Dime de qué presumes
... y te diré de lo que careces. Es un refrán popular castellano que se aplica a casi todo, especialmente a Occidente y sus famosos "valores".
Acaba de llegar a China la misión de la Organización Mundial para la Salud para investigar el origen del COVID-19. Supongo que no hace falta recordar cómo durante todo un año se ha estado vilipendiando a China con lo del "virus chino" y la campaña que se ha hecho contra este país no solo por ello, sino por haber sido capaz de derrotar sin paliativos una pandemia que sigue haciendo estragos en Occidente, además de ayudar a otros como en África y Asia de forma notoria. Se acusó al país de todo lo habido y por haber -recordad toda la propaganda de entonces- porque se utilizaba el coronavirus como "el último paso" en la escalada geopolítica occidental para destruir al país que pone patas arriba su hegemonía. Desde entonces, lo más recurrente es calificar su sistema político como autoritario, en el mejor de los casos, o directamente hablar de comunismo como el gran Satán. Merkel usó los dos calificativos, por ejemplo, cuando en el verano parecía que Alemania había vencido a la pandemia -contraponiendo la "democracia" a China- y ahora anda llorando por las esquinas porque no ha sido así, como no lo es en ningún país occidental. Quitad Alemania, poned el nombre de cualquier país occidental y veréis el mismo patrón de comportamiento.
Sea consecuencia de ello o no, y en política exterior no hay casualidades, la moribunda Unión Europea acaba de publicar un documento "para luchar contra la desinformación y la manipulación extranjera", con apartado relevante sobre la pandemia. Y quien lo hace público es el mismísimo Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. O sea, el español Josep Borrell.
Borrell es un histórico bocazas que ha pasado por todos los estamentos políticos internos (del Estado canalla, más conocido como España) a externos. Lleva en el cargo desde julio de 2019 y sus meteduras de pata son sonadas, desde Catalunya (arremetiendo contra los jueces belgas o pidiendo al parlamento europeo "contundencia" contra el independentismo catalán) a China (hablando de "intencionalidad política" con la donación de mascarillas en los comienzos de la pandemia, en marzo) y pasando por la doble vara de medir por la "violencia policial" en EEUU (inaceptable) y la de Catalunya con el referéndum del 1 de octubre de 2017 (inexistente, llegando a calificarla de "noticias falsas") y arremetiendo contra la vacuna rusa Sputnik (acusando a Rusia tanto de "interés" en su venta como de "burlarse" de Occidente).
El paso natural era el que acaba de dar (28 de diciembre): elaborar un "manual de combate" sobre las "batallas de información" y que no es otra cosa que la continuación de la postura de EEUU.
Atención a lo que dice, textualmente; "Durante la «infodemia» de covid-19, muy especialmente,
hemos podido ver lo extensas y dañinas que pueden ser las
injerencias extranjeras y la desinformación para nuestra sociedad,
nuestra seguridad y nuestra democracia. Combatir la desinformación
es, por lo tanto, una necesidad urgente. (...) No estamos,
obviamente, ante un fenómeno nuevo. Sin embargo, con las
posibilidades que ofrece Internet, la desinformación se propaga
ahora más rápidamente que nunca, llegando directamente cada día a
los hogares de los ciudadanos. Algunos agentes estatales, como Rusia
y China, participan activamente en estas actividades, intentando
socavar y deslegitimar nuestros sistemas democráticos y los valores
de libertad y pluralismo, así como los sistemas de contrapoderes
institucionales en los que se basan". ¿La UE se inmiscuye en algo socavando sistemas y gobiernos? ¡Jamás! Hong Kong es parte integral de China, Navalny un reputado actor de teatro, Guaidó no existe, la Juanita Calamidad de Bielorrusia un ente de ficción y el apoyo al golpe contra Evo Morales en Bolivia fue un espejismo malévolo de los de siempre. Y de Siria para qué hablar. O de Yemen. O...
Menos mal que aquí está nuestro aguerrido ejército democrático para combatir a esos facinerosos rusos y malévolos chinos: "Gracias a la
cooperación con nuestros socios internacionales, como el G7 y la
OTAN, podemos seguir también las tendencias mundiales y prepararnos
para hacerles frente. Los verificadores de datos, periodistas, ONG y
grupos de reflexión están también contribuyendo enormemente a
frenar la propagación de la desinformación". Pasmaos y reflexionad sobre si estos encantadores muchachitos y muchachitas son tan inofensivos y bellas personas como parecen. Todos en el mismo barco, para que no haya dudas.
Estos demócratas de postín son los que han "informado" verazmente y verificado datos sobre los "chalecos amarillos" franceses, sobre los independentistas catalanes, sobre los yihadistas de Siria, sobre las elecciones en Venezuela, sobre el golpe en Bolivia, sobre... Sabido es que aquí está la aquiescencia del "periodismo independiente" y la "sociedad civil".
Por eso la UE no solo lucha para que la verdad resplandezca dentro de su territorio, sino que "la UE está desarrollando un proyecto para hacer frente a la
desinformación sobre la covid-19 en los países africanos y en
Oriente Próximo. Estamos creando asociaciones con verificadores de
datos en todos los países de la Asociación Oriental y los Balcanes
Occidentales, y seguimos apoyando al periodismo independiente a
través de la Dotación Europea para la Democracia en nuestra vecindad y fuera de ella". Si no pilláis la diferencia entre "ayuda" e "injerencia", recurrid a ese ente medio muerto que es la UE para que os lo explique mejor.
Uno de los lugares donde la Dotación Europea para la Democracia está más activa es Bielorrusia, tal como reconoce nuestro encomiable bocazas (y es que no lo puede evitar). Si el documento que os comento es del 28 de diciembre, el 25 concede una entrevista a un medio de propaganda alemán (gracias a mis amigos de Leipzig por el envío) en donde cuenta qué está haciendo la UE. Entre otras cosas, se ayuda a "la oposición democrática", a la sociedad civil y a los periodistas independientes "con finanzas" (o sea, los compran para que defiendan sus intereses) aunque, eso sí, sin exagerar "porque no podemos empujar a Bielorrusia a los brazos de Moscú". Ya lo dije, Juanita Calamidad y los suyos, cada vez menos, pueden seguir con sus apariciones circenses para ganarse la vida, pero sin muchas esperanzas de derrocar a Lukashenko. Exactamente igual que el otro Juanito Calamidad (Guaidó) y los suyos, viviendo de esas "ayudas" occidentales y saqueando los activos públicos venezolanos.
Y todavía hay quien piensa que este zombie de la UE es referente de algo. De todas maneras esto es antes del simpático espectáculo de la toma del Congreso en EEUU y el derrumbe definitivo del sueño de la superioridad de Occidente. El mundo -que es mucho más que la famosa y mentirosa "comunidad internacional" con que nos bombardean los medios de propaganda- ha tomado buena nota de ello y no aceptará las conferencias (e injerencias) morales habituales de unos muertos vivientes.
PD.- El don nadie ruso Navalny, que estaba en Alemania, ha sido detenido en Moscú al bajar del avión. En Alemania el partido de Merkel ha elegido esta semana como sucesor a un tipo que, a priori, es partidario de regularizar las relaciones con Rusia. Teniendo en cuenta que se han restablecido los trabajos para completar el gasoducto Corriente del Norte 2, que ha terminado su desarrollo en Alemania y está comenzando los últimos kilómetros en Dinamarca, es un evidente intento de volver a poner palos en la rueda. Otro Juanito Calamidad a añadir a la lista de títeres occidentales.
El Lince
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