sábado, 27 de febrero de 2021

La caja de herramientas de los mil millones de oro

Entre la "democracia consolidada" del Estado canalla (más conocido como España) y las "democracias plenas" del resto del "mundo libre" que se contraponen a los "modelos autoritarios" que disputan la hegemonía a Occidente hemos estado entretenidos unos cuantos días. Para estas "democracias" el bufón Navalny es importante pero no Assange, se sanciona a Rusia pero no a Gran Bretaña y volvemos a oír el mantra, repetido y aburrido, de los "derechos humanos".

Esta es la caja de herramientas recurrente de los mil millones de oro cuando se constatan las grietas de un edificio que se derrumba sin remisión. Es un regreso al pasado, un aferrarse a una verborrea que ya no cuela ni entre esos mil millones de oro que se están dando cuenta que lo que son, en realidad, es mil millones de plomo que durante años, hasta 2008, han estado recubiertos de una fina capa de oro que daba brillo pero ocultaba la realidad. 

Durante mucho tiempo a Occidente se le ha denominado "los mil millones de oro" en referencia a su población y a su nivel adquisitivo. Es un concepto racista, por supuesto, y supremacista al tiempo que neocolonialista pero ¿qué más da? Occidente tenía el control del relato y lo demás no existe. Que existiese ese referente cuando en el mundo hay cerca de 8.000 millones de habitantes indica de qué estoy hablando y del comportamiento "democrático" occidental.

El mismo comportamiento "democrático" que se está viendo ahora con las vacunas anti-COVID y cómo Occidente las está acaparando. La revista médica de referencia, The Lancet, lo ha dicho claramente: "los gobiernos de los países de altos ingresos, que representan el 16% de la población mundial, han realizado pedidos anticipados que cubren al menos 4.200 millones de dosis de vacunas COVID-19, lo que significa que han logrado asegurar al menos el 70% de las dosis disponibles en 2021". Es un ejemplo, pero habría miles de este "democrático" comportamiento.

La historia viene a cuento de la penúltima gracia de EEUU (y de sus vasallos). Esta semana EEUU ha emitido una declaración solemne sobre el "regreso" al Consejo de Derechos Humanos de la ONU afirmando que "la nueva Administración (Biden) coloca la democracia y los derechos humanos en el centro de la política exterior". Estamos de regreso al pasado, a cuando en 1948 los países que sometían a control colonial a los pueblos africanos y asiáticos aprobaron la pomposa Declaración Universal de los Derechos del Hombre bajo una estrecha concepción individualista sin tener en cuenta los derechos colectivos ni de los pueblos. Lo mismo, exactamente lo mismo, que en el siglo XVIII cuando en Haití se creyeron eso de "Libertad, Igualdad y Fraternidad" de la Revolución Francesa y pretendieron que se les aplicase también a ellos, los esclavos. Y no, fueron masacrados. Los probos revolucionarios franceses consideron una "insolente aspiración" las pretensiones de los esclavos haitianos y los pasaron a cuchillo, literalmente.

Hubo que esperar a la revuelta y rebelión anticolonial de los años 60 del siglo pasado para que el muy "democrático" Occidente aceptase una ampliación de los derechos humanos que recogiese el sentir de los pueblos. Es lo que se conoce como derechos de segunda generación. Estos derechos son los económicos, sociales y culturales y en la Proclamación de Teherán de 1968 queda recogida en el derecho internacional público de forma tajante: 

- "Los actos de agresión acarrean la denegación general de los derechos humanos" (párrafo 10)

- "Como los derechos y libertades fundamentales son indivisibles, la realización de los derechos civiles y políticos sin el goce y disfrute de los económicos, sociales y culturales resulta imposible" (párrafo 13)

Este es el andamiaje del derecho internacional público que el Occidente de los "mil millones de oro" reconoce de boquilla pero no de derecho. Investigad por ahí y veréis el por qué desde entonces sólo se hace hincapié en los de primera generación, de 1948. Y lo mismo ahora.

