes protestan, para nada. Ni una sola mención. Quien sí lo hace, curiosamente, es el gobierno de la Región Administrativa Especial: empieza a dar a conocer datos -que siempre ha tenido, pero que pocas veces ha reconocido- como que 1'35 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza (de una población de 7 millones). Y lo hace para poner a los manifestantes ante sus propias contradicciones porque aquí la crítica por la falta de vivienda iría más hacia las mafias económicas y financieras que contra el gobierno. ¿Por qué? Pues porque las mafias económicas y finaiceras están especulando con esta falta de vivienda subdividiendo los pisos y apartamentos, reduciendo el espacio hasta lo inverosímil.
Quienes se dedican a las matemáticas llevan varias semanas en una febril actividad. El éxito de Gene Sharp en el desmembramiento de la ex-Yugoslavia, de forma especial en Serbia, es ya casi historia. Ríos y ríos de tinta han corrido desde entonces y ha sido la derecha tradicional (la nueva es la supuesta izquierda) quien más empeño ha puesto en llevar a la práctica eso de la lucha no violenta... aunque no son los casos de Bolivia ahora o antes en Venezuela. Y en Hong Kong.
Sin descartar del todo esa teoría, ahora se da un paso más. Y la casa matriz sigue estando donde siempre ha estado, en EEUU. Si Sharp lo hizo desde Massachusetts, ahora el relevo lo ha cogido Harvard de la mano de Erica Chenoweth -que se define como discípula de Sharp aunque tambien dice que las fuentes en las que se basa para establecer su teoría de los porcentajes son Gandhi, la abolicionista Sojourner Truth, la sufragista Susan Anthony y el archiconocido Martin Luther King, estos tres estadounidenses, por supuesto- y que se ha puesto a hacer números llegando a la conclusión de que si el 3'5% de la población de un país se involucra en las movilizaciones "por la libertad", de una forma pacífica y no violenta, se garantiza el cambio político de un país. Lo más curioso no es que se hagan matemáticas con esta historia, sino que se pone un énfasis especial en desmontar el argumento de que la resistencia violenta se deba a factores estructurales como la pobreza, por ejemplo.
Como esto es difícil de sostener, establece una comparación entre diferentes casos de cambios políticos, "de régimen", dice ella, en el mundo -de forma especial desde 1989- llegando a la conclusión de que la proporción es del 53% de casos en los que la resistencia no violenta ha tenido resultados frente al 26% en los que lo ha sido la violenta y en el resto de casos no triunfó ni una ni otra. En el primer caso pone como ejemplo a Serbia, Filipinas y Georgia, por ejemplo, y en el segundo a Timor Este como paradigma. Y, por supuesto, ni una palabra del apoyo internacional a una forma u otra (que a veces es la misma, como ocurrió en Serbia y en Kosovo, llegando a los bombardeos en defensa del "cambio de régimen").
Así que en Chile ya pueden poner a hacer cuentas: si hay 18 millones de habitantes, el 3'5% serían 600.000 personas las que constituirían la vanguardia, así que a conseguirlas movilizadas permanentemente y ni gobierno, ni ejército pinochetista, ni carabineros podrán hacer nada. A parte de matar, torturar, violar, mutilar, herir y detener, se entiende. Porque Chenowteh está convencida que una movilización sostenida de este porcentaje de personas provocará "cambios en la lealtad entre los antiguos partidarios del gobierno, incluidos los miembros del establecimiento militar".
Situada el personaje y establecido de qué va la cosa -sin entrar en detalles de omisiones clamorosas de su estudio como Nepal, por ejemplo, o el hecho de que en la misma Filipinas todavía hay una fuerte insurgencia armada- os diré que yo he llegado a esta mujer investigando un poco la revuelta de Hong Kong.
Es sabido que cualquier estupidez de EEUU es seguida con delectación en muchas partes del mundo y por mucha gente que todavía sigue creyendo en los cuentos de hadas. Una vez conocí a una persona, de un país latinoamericano, que decía que la riqueza de una ciudad se veía por su número de rascacielos. Y lo decía en serio. Pues en Hong Kong hay ni más ni menos que 355 rascacielos de más de 150 metros de altura y ni me molesto en deciros cuántos están por debajo de ellos pero sí que Hong Kong tiene más rascacielos que cualquier otra metrópoli del mundo. Siguiendo tan simple argumento, propio de los "liberales", no es extraña la fascinación con Hong Kong como ejemplo del éxito del "mercado libre". Y todavía los simples siguen diciendo que Hong Kong es "una combinación exitosa de libertad política y económica".
No voy a recordaros lo que ya comenté de cómo las mafias económicas y financieras controlan la Región Administrativa Especial desde que Gran Bretaña, la anterior colonizadora, la devolvió a China en 1997 aunque estableciendo que se mantendría un estatus especial para el capitalismo durante 50 años, aceptado por China con aquello de "un país, dos sistemas". Alguien se ha referido a Hong Kong como una plutocracia que absorbe el jugo de sus súbditos. No le falta razón.
