El capitalismo está reunido en Davos, como todos los años. En esta ocasión, aparte de las tonterías habituales como la preocupación por los refugiados y demás, está la preocupación por la venta activa de bonos del tesoro estadounidense que están llevando a cabo los bancos de medio mundo, comenzando por los chinos. Se calcula que sólo en la primera quincena del año se han deshecho de 34.500 millones de dólares. Esto es una buena noticia para nosotros y una mala noticia para el capitalismo.
Por eso desde la inauguración del Foro de Davos, el 20 de enero, se está asistiendo a redacción del "Manifiesto Capitalista" que se define -así se dijo en el discurso inaugural- en la "cuarta revolución industrial" y que para que fructifique es necesario "una estrecha vigilancia sobre los peligros planteados por los desafíos sociales que plantea la profundización de la desigualdad social".
Una pregunta tonta, de las mías, ¿les preocupa a los capitalistas la desigualdad social? Supongo que no hará falta responder que en absoluto. Pero como la humanidad está "al borde de una nueva revolución industrial", que denominan "la cuarta", que cambiará la forma de vivir y de trabajