martes, 29 de diciembre de 2020

Sobre el reino de las sombras

Videojuegos, Tolkien, Lovecraft... y ahora el Fondo Monetario Internacional. Todo un mundo para hablar de lo mismo: el reino de las sombras que es Occidente y de cómo nos siguen oscureciendo la realidad: el fin de su hegemonía.

El Fondo Monetario Internacional está, como todo el mundo, haciendo balance de fin de año y lo que publica no solo es revelador de lo anterior sino de cómo ese gran castillo de naipes que es Occidente ni siquiera resiste ya un soplido. Lo penúltimo, porque lo último está aún por escribirse, es que el tan cacareado G-7, los supuestos países más industrializados del mundo (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia), no es más que una estafa a gran escala que sigue aparentando algo que no es real.

Porque el G-7 real es otra cosa, por este orden: China, India, Corea del Sur, Rusia, Brasil, Indonesia y México. 

Casi, casi, lo mismo que dice el Centro de Investigación Económica y Empresarial británico que ha hecho fortuna estos días con su informe sobre que China superará a EEUU como la primera economía del mundo en 2028. Aunque la estrategia de los medios de propaganda es clara: reflejar algo y ocultar el todo. Como el iceberg. Porque lo que dice el centro británico es una mentira manifiesta dado que desde 2017 China supera económicamente a EEUU, según el propio FMI. Pero como estamos en navidades, no hay que destrozar la ilusión de los niños con la verdad, así que alejemosla un poco más y sigamos en nuestra inocencia y oscuridad.

La diferencia entre uno y otro es que los británicos siguen aferrándose a la historia y a la histeria de la supremacía occidental mientras que el FMI no. El centro británico sigue insistiendo en que el G-7 sigue siendo casi, casi el G-7 con el que Occidente sueña, mientras que el FMI no. Los británicos dicen que China liderará, pero que también hay que tener en cuenta a India, que entraría en el "nuevo" G-7 en detrimento de Italia mientras que los otros se mantienen. El FMI es mucho más claro al respecto e introduce un elemento determinante: la pandemia.

Los británicos la consideran coyuntural, mientras que el FMI la considera determinante para el vuelco. No obstante, el centro británico -que tiene metido el miedo en el cuerpo- solo puede reconocer lo obvio, aunque lo oculte: "otras economías asiáticas se están disparando en la tabla de clasificación", aunque no las menciona. Si os fijáis, cuatro de los países del nuevo y real G-7 son asiáticos: China, India, Corea del Sur e Indonesia. Cinco, si contamos a Rusia como asiático.

El FMI es claro, los británicos no: "El adelantamiento se produjo ayudado por la pandemia, pero no solo. La crisis pandémica ha impactado más en las economías de los países más industrializados y ha llevado a los mercados emergentes a superar el PIB del G-7" (...) "Esto ha hecho que el PIB de los países emergentes se sitúe en los 39.672 billones de dólares frente a los 38.137 billones de dólares de los países del G-7".

El FMI no augura nada bueno para los países occidentales porque, aún considerando que en el 2021 habrá un "repunte económico" de los países del G-7 lo mismo ocurrirá en los países emergentes y que "en los próximos cuatro años" estos países "crecerán casi el doble que las economías avanzadas"

Desde luego, a buen entendedor pocas palabras bastan. Pero hay que ser buen entendedor y Occidente es no solo sordo, sino ciego y mudo.

Lo último, pero no menos importante, es que la deuda pública de los países que el FMI llama "emergentes" -pero que ya son una realidad- es significativamente menor que la de los del famoso e irreal G-7. Esto hace que su crecimiento sea mucho más sostenible, y más cuanto hay que añadir otra cuestión: que todos ellos, sin excepción (sobre todo China, Rusia, India y Brasil, como integrantes de los BRICS) han realizado un desacoplamiento del dólar e incentivado el comercio en sus propias monedas.

Así que nada, terminemos el año comparando civilizaciones, viendo cómo Occidente desaparece en su nihilismo reaccionario, lleno de seres rotos y aislados que siguen creyendo que están en la cúspide de todo y sobre todos. El neoliberalismo está muerto y el capitalismo herido, de ahí su intento de reconstrucción con diversos nombres y figuras. Es hora de cambiar este modelo que ya no se sostiene, hora de enfrentar las sombras y luchar contra el oscurantismo y la opresión.

 
 
El Lince

martes, 22 de diciembre de 2020

Por arriba, por abajo y en el medio

El fin de la hegemonía occidental es incuestionable. Antes del verano, Ángela Merkel se enorgullecía de que Alemania había vencido la pandemia con medidas "democráticas" y "alejadas del autoritarismo chino". Ahora no solo Alemania, sino todo Occidente, está sumida en una ola de COVID-19 más extensa y letal que entonces y la pequeña reina del Liliput europeo llora amargamente. Macron está aislado, Gran Bretaña cierra todo lo cerrable... y así el resto.

Si lo anterior es incuestionable, también lo es que el sol sale por el este y que Occidente es hoy lo más parecido a las tierras sombrías de cualquier videojuego, a las historias oscuras de Tolkien y sus orcos o a las historias sombrías de Lovecraft. 

Porque este año se despide no solo con el hecho incuestionable del triunfo de China sobre la pandemia, sino con tres elementos que certifican dónde está Occidente hoy día: en la más absoluta miseria. Estos tres elementos tienen que ver, también, con China y certifican su supremacía por arriba, por abajo y en el medio. Ya apenas hay espacio para Occidente en nada, a pesar de todas las estupideces habituales y los delirios de grandeza de unos (Biden) y otros (UE y OTAN, buenos vasallos de su señor).

Supongo que habréis oído hablar del éxito chino en la luna, donde su sonda ha logrado traer a la Tierra casi dos kilos de rocas lunares. Supongo que no sabéis que su otra expedición exitosa a la luna aún sigue allí y realizando trabajos desde hace casi dos años. Y que en este tiempo ha recorrido casi medio kilómetro recopilando información científica valiosísima porque nunca nadie había recorrido tanto trecho en la luna (hay que tener en cuenta que un día lunar equivale a 14 de la Tierra, y la noche otro tanto). 

Pues bien, al hilo de este indudable éxito chino hay movida que tiene que ver con la envidia y el desprecio occidental. China se ha convertido en el tercer país que logra traer rocas lunares después de la Unión Soviética y EEUU. La diferencia es que nunca se había traído roca del subsuelo, y eso es lo que han hecho los chinos. Rápidamente, desde EEUU, la UE, Japón y Rusia se ha pedido a China que sea tan amable de hacerles llegar alguna muestra de eso para que ellos también lo puedan estudiar. Y aquí está el problema.

China es paciente, su sentido del tiempo no tiene nada que ver con el nuestro (y su filosofía y sistema, tampoco). Como consecuencia, sabe esperar y reaccionar en consecuencia. Y China recuerda cómo en 1978 la NASA estadounidense regaló un gramo, sí, habéis leído bien, un gramo de polvo lunar a China de las muestras traídas por una misión del Apolo para que pudiesen ser estudiadas. Esto es exactamente lo que recibió China.

Ni qué decir tiene que los científicos chinos consideraron humillante este "regalo" que, por otra parte, ponía de relieve de carácter nada subliminal la superioridad tecnológica de EEUU. Pese a ello, los científicos chinos se pusieron a estudiar cada grano lunar y han llegado donde están ahora y logrando dar un vuelco a la situación. Son ellos ahora quienes exhiben su superioridad técnica y tecnológica. Y en China, en los ámbitos científicos, hay una acalorada discusión sobre si hay que corresponder a EEUU con la misma moneda, un gramo, o demostrar magnanimidad. Pero hay un pero: las sanciones introducidas por EEUU impiden "cualquier programa de cooperación o intercambio" con China en estos ámbitos. Si China "regala" uno o diez gramos, lo que sea, será ahora una humillación evidente para EEUU, tanto si EEUU acepta como si lo rechaza por las sanciones. Bonito asunto para Biden.

Como dato, la mitad de las rocas traídas de la luna se almacenarán en la ciudad natal de Mao.

Si la superioridad por arriba es incuestionable, lo mismo se puede decir de la de por abajo. Ayer regresó a su base el buque oceánico que ha logrado la mayor inmersión marítima con humanos en la Fosa de las Marianas, llegando hasta los 10.909 metros en el Abismo Challenger, la parte más profunda. También de aquí se han traído innumerables muestras de lo desconocido. Y también de aquí se están reclamando datos por parte de otros países.

Y queda la superioridad por el medio: China ha superado a EEUU en supercomputadoras cuánticas.O sea, cuando se demuestra que con 200 segundos se hace un cálculo que llevaría 2.000 millones de años en hacer utilizando la supercomputadora más rápida existente en la actualidad está todo dicho. La patología occidental por dominar el mundo tiene la misma estabilidad que un castillo de naipes.

China no solo adelanta a Occidente, sino a sí misma. El año que viene será el año del buey en China, un buen año para la mecánica y la ingeniería. Así que si este 2020 hemos visto todo esto en medio de una pandemia, podemos prepararnos para lo que nos deparará el 2021 cuando unos suben y otros caen. Irremediablemente.

El Lince


sábado, 19 de diciembre de 2020

Los delirios de grandeza de un zombi

Para terminar, por ahora, con la serie de zombis que me traigo entre manos, la OTAN y la UE, cierro la temporada con los dos aunque centrándome más en el segundo. Los pasados 10 y 11 de diciembre se celebró en consejo europeo de cierre del año y no solo hubo discusión sobre las sanciones (Rusia sí, Turquía no) sino sobre cómo salir del atolladero de la pandemia, con qué cantidades hay que devolver en préstamos y en qué condiciones y cuáles no, y sobre "el futuro de la Unión". De esto va este capítulo de la serie, del "futuro".

Siguiendo los parámetros clásicos marxistas se podría decir que el zombi de la UE pretende avanzar en la construcción de un polo imperialista para enfrentar la competencia económica y el choque geopolítico que, sin duda alguna, llegará a ser muy virulento cuando la pandemia desaparezca, si es que lo hace. En estos términos habría que interpretar que se doblegó las resistencias de Hungría y Polonia sobre los "fondos de recuperación" que se negaban porque la UE decía que había que anteponer el "estado de derecho", aunque lo que en realidad ocurrió es que no fue ni una cosa ni otra. Ni para unos ni para otros. Solución salomónica. Porque era eso o nada.

Así, todos los medios de propaganda al unísono alabaron el "plan de relanzamiento" de 750.000 millones de euros de los cuales un poco menos de la mitad serán préstamos a devolver con condiciones. Algo que ya se sabía desde septiembre, ahora ratificado. Pero, al mismo tiempo, se faculta al Banco Central Europeo para que los bancos tengan interés negativo del -1% en los préstamos que conceda el BCE pero luego esos bancos pueden cobrar intereses de entre el 3% y el 1'7% cuando se concedan a consumidores y empresas, por este orden. La banca siempre gana.

Hasta aquí, todo digamos normal dentro de los parámetros capitalistas. Pero en el "plan de futuro" postpandemia aparecen los delirios de grandeza... ¡frente a China! Hay alguna mención a la necesidad de mantener una "cierta equidistancia" de EEUU, pero muchas a China. Por ejemplo, cuando se habla de "aspirar a la autonomía energética" (sin mención a la pelea por el gas, por ejemplo) aunque sí a "establecerse como polo innovador en la investigación y producción de energía ecológica en fuerte competencia con China". El reconocimiento del papel chino en las nuevas tecnologías no contaminantes es evidente. 

Lo mismo ocurre con el intento de la UE de conseguir "la autonomía estratégica" en materias primas básicas (insisto en el gas, del que el gasoducto Corriente del Norte 2 es un ejemplo claro), en la producción industrial (sobre todo médica para reducir la dependencia de China en equipamiento médico) o en la inteligencia artificial (con la pelea por la tecnología 5G que encabeza China).

Alguna de las oligarquías europeas (Francia y Hungría, sobre todo) quieren "mayor número de opciones" y no solo EEUU o China. Pero esto es difícil de lograr cuando con una mano se pide "autonomía estratégica" y con la otra "fidelidad atlántica". Por eso el otro día os puse el capítulo de la serie sobre la OTAN. Porque es en la OTAN, emblema de la servidumbre europea a EEUU, donde queda subordinada toda la estrategia de la UE en sus delirios de grandeza.

Por esta razón los delirios de grandeza de la UE de convertirse en un polo imperialista en competencia con EEUU y China no son otra cosa que eso, delirios.

El Lince

miércoles, 16 de diciembre de 2020

La servidumbre voluntaria

En una época en la que cada vez hay más afición a seguir ciertas series cinematográficas, o sea, de ficción, yo sigo con una serie centrada en la vida misma. Es un decir, porque mi serie va de zombis: la UE y la OTAN. Los dos hacen como si estuviesen vivos y los dos se están multiplicando este mes de diciembre, como para demostrar que en este año 2020 aún siguen teniendo algo que hacer.

Si en la antrada anterior os hablaba del "equilibrio práctico de irracionalidad" de la UE (donde insistiré porque lo que ocurrió en su reunión del 10-11 fue curioso y reseñable), lo que está siguiendo en la OTAN es para echarles de comer aparte.

Y como la cosa va de series, voy a coger a un autor del siglo XVI, francés, Étienne de La Boétie, que escribió un maravilloso libro titulado "Discurso de la servidumbre voluntaria". En una época donde la cultura se circunscribe a los tuits y la movilización al me gusta, un poco de cultura en serio no viene mal. Y le elijo por tres razones: porque en Francia hay una discusión cada vez mayor sobre la pertenencia a la UE, porque es desde Francia desde donde se está presionando para una mayor autonomía respecto de la OTAN y porque tanto los "chalecos amarillos" como las protestas contra la ley de seguridad están poniendo de relieve que Francia es el único país de la UE donde la gente se resiste a ser ovejas. O lo que es lo mismo, a ser siervos. Como hago siempre, no voy a facilitaros mucho las cosas, buscad por ahí si tenéis interés en lo que dice el libro en cuestión.

El episodio de hoy sigue a la presentación por el zombie de la OTAN de su "nueva" perspectiva para el 2030 de la que ya os hablé. La OTAN, como todo el mundo occidental, está en quiebra y su hegemonía desaparece sin remisión. Para aparentar que es aún algo a lo que temer, como al hombre del saco, el nuevo enemigo es China. Esa es la novedad, junto a que se rompen los principios en los que asentaba hasta ahora (como el veto y la unanimidad) para evitar follones con Turquía, por ejemplo, como intenta también ese otro zombie que es la UE.

En el episodio de la serie de hoy el protagonista indiscutible es su secretario general, ese gran socialdemócrata noruego que cada vez que habla hace que suba el pan. Es, sin duda, el protagonista que le hubiese gustado a La Boétie. Así, nuestro personaje se está multiplicando en entrevistas para vender lo invendible, pero lo hace tan mal que todo queda al desnudo. Como las monarquías. Si a los monárquicos lo que les queda es reivindicar la actualidad del derecho de pernada, a los otánicos lo que les queda es otro tanto. 

Así, nuestro protagonista hace un repaso a lo que ha sido su vida en este año 2020 en varios países y reconoce cosas que no hubiese tenido que reconocer el pasado 7 de diciembre.

- Afganistán.- Es sabido que EEUU llegó a un "acuerdo de paz" (sic) con los talibanes (recordad que uno de sus mantras es que no se negocia nunca con terroristas) y que eso supone que la OTAN tiene que salir también. Pues nuestro protagonista dice que la OTAN no sabe qué hacer porque "si nos quedamos, corremos el riesgo de más peleas; si nos vamos, corremos el riesgo de perder lo que habíamos obtenido" y que la OTAN fue a Afganistán "para proteger nuestros propios intereses". Vaya hombre, todo eso de los "valores" queda donde siempre estuvo: en nada. Se fue allí por servidumbre a EEUU y, de paso, para lograr alguna que otra migaja y ahora se tiene miedo de perder lo poco que se logró. Porque lo que se oculta (escena retrospectiva en la serie) es que en estos 20 años los talibanes han recuperado casi el 70% del control de Afganistán, de ahí el intento de paz. A la fuerza, desde luego. En verde, lo que controlan los talibanes, en oscuro el control total. En rojo, el gobierno que apoyan EEUU y la OTAN. En amarillo, las zonas en disputa.

- Europa.- "EEUU seguirá comprometido con Europa y seguirá manteniendo una importante presencia militar". Trump intentó reducir algo las tropas, Biden ya tiene el camino limpio para mantenerlas porque, como ya se dijo (escena retrospectiva en la serie) en 2018 por parte de los demócratas ""EEUU permanece en la OTAN y la apoya no para servir a los intereses europeos, sino a sí mismo". De ahí lo nuevo sobre China. "Sin EEUU, Europa no puede defenderse", dice nuestro protagonista (escena retrospectiva de Macron hablando de la "muerte cerebral" de la OTAN y de la necesidad de una defensa europea propia). Y mientras esa escena retrospectiva entra en blanco y negro, la voz de nuestro protagonista remata: "debemos evitar cualquier percepción de que Europa puede gestionar las cosas sin la OTAN". En la escena retrospectiva Macron hace un movimiento de cabeza, como disconforme con lo que acaba de decir el protagonista, y éste parece que rectifica: "apoyo el fortalecimiento de los esfuerzos europeos en defensa, con la condición de que sean complementarios a la OTAN, no dupliquen las capacidades de la Alianza y no constituyan una alternativa".

- China.- Nuestro protagonista de hoy certifica que "China es un desafío para todos los aliados" y que, por ello, "este desafío hace que la OTAN sea aún más importante que antes". Aquí la serie queda en silencio, recreándose en un primer plano del protagonista y sin comentarios, solo con un pequeño sonido de música de erhu, el instrumento tradicional de música china de dos cuerdas. Nótese el tono como de marcha, incluso alegre de la composición.

 - Veto.- "Buscamos la forma de hacer más eficiente la toma de decisiones". Aunque... "la OTAN es una alianza basada en valores, una comunidad de democracias que comparten la misma visión de las cosas". Escena retrospectiva de 2015, cuando Obama ya dijo eso de que la OTAN era una "alianza de democracias", y de Estambul y la basílica de Santa Sofía, convertida ahora en mezquita, dando pie a que los espectadores tengan presente a Turquía.

El capítulo termina con una cita de Le Boétie afirmando que la sumisión más salvaje no es la que se impone por la fuerza, sino por la elección popular (en el Estado español hubo un referéndum sobre la OTAN en 1986 en el que se votó que se entraba, pero no en la estructura militar y se incumplió) y de la pasividad de la costumbre.

El Lince

sábado, 12 de diciembre de 2020

Ejercicio práctico de irracionalidad

Siguiendo con el tema de las grietas en la hegemonía occidental y el derrumbe del edificio, otra más que es de lo mismo: las sanciones que EEUU va a imponer a Turquía. Esto es mejor que cualquier película. Os comenté el agrio enfrentamiento entre EEUU y Turquía en la cumbre de la OTAN con la que se quiere revivir a un zombi y en la que se constata cómo las grietas se agrandan cada vez más. La bronca fue el 2 de diciembre y el 11, o sea, ayer, Trump firmó un paquete de sanciones, sobre todo, por la compra de los misiles rusos S-400. El pope de la OTAN sancionando a un "aliado" de la OTAN. Una historia como para seguir creyendo que la OTAN es el coco.

Lo interesante es que Trump firma y parece un movimiento final puesto que se va, pero no es así: tanto el Congreso como el Senado ya aprobaron dichas sanciones hace tiempo. Lo que hace Trump es poner un poco más cuesta arriba a Biden.

Las sanciones van dirigidas hacia el complejo militar-industrial turco, sus responsables y algunos políticos. Esto tiene importancia. En la bronca de la reunión de la OTAN, EEUU acusó a Turquía de "dar regalos al Kremlin" (en referencia a los S-400 comprados el año pasado) y de "imitar el intervencionismo agresivo de Rusia" (en referencia a Nagorno-Karabaj). Son precisamente estos dos argumentos los que están detrás porque durante la guerra de Nagorno-Karabaj ya hubo una "interrupción parcial" del suministro de componentes occidentales a Turquía para sus aviones no tripulados. Estos aviones fueron cruciales para el avance de Azerbaiyán y cuando se agotaron, por derribos y falta de suministros, es cuando tanto Azerbaiyán como Armenia aceptaron el plan de paz ruso.

A pesar de la propaganda oficial turca de que sus aviones son de producción nacional, lo cierto es que dependen de suministros tecnológicos occidentales. Por esta razón, en Turquía ahora hay un nerviosismo claro y que hace que se ralenticen sus planes tanto en Libia como en Siria. También aquí Rusia aprovecha el momento y fuerza a los kurdos a un mini-acuerdo con el gobierno sirio sobre una ciudad.

Las sanciones aún no se conocen en toda su extensión y si van a ir más allá de lo militar. Pero ya marca un hito entre "aliados" y dentro de la OTAN porque se enmarcan en "la Ley de Lucha Contra los Adversarios de EEUU". O sea, un adversario que es aliado. Esquizofrenia pura.

Ese mismo día, el 11, o sea, ayer, la UE pospuso por tres meses la imposición de sanciones a Turquía por la explotación de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental (se pedía, entre otras cosas, un embargo de armas). Aquí la pelea fue de tres contra tres (añadid a lo de las grietas en la hegemonía occidental): Francia, Grecia y Chipre a favor, Alemania, Italia y España en contra. El resto, simples mirones. 

Aquí Alemania se ha llevado el gato al agua porque le va mucho en ello. No solo el 5% de su población es de origen turco, sino que teme que otra vez Turquía vuelva a abrir la espita de los refugiados sirios (e iraquíes, y afganos, y...) y que se agiten las empresas alemanas que tienen grandes intereses en Turquía. Es por eso que Alemania ha ganado con un concepto curioso, pero que ha hecho fortuna: "ejercicio práctico de equidad". Y a este "ejercicio práctico de equidad" se han apuntado otros países con grandes intereses económicos en Turquía: Italia, España y, en menor medida, los Países Bajos.