En Hong Kong los niveles de pobreza son escalofriantes, mucho más que en cualquier otro lugar del mundo. Se dice que HK es uno de los lugares donde hay una mejor educación escolar y es cierto, pero se oculta convenientemente que ha sido incrementada notablemente desde su devolución a China. Como también se oculta que en HK hay toda una generación de personas analfabetas o prácticamente analfabetas que, precisamente por ello y como consecuencia del colonialismo británico, apenas tienen acceso a puestos de trabajo y viven de los subsidios gubernamentales. Minucias para quienes defienden el "libre mercado".
Pero detrás de esta retórica está la realidad, y es muy oscura por no decir negra. Las mafias económicas y financieras que controlan HK -por ley impuesta por Gran Bretaña, y aceptada por China para la devolución, tienen la mitad de los escaños del parlamento- se oponen sistemáticamente a cualquier regulación que suponga un aumento del bienestar de la población. De ahí que los salarios lleven 10 años estancados o que el alquiler haya subido un 300% en este tiempo, por mencionar solo dos casos a los que ya hice referencia.
Hay más datos, muchos más. El coeficiente Gini, la medida estándar de la desigualdad social entre los economistas, dice que en HK, en 2018, se situó en el 0'54, es decir, al mismo nivel que en México o en Argentina, por no dar más datos, mientras que el de China es del 0'44. Según este índice, cuanto más cerca del 1 más desigualdad y cuanto más cerca del 0 más igualdad.
Si quienes se acercan por ahí deseando hacer la foto del año se molestasen en mirar a su alrededor verían algo mucho más oscuro que el objetivo de su cámara. La vivienda, por ejemplo, donde el metro cuadrado está en los 20.000 euros. Haced una simple operación y se os pondrán los ojos como platos de lo que cuesta, por ejemplo, un piso o apartamento de 40 metros cuadrados. Durante la colonia británica, más de la tercera parte de la población vivía en condiciones miserables. Con la devolución a China, se comenzaron a construir viviendas públicas para todo ese sector, que pudo acceder a una vivienda más o menos digna gracias a los subsidios gubernamentales. Gracias a ello, en 2016 el 45% de la población vivía en una de estas viviendas. Pero desde entonces no ha habido movimiento alguno, apenas se construye. Eso significa que el resto tiene que recurrir al "mercado libre". Y aquí los precios, como he mencionado, son estratosféricos.
Esta no es una reivindicación de quienes protestan, para nada. Ni una sola mención. Quien sí lo hace, curiosamente, es el gobierno de la Región Administrativa Especial: empieza a dar a conocer datos -que siempre ha tenido, pero que pocas veces ha reconocido- como que 1'35 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza (de una población de 7 millones). Y lo hace para poner a los manifestantes ante sus propias contradicciones porque aquí la crítica por la falta de vivienda iría más hacia las mafias económicas y financieras que contra el gobierno. ¿Por qué? Pues porque las mafias económicas y finaiceras están especulando con esta falta de vivienda subdividiendo los pisos y apartamentos, reduciendo el espacio hasta lo inverosímil.
Una muestra, que no por ello os resultará desconocida seguramente. Es un reportaje de una televisión australiana, para que no se diga.
Eso la vivienda, ¿y el trabajo? Pues la jornada laboral es de 48 horas a 60 horas semanales (se descansa solo el domingo) aunque no hay una regulación de horas establecida por ley. Son las empresas quienes deciden los horarios... y las vacaciones: una semana al año si se ha trabajado todo el año, dos semanas tras nueve años de trabajo en la misma empresa.
¿Alguna protesta de los manifestantes? No la busquéis. La OCDE dijo el año 2015 que HK era el lugar desarrollado donde más se trabajaba, un total de 2.606 horas al año. En México, por volver al ejemplo anterior, son 2.246 mientras que son 1.691 en el Estado canalla, más conocido como España.
Si HK es tan rico, la meca del "libre comercio", el modelo que inspiró a los Chicago Boys (que trasladaron a Chile, por cierto, gracias a Pinochet) ¿por qué se trabaja tanto? La respuesta es obvia: por los bajos salarios, el alto costo de vida y la desigualdad social. ¿No es por esto por lo que se protesta en Chile? ¿Y por qué no en HK?
Así que aquí tenéis algo de luz sobre el lado oscuro de ese 3'5% con el que sueñan los ideólogos estadounidenses, a quienes les publica sus elucubraciones el Pentágono, y que con tanto éxito se mueven incluso entre la pretendida "izquierda". Porque en Hong Kong, ahora, todo esto se está siguiendo al pie de la letra. Y supongo que en otras partes, también.
*****
Y un recordatorio necesario de la fascistización del mundo occidental y la forma que tienen sus famosos "valores democráticos". Es una votación que se produjo en la ONU el pasado 8 de noviembre sobre una resolución que combate la glorificación del nazismo y neofascismo presentada por Rusia, Argelia, Bolivia, Venezuela, China, Kazajstán, Corea del Norte, Cuba, Laos, Nicaragua, Siria, Uzbekistán, Bielorrusia, Etiopía y Sudáfrica.
Buscad vuestro país y luego poneos a pensar.
El Lince
Suscribirse a:
Entradas (Atom)