Ante esta respuesta y actitud occidental, el resto de pueblos del planeta reaccionaron, como no podía ser de otra manera y desarrollaron su propia perspectiva de los derechos humanos, quedando así patente, también, en el derecho internacional público: no existe una concepción única respecto a ellos a escala planetaria, es decir, adaptada a todas las naciones y pueblos, por toda la comunidad jurídica internacional. Quien diga lo contrario, miente. Pero eso también ha sido ocultado por el Occidente de los "mil millones de oro": ha tratado de imponer sus propias reglas como las únicas en discusión en esta esfera.

No voy a entrar aquí en el derecho a la autodeterminación de los pueblos que, por cierto, consagra de manera generalizadora el artículo 1 de la Carta de la ONU, sino en los económicos, sociales y culturales. 

La pandemia ha dejado a los "mil millones de oro" occidentales desnudos, como en el cuento de Hans Christian Andersen. Si os tomáis la molestia de ver cómo van los datos, veréis que de los 2'5 millones largos de muertos que van 1'5 millones se han producido solo en 7 países, por este orden: EEUU, Brasil, México, India, Gran Bretaña, Italia y Francia. O sea, la crem de la crem. Coged los datos y cruzadlos, veréis que los países "autoritarios" o "dictaduras" avergüenzan a todos y cada uno de los países occidentales: Cuba (2'2 casos por cada millón de habitantes), Venezuela (1 caso por cada millón) o Siria (59 por millón) son solo una pequeña muestra y pongo tres que están siendo acribillados a sanciones y críticas por los "derechos humanos" porque en EEUU son 239 por millón, en Francia 67 por millón y en Gran Bretaña 67 por millón.

Occidente está en declive social, político, económico y militar. Especialmente, EEUU. Si hay un sitio donde el racismo y la desigualdad es evidente es allí y supongo que no hará falta recordar eso del Black Lives Matter. Pero ahora viene con eso de los derechos humanos, que no tiene nada que ver con lo interno y sí con sus objetivos geopolíticos. 

El descrédito de Occidente es irreparable, aunque vuelvan a coger su gastada caja de herramientas para pavonearse, ocultar sus propias miserias y volver a someter y sojuzgar a pueblos y naciones a sus intereses. El caso de Bielorrusia no está lejano. Quienes han gobernado el mundo durante los últimos 500 años son incapaces de entender lo que está pasando, pero con su bonita caja de herramientas siguen pensando que son los "mil millones de oro" y, por lo tanto, que pueden dar lecciones y chantajear y presionar a los "autoritarios" que, además, han optado por su propio camino.

EEUU no da este paso porque sí, porque quiera "revertir el legado de Trump". En absoluto. Sabe que es el único instrumento que tiene para volver a aglutinar a sus vasallos europeos y porque las posturas propias sobre derechos humanos tienen cada vez más resonancia y predicamento entre los países viendo, como ven, en qué consiste eso de los "valores occidentales" centrados en las elecciones, o en la religión pero no en que para la inmensa mayoría de la humanidad (7.000 millones frente a los "mil millones de oro") existe el derecho básico de la vida y del desarrollo y que estos dos derechos no tienen por qué seguir el camino occidental y dicen ya abiertamente que ese camino occidental ni siquiera es el mejor ni el más adecuado.

Así que volvemos a los orígenes, ya anunciados por Biden hace poco y que acaba de visualizar con el ataque a las milicias pro-iraníes en Siria: los "derechos humanos" occidentales son una herramienta para intentar perpetuar los intereses occidentales aunque, tal y como está el mundo ahora, es una batalla perdida. Se lo creerán los "mil millones de oro", pero no el resto. El mundo va ya decididamente en otra dirección, hay otro orden mundial, multilateral, y en él Occidente no tiene mucha cabida porque el resto del mundo ya ha visto que lo que hay no es oro, sino simples barras de plomo.

El Lince

viernes, 19 de febrero de 2021

Canción de la rosa de papel

El Estado canalla (más conocido como España) está a la defensiva. O sea, la famosa "democracia consolidada" de la que tanto se ufanan y que en seis años ha crujido a un millón largo de personas (1.089.917 según el Ministerio del Interior) con la "ley mordaza" y, en muchas ocasiones, como consecuencia de manifestaciones, concentraciones, ocupaciones y demás. El encarcelamiento del rapero Pablo Hasel ha sido el detonante de un malestar que, a día de hoy, se ha extendido por 39 ciudades, grandes y no tanto, con enfrentamiento con la policía. No está nada mal, pero que nada mal.