La UE no quiere subirse al carro final de Trump y espera claramente a Biden para que diga qué hay que hacer. Que la UE no tiene ninguna política exterior propia queda claro una vez más, porque tres meses no son nada y en ese tiempo Turquía no va a dar marcha atrás. Porque lo que hay detrás son dos conceptos contrapuestos: por una parte, Grecia, Chipre e Israel, con el apoyo de la UE, firmaron un acuerdo para construir un gasoducto a Europa (que reduciría la importación de gas ruso) y, por otro, Turquía quiere que su gasoducto Corriente Turca (del que forma parte principal Rusia) surta a algunos países europeos como Bulgaria, por ejemplo. La clave de todo está en que como consecuencia de su apoyo al gobierno libio (que no apoya, por dar un dato, Francia) consiguió un acuerdo que le da derecho a las aguas libias por las que deberá pasar el gasoducto greco-chipriota-israelí. 

Eso del "ejercicio práctico de equidad" tiene su gracia si se tiene en cuenta lo que ha hecho la UE con Bielorrusia o Venezuela, al hilo de las elecciones no reconocidas ni en uno ni en otro país, o con la renovación por unanimidad de las sanciones contra Rusia por otros seis meses (la renovación es semestral).

Porque resulta que la Cámara de Comercio e Industria de Düsseldorf acaba de publicar un estudio sobre esas sanciones a Rusia y resulta que quien ha salido más perjudicada es... ¡la UE! Ni más ni menos que una pérdida de 120.000 millones de euros desde que se impusieron en 2014 y, de esa cantidad, Alemania ha perdido 5.500 millones cada año. O sea, 33.000 millones en total o lo que es lo mismo, la cuarta parte del total de la UE.

Un ejercicio simple de matemáticas sería ver cuánto de este dinero que se ha perdido si la UE no fuese un vasallo fiel de EEUU se podría invertir en la pandemia, por ejemplo. Si no fuese trágico, sería gracioso ver cómo la UE se dispara en la sien (aunque sea un zombi) por su rusofobia clásica. 

El "ejercicio práctico de equidad" del que se vanagloria Alemania con Turquía no es tal con Rusia. Lo que defiende con una mano (con Turquía) lo pierde con la otra (con Rusia) y, en los dos casos, mirando hacia EEUU. Es un caso práctico de irracionalidad no solo suyo, sino de toda la moribunda UE. 

Si la UE no fuese un zombi se podría decir que esta irracionalidad no solo es destructiva, sino una forma de autodesprecio.

El Lince

martes, 8 de diciembre de 2020

Eppur si muove

La Inquisición contra Galileo. Es conocido, así como la resistencia de este a renunciar a sus convicciones científicas a pesar de aceptar formalmente la imposición de la iglesia. "Eppur si muove", dicen que dijo cuando la Inquisición le exigió que se retractara sobre que la tierra giraba alrededor del sol y no al revés. Era eso o la hoguera.

La Inquisición sigue hoy muy presente. Y, como entonces, es occidental. Occidente quiere mandar a la hoguera a quienes se atreven a desafiar a un Occidente moribundo, bien sea con guerras clásicas (la Libia de Gadafi y su pretensión de evitar el dólar con el dinar oro; y antes Irak cuando Saddam Husein decidió no comercializar en dólares el petróleo) o con sanciones económicas cuando se intuye una debilidad militar ante oponentes más poderosos (Rusia por Crimea y China por la economía) o una resistencia popular (Venezuela o Irán). Pero los Galileos de ahora son mucho más audaces que entonces.

Esta semana han ocurrido tres cosas que demuestran que Occidente es historia, mal que le pese y pese a todas y cada una de sus estupideces inquisitoriales. Tres cosas que ejemplifican que estamos en una nueva etapa geopolítica donde las pretensiones neocoloniales de Occidente son historia y que el mundo está inserto en una nueva era multipolar donde las "alianzas" (léase sumisiones) establecidas anteriormente por Occidente tienen tales grietas que son ya imposibles de reparar. Por mucho que Occidente aún piense que todo gira en torno suyo, el nuevo mundo se mueve en dirección contraria.

La primera de esas cosas tiene que ver con el último escrito sobre el intento de revivir al zombi que es la OTAN. Es sorprendente ver cómo siguen los viejos clichés (propios y ajenos) sobre algo que está tan moribundo como Occidente, pese a toda la parafernalia de armas y amenazas. Porque lo que ha ocurrido tiene relieve sin duda. Y ha sido un agrio enfrentamiento entre EEUU y Turquía en la reunión que los ministros de Asuntos Exteriores tuvieron este martes pasado al hilo del informe que os presenté. La OTAN es hoy lo más parecido a una jaula de grillos que existe, aunque se intente ocultar (por ellos) o no se quiera ver (por nosotros).

EEUU y Turquía no llegaron a las manos porque solo estaban en pantalla. De estar frente a frente habría habido follón físico seguro. El matón de barrio (EEUU) acusó a Turquía de "avivar las tensiones entre aliados", de "dar regalos al Kremlin" (en referencia a los S-400 comprados el año pasado) y de "imitar el intervencionismo agresivo de Rusia" (en referencia a Nagorno-Karabaj). La respuesta turca era obvia: "apoyo ciego (de la OTAN) a Grecia en conflictos regionales", "negativa a vender armas (los Patriot y los F-35)" y "apoyar a organizaciones terroristas kurdas en Siria". 

Turquía es hoy un grano en el culo para la estrategia occidental, sobre todo la OTAN. Por eso en el documento que os presenté se habla de romper con alguno de los hasta ahora sacrosantos principios de la OTAN, como el derecho de veto y la unanimidad. EEUU y Europa están cada vez más frustradas con la política exterior de Turquía que, jugando a una y otra carta, refuerza el nuevo orden multipolar y debilita la hegemonía de Occidente.

La segunda de esas cosas tiene que ver con Alemania. También os dije que ha decidido continuar con el gasoducto Corriente del Norte 2 dando el permiso definitivo para su finalización el primer trimestre del año que viene y con la aprobación "parcial" a Huawei para construir parte de la red 5G de Alemania.  

El día 5 de este mes ha emitido una advertencia a todas las navieras europeas para que eviten la zona en la que se van a realizar los trabajos del gasoducto hasta el 31 de diciembre. Las presiones de EEUU y sus vasallos polacos y bálticos (o británicos) no han dado resultado. En un rasgo de lucidez, Alemania (pese a todo el montaje del envenamiento de Navalny, y como era previsible) ha decidido que es más importante y vital para su economía completar el gasoducto que agachar la cabeza. Otro paso hacia el mundo multipolar.

La tercera es Venezuela. Las elecciones, pese a la magra participación (un poco menor que la de Guatemala, por ejemplo, aunque en Colombia tampoco llega al 50% y nadie se rasga las vestiduras por ello), demuestran que la estrategia occidental ha fracasado miserablemente. Va a ser divertido ver cómo Occidente arropa a su Juanito Calamidad (Guaidó) a partir de ahora. Y su importancia no es banal: los aliados de Venezuela (Rusia, China, Irán, Turquía) tienen ya el marco institucional tranquilo que necesitaban para incrementar e implementar sus acuerdos comerciales, muchos de ellos paralizados porque la Asamblea Nacional anterior estaba en manos de los secuaces de Juanito Calamidad. Otro paso hacia el mundo multipolar. 

Aunque la victoria electoral no ha sido aplastante por la elevada abstención sí es un indicador de fuerza: las elecciones se celebraron según lo previsto legalmente, sin hacer caso de las intimidaciones ni de EEUU ni de la UE (y mucho menos de los vasallos del grupo de Lima), en un clima de absoluta normalidad, en medio de un bloqueo económico que ha dañado significativamente los servicios públicos (desde la salud a la gasolina), en medio de un descontento generalizado por ello y por errores propios, en medio de la pandemia.

El mundo ya no gira sobre el eje occidental, pese a los intentos de la Inquisición. Incluso pequeños movimientos como el de Bolivia con el triunfo del MAS sobre los golpistas, pese a todas las precauciones y semi-renuncias con las que está actuando, son otra muestra más. Dicen que Galileo dijo eso de "eppur si muove" entre dientes, ahora ya se dice de forma abierta y mirando fijamente a la cara de los inquisidores.

El Lince

jueves, 3 de diciembre de 2020

Reviviendo a un zombi

Occidente está en crisis terminal y la pandemia no ha hecho más que acelerarlo. Sin embargo hay partes de ese cuerpo moribundo que siguen funcionando como si aún estuviese vivo. Una de ellas es la OTAN.

Hace exactamente un año el presidente francés tuvo el atrevimiento de hablar de "muerte cerebral de la OTAN" y el intento de que la UE comenzase un camino propio en materia de defensa. O, al menos, autónomo y diferente del que marca EEUU. Para contentarle y frenar esas ansias, la OTAN aprobó de tapadillo en el mes de julio un presupuesto de 8.000 millones de euros para sus aventuras neocoloniales en África que no están teniendo muy buen resultado puesto que poco después en Malí se produjo un golpe militar contra ese neocolonialismo francés.

Era un patético intento de que Francia mirase hacia otro lado y no se saliese de la nueva senda que estaba marcando la OTAN: el eje Rusia-China "que amenaza el poder occidental" (sic). Eso que entonces no era más que una declaración se ha escrito ahora en un documento oficial. De lo que se trataba era de ganar tiempo y que Francia no siguiese enredando.

 

La paranoia anti-rusa es habitual, por lo que no hace falta insistir en ella. Pero sí en lo de que "China es una amenza creciente para Europa". Eso es ya oficial. 

Entonces se decía que "el ascenso de China está cambiando fundamentalmente el equilibrio de poder global", que "multiplica las amenazas a nuestras sociedades abiertas y las libertades individuales y aumentando la competencia por nuestros valores y formas de vida", que "la OTAN no ve a China como el nuevo enemigo o un adversario, pero ya tienen el segundo mayor presupuesto de defensa. Están invirtiendo fuertemente en capacidades militares modernas, incluidos misiles que pueden llegar a todos los países aliados de la OTAN. Los vemos en el Ártico, en África, invirtiendo en nuestra infraestructura crítica. Y están trabajando cada vez más junto con Rusia". Entonces se decía que ese era el discurso de EEUU, pero no de Europa o, al menos, no de toda Europa.

Ahora ya no quedan dudas. Los vasallos nunca se rebelan contra su señor. 

La nueva estrategia de la OTAN -que se hace pública justo cuando sigue el follón en EEUU sobre las elecciones y que es claramente un intento de reforzar el militarismo de Biden- es equiparar a Rusia y China como enemigos a largo plazo. La inclusión de China es la evidencia de que la OTAN necesita incluir un nuevo enemigo en su intento de seguir con apariencia de vida. La mención a estos dos países es similar: 96 veces Rusia, 82 China.

Aquí está la novedad, aunque ya se venía cocinando como digo. La OTAN sabe que es parte de un cuerpo casi muerto, Occidente, aunque insiste en que puede aún seguir viviendo. Incluso en su constitución zombi. Por ello presenta nada menos que 138 propuestas para reformar la OTAN y, curiosamente, se hace hincapié en que tiene que tener una mayor presencia en Asia. Teniendo en cuenta a su nuevo enemigo, el argumento es muy simple: "China ya no es el socio comercial benigno que había esperado Occidente. Es el poder en ascenso de nuestro siglo y la OTAN debe adaptarse". 

Una de las facetas donde la OTAN va a centrarse no es la clásica de cañones, sino en la tecnología: "la OTAN tiene que mantener una ventaja tecnológica decisiva sobre China, que a su vez ha estado experimentando una importante reforma de sus capacidades militares y de inteligencia". Excusatio non petita, acusatio manifesta, que dirían los romanos. Es un reconocimiento expreso de que la OTAN está hoy muy por debajo en calidad de chinos y rusos.

