La solución para Palestina: derrocar al gobierno
colaboracionista
La matanza de Gaza sigue con el apoyo de los regímenes
árabes, EEUU y la Unión Europea. Pero también de la llamada Autoridad
Palestina. Hace una semana EEUU movió sus hilos para, con el apoyo de la Unión
Europea y Egipto, lograr "un alto el fuego" -es decir, que Israel
deje de matar durante unas horas o algunos días- para discutir una agenda en la
que estarían "el cese de las operaciones militares, levantar el estado de
sitio; la apertura de los pasos fronterizos, la supresión de la zona de
seguridad en la frontera entre Israel y Gaza, la creación de un puerto y un
aeropuerto en Gaza, y la ampliación de la zona de pesca frente a las costas de
Gaza.
Curiosamente, varias de estas propuestas son las que planteó
Hamás desde el principio, como podéis ver aquí. Israel se opuso argumentando que no se decía nada de los túneles que está
utilizando Hamás para resistir la agresión, otra más, israelí. Pero también se
opuso la llamada Autoridad Palestina. El colaboracionista Mahmoud Abbas se
encolerizó porque no había sido consultado y se consideró ignorado en todo el
proceso. Toda la prensa palestina afín al gobierno colaboracionista comenzó una
campaña unánime criticando con dureza la llamada Cofenrencia de París y
afirmando que lo que se había pretendido era fortalecer a Hamás en detrimento
de la OLP.
A ver si adivináis dónde tuvieron más eco estas críticas.
Pues si os habéis molestado en leer el artículo mencionado aquí lo habréis
adivinado con facilidad. Exacto, en los periódicos de Arabia Saudita o
financiados con capital saudita como Al-Sharq Al-Awsat, que se edita en
Londres. Estos periódicos, y los egipcios, publicaron decenas de comentarios de
funcionarios, anónimos y no anónimos, de funcionarios de la llamada AP en los
que se expresa siempre la misma consigna: Hamás es una parte de los Hermanos
Musulmanes (la bicha para los sauditas, ilegalizada en Egipto) y el asumir
aunque sea una parte de sus demandas significa reforzar no ya a Hamás, sino a
todos los Hermanos Musulmanes.
Sin que se les cayera la cara de vergüenza afirmaban que "Abbas está muy
enojado por esta especulación en sangre palestina y su uso en las luchas de
poder regionales'". También, sin sonrojo alguno, otros afirmaban que "el
tema de la agresión al pueblo palestino debe ser manejado a nivel regional, con
la iniciativa de Egipto y las aclaraciones palestinas a ésta que esencialmente
la complementen". Los primeros dicen hablar en nombre de la AP, los
segundos, también así que ¿en qué quedamos, en que la sangre palestina no tiene
nada que ver con las luchas de poder regionales o que sí, siempre que sea
Egipto quien esté en el meollo? Lo más sorprendente, si es que algo de lo que
haga o diga la llamada AP es sorprendente, es que se diga que cualquier acuerdo de paz tiene
que llegar de la iniciativa de Egipto y que los palestinos tienen que limitarse
a jacer "aclaraciones que la complementen". Toda una lección de
patriotismo, sin duda. Y de reconocimiento de impotencia propia.
La AP es un engendro alentado y financiado por
Occidente y las satrapías árabes. En los más de veinte años que lleva fingiendo que
sirve para algo apenas ha tomado un par de medidas realmente
"nacionales", como adquirir el estatuto de "Estado
observador" en la ONU o lograr que palestina sea admitida en la UNESCO y
alguna otra instancia de la ONU como miembro de pleno derecho. Las matanzas de
Gaza (2008, 2012 y la esta de 2014) no han significado nada para la putrefacta
AP, que sigue siendo incapaz de invocar el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional y poner a Israel y sus valedores ante la justicia a través del
derecho internacional. Amenazó con hacerlo en 2012 al término de la ofensiva de
entonces, ahora van más muertos y está, como siempre, callada.
Los palestinos siguen muriendo y es patético ver que sólo en
algunas ciudades de Europa o de América Latina hay algún tipo de solidaridad, no muy masiva, por cierto.
Porque hay que hacerse una pregunta clave: ¿dónde está la solidaridad con
Palestina en el mundo árabe? Si millones de personas salieron a la calle en las
tan alabadas por algunos progres "revoluciones primaverales" en Túnez
o en Egipto, ¿por qué no están haciendo lo mismo ahora?. Y eso nos lleva a otra
pregunta ¿de veras eran revoluciones o simples adornos florales?
Da la impresión que los árabes, como la gran mayoría de
occidentales, se contentan con ver las matanzas por televisión o en sus
ordenadores y se sienten muy compungidos, por lo que darán a algún botoncito en
su ordenador como gran muestra de solidaridad. Eso es lo que dice esta caricatura.
¿Dónde están los famosos blogueros
egipcios, o tunecinos, o...? Sobre todo esos por los que algún intelectual progre de retintín ha hecho campaña como "faro de la revolución árabe", sobre todo en Túnez.
En realidad, no sé por qué me quejo: están en los
mismos sitios que nosotros aquí, pensando en las posibilidades electorales de
tal o cual partido, nuevo o viejo, y en si tienen o no alguna posibilidad de
tocar poder para demostrar que se pueden hacer las cosas de otra manera, como
les gusta decir. De momento, lo único que están haciendo es quedarse en sus
casas -como con Ucrania- viendo pasar las hileras interminables de cadáveres.
A lo mejor la única manera que tienen los palestinos, como
cualquier otro pueblo, es deshacerse de quien le gobierna. En este caso, de una
corrompida AP que mancha la memoria de los muertos. Pero habrá elecciones y los
estómagos agradecidos, y los siervos de los caciques de turno, volverán a votar.
Salvo que se les eche por las malas. En 2006 los palestinos optaron por Hamás
en unas limpísimas elecciones patrocinadas por Occidente pero que no gustaron
porque ganó quien no se deseaba. Aquí está el origen de toda la situación
actual. Ya que no sirvió de nada el proceso pacífico, habrá que hacerlo de otra
forma. Porque la fuerza es el único lenguaje que entiende Israel. Lo demostró
Hizbulá en el año 2000, lo volvió a demostrar en el año 2006 y, en menor
medida, lo están demostrando ahora tanto Hamás como el resto de organizaciones
palestinas que se niegan a doblar la cabeza y la rodilla.
Mientras, los muertos de esta enésima matanza sólo quedarán
en la memoria de sus más cercanos y de algún otro lugar como éste donde se les
rinde un simbólico homenaje aunque no sirva de nada. Pero, al menos, estos eran
sus rostros hasta que su vida fue truncada por el nazismo israelí amparado,
financiado y alentado por los árabes, EEUU y la Unión Europea.
Mohammed Daher, de 22 años,
Tamer Faraj Samour, de 22 años
Nadine Mahmoud al-Farra, 14 años
Mohammad Mahmoud al-Farra , de 12 años
Yara Al-Farra , 8 años
Ismail Bassam al-Qassas, 23 años
Netream Netzleam, 23 años; su hija Razel Netzleam, 1 año, había sido asesinada en un bombardeo anterior
Abdullah al-Farra Awni, 25 años
Mohammed Al-Zeyad Rahel, 5 años de edad
Mahmoud Mohammad Fayyad, de 25 años
Odai Nafez Jaber, de 19 años
Saleh Salem Fayyad, de 25 años
Asesinos, asesinos de razones, asesinos de vidas que nunca, nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias, memorias.
El Lince
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