Los Lobos de la Noche

Supongo que no os acordáis de ellos, pero os los presenté aquí, allá por el mes de octubre. Son un grupo político-cultural ruso que comenzó siendo un grupo de motoristas en la URSS en la década de 1980. Fueron los primeros en organizar un concierto de rock en la URSS, o al menos colaboraron en él, Tienen unos 5.000 miembros, aunque ninguno es mujer no sé si porque así lo deciden o porque no hay y en los últimos tiempos están derivando hacia la colaboración con la iglesia ortodoxa. Desde su creación, realizan un interesante trabajo con orfanatos, internados y colectivos de jóvenes urbanos.

Pero una de sus señas de identidad es el honrar la historia, y todos los años realizan una macro exhibición coincidiendo con el 9 de mayo, fecha de la victoria sobre el fascismo. Junto a ella, se desplazan a los lugares más emblemáticos de las batallas contra los nazis y rinden homenaje a los soldados, guerrilleros y civiles soviéticos muertos. Aquí tenéis una de sus exhibiciones.

Este año, coincidiendo con el 70 aniversario de la victoria sobre el fascismo, y ante la tergiversación histórica que se está haciendo de la misma, relegando o haciendo desaparecer el crucial papel que tuvo la Unión Soviética en la misma -no en vano la URSS, en solitario, derrotó al 80% de las fuerzas nazis, a costa, eso sí, de 26 millones de muertos- han decidido hacer una gira por Europa, llegando hasta Berlín.

Portan banderas rusas y soviéticas, así como la cinta de San Jorge, el emblema que el Ejército Rojo convirtió en el símbolo del triunfo sobre el fascismo. Pero Europa, la democrática Europa, les impide la entrada. Están retenidos en la frontera de Polonia, aunque un pequeño grupo ha podido pasar y, ayudados por motoristas polacos, ha logrado llegar hasta Ostroleka, Auschwitz y otros lugares históricos. En Ostroleka hay un cementerio de soldados soviéticos y de antifascistas polacos. Este es el homenaje de Los Lobos de la Noche.

Hungría se lo está pensando, mientras que Alemania también ha dicho que impedirá la entrada en su territorio de los motoristas rusos. No hay nada como los valores democráticos de Occidente. ¿A que no?

El Lince