Como eso, dicho así, proporciona una clara imagen de lo que está pasando en la guerra contra Huawei, por ejemplo, hay que pulirlo un poco y ahí está el inefable perro de presa, el secretario general de la OTAN presentando el informe: "China está invirtiendo masivamente en nuevas armas. Se está acercando a nosotros, desde el Ártico a África. China no comparte nuestros valores y trata de intimidar a otros países". ¡Tacháaan, la OTAN al rescate! ¡Cierre de filas de todo el mundo, nuestra civilización está en peligro! ¡El peligro amarillo nunca ha sido más peligroso!

 La OTAN quiere hacer planes a largo plazo, hasta 2030, y sigue insistiendo en más de lo mismo: "respuesta a las amenazas tradicionales", o sea, Rusia (a quien se califica como "potencia fulminante"), aunque también incluye el viejo mantra de "intervenciones humanitarias" (enmarcando su acción ilegal en Yugoslavia o Libia, por ejemplo) y recalca que hay que "hay que establecer el control económico sobre los sectores estratégicos de la economía" de Occidente para evitar a China.

Este es el gran y nuevo papel que se quiere atribuir la OTAN: "evitar que China establezca el control sobre las fuentes de materias primas clave, incluidas las de nueva generación, en los terceros países, en África en particular". Es decir, la OTAN está para salvaguardar la primacía occidental y lo demás (libertad, valores y todas esas estupideces) son cuentos para niños. Una de esa "materias primas clave" o "recursos del futuro" que se menciona expresamente es el litio. Es inevitable pensar en Bolivia y en la complacencia del muy democrático Occidente con el golpe militar que derrocó a Evo Morales. Esta es la "comunidad democrática" y sus valores, sin la menor duda. Y todo ello envuelto en un nada oculto neocolonialismo.

Pero...

No es oro todo lo que reluce. Resulta que la OTAN también reconoce que para ello hay que actuar de otra forma, es decir, que hay que romper con alguno de sus principios de los que con tanto orgullo hablaba hasta ahora. Así, "para mejorar la capacidad de actuación de la OTAN" se proponen una serie de medidas a expensas de la unidad que hasta ahora era su santo y seña: "el derecho de veto debe restringirse y el principio de unanimidad debe debilitarse, pero no abolirse, para acelerar las decisiones y evitar bloqueos cada vez más frecuentes por parte de países individuales”. Algo así como respetamos tu derecho a la crítica, faltaría más porque para eso somos demócratas y esos son nuestros valores, pero haremos lo que nos dé la gana igualmente. Como la OTAN es un club dirigido por el matón clásico, ese que se atreve con los pequeños y no con los grandes, faltará por ver qué hacen los siervos del matón.

Como eso podría, condicional, dar mala imagen, se recomienda al secretario general "un papel más destacado en la mediación de las disputas" y que los ministros de Asuntos Exteriores se reúnan con mayor regularidad. Es de suponer que alguno de ellos tenga algún rasgo de lucidez mental y recuerde cómo los países europeos ya han perdido su primacía en cuanto a socios comerciales con China y que este informe lo que hace es que siga bajando ese intercambio. Pero eso es mucho suponer. La Unión Europea es otro cuerpo zombi.

Aunque claro, puede que al final se demuestre que el dinero es el dinero como acaba de hacer Alemania dando el permiso definitivo para la finalización del gasoducto Corriente del Norte 2 y que se terminará el primer trimestre del año que viene. O con la aprobación "parcial", pero aprobación, a Huawei para construir parte de la red 5G de Alemania.

El Lince

lunes, 30 de noviembre de 2020

Rottweiler, pitbull, ovejas

Que Francia es la vanguardia de la resistencia en Europa no es una sorpresa. Como no lo es la docilidad del resto de países, especialmente en el Estado canalla (más conocido como España), a todo lo que dicen los gobiernos y, especialmente, cuando lo que hay es lo "más progresista de la historia" (sic).

Francia está a la vanguardia en resistencia sindical, en resistencia civil (los "chalecos amarillos") y en resistencia contra el matonismo policial. Este fin de semana Francia ha vuelto a la calle y uno siente sana envidia, otra vez. Envidia por la decisión, envidia por la movilización, envidia por la resistencia, envidia porque no se dejan doblegar sin lucha. Al contrario que en la mayoría de Europa, en Francia hay resistencia a ser ovejas.

La penúltima movilización ha sido contra la brutalidad policial. Otra vez. Policías que saltan ojos, que arrancan manos y que acumulan muertos. Ahí está la historia de "los chalecos amarillos" para demostrarlo. Incluso la ONU se vio obligada a denunciar el comportamiento policial. Sin resultado.

La paliza de cuatro policías a un ciudadano ha sido el detonante. Y no hubiese pasado nada si una ciudadana valiente no hubiese grabado la paliza. Habríamos oído lo de siempre: "resistencia a la autoridad", "agresión" y fábulas semejantes. No en vano este ciudadano pasó dos días en una celda acusado de "intentar arrebatar el arma a los agentes". Supongo que os suena con lo del policía municipal de Barcelona disparando a un indigente porque, supuestamente, llevaba un cuchillo y los amenazaba. Y los jueces, esos del supuesto "poder independiente", habrían dado crédito a la versión policial y el ciudadano, apaleado, vapuleado y vilipendiado, habría terminado, además, en la cárcel. Pero gracias a esa ciudadana valiente que lo grabó se ha desatado el escándalo.

La movilizacion del fin de semana iba contra la pretensión del gobierno "democrático" francés de impedir imágenes como esas. Lo mismo que ha hecho el Estado canalla (más conocido como España) con la conocida como "ley mordaza" que "el gobierno más progresista de la historia" (sic) se comprometió a derogar y que sigue vigente y avalada por el Tribunal Constitucional.

En Francia no son, todavía, ovejas. Porque la reacción popular ha obligado a que los políticos se tienten la ropa. Un poco, al menos. Porque aunque ha habido golpes de pecho de casi todos por la paliza y se ha separado a los cuatro policías que la dieron ¿cuántos policías presenciaron impasibles la paliza? Según el vídeo hay al menos tres coches policiales. Ni uno solo de los policías que no la dieron (y en el vídeo se ven al menos 7 policías) abrió la boca para parar los golpes. Es como si el pitbull protegiese al rottweiler. No es una historia de policías degenerados, es una historia estructural. Es lo mismo en todas partes. Como es el mismo en todas partes el comportamiento de políticos y jueces que avalan y amparan. También es una historia estructural. Los macronistas ya han dicho que aunque están dispuestos a revisar la ley, "hay que acabar con el desorden ambiental" (sic). Fijaos en el lenguaje de esta gente.

Jean Ferrat (murió en 2010) lo explicó muy bien hace años con "El ruido de las botas", del que con solo una estrofa os podéis hacer una idea del total. Habla de la lucha antifranquista y del golpe militar en Chile haciendo una comparación con Francia:

"El ruido de las botas está por todas partes,
el orden caqui está por todas partes.
En España te engarrotan,
estás destripado en Chile.
Ya no debes decir que en Francia
puedes dormir en el refugio,
también hay aquí un potencial Pinochet
trabajando en kepi".

 


 *****

Donde tampoco están dispuestos a ser ovejas sin pelear es en la India. El jueves pasado hubo una huelga general contra la política gubernamental de nuevas leyes laborales que reemplazan las leyes de protección de los trabajadores. Dichas normas permiten a empleadores y gobiernos aumentar la carga de trabajo, dificultar la obtención de salarios justos, despedir fácilmente a los trabajadores, reducir la cobertura del seguro médico y dificultan la formación de sindicatos. Ello junto a una mayor flexibilización en la regulación de las leyes relacionadas con la seguridad y la salud en los lugares de trabajo y el sector agrícola, así como privatizaciones del sector público. Es lo mismo en todas partes. Lo que no es igual es la resistencia de los pueblos.




El Lince

lunes, 23 de noviembre de 2020

Los cien días de Juanita Calamidad

En la historia del mundo ha habido una Juanita Calamidad (Calamity Jane) que a finales del siglo XIX hizo de todo en EEUU: desde asesinar sioux lakota y cheyennes para el Ejército a trabajar de lavandera, prostituirse o figurar en el espectáculo circense de Búfalo Bill. A fin de cuentas, hay que comer. 

Un siglo y medio después, tenemos tanto otro Juanito como otra Juanita. Estamos a punto de llegar al segundo aniversario del intento de golpe de Juanito (Guaidó) Calamidad en Venezuela y ahora se acaban de cumplir los cien días del intento de golpe de Juanita (Tijanovskaya) Calamidad en Bielorrusia. Los dos trabajan para el ejército de EEUU (y los de la UE), los dos se han prostituido vendiendo a sus países, pero ninguno de los dos ha encallecido sus manos lavando sus miserias y lo suyo es espectáculo de circo sin la menor duda.

Una constante de los llamados medios alternativos es que siguen sistemáticamente la estela de los medios de propaganda de la burguesía. En cuanto un tema desaparece de los medios de propaganda de la burguesía, desaparece de los llamados medios alternativos. Y si hay excepciones, estas confirman la regla. Pocas veces se analiza por qué les interesa a los medios de la burguesía determinados temas y no otros.

Uno de los temas que ha desaparecido como por encanto -porque Occidente ha perdido, básicamente- es Bielorrusia, y se acaban de cumplir cien días desde el intento de derrocamiento de Lukashenko. En este tiempo nuestra Juanita Calamidad (Tijanosvskaya) ha seguido la estela de su predecesor, Juanito Calamidad (Guaidó), y con los mismos resultados: ninguno. Que si huelga general -¿sabéis que para el 26 de octubre se había convocado una que no tuvo lugar?-, que si boicot al consumo, que si sanciones internacionales, que si... Nada de nada. Sanciones de sus proxenetas sí, pero nada más.

Hace un par de semanas en Bielorrusia ocurrió algo inédito: el surgimiento de la "oposición constructiva". Dije que Lukashenko era un mago y que cuando a un mago se le ven los trucos deja de ser mago. Me equivoqué. Aún le quedaba alguno oculto: crear esa "oposición constructiva" es uno de ellos. Y no me queda ninguna duda que lo ha hecho siguiendo las sugerencias de Rusia.

Ya entonces, cuando lo escribí, Lukashenko había anunciado reformas constitucionales -algo que llevaba en su campaña electoral- y de distribución de poderes sin especificar. Algo se ha comenzado a mover en ese sentido. El 10 de octubre fue liberado uno de los candidatos contra Lukashenko, el empresario Yuri Voskresensky, alguien bien visto en Rusia, por cierto, y desde entonces es un firme partidario del "diálogo constructivo" incluso desde la televisión. Se está convirtiendo en la antítesis de Juanita Calamidad.

Así, se acaba de crear la Mesa Redonda de Fuerzas Democráticas que se antepone al Consejo de Coordinación de la Oposición que encabeza Juanita Calamidad y que está reconocido por el Parlamento Europeo como "representación interina legítima de Bielorrusia". Los ataques de ésta no se han hecho esperar y ahora Lukashenko ocupa un lugar muy secundario en toda la trama "opositora". Es entre ellos donde se está librando la batalla.

