A vueltas con "Juego de Tronos" voy con un símil: "Juego de progres". Son todos los "progres" que aparentan defender "revoluciones" y que, en la práctica, lo que hacen es fortalecer más aún el sistema hegemonizado por EEUU, a pesar de su declive. Es el caso de Libia, de Siria, de Ucrania, de Yugoslavia, de... Es el caso de "contra Milosevic", de "contra Gadafi", de "contra Assad", del famoso Maidán nazi... Incluso se podría añadir ahora el caso de Venezuela. Incluso el de los kurdos sirios.
Viene la historia a cuento del penúltimo reconocimiento realizado por el Pentágono, ni más ni menos, de que a lo largo de la historia ha habido "confluencias" entre todos estos movimientos y los intereses de Estados Unidos. Hasta el punto de que con frecuencia ha servido esta confluencia para derrocar gobiernos díscolos con Estados Unidos o hacerles más influenciables. ¿Fuerte? Para nada. Ni son revolucionarios ni nada que se le parezca. Únicamente son buenos vasallos de su señor.
Este es el libro clave de todo este año. La simbiosis perfecta entre los teóricos de la "desobediencia" y los militaristas del Pentágono. Es más, es el relato de cómo los "teóricos de la desobediencia" son buenos alumnos de los profesores de las operaciones de cambios de gobierno díscolos con el capitalismo o, al menos, con el capitalismo hegemonizado por EEUU.
El modelo ha ido cambiando a lo largo de los años, hasta estabilizarse en el famoso "Otpor" serbio que, son alguna pequeñísima variante, es el modelo seguido desde entonces en todo el mundo.
Esto lo publica la Universidad de Operaciones Especiales Conjuntas bajo el Comando de Operaciones Especiales de EEUU y es "el estudio de referencia para los movimientos de resistencia en beneficio de la comunidad de operaciones especiales y su liderazgo civil".
En el libro se analizan 47 casos de operaciones encubiertas, desde 1941 a 2003, "casi todas exitosas". Hay casos sonoros de fracasos, que no se ocultan pero para sacar conclusiones, como la derrota en Bahía de Cochinos (Cuba) aunque lo que se destaca es que todas ellas se realizaron "frente a gobiernos hostiles o regímenes autoritarios represivos" y se hacen sugerencias de futuro para hacer frente a Rusia y China, "que han demostrado audazmente tendencias expansionistas". Inculcar a la "sociedad civil" el peligro de estos países, que amenazan los intereses de EEUU, es la gran conclusión de este esclarecedor libro y lo que supone.
Esto está ya calando entre los "progres". No hace un mes di una conferencia en una universidad y también había un conocido ponente europeo muy progresista, pero profesor en una universidad mexicana, en la que hubo una discusión entre él y yo sobre el capitalismo chino, que él decía que era "más duro y agresivo" que el occidental. Dado que él conoce muy bien América Latina, le puse como ejemplo a las mineras canadienses y chinas en esos países y en que se pregunte a los pobladores locales cuál es más agresiva. A lo mejor la respuesta sorprende.
Volviendo al libro, estos son algunos de los gráficos que aparecen y el compendio de los países donde se produjeron estas operaciones encubiertas, así como su duración.
Veis que hay casi tantos éxitos como fracasos y que la coerción fue el método más eficaz para el éxito de las operaciones porque aunque a veces no se consiguió formalmente el cambio de gobierno sí sirvió para que se moderase y aceptase la influencia de EEUU. Pero lo relevante es que, en las conclusiones, se dice que "el apoyo a la resistencia civil no violenta parece ser más probable que tenga éxito que el apoyo a la resistencia armada" (y añade que un "estudio pormenorizado" de esta cuestión se está realizando en la actualidad por la Universidad de Denver) aunque ello "a menudo aborda problemas inmediatos y de corto plazo en lugar de intereses a largo plazo por lo que es una aspiración loable pero no siempre eficaz" (y este es el dilema ahora mismo en Venezuela, esto lo digo yo), o que hay que tener mucho cuidado con "las brechas de seguridad", es decir, que alguien se vaya de la lengua (y dice que esta es una de las razones del fracaso en Cuba), por ejemplo.
El estudio de caso por caso lo podéis ver en los siguientes gráficos, que son totalmente expresivos y de los que pongo sólo unos cuantos.
En Cuba y en Irak falló, y en este país árabe ante el fallo se decidió la invasión clásica en 2003 (año en que termina el estudio). En Afganistán y en Serbia funcionó.
Y es aquí, en Serbia, donde los "progres" tuvieron un papel fundamental dentro de lo que este libro recoge como "Programa Matrix" en el que con un presupuesto de 12 millones de dólares se involucró a "partidos de la oposición democrática, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, grupos de estudiantes, grupos cívicos y medios independientes". Junto a las sanciones impuestas al país, se constituyó un "anillo alrededor de Serbia para alentar a la posición política en su lucha por la transformación democrática". El principal objetivo era "controlar el discurso" y para ello EEUU alentó, con dinero y formación (y se menciona con nombres y apellidos a los generales que impartieron dichos cursos), a "un pequeño grupo de estudiantes universitarios, Otpor, palabra serbia para resistencia", que incluía todo tipo de actividades, "desde mítines masivos a conciertos de rock con la estrategia clara de forzar el cambio de régimen".
El estudio termina aquí, pero indica que Otpor es el modelo a seguir desde entonces, un modelo que se ha reproducido con variantes locales en todos los países y siempre con el mismo objetivo: el cambio de gobierno en favor de los intereses de EEUU.
"Hoy día se están desarrollando a lo largo del mundo condiciones que podrían llevar a niveles significativos de descontento popular, condiciones que históricamente han generado alguna forma de resistencia, violentas y no violentas. Es probable que algunos de estos disturbios afecten a los intereses de EEUU. La diplomacia de EEUU, la inteligencia, se beneficiarán mucho de una mejora de la capacidad para pronosticar la actividad de esa resistencia y cuándo los intereses de EEUU están en riesgo. Desarrollar rápidamente respuestas integrales entre agencias y posibles escenarios de intervención en base a los esfuerzos anteriores [es decir, los cambios de gobierno intentados, exitosos o no] puede contribuir a una mejora de la comprensión de qué condiciones son más favorables y qué enfoques son particularmente efectivos en apoyo a los movimientos de resistencia o insurgencia con fines disruptivos" [o sea, el cambio de gobierno], se dice con énfasis en la conclusión.
No por sabido hay que desdeñarlo, sobre todo porque ya no es una simple especulación más o menos fundada sino una excelente y documentada muestra del hacer histórico de EEUU en todo el mundo y el papel que han jugado, consciente o inconscientemente, los mal llamados "progres" en esta estrategia desestabilizadora de EEUU. No es, desde luego, ningún juego. Ni siquiera para ellos, zizekianos que "juegan" en política.
El Lince
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ResponderEliminarAmén, Lince.
ResponderEliminarDecía un funcionario serbio en la segunda parte de ese maravilloso documental que es "El peso de las cadenas" que se criticaba la ayuda recibida de Rusia aduciendo que los rusos ayudaban a Serbia "por su propio interés" Su respuesta fue tajante: "prefiero a un país que te ayuda buscando su propio beneficio que a otro que te bombardea buscando su propio beneficio" Y eso entronca con el "capitalismo" (híbrido más bien, cuando ni hay propiedad privada de la tierra) de los chinos. Que le expliquen a tu colega conferenciante lo de los 200000 guatemaltecos masacrados en los 80, lo de la Contra, lo del cuarto de millón de mexicanos muertos en dos sexenios en ese narcoestado intervenido por la DEA, etc Que un intelectual que trabaja en América Latina diga que el capitalismo chino es más agresivo que el occidental, con perdón, pero manda cojones...
La película es mucho peor, mucho peor y si, son conspiraciones, porque está operaciones encubiertas son solo eso, conspiraciones.
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