Venezuela, 11 de febrero en Caracas: las milicias se hacen presentes
Catalunya, 12 de febrero: el juico contra los presos políticos
Asumirás la voz de un pueblo, /y serás la voz de tu pueblo,/ y
serás, para siempre, pueblo, /y sufrirás, y esperarás, /e irás
siempre entre el polvo,/ te seguirá una polvareda./ Y tendrás
hambre y tendrás sed,/ no podrás escribir los poemas /y callarás
toda la noche /mientras duermen tus gentes, /y sólo tú estarás
despierto, /y tú estarás despierto por todos./ No te han parido
para dormir:/ te parieron para velar/ en la larga noche de tu
pueblo./ Tú serás la palabra viva,/ la palabra viva y amarga. /Ya
no existirán las palabras, /sino el hombre asumiendo la pena/ de su
pueblo, y es un silencio./ Dejarás de contar las sílabas, /de
hacerte el nudo de la corbata:/ serás un pueblo, andando/ entre una
amarga polvareda,/ vida arriba y naciones arriba,/ una elevada
condición. /No todo será, sin embargo, silencio. /Porque dirás la
palabra justa, /la dirás en el momento justo. /No dirás tu palabra
/con voluntad de antología,/ porque la dirás honestamente,
/airadamente, sin pensar/ en ninguna posteridad, /como no sea la de
tu pueblo. /Quizás te maten o quizás/ se rían, quizás te
delaten;/ todo eso son banalidades. /Lo que vale es la conciencia/ de
no ser nada si no se es pueblo./ Y tú, gravemente, has escogido.
/Tras tu silencio estricto, /caminas decididamente.
Vicent Andres Estellés, poeta valenciano
El Lince
No hay comentarios:
Publicar un comentario