Calamity Jane era, además, una mentirosa compulsiva: entre otras mentiras, hizo correr la especie de que había formado parte de las fuerzas del general Custer, el que fue derrotado por una coalición de pueblos mandada por el sioux oglala Caballo Loco en Little Big Horn (Pequeño Gran Cuerno), cuando nunca fue así. Lo mismo que nuestros Juanito y Juanita, que son dos vendedores de nada y fabuladores natos. Nuestra Juanita está reconocida por Europa ("representación interina legítima"), como el Juanito ("presidente interino" para unos, "presidente encargado" para otros"), y ahora se está desgañitando para que la Europa no reconozca a Voskresensky. No vaya a ser que el dinero que le llega sea menos o no le llegue si es que Europa, sobre todo EEUU y Polonia, deciden que hay que repartir los fondos para la "sociedad civil".

 La cosa se ha puesto tan difícil para las fuerzas de Juanita Calamidad que acaba de anunciar que se ha formado un Consejo Coordinador de la Oposición "dentro del país" para combatir contra la Mesa Redonda de las Fuerzas Democráticas y que estará en la clandestinidad. Juanita Calamidad, acompañada en esta ocasión por Svetlana Aleksievich para dar algo de fuerza a su historia, dice que "Occidente no comprende lo que está pasando en Bielorrusia".

La cosa no sería reseñable si no fuese porque desde Bielorrusia se ha acusado a Juanita Calamidad de todo porque lo poco que queda del llamenos "anterior" Consejo Coordinador de la Oposición dice no tener noticias del nuevo y que ellos siguen funcionando. O sea, que ahora hay dos Consejos. O tres, con los de la "oposición constructiva".

Hasta ahora la apuesta de Occidente por Juanita Calamidad no ha dado sus frutos, como tampoco las décadas de "sanciones selectivas" contra Bielorrusia. La imagen de los embajadores europeos depositando flores donde murió un manifestante (¿habéis visto algo similar en Bolivia tras el golpe de Estado, en Chile o en Perú?) está ya muy lejos. Ahora en Occidente se está comenzando a hablar de cómo Juanita Calamidad está comenzando estar desfasada porque no es posible "impedir la influencia económica china en Europa" que tiene en Bielorrusia uno de sus centros, secundario, pero importante y "el abrazo ruso".

Por si todo ello fuese poco, Lukashenko acaba de sacar otro truco de su chistera de mago: acaba de anunciar que "antes de fin de año se tiene que resolver la cuestión de la creación de organizaciones sindicales en todas las empresas privadas" y que aquellas que no lo hagan "serán liquidadas". Lo poco que ha habido de protestas y huelgas siguiendo el llamado de Juanita Calamidad, la última este pasado 26 de octubre, han sido cierres patronales y no huelgas obreras propiamente dichas. Lukashenko ha tomado nota. Dado que mal o bien los trabajadores no están siguiendo los llamamientos de la "representación interina legítima", el tener sindicatos dentro de estas empresas privadas le va a garantizar a Lukashenko un control sobre estas empresas dado que es desde arriba desde donde se impulsan estos sindicatos. Es bastante obvio que el Estado considera que esto fortalece su control sobre el sector privado. Y que tiene toda la sartén por el mango. Juanita Calamidad tendrá que seguir con sus apariciones circenses por Europa para ganarse (bien) la vida.

El Lince

martes, 17 de noviembre de 2020

El ala izquierda del cóndor

La toma de posesión del nuevo gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia en las elecciones organizadas por los golpistas ha sido muy sintomática: los dos discursos, del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca, han insistido en que va a ser de unidad y en "buscar soluciones entre la derecha y la izquierda". Una imagen del discurso de Choquehuanca me llamó poderosamente la atención: "Nuestra verdad es muy simple: el cóndor solo despega cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala izquierda"

Aunque revestido de simbología indígena, ayni, minka, tama, tumpa, colka, ayllu... todo el discurso es una especie de "pelillos a la mar" dirigido a los golpistas. Y eso cuando la Defensoría del Pueblo acaba de denunciar que ni la policía ni el ejército cooperan para esclarecer las matanzas habidas durante el golpe de estado. Las palabras textuales son: "la investigación para esclarecer las masacres en Bolivia está en fase preliminar por la falta de cooperación de algunos sectores militares que, de hecho, obstaculizan las indagaciones al no entregar la información requerida para aclarar los hechos ocurridos en 2019".

Como dije, el movimiento se demuestra andando y hay que ver hacia dónde se encaminará Bolivia aunque los primeros pasos del MAS no sean muy alentadores.

Bolivia es un país andino y por eso habla de la gran ave andina, el cóndor. Brasil no es andino, pero esos términos muy bien hubiesen sido asumidos por el Partido del Trabajo.

Este domingo se han celebrado elecciones municipales en Brasil y los resultados son muy significativos. Porque el Partido del Trabajo, el que gobernó con Lula y Rousseff, ha perdido la hegemonía de la izquierda. Conserva algún porcentaje de poder, siendo aún mayoría en 13 de las principales ciudades del país, pero nada comparado con lo que tuvo. Es el precio de la claudicación, de la corrupción y del nepotismo. Por eso saltaron de alegría (Lula el primero) cuando las elecciones de EEUU y la aparente victoria de Biden. Porque no tienen más referentes. Exactamente lo mismo que aquí en el Estado canalla, más conocido como España, hicieron quienes van de "progres", vicepresidente del gobierno el primero.

Como en Bolivia, Brasil es otro país donde hay segunda vuelta en las elecciones, por lo que los resultados de ahora, con ser significativos, no son definitivos. Pueden cambiar. Pero las perspectivas son buenas, pase lo que pase; buenas para el reforzamiento del ala izquierda del cóndor. 

Para visibilizarlo hay dos ciudades emblemáticas: Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, y Belém. En las dos ciudades será el Partido del Socialismo y la Libertad (PSOL) quien se dispute la alcaldía con la derecha. Surgido en 2004 por expulsados del PT, a quienes se acusaba de "izquierdistas" por oponerse al aumento de la edad de jubilación y a la reforma neoliberal de las pensiones que impulsó el PT desde el gobierno, hoy es el partido que está encabezando las esperanzas de una buena parte de la población progresista brasileña. Y el PT sigue con su estúpida pretensión de vivir como si nada hubiese pasado ni con Lula ni con Rousseff, ni de lo que hicieron en el gobierno ni de cómo fueron los tontos útiles del capitalismo. Su prepotencia llega hasta el extremo de que el candidato del PT en Sao Paulo, que ha quedado en cuarto lugar, llegó a poner en duda la "legimitad" del PSOL cuando este partido sugirió una coalición con el PT que podía ganar de calle en la primera vuelta. El PT pretendía seguir siendo hegemónico cuando ahora no es más que un segundón.

Si a ello se suma que en Porto Alegre, la cuna del llamado "altermundismo" cuando allá por el año 2001 y bajo la influencia del PT se puso en marcha el famoso Foro Social Mundial, quien irá a la segunda vuelta es el Partido Comunista do Brasil (aunque en alianza con el PT) se tiene una foto bastante fideligna de por dónde van las cosas. 

Estas elecciones han supuesto una evidente derrota del neofascismo de Bolsonaro, un auge de la izquierda "radical" -como ya la denominan los medios de propaganda- que, en porcentajes, ha subido un 50% en todas partes y un significativo retroceso del PT casi en esa misma proporción. Por eso es importante esta segunda vuelta, porque habrá un reposicionamiento de derecha e izquierda, con los neofascistas apoyando a los canditados pretendidamente "centristas" y con el antifascismo apoyando a los candidatos mejor situados. Mientras el PSOL, el PCdB y otros ya han dicho que votarán a los canditados del PT, este aún no ha tomado una decisión.

En el PT hay marejada interna. Algunos de sus dirigentes han hecho un llamamiento a que se vote a esos partidos en la segunda vuelta del día 29. Qué haga ahora y a quién apoyará será el termómetro que marque, de manera definitiva, qué es este partido por mucho Lula que valga.

El Lince

viernes, 13 de noviembre de 2020

Otro codazo al gran entrometido


Otro fin de semana casi histórico, otra piedra más en el camino hacia un nuevo orden multipolar donde Occidente se repliega (a la fuerza), otra muestra más de cómo el mundo gira hacia donde sale el sol: el este.

Desde ayer y hasta el domingo se están reuniendo en Vietnam catorce países que van a dar origen a lo que será el acuerdo de comercio más grande del mundo, con países que engloban el 31% de la población mundial, que representan casi la misma proporción del PIB mundial y un poco menos de ese porcentaje del comercio mundial. Estoy hablando de la Asociación Económica Integral Regional de la que no habéis oído hablar (¡ah, esos maravillosos y simpáticos medios de propaganda occidentales!) y que está compuesta por Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Birmania, Campoya, China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. 

El único país asiático que se queda fuera es India (además de Corea del Norte) y lo hace tras la deriva hacia EEUU en esa luna de miel entre Modi y Trump iniciada hace un par de años. No obstante, si Trump deja la presidencia es basante probable que India reconsidere su posición para no quedarse fuera de tan lucrativo mercado. Sobre todo porque lo que propugna este nuevo acuerdo económico es la eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias entre los países integrantes y eso, por sí solo, ya se estima que aumentará el PIB de todos los países en un mínimo del 2% anual. Es un acuerdo en el que todos los países asiáticos ganan (y en el que Occidente pierde).

El gran impulsor del acuerdo y el gran beneficiario es China. Porque pese a la presencia de vasallos tradicionales de EEUU como Japón, Corea del sur, Australia y Nueva Zelanda, son los chinos quienes, en la práctica, han redactado las reglas del acuerdo y del comercio en la zona. China venía persiguiendo este acuerdo desde 2012 insistiendo en que no tendrá un comportamiento dominador sino cooperador. De hecho, con toda probabilidad será Vietnam quien presida esta nueva asociación.

China poco a poco ha ido ganando para su causa a todos los países asiáticos, pero ha sido el coronavirus lo que ha decantado finalmente la balanza y ha decidido a todos estos países a dar el paso final. Porque el coronavirus ha dejado desnudo a Occidente, ha puesto de relieve su fragilidad y vulnerabilidad y ha mostrado la fortaleza económica y política de China. El dato que se acaba de conocer relativo a que los países de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (ASEAN, que son todos los que están incluidos en la nueva Asociación Económica Integral Regional) se hayan convertido en el primer socio comercial de China en este año de la pandemia, superando a una cada vez más moribunda Unión Europea, ha sido el factor determinante.

Es otro codazo al "gran entrometido", como se califica normalmente a EEUU en Asia-Pacífico, aunque es obvio que no todo es un camino de rosas. Aún quedan cuestiones pendientes de resolver como las disputas entre China-Filipinas-Vietnam por el Mar Meridional de China y que también se van a abordar en la cumbre de este fin de semana junto a otros temas como cooperación en infraestructura digital o promover la aplicación de 5G.

Aquí se ve otra cuestión: los países asiáticos, sin excepción, han sabido combatir mucho mejor la pandemia que los occidentales y han salido de ella no solo más rápidamente, sino con mayor fortaleza. Y que optan de forma abierta por la cooperación entre ellos haciendo secundario otro tipo de alianzas. Porque se empieza por la cuestión económica y se termina en otro tipo de alianzas.

