El equilibrio que desequilibra y el bálsamo de Fierabás
Después de México, viene Brasil. Las dos potencias de America Latina que se parecen cada vez más.
Sorprende cómo algunos progres mexicanos hablan de las elecciones mexicanas, las justifican y elevan a los altares democráticos como la panacea universal. O como el bálsamo de Fierabás. Voy a hablar de una integrante de los progres: Elena Poniatowska. Lo que ha dicho de las elecciones mexicanas no tiene desperdicio. Ella se vanagloria de la subida de MORENA y dice que este partido es "una opción muy valiosa para las elecciones de 2018". Es una manera de verlo, pero no es real. Y no es real porque MORENA ha subido mucho, sí, pero olvida algo fundamental: lo ha hecho con un 52% de abstención y en medio de una importante campaña de boicot electoral en varios estados. Si se comparan los datos de MORENA con los del PRD cuando este partido se presentó por primera vez a las elecciones, son mucho menores. Este dato no es baladí. Pero se olvida convenientemente.
Otra de las cosas que dice Elena, que no se atreve a poner en su boca, sino en la de otro, en referencia al valiente boicot lanzado por la CNTE, es lo siguiente: "No puedo entender que una minoría pretenda negarle a una mayoría la expresión de su voto". Lógico que no lo ponga en su boca porque ella fue una de las que se solidarizaron con la lucha de los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y estos también han pedido el boicot y han hecho llamamientos a la abstención. No se ha atrevido, pero lo piensa y por eso lo cita.
Puestos a no entender, yo no puedo entender que una minoría le niegue a la mayoría su vida. Porque eso es lo que se dilucida en México, ni más ni menos que vivir. Literalmente. Porque si no te matan de un balazo, te matan de hambre. Supongo que Elena conoce los porcentajes de pobreza, de exclusión, de todo. O tal vez esté aún fascinada por los oropeles del Premio "Cervantes" que concede el gobierno español y su buen rollito con el monarca español.
Ya que ella es escritora, hablemos de una leyenda de los escritores medievales: Fierabás. Lo popularizó Cervantes en su Don Quijote como el bálsamo infalible, que lo cura todo. Eso son las elecciones para los progres. Pero hay otros caminos que ellos no están dispuestos a transitar. La CNTE y los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa marcaron la senda y caminando por ella se hace camino.
También está haciendo camino otro icono de los progres: Dilma Rousseff en Brasil. Como Jekyll y Hyde mantiene a unos cuantos progres en su gobierno, pero a quien da carta blanca es a los neoliberales. Han desaparecido beneficios laborales, pensiones,,, y ahora el sector público. Porque nuestra querida Dilma ofrece al sector privado un suculento pastel ni más ni menos que en obras públicas: carreteras, puertos, aeropuertos, ferrocarriles. Es decir, sectores estratégicos. Voy a ser optimista al estilo de los progres y voy a suponer que dado que Brasil es miembro destacado de los BRICS, que es el único país latinoamericano que forma parte del Banco de Infraestructuras e Inversiones (BAII) que ha creado China para Asia, llegará desde estos países parte tanto del dinero como de las empresas.
Pero esto es mucho suponer, salvo que Dilma intente situarse en un equilibrio entre estos socios y lo que quiere el ala derecha de su partido, el PT, y sus aliados: la alianza con la UE. Porque resulta que ahora se está celebrando la cumbre CELAC-UE (a la que no asisten Cuba, Venezuela y Argentina) y los ministros brasileños están dando la nota porque plantean, ni más ni menos, que un acuerdo formal comercial entre el Mercosur y la UE, al que se opone Argentina. ¿Quién lleva la voz cantante? Pues la ministra de Agricultura, la ganadera mata-indígenas (no temáis el calificativo, pinchad en el enlace de más arriba). Y resulta que en el Mercosur no sólo está Argentina, sino también Venezuela.
Brasil está actuando por su cuenta, quiere el acuerdo con la UE y pisará a quien tenga que pisar para ello.
Es el equilibrio que desequilibra. Estos son los progres. Por cierto ¿dónde está ahora Emir Sader, que arremetió contra el "neocolonialismo" de los europeos cuando hablamos de América Latina y sale en defensa de Syriza como si lo que representa Syriza, o Podemos, que también ha hablado de este partido, fuese el bálsamo de Fierabás? ¿Por qué no escribe sobre lo que está haciendo Dilma?
El Lince
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