Al hilo de ello, ya tenemos el consabido discurso sobre lo inaceptable de la violencia y todos, casi sin excepción, se han lanzado a criticar. Unidas Podemos está dando una de cal y otra de arena, acuciada por lo que supone estar dando cobertura a la represión y ver cómo se está ejerciendo. Pero lo que nadie dice es que es una violencia política, no es gratuita. Y sobre todo, que la movilización más importante está en Catalunya donde, por otra parte, fue detenido el rapero. Y cómo los sentimientos independentistas han sido, están siendo reprimidos con fuerza desde el 1 de octubre de 2017 y por eso se estalla con tanta contundencia y facilidad.

Y aquí volvemos a donde siempre: al principio, o sea, a la raíz. De ahí viene radical, precisamente, de ir a la raíz. Y la raíz es que la violencia la ejerció el Estado cuando detuvo al rapero por unas letras y unas canciones. Hasta que no ha sido evidente eso no se han movido ni el gobierno, que ampara a torturadores (su propio ministro de Interior), ni los partidos políticos. Y eso, con mucha cautela para que el costuraje neofranquista no se agriete aún más. Y por eso la gente estalla, porque ya está bien de inacción (como con la promesa de derogar la "ley mordaza", que es lo que está en el origen de todo).

No se puede decir "quédate en casa, que ya lo hago yo" cuando no es sabido ni cómo ni cuando se hace algo (de nuevo la "ley mordaza"). Así que se protesta. Y para que la protesta sea efectiva, no tiene que ser una procesión sino una acción. Es la evidencia de la desconfianza ciudadana con una "clase política" que tiene muy escasa credibilidad, que es inoperante con los de abajo y sumisa con los de arriba. Especialmente, en Catalunya.

Y como tras las elecciones catalanas del pasado domingo las fuerzas independentistas (o soberanistas, si se quiere) ganaron con mucho, se está dando un serio toque de atención hacia dónde se tiene que caminar y cómo se tiene que actuar con España. Porque aquí, el gobierno catalán actual ha actuado de mamporrero del gobierno central (no en vano ha sido la policia catalana la que ha detenido al rapero).

Está sorprendiendo la amplitud de la protesta y de la rapidez con que se ha generado. Y aquí habría querecordar a un poeta valenciano, Vicent Andrés Estellés, y su "Canción de la rosa de papel"

Hubo interrogatorios;
nadie sabía nada.
Pero, como una consigna,
circula secretamente
de mano en mano, por todo el pueblo,
una rosa de papel.

Ya no es momento de aceptar nada, ya ha habido suficiente tiempo para cumplir alguna promesa. A nivel catalán y fuera de allí. La represión se agudiza y no solo allí (como en Linares o en Valencia, por ejemplo) y solo cabe una respuesta: la que se está dando. Y no se puede hablar de minorías, sino de una cierta complicidad social con los manifestantes. Sobre todo, en Catalunya. Cuando se reprime como se hace en el Estado canalla (o en Francia con los "chalecos amarillos") la respuesta no puede ser otra.

Esto no es nuevo. Muchos teóricos de la liberación social y política lo abordaron. Por ejemplo, Frantz Fanon, de quien ya os he puesto algunas cosas. Hace un año y medio escribí "la ira de Fanon" para abordar la situación en Ecuador y Bolivia y lo que estaban haciendo sus dirigencias, la Conaie en un caso y Evo Morales en otro. Habría que releer a gente como Fanon para entender qué está pasando. Cómo se pierde el miedo popular a ejercer la autodefensa y cómo es importante comprender que romper el discurso del monopolio de la violencia por parte del Estado es muy importante para que el Estado se guarde la ropa. Fanon dice, en "Los condenados de la tierra", que "la violencia de la calle libera mentalmente a los individuos respecto a la opresión". 

Aquí estamos ahora. Dure lo que dure, la protesta está teniendo un éxito doble: el primero, a nivel internacional. La "democracia consolidada" no puede ocultar sus carencias. El segundo, porque obliga a todo el mundo a retratarse. Por eso Unidas Podemos está tratando de nadar y guardar la ropa, porque ya no cuela su sostenido discurso de sostén del sistema.