Está claro que EEUU, con o sin Trump, no va a variar su política anti-china y que el "gran entrometido" va a seguir enredando (impulsando la fenecida Asociación Transpacífica que se cargó Trump), pero será difícil que revierta la situación. Porque con este acuerdo, China y Japón firman su primer gran pacto comercial y será la piedra de toque para una mayor confianza mutua. Y es una muestra evidente del enfado de Japón con la actitud de EEUU de retirarse de la Asociación Transpacífica que, por mucho que insistiese Biden en revitalizarla, llegaría ya tarde y en peores condiciones que el nuevo AEIR.

 El Lince

martes, 10 de noviembre de 2020

El resultado de la arrogancia

Fin a la guerra de Nagorno-Karabaj. Triunfo incontestable de Azerbaiyán. Derrota humillante de Armenia. Rusia de nuevo como garante y hacedor de acuerdos. Occidente de nuevo desaparece.

Este es el resumen de mes y medio de guerra en la que hay alguna que otra cosa de la que hablar, como el papel de Turquía, y una cosa que resaltar: la arrogancia, en parejo a la ignorancia, y la prepotencia de quienes son incapaces de entender que la hegemonía occidental ya no existe, que Occidente no es un referente para nadie.

Hace dos años hubo una revuelta en Armenia que se pareció mucho a esas famosas "revoluciones de color" que tanto gustan a los mediocres. Tanto antes de eso, como entonces de eso, y ahora tras eso quienes forman parte de las élites armenias son un hatajo de corruptos mafiosos hasta decir basta. Pero los pro-occidentales se hicieron con el cotarro y plantearon que había que irse separando de "la influencia rusa" e irse acercando a "los parámetros de Occidente". Lo mismo que en Ucrania, o que en Bielorrusia, o que en cualquier otra parte. Lo mismo que los kurdos. 

Tienen una visión totalmente antigua y unos conocimientos (?) irreales de la geopolítica y de la situación mundial. Pero como caen bien en Occidente, se habla de ellos y se les arropa. Y ellos se lo creen. Y así les va.

Ahora Armenia tiene que pagar un precio muy amargo. Aquí hay una pequeña historia que debería, es un decir, servir para quienes van de pro-occidentales.

En 2011 hubo un intento de arreglo amistoso, patrocinado por Rusia, que no cuajó por la intransigencia armenia, aunque sí se logró un memorando de entendimiento entre Azerbaiyán y Armenia para continuar las negociaciones en búsqueda de una solución sobre Nagorno-Karabaj que satisfaciese a las dos partes. En 2018, unas de las primeras iniciativas en política exterior que tomaron los pro-occidentales fue desconocer del todo ese acuerdo de 2011, pese a su levedad. 

Dos años despúes Armenia ha perdido casi todo, Azerbaiyán ha logrado sus objetivos declarados (retomar el control del territorio que según el derecho internacional se reconoce como suyo) aunque no el otro, expreso, de "tomar todo Karabaj". Si se compara el acuerdo no nato de 2011 con lo de ahora, las condiciones para Armenia son significativamente peores. Es el precio de la arrogancia (y los kurdos deberían tomar buena nota, aunque lo dudo: son otros arrogantes).

Rusia ha vuelto a ganar, aunque no del todo. Queda claro su papel como garante y hacedor de acuerdos, y la presencia de sus tropas como "fuerzas de paz" permite que siga existiendo la República de Artsaj, nombre con que se conoce el gobierno de Nagorno-Karabaj, aunque con mucho menos territorio. Al mismo tiempo, fortalece su posición dentro de Armenia porque es visto ya como el único sostén que tiene el país ante la inacción y debilidad de Occidente. Eso elimina de raíz los intentos de los pro-occidentales armenios de desvincular al país tanto de la Unión Económica Euroasiática como de la Organización del Tratado de Cooperación y Seguridad Colectiva.

Al mismo tiempo, permite recuperar un poco la cara al Kremlin ante la realidad de que Turquía ha penetrado en la "habitual esfera de influencia" rusa en el Cáucaso. Y aquí hay que culpabilizar, otra vez, a los pro-occidentales armenios que en su obsesión contra Rusia no vieron venir (o dejaron hacer) el callado acercamiento entre Turquía y Azerbaiyán que ahora les ha derrotado. Y eso que Turquía es un enemigo histórico de Armenia, pero la rusofobia les pudo más, mucho más.

El Lince

viernes, 6 de noviembre de 2020

El aviso, la coincidencia, o lo que sea

Entretenidos como estamos con las elecciones en EEUU hay un dato en apariencia irrelevante pero que desata las alarmas en una guerra, aún no cruenta, pero devastadora entre EEUU y China. Puede que sea un aviso, puede que sea una coincidencia, puede que sea cualquier cosa. Pero ahí está.

Resulta que Apple está en problemas por "escasez de chips de energía" para su último modelo de iPhone. Resulta que esto va a generar serios "desajustes" en la política de la compañía y en las ventas previstas para estas navidades puesto que se estima que "las interrupciones de suministro persistan durante los próximos dos trimestres". 

Bueno, a cualquier empresa le pueden pasar esas cosas de vez en cuando ¿no? ¿Por qué alarmarse entonces?

Aquí entra el apartado de especulaciones, si eso es un aviso de algo que ocurrió no hace mucho o una simple coincidencia. 

Dado que Apple no ha especificado el por qué de esa escasez de suministro ni el origen de los componentes que lo generan puede, tal vez, acaso, quizás sea un primer aviso de China de lo que puede ocurrir si aplica a rajatabla la ley aprobada el 13 de octubre sobre control de exportaciones y autorización al gobierno a "tomar contramedidas" contra cualquier país que "abuse de las medidas de control de exportaciones" y represente una amenaza para la seguridad nacional y los intereses de China. Es decir, se prohíbe la exportación de sustancias estratégicas (especialmente las tierras raras) y tecnología a empresas extranjeras que podrían representar una amenaza para su seguridad nacional.

Como os dije, y para que en EEUU se entienda mejor simplificando el mensaje, es algo así como "sin tierras raras no hay chips". Pues no hay chips. Y eso afecta a una compañía que está en competencia feroz con Huawei por la hegemonía en tecnología 5G y que, como consecuencia de la prohibición a que se enfrenta Huawei, está viendo cómo se la boicotea en China.

Lo que me ha llamado la atención no es el hecho en sí, sino la referencia a que "se espera que las interrupciones persistan durante los próximos dos trimestres". O sea, el tiempo que dio China para ver qué hace el nuevo, o no, presidente de EEUU. Como os dije, si gana Biden China le va a dar unos meses para ver si es capaz de revertir la política de enfrentamiento y si gana Trump no habrá tiempo alguno y que, en cualquier caso, será en la primera sesión de la Asamblea Popular Nacional donde se dará luz verde al cumplimiento completo de esa ley. Y esa reunión será en marzo de 2021. Dos trimestres, efectivamente.

Puede, sin más, que haya sido una simple coincidencia. 

Lo que no es coincidencia es lo que se está viendo del gran líder de la democracia, del faro del mundo libre y todas esas simplezas en unas elecciones que son de chiste y el desarrollo, más.

Lo que se ve es que Trump ha ganado porque no ha perdido. Siga o no, su legado sí va a continuar y por mucho tiempo porque tiene una importante base social. Si es Biden el presidente poco va a cambiar si es que cambia algo. Porque hay algunas consideraciones que se pueden hacer ya, con independencia del resultado final.

La primera, que el Partido Republicano cuenta con un significativo apoyo de la llamada "clase trabajadora". La segunda, que las minorías de todo tipo no han seguido masivamente al Partido Demócrata pese a toda la fanfarria de los medios de propaganda y a las protestas. La tercera, que el manejo desastroso de la pandemia le importa un higo a la gente.

El Lince

sábado, 31 de octubre de 2020

El go de Sun Tzu

Ya os hablé de lo que es el juego del go y de quién lo inventó. El go o weiqi (en China tiene los dos nombres, en Japón solo el primero con una ligera variante) vuelve a estar en el centro de la geopolítica. 

El go se puede jugar de muchas maneras. Ya entre los años 600-700 antes de nuestra era (no se sabe a ciencia cierta la fecha exacta), o sea, hace la friolera de 2.600 años como mínimo, hubo un autor, Wang Chi Shin, que escribió los "Diez principios fundamentales del go" que estuvieron vigentes hasta que entre el año 1049 y 1054 de nuestra era otro autor, Quing Shisanpian, lo aumentó un poco escribiendo "El weiqi en 13 capítulos". Y así hasta que en 1995 Ma Xiaochun culminó (por ahora) los tratados sobre este juego con su "36 estratagemas aplicadas al go". Y aquí me quiero detener.

Xiaochun hace un juego de palabras con el título en chino, "Sanshiliu ji yu weiqi", que en la traducción pierden todo su significado porque si bien es cierto que habla de las 36 estratagemas para el go o weiqi tiene una mención implícita a Sun Tzu y su clásico arte de la guerra. Y esa sutileza, claro está, se pierde en la traducción. Porque lo que hace Xiaochun en su libro es coger las estrategias del Ejército Popular de Liberación y aplicarlas al go o weiqi.

Por ir al grano, hay que entender que solo se puede ser superior al adversario cuando se poseen todos los recursos para asediar al contrario (o sea, lo que ha venido haciendo hasta ahora EEUU con el resto de países); que si los dos tienen recursos similares el juego adquiere una mayor complejidad y se requiere de estrategias de astucia y ataques por sorpresa (como lo que hizo inicialmente EEUU con los aranceles contra China o la guerra contra Huawei, o como ha hecho China con la digitalización del yuan, por ejemplo o el giro interno, hacia adentro, de su economía en vez de continuar favoreciendo exclusivamente las exportaciones), y que hay que ganar territorio aunque sin aniquilar del todo al otro (la Nueva Ruta de la Seda china, dejando abierta la puerta a quien quiera participar, incluido EEUU; o la denominada "fase 1" del acuerdo de aranceles que está permitiendo a EEUU sobrevivir en la pandemia, como acaba de reconocer Bloomberg).

Y todo esto para hablar del reciente pleno del Comité Central del Partido Comunista de China, que se celebró entre el lunes y el jueves de esta semana, donde se han tomado decisiones que van a reconfigurar el mundo según lo conocemos.

Lo primero, a nivel interno -pero con repercusiones en lo externo- es la aprobación del XIV Plan Quinquenal (2021-2025) que será aprobado formalmente por la Asamblea Popular Nacional en marzo de 2021.

Si hay algo obvio en el mundo en que vivimos es que el estado de la economía mundial depende, especialmente, de qué camino va a tomar China y a qué ritmo va a ir su economía. De ahí la importancia del XIV Plan Quinquenal.

Aquí hay que hacer una breve reflexión porque los planes quinquenales chinos parten, pero no siguen milimétricamente, de los planes quinquenales soviéticos. Porque los chinos han aprendido mucho tras la desaparición de la URSS, han estudiado mucho las causas de esta desaparición y han emprendido muchas variables que han permitido al país llegar a donde está llegando. Es decir, son menos rígidos que los soviéticos. Por ejemplo, en este XIV Plan Quinquenal hay una "combinación flexible" de capital público y privado, aunque destacando que "es el Estado el sujeto principal de la economía y quien establece las condiciones económicas". O sea, el interés de las empresas privadas está subordinado al Estado, como ha quedado palmariamente comprobado con la pandemia y cómo la enfrentó China.

Estando las cosas como están, con una guerra económica abierta por EEUU, con una tendencia cada vez mayor hacia la desglobalización y con una recesión económica occidental sin parangón China ha puesto encima de la mesa sus cartas (aunque aún no se conozcan todas). Queda claro tras este plan que China opta de forma abierta por convertirse en la economía más grande del mundo (que ya lo es) y, sobre todo, en "una sociedad de altos ingresos" en los próximos cinco años. Pero es también relevante que al optar por la estrategia de "doble circulación" apuesta de forma clara por el consumo interno frente a las exportaciones. Esto va a permitir a China impulsar el desarrollo socioeconómico de su población tanto a medio como, sobre todo, a largo plazo y -lo más importante- libre de presiones externas.

Este Plan Quinquenal establece que la prioridad absoluta para China es la economía nacional y el logro de objetivos tecnológicos que mejoren su desarrollo. Dicho en otras palabras, la inteligencia artificial se convierte en clave para lo anterior. Porque lo que implica es, ni más ni menos, que "reemplazar las tecnologías estadounidenses en áreas centrales". Fin de la historia. EEUU tal vez había previsto este movimiento y lo ha estado intentando impedir con todas sus fuerzas, pero ha llegado tarde, muy tarde. Porque este XIV Plan Quinquenal establece que lo anterior es la antesala del gran objetivo: 2035 con China como líder tecnológico mundial (China da a EEUU este tiempo para llegar a acuerdos y dejar la agresión o se enfrentará a la aniquilación, como en el go o weiqi).

Para entonces, China dice que será "una nación socialista completamente modernizada". 

Aquí volvemos a lo de siempre, al eterno debate sobre si China es socialista o capitalista. Pero si nos atenemos a lo que se conoce del XIV Plan Quinquenal, vemos que hay algo que no es ni una cosa ni otra porque estamos ante la fusión de la economía monetaria, del keynesianisno en sentido estricto y de la planificación inicialmente soviética aunque remozada. Tal vez algo parecido a la Nueva Polìtica Económica de Lenin. Tal vez. La diferencia, o el debate, está en que Lenin concebía le NPE como un sistema transitorio, un "obligado paso atrás", y China lo considera un gran paso hacia adelante y nada transitorio. La semejanza es que, en los dos casos, la economía permanece bajo la dirección y planificación del Estado aunque secundada por el capital privado. ¿Es esto el "socialismo de mercado" o "el socialismo con características chinas"? Quizá.

 El Lince




martes, 27 de octubre de 2020

Socialismo o barbarie, otra vez

Hace unos cuantos años, en Francia surgió un colectivo (inicialmente trotskista) que tras varias escisiones (típicas entre los trotskistas) culminó en una revista llamada "Socialismo o Barbarie" que terminó su recorrido un poco antes de 1970. Pero quedó el eslógan, que sigue siendo actual.

Hace un mes, más o menos, una persona me escribió sobre la pandemia, que él denomina "crisis biopolítica" y las divergencias científicas sobre la misma aunque lo que a él le preocupa es la identificación de "extrema derecha" de todos quienes critican las medidas que imponen los gobiernos. Y dice, con razón, que "se ocultan bajo esa etiqueta las protestas por el hambre, el descalabro social y la libertad".

Llega el momento de abordar este asunto cuando todo el mundo occidental acaba de imponer nuevas medidas, otra vez, más o menos duras para combatir esta segunda ola. 

Lo primero que hay que decir es que las sociedades colapsan cuando no pueden hacer frente a los problemas sistémicos cuando surgen de una forma aguda. Es decir, es el sistema el que está en quiebra con la pandemia y no sirve de nada el mantra de que todo lo que se está haciendo es "para recuperar la normalidad". ¿Recordáis cuando muy triunfalmente se dijo, después del primer estado de alarma en el Estado español, "estamos en la nueva normalidad"? Y mucha gente se lo creyó. 

Pues no. No hay ni habrá nueva normalidad, ni nueva ni vieja. Un ejemplo: alguien que fuma siempre defiende su estatus, hasta que sus pulmones -u otras partes de su organismo- empiezan a fallar. Lógicamente, desde la medicina siempre se recomienda lo mismo: dejar de fumar. Es decir, nunca se dice: recupera tu normalidad, sigue fumando. Porque recuperar la normalidad, nueva o vieja es un camino seguro hacia la muerte.

Pues eso es lo que está pasando ahora con la pandemia. Que Occidente esté como está y que Oriente (el ejemplo de China es abrumador, aunque no solo) haya salido de la crisis indica que el sistema neoliberal está tan enfermo que mantenerse en él es ir, literalmente, a la muerte.

Todo Occidente, el Occidente capitalista y sus famosos "valores", están pagando precios extraordinarios en vidas y en términos económicos. Lo primero no les preocupa, lo segundo sí. Por eso la consigna de "hay que convivir con el virus", porque hay que salvar la economía. No importa quién caiga. A fin de cuentas, como dijo el preboste de los empresarios de Valladolid en la primera pandemia, "los ancianos no son parte productiva".

Las "medidas excepcionales" que ha impuesto el mundo occidental (con la notable excepción de Suecia o EEUU) son iguales y, sobre todo, escenográficos: cierres parciales e irrelevantes para lo que se dice que se quiere conseguir.

Y aquí me quiero detener: se cierran las ciudades por la noche (la más pronto, a las 9 y no en el Estado español, que por aquello de los bares la que más ha apretado es a las 10 y hay quien lo ha puesto a las 12 de la noche) pero se abren de par en par para ir a trabajar, sin incrementar las frecuencias del sistema de transporte público y eso, en sí, ya es un foco permanente de contagios. O se prohíben las manifestaciones y se cierran las actividades lúdicas y culturales (donde estás un par de horas) mientras que es casi el mismo tiempo que dedicas en el metro o en el tren a ir y venir del trabajo. Por no hablar de cómo se ponen los centros comerciales los fines de semana. Es decir, las medidas del toque de queda o "restricción de movilidad", como púdicamente se dice ahora, no son más que medidas con una influencia muy marginal en los contagios.

La evidente inutilidad de estas medidas hace que aumente la tensión social y de ahí a la revuelta solo hay un paso. Una revuelta que están encabezando los "sectores respetables" de pequeños comerciantes (y habría que ver su actitud a la hora de pagar impuestos) pero que demuestra que hay un malestar social evidente. Y ese malestar social está siendo hegemonizado por el neofascismo.

Esto no es nuevo. En toda fase primigenia del malestar social, de la protesta social, hay gentes de todo tipo y depende de las fuerzas de unos y otros para dar un sentido, o reaccionario o revolucionario, a ese malestar. Por ello no sirve de nada tener mucha actividad en las redes, donde hay que estar es en la calle. En unos momentos en los que la credibilidad de la clase dominante es cero en todo Occidente es el momento de tener las cosas claras. 

Que yo sepa, en el Estado español solo la CUP catalana ha salido a la calle para protestar (y ya era hora de que saliese de su marasmo). Es evidente que las necesidades sociales exigen respuestas colectivas y solo quien sea capaz de tirar hacia adelante puede hacer crecer la conciencia popular. Pero ahora mismo, en todas partes, la izquierda, o la pretendida izquierda, está desaparecida y quien aparece es el neofascismo.

Son tiempos excepcionales y solo cuando nos demos cuenta de que no hay una "normalidad" a la que volver habremos avanzado. Por eso, la única perspectiva concreta que hay a la vista es la de siempre, otra vez: o socialismo o barbarie.

 El Lince

jueves, 22 de octubre de 2020

El movimiento se demuestra andando (o el 155 boliviano)

En contra de lo que pensaba, en Bolivia ganó la candidatura del Movimiento Al Socialismo. Dudo que dé los pasos necesarios para considerarla un buen triunfo, pero no obstante ha abierto una grieta en la estrategia de EEUU en América Latina... siempre y cuando se hagan tres cosas de inmediato: el reingreso de Evo Morales en el gobierno, en cualquier puesto; el procesamiento judicial de los golpistas (civiles, militares y comunicacionales), y el impulso a la nacionalización total del litio que si bien ya existía con Morales, está en una situación de limbo puesto que por la presión social Evo se vio obligado a romper un acuerdo de asociación con una empresa alemana para explotarlo. O cuatro: también la salida de la OEA.

Todavía no hay datos oficiales de la magnitud del triunfo, si por mucho o por menos, pero lo que sí hay ya son declaraciones de los ganadores que indican que si bien los golpistas han sido derrotados formalmente, el golpe ha triunfado. 

Me explico con un símil español. Hace tres años en Catalunya se realizó un referéndum de autodeterminación al que se opuso el Estado español con uñas y dientes. Un paso anterior al de enviar al ejército a Catalunya (o sea, dar un golpe) era la aplicación del artículo 155 de la Constitución que suspende el gobierno autonómico y pasa a manos del Estado. Cuando casi un año después formalmente dejó de aplicarse ese artículo 155 los dirigentes catalanes siguieron actuando como si existiese, cuidando muy mucho mover ni un solo dedo que se saliese de los márgenes incluidos en el 155, es decir, sin molestar al Estado. Pues eso es lo que ya está haciendo el MAS, moviéndose en los márgenes impuestos por los golpistas y sin molestarles.

Al igual que los catalanes se tragaron la imposición española de que Puigdemont no fuese presidente de la Generalitat tras la aplicación del 155, el MAS ya ha dicho que Evo Morales no tendrá ningún papel dentro del gobierno, ni siquiera como ministro sin cartera. Ese siempre ha sido uno de los objetivos de los golpistas. Y al igual que los catalanes siguieron utilizando a su policía para reprimir a su propia población, que les recriminaba su pusilanimidad y abandono de las tesis independentistas, sin que se haya ni juzgado ni sancionado a uno solo siquiera, en Bolivia se está mareando la perdiz con los golpistas y sus instrumentos. Porque a pesar de que hay declaraciones del MAS de abrir un proceso judicial contra varios de los golpistas, se añade de inmediato que tiene que haber previamente un informe de una comisión mixta de la Asamblea Legislativa Plurinacional (que tendría que haberse presentado ayer, pero no he visto nada al respecto) y en función del mismo "ver si es posible o no ese proceso" (sic). Recuerdo que al menos fueron 37 los muertos y que al menos 27 fueron asesinados por militares y policías.

Un ejemplo, a modo de recordatorio, de lo fácil que lo tienen para limpiar y purgar a los golpistas, civiles y militares. Con nombres y apellidos.


Sé que es pronto para emitir un juicio tan duro porque el MAS aún no ha tomado posesión ni del gobierno ni de la Asamblea ni el Senado (puesto que ha ganado en todos los sitios; un dato, menos en España y EEUU, donde los inmigrantes han votado a la oligarquía), que será el 5 de noviembre, pero el movimiento se demuestra andando. Y los primeros pasos son determinantes.

Siguiendo con el símil español, cuando el franquista Adolfo Suárez impulsó la llamada "transición democrática" lo hizo manteniendo la práctica totalidad de instrumentos franquistas, pero tuvo como válvula de escape la política exterior, con dos grandes actos muy resonantes que tapaban lo que estaba haciendo (o no haciendo) a nivel interno: recibir a Yasser Arafat e inscribir a España como miembro observador del Movimiento de Países No Alineados. Entonces, como ahora en Bolivia, se habló de "victoria de los pueblos" y cosas así. Eso mismo está haciendo el MAS: dice que reanudará las relaciones diplomáticas con Cuba, Nicaragua, Venezuela, Rusia e Irán, rotas por los golpistas.