El uso popular de la fuerza siempre da resultados, aunque no se vean de manera inmediata. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, esto es lo mismo que está ocurriendo ahora mismo con Irán. No hace mucho os comenté que Irán había afirmado que el 21 de febrero retirará el permiso a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica para visitar sus instalaciones si EEUU no levantaba las sanciones y los vasallos europeos (Gran Bretaña, Francia y Alemania) no cumplían sus compromisos. El 21 es pasado mañana y el nerviosismo occidental es tan patente que EEUU ha dicho que puede negociar y lo ha hecho con tres movimientos in extremis: aceptar la invitación de sus vasallos europeos para "discutir formas de reactivar el acuerdo nuclear con Irán", revocar las últimas medidas de Trump de imponer todas las sanciones de la ONU a Irán y levantar parte de las restricciones al movimiento de diplomáticos iraníes en Nueva York.

La moraleja es bien clara: quien no lucha, no gana. Os dejo con el poema, bellísimo y combativo.


El Lince

miércoles, 17 de febrero de 2021

Año y medio después...

Lo de que el Estado canalla (más conocido como España) es una "democracia consolidada" solo se lo cree quien apuesta por el sistema, ese que paga el chaletito, ese que da de comer (bien) y ese que permite cobrar una pensión completa con solo 8 años en política mientras que tú y yo necesitamos 37 años para ello. Y así. 

No voy a retrotraerme a los Pactos de la Moncloa para hablar de cómo se dio carpetazo al franquismo en favor del neofranquismo (eso de "atado y bien atado"), buscad por ahí si tenéis interés. Solo voy a remontarme a un año y medio atrás, a un 22 de julio de 2019 cuando Pedro Sánchez (presidente del gobierno español) anunció a bombo y platillo que se derogaría la "ley mordaza". Era el momento en que Unidas Podemos se prestó a ser socio de gobierno, como lo es ahora, y todo el mundo se las prometía muy felices. 

La "ley mordaza" es oficialmente llamada Ley de Seguridad Ciudadana y desde que se implantó, en 2015, se ha multado a la friolera de un millón de personas (y eso que en esta cantidad no están incluidas las multas impuestas en Catalunya, Euskadi y Navarra) y en un buen porcentaje como consecuencia de manifestaciones, concentraciones, ocupaciones y demás. 

"El gobierno más progresista de la historia" (sic) dijo nada más ponerse en funcionamiento que la iba a derogar (enero de 2020). Pero hasta ahora. Cantantes en la cárcel, titiriteros en la cárcel, manifestantes en la cárcel. Todo el mundo en la cárcel en la "democracia consolidada". Lo más sangrante es que "el gobierno más progresista de la historia" (sic) dijo, de tapadillo, hace un par de semanas que ya no se iba a derogar sino que se iba a reformar. Es decir, se mantiene en su esqueleto aunque se le añada o quite algo de carne. Por lo tanto, y de manera inequívoca, la responsabilidad recae en Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, y en Pablo Iglesias, vicepresidente segundo. Ni más ni menos.

Esto viene a cuento del encarcelamiento de Pablo Hasel. La mal llamada "izquierda española" es culpable y cómplice y no sirve culpar de ello a un sistema judicial neofranquista. Este caso no es más que el exponente de la dinámica represiva que se lleva aplicando mucho tiempo, que pone de relieve qué tipo de sistema y de régimen neofranquista es el existente, cómo las contradiciones políticas (supuestas) dentro del gobierno no lo son tanto y cómo el pretendido soberanismo catalán no es más que un servicio de mamporreros del poder central.

Hasel es la guinda de todo ese millón largo de personas que han sido, que están siendo multadas, perseguidas, encarceladas o forzadas al exilio por opinar, por manifestarse, por cantar, por escribir. Y todo ello, todo, es amparado y mantenido por "el gobierno más progresista de la historia" (sic).