Esto parece un desafío abierto a EEUU, pero queda por ver si al mismo tiempo restablece relaciones con EEUU, rotas por Evo Morales ante la constante injerencia y agresividad de EEUU. Las declaraciones del MAS van por ahí, a la espera de un movimiento de EEUU (y aquí hay que incluir cómo se ha abordado desde EEUU este triunfo, aparentemente sin agresividad y con felicitación expresa de Pompeo) en una especie de quid pro quo.

Y luego está la OEA. Se ha acreditado que no hubo fraude alguno, que la OEA violó sus propios estatutos realizando una injerencia clara en un país concreto y que todo lo que ha hecho ha sido avalar y sancionar el golpe de estado. El que Bolivia siga dentro de esta organización y no tenga la valentía de Venezuela, que tardó en salirse, pero finalmente lo hizo, pone de manifiesto hasta dónde está dispuesto a llegar el MAS. No basta con decir, como hizo Arce tras el triunfo, "allá ellos". Ahora Bolivia está fuerte, acaba de derrotar a la OEA y abandonar ese engendro daría un golpe muy importante no solo a todos los reaccionarios latinoamericanos sino a su gran patrón, EEUU.

P.D.- Sobre el petro venezolano y cómo con él sortea el país las sanciones, ya que una amiga lo ha pedido: hay muchas páginas sobre las criptomonedas, pero os dejo una en inglés y otra en castellano. Buscad por ahí. 

https://cointelegraph.com/

https://criptoinforme.com/

El Lince

lunes, 19 de octubre de 2020

El gran golpe

A las puertas del crucial Comité Central del Partido Comunista, China acaba de dar el paso definitivo para acabar con el imperialismo estadounidense. El martes pasado, 13 de octubre, ha dado dos grandes golpes para ello: aprobar una ley de control de exportaciones y autorizar al gobierno a "tomar contramedidas" contra cualquier país que "abuse de las medidas de control de exportaciones" y represente una amenaza para la seguridad nacional y los intereses de China. Es decir, se prohíbe la exportación de sustancias estratégicas (especialmente las tierras raras) y tecnología a empresas extranjeras que podrían representar una amenaza para su seguridad nacional

Hasta este momento estábamos acostumbrados a oír esa cantinela en EEUU, pero el que ahora China la asuma también indica cómo están las cosas y cómo China ha decidido que le da igual quién gane las elecciones estadounidenses el mes que viene.

Se dice por ahí que China apuesta por Biden (insisto, le da igual) pero como confucionistas que son saben que el tiempo juega a su favor y si gana le darán unos meses para que revierta la política contra China impulsada abiertamente por Trump (aunque Obama también dio pasos en esa línea de enfrentamiento que Trump ha acelerado), eso es lo que conlleva el "abuso de las medidas de control de exportaciones" de la ley aprobada. En caso de que gane Trump el tiempo será muy limitado puesto que en la primera sesión del Congreso Nacional del Pueblo del año que viene (hay que tener en cuenta cuándo comienza el año chino, que no es el nuestro) se dará la luz verde definitiva al cumplimiento completo de esta ley que rompe de forma definitiva la costumbre de EEUU de imponer fuera su jurisdicción nacional. Si además digo que China exporta el 70% de todas las tierras raras que se comercializan en el mundo (y se supone que el 95% del total está en su territorio, aunque permenantemente se descubren nuevos yacimientos como en Corea del Norte, por ejemplo, o en Vietnam) entenderéis lo que esta medida supone: unos materiales imprescindibles para todo, desde móviles a misiles. Para ayudar a los ignorantes estadounidenses a comprender lo que conlleva esta ley, es algo así como "sin tierras raras no hay chips".

La importancia de esta ley es que es la primera de toda la historia de China desde que ingresó en la Organización Mundial de Comercio (2001). Mientras que EEUU ha estado elaborando leyes y leyes a su antojo en este aspecto, y en contra del mantra liberal de "libre comercio", China se ha mantenido siempre dentro de lo estricto y abogando por "el libre comercio". Hasta ahora. Con esta ley China aplica el "ojo por ojo", es decir devuelve a EEUU sus golpes más duros; solo que con este golpe EEUU queda fuera de la circulación directamente. China le dice a EEUU que ya no va a establecer reglas de comercio internacional de forma unilateral y cuando le plazca y que ya no puede sustentar eso en la capacidad militar, ni en sus bases, ni en sus alianzas. 

Desde que EEUU inició la guerra económica contra China con los aranceles, en 2018, hemos venido asistiendo a un intercambio de represalias de unos y otros hasta dejar la cosa en algo parecido a un empate en el que los dos pueden presumir de victoria (un poco más, China). Pero esta ley, si se aplica del todo -y va a depender de lo que haga EEUU de aquí a febrero o marzo de 2021-, trastocará toda la geopolítica tal como la conocemos de forma irreversible.  

China ha esperado muy pacientemente su momento y este lo ha proporcionado el COVID-19: antes de la pandemia Occidente estaba muy tocado, perdiendo hegemonía cada segundo que pasa; ahora está hundido y las perspectivas son de un hundimiento aún mayor. Solo hay que echar un vistazo al último informe del FMI cuando habla de que la crisis producida por la pandemia va a durar mucho más de lo esperado y que sólo un país se salva, China.

Es evidente que el llamado "orden mundial" cambia en momentos de crisis, solo hay que hacer un repaso a la historia. Si hasta ahora estaba despedazándose el hegemonizado por Occidente, la pandemia lo ha destrozado del todo. Vivimos un momento histórico, viendo cómo el dominio de EEUU decae exactamente igual que el imperio británico se deshizo tras la Segunda Guerra Mundial. 

Lenin hablaba en su "Imperialismo, fase superior del capitalismo" de cómo la feroz competencia por el control de los recursos y del comercio entre los estados capitalistas europeos desembocó en la I Guerra Mundial. Y de cómo el imperialismo, directa o indirectamente, siempre impone las reglas del comercio internacional para asegurar que el excedente económico fluya hacia el poder imperialista. Supongo que no hace falta decir qué ha hecho EEUU desde la decadencia británica tras la II Guerra Mundial y en qué se ha basado su control del mundo, de forma especial tras la desaparición de la URSS.

Y EEUU lo ha hecho incluso avasallando y humillando a sus "aliados", como por ejemplo en la llamada "crisis asiática" de la década de 1990 aunque ya antes había hundido a Japón, que había superado a EEUU en exportaciones manufactureras. ¿Y a que no sabéis cuál fue la gran amenaza de EEUU? Su presencia militar en el archipiélago. Pero Japón era y es un país vasallo, esa es la diferencia con China en estos momentos. Japón tuvo que tragar, los países asíaticos vieron lo que había ocurrido y también agacharon la cabeza, pero China no. China acepta la guerra y la lleva al mismo terreno de EEUU.

Estos días habréis visto la pompa que ha dado China a la celebración de los 40 años de la Zona Económica Especial de Shenzhen (y os hablaré de ello porque esta es la ciudad que será el "modelo socialista" de China a corto plazo, sin perder de vista que al día siguiente Xi Jinping visitó a la formación de élite del Ejército Popular de Liberación y le instó a "estar listo para la guerra"), la ciudad donde comenzó todo el cambio de lo que yo llamo "capitalismo sui géneris" chino y que ha puesto a China donde está ahora. Pues hay quien dice que EEUU está reviviendo la difícil situación que tuvo con Japón y que o hay un acuerdo con China o EEUU será "el perdedor de la globalización económica" (sic). 

Pero tal y como están las cosas ahora ese hipotético acuerdo ni está ni se le espera y por eso los chinos han dado su último gran paso. Porque saben que EEUU no puede intimidar a China como hizo con Japón, que no puede establecer las reglas comerciales y prohibir las empresas tecnológicas que le superan, y, por el contrario, China sí puede mandar a EEUU al baúl de la historia y no será más que otro imperio que ha caído. 

De ahí los desesperados intentos de EEUU de presionar a sus vasallos contra China como el que acaba de protagonizar el 12 de octubre intentando revitalizar el Diálogo Cuadrilateral de Seguridad con Japón, Australia e India. Una semana antes había hecho un intento de ampliar este foro con Malasia, Vietnam, Mongolia y Corea del Sur y fracasó. China es mucha China (y tomad nota de las fechas de los movimientos de unos y otros).

Os he dicho que miréis la historia, donde el patrón se repite una y otra vez. Por no ir muy atrás, el imperio español se desmoronó a principios del siglo XIX aunque no fue hasta finales del mismo cuando se adaptó al hecho tras la pérdida de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y otras islas de la Micronesia. Lo mismo pasó con el británico, que no fue hasta la pérdida del canal de Suez en 1956, pese a que India -la joya de la corona y cuyo comercio hacia la metrópoli pasaba por Suez- se independizó diez años antes, cuando aceptó la decadencia de su imperio. Españoles y británicos se negaron desesperadamente a ver su declive y tardaron unos años en aceptar la nueva realidad geopolítica. Es la misma situación de EEUU. Asistimos, por lo tanto, a su fin y China ha enseñado cuál es el gran golpe.

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Hablando de golpes, ayer se terminó de forma oficial el embargo de armas de la ONU contra Irán. EEUU ha recibido otro gran golpe y está en un espléndido aislamiento a pesar de toda su verborrea porque pronto veremos tanto a Rusia como a China vendiendo armas modernas a los iraníes. Sobre todo a Rusia porque Irán ha manifestado su disposición a comprar el S-400 de defensa aérea. Y precisamente ayer Irán dijo algo que EEUU debería tener en cuenta, ahora mucho más que antes: "nunca olvidaremos el asesinato de Soleimani". Ya Irán respondió con el derribo del avión (quince días después del asesinato de Soleimani) en el que iba uno de los psicópatas estadounidenses, Michael D'Andrea, jefe de la CIA en la zona. Oficialmente se dice que fueron los talibanes afganos, EEUU lo achacó a un fallo técnico. Lo cierto es que los talibanes nunca han derribado aviones de ese tipo y con tanta efectividad, que la huella iraní es evidente y que desde enero D'Andrea no ha aparecido y no se sabe nada de él. Lógico por las fotos de cómo quedó el avión.

Pero con ser esto importante, lo es tanto o más el hecho de que Irán ya puede exportar armas de forma legal. Los sauditas tendrán ahora un motivo abierto para preocuparse por la guerra que iniciaron en Yemen hace cinco años. Si sin esas armas o llegando de forma "ilegal" -según la ONU- les ha ido mal, ahora que llegarán de manera legal les va a ir mucho peor.

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A la espera de los resultados definitivos de las elecciones de Bolivia, veo una euforia desmedida en América Latina. Aunque parece que la victoria del Movimiento Al Socialismo es clara, el hecho de que se apure el plazo para dar esos resultados (que no llegarán al menos hasta dentro de tres días o más) ya en sí es un indicativo que no alienta esa euforia. Sobre todo cuando Arce habla de "reconducir el proceso de cambio". Es, ya, una clara marcha atrás respecto a lo (poco) que había con Evo Morales.

El Lince