Que el llamado "poder judicial" es neofranquista no se puede cuestionar. Que es cómplice del neofascismo, tampoco. Pero este no es el problema. El más importante es el de la pretendida "izquierda". Ella es la responsable de todo porque no aplica otra medida que la represión. Lo que está ocurriendo es sintomático y no solo con Hasel y lo que representa, como cuando una ministra y portavoz del gobierno dice que "no importa" que el 51'22% de los catalanes hayan votado por la postura independentista y que no hay por qué insistir en un referéndum pactado "porque no lo recoge la ley". Es decir, como con la "ley mordaza": no tienen el menor interés en cambiar la ley cuando lo pueden hacer. 

El 1 de Octubre de 2017 Catalunya mostró a las claras la cara del monstruo, del alien. "El gobierno más progresista de la historia" (sic) se ha acostumbrado a vivir con el alien y, así, culpar al alien de todas las masacres. Porque lo de Hasel es fuerte, pero antes ha habido muchos otros. ¿Alguien recuerda cuando en la feria de arte más importante del Estado canalla (más conocido como España) se censuró una obra que hacía referencia a los presos políticos catalanes? Esto era en 2018 y no estaba aún "el gobierno más progresista de la historia" (sic), pero también se ha reproducido esta censura después. ¿Hemos olvidado tan rápido que el mes pasado el Ayuntamiento de Barcelona ordenó borrar un mural que hacía referencia al borbón huido (con la protección y el apoyo económico del Estado)? Este ayuntamiento está en manos de los "progres" que, si bien pidieron perdón, mostraron su nivel (y su miedo). Porque ahora lo ha vuelto a hacer condenando los "desperfectos" que han ocasionado las movilizaciones de apoyo a Hasel mientras que sus mayores en el gobierno central "lamentan" el encarcelamiento del rapero.

Desde Unidas Podemos se habla de correlación de fuerzas para justificar lo injustificable. No es una cuestión de números, o de ladrillos, sino de cimientos. Solo si los cimientos son firmes los ladrillos sostendrán con eficacia el edificio. Un año y medio después, lo que se ve con claridad es que los cimientos están podridos. 

Lo mismo vale para Catalunya tras las elecciones de este fin de semana, si la cosa va de soberanismo o neoautonomismo. Porque Catalunya es hoy, otra vez, el eslabón más débil del régimen neofranquista.

El Lince

viernes, 12 de febrero de 2021

Los borbones son unos ladrones

No es mi estilo, pero un rapero español tenía que entrar hoy en la cárcel por esta canción. Se llama Pablo Hasel y aquí se solidarizan con él otros raperos y cantantes. Yo también.


El Lince

jueves, 11 de febrero de 2021

Después del 20 viene el 21

El jueves pasado Biden dio un discurso durante 20 minutos en el que marcó las "líneas maestras" de su política exterior. Lo hizo apenas 20 días después de tomar posesión como presidente y ya dejó claro que la política estadounidense apenas va a variar respecto a la etapa Trump. Es lo que tienen los supuestos "progres", tan alabados y tan funcionales al sistema.

En ese discurso repitió lo acostumbrado, con sus fobias y sus filias, y entre ellas abordó el caso de Irán diciendo que no iba a dar EEUU el primer paso para retornar al acuerdo nuclear de 2015 -pese a que lo abandonó unilateralmente en 2018- sino que tenía que ser Irán quien diese los primeros pasos revirtiendo las medidas que ha ido tomando desde entonces debido a la política de sanciones (ilegales según el derecho internacional) impuestas por EEUU y a la sumisa inacción de los tres países vasallos europeos (Gran Bretaña, Francia y Alemania) que durante este tiempo han sido incapaces de poner en marcha el famoso INSTEX (por el que se deberían haber continuado realizando los intercambios comerciales pero que sólo ha realizado una y en términos "humanitarios"). 

Irán esperó un año hasta aplicar las cláusulas del acuerdo nuclear que le permitían ir aumentando progresivamente su producción de uranio para dar tiempo a uno y otros a que reconsiderasen su postura y volviesen a la racionalidad. No ha sido así e Irán ha ido dando pasos para aumentar el enriquecimiento de uranio cada dos meses desde marzo de 2019, comunicándolo con antelación y siempre dando tiempo a los muy democráticos países occidentales y sus famosos "valores" a que, simplemente, cumpliesen los acuerdos que firman. Algo muy simple y que nunca ha sido correspondido. Al contrario, siempre se han vertido críticas y se ha hecho responsable a Irán cuando su acción es una respuesta a la agresión de EEUU y a la inacción sumisa de sus vasallos europeos. 

Apenas había comenzado enero de este año cuando Irán decidió dar el paso significativo de aumentar hasta el 20% el enriquecimiento de uranio y anunciar que si no se volvía a lo anterior, y los europeos seguían su parálisis sumisa, el 21 de febrero retiraría el permiso a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica para visitar sus instalaciones. Supongo que no hará falta recordar que desde 2019 alguna de estas instalaciones ha sido atacada, presivisiblemente por Israel, pero con datos que solo han podido salir de estos inspectores.

Curiosamente, y en geopolítica no hay casualidades, tras el discurso de Biden y la mención a Irán, y ante la proximidad de la fecha del 21 de febrero, están apareciendo "informaciones" sobre la malignidad de Irán. La primera, el día 9 de febrero (el discurso de Biden fue el 4) sobre la "reanudación de la colaboración en misiles entre Corea del Norte e Irán" (según la ONU) y ayer, día 10, que los inspectores de la AIEA han entregado a la ONU otro informe diciendo que Irán ha producido "3'6 gramos de uranio metálico" (de uso civil pero que es también imprescindible para las armas nucleares).

En los dos casos, también curiosamente, las filtraciones vienen de medios de propaganda estadounidenses. Luego la campaña demonizadora ya está en marcha previniendo lo que ocurra el 21. 

Porque todo ello va arropado con datos más que inquietantes para EEUU como el hecho de que Irán ha logrado burlar parte de las sanciones y ha logrado revitalizar su industria petrolera, casi ha completado un nuevo oleoducto con participación de China en el marco del acuerdo firmado en julio del año pasado, ha demostrado que puede responder (si el año pasado capturó un petrolero británico en represalia por un acto similar cometido por Gran Bretaña, el 4 de enero capturó un petrolero de Corea del Sur después de que este país también se plegase a EEUU congelando activos bancarios iraníes por valor de 7.000 millones de dólares) y está negociando con Rusia la compra de nuevas armas después de que en octubre del año pasado expirase el embargo de la ONU.

Y, por si fuera poco, justo cuando Rusia, China e Irán anuncian la celebración del segundo ejercicio naval multilateral (el primero fue en diciembre de 2019) en el Océano Índico a comenzar el 15.

El Lince

viernes, 5 de febrero de 2021

20 minutos para 20 días

Y más de lo mismo. O el fin de una ilusión. O la estupidez permanente. O poned los calificativos que queráis. Que la pandemia del coronavirus es evidente nadie lo discute, como tampoco que la estupidez de los estadounidenses es congénita. O como que la estupidez de los "progres" está en consonancia con su carácter de meapilas como máxima expresión de su "rebeldía". 

Aún está fresco en la memoria todo lo que se dijo de las elecciones en EEUU, de la pérdida de la presidencia de Trump y de cómo se felicitaba todo el mundo por la llegada de Biden. Raudos y veloces todo el mundo, sin excepción, desde la derecha menos casposa a los "progres" más rancios tuiteaban loas y alabanzas a Biden. No han pasado ni 20 días y bastan 20 minutos para que volvamos a tener un baño de realidad, es decir, de que todo lo anterior es cierto: más de lo mismo, ilusión frustrada y estupidez.

La historia va del discurso que Biden pronunció ayer ante el Departamento de Estado donde marcó sus "líneas maestras" de política exterior. Si ya eran previsibles tras conocer los nombramientos que ha hecho, he decidido esperar hasta que él mismo lo dijese.

20 minutos no dan para mucho y, como conferenciante, en este caso la experiencia es un grado. Hay que establecer unas líneas básicas y luego, si da tiempo y en función de las preguntas, desarrollarlas. No tengo conocimiento de que esto haya sido así en el caso de Biden, por lo que he visto solo habló esos 20 minutos y se largó. Y lo que dijo no tiene desperdicio y nos coloca donde siempre.

1.- Como es lógico, Biden se centró en los primeros minutos en repudiar la política de Trump de "EEUU primero" diciendo que "EEUU ha vuelto, la diplomacia está de vuelta en el centro de nuestra política exterior". Prometedoras palabras, pero...

2.- De inmediato apostilló que él, "como comandante en jefe, defenderé la democracia globalmente". A ver. Comandante en jefe significa el mando sobre las Fuerzas Armadas, por lo tanto anuncia guerras y/o "intervenciones" al estilo de Obama con Siria. Es el mismo discurso que se repite, una y otra vez, al menos desde la etapa de Bush actuando como "fuerza policial global". 

3.- Como es consciente de que hay un cierto cambio en el mundo, o sea, que eso de la hegemonía de EEUU ha pasado a la historia, dice que "hay que reconstruir los músculos de las alianzas democráticas que se han atrofiado tras cuatro años de abandono y abuso" y que eso no lo puede hacer EEUU en solitario. De inmediato viene a la mente el caso europeo y el de Oriente Próximo. En el primero, se deja entrever un quod pro quo con temas como la OTAN y el gasoducto ruso-alemán y, en el segundo, el reforzamiento del frente anti-iraní y el intento de retorno al acuerdo nuclear con este país. Para ayudar en lo primero, Biden dijo que ello "requerirá detener, por el momento, la retirada de tropas de Alemania ordenada por Trump" (y que han sido reubicadas en Polonia) porque "las alianzas de EEUU se encuentran entre nuestros mayores activos, y liderar con diplomacia significa estar hombro con hombro con nuestros aliados y socios clave una vez más". 

Obsérvese el lenguaje.

4.- En sentido estricto, y dado que lo que hay son líneas maestras a desarrollar, Biden ha retrocedido hasta Obama y estamos de regreso ante el "intervencionsmo humanitario" (como Libia o Siria) que es la antesala de guerras encubiertas (Libia y Siria) para derrocar gobiernos y sistemas.

5.- "Esto debe comenzar con la diplomacia, arraigada en los valores democráticos más preciados de EEUU: defender la libertad, las oportunidades, los derechos universales, respetar el estado de derecho, tratar a todas las personas con dignidad". Bonito envoltorio para un ejercicio macabro. Porque...

... de inmediato pasó a enumerar el cómo.

6.- Rusia.- "No dudaremos en aumentar los costos sobre Rusia". Es decir, nuevas sanciones a la vista porque Biden se convirtió en el paladín del don nadie Navalny exiguiendo a Rusia "la liberación inmediata y sin condiciones" porque "dejo claro al presidente Putin, de una manera muy diferente a mi predecesor, que los días en que EEUU se da la vuelta ante la acción agresiva de Rusia se han acabado". Pensad que Rusia hará lo mismo, desde luego (y el caso Navalny es uno de ellos porque este tipejo, entre otras cosas, no es partidario de honrar y apoyar a los veteranos de guerra que derrotaron al fascismo hace 75 años y eso es, todavía, "casus belli" en Rusia). Rusia es la obsesión de los demócratas, al igual que China la de los republicanos. Pero...

7.- China.- "El liderazgo estadounidense debe enfrentar este nuevo momento de avance del autoritarismo, incluida la reciente determinación de China de rivalizar con EEUU y la determinación de Rusia de dañar nuestra democracia".

8.- Por supuesto no faltaron otras menciones como Myanmar, donde de hecho acusó a China de apoyar el golpe de Estado "para ganar influencia", y Yemen, donde anunció pomposamente "el fin formal de las operaciones ofensivas" (lo que quiere decir que EEUU ha estado involucrado directamente en ellas) aunque "continuará apoyando y ayudando a Arabia Saudita".

9.- Aunque no lo mencionó en su discurso en el Departamento de Estado, sí lo hizo al miércoles diciendo que "se mantiene el reconocimiento del líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela".

10.- Hay más menciones y referencias, algunas hechas con anterioridad, sobre Siria (diciendo que no habrá retiro ni por razones morales, o sea, por ilegalidad manifiesta según el derecho internacional), sobre Irán (diciendo que este país tiene que dar los primeros pasos antes de que EEUU vuelva al acuerdo nuclear) y similares. Pero las grandes líneas básicas son las anteriores y tiempo habrá para abordar las otras.

Alguien dijo "saludamos a Biden por desalojar a Trump y tiempo habrá para arrepentirse y criticar". Pues con 20 minutos de discurso 20 días después, ya se puede comenzar.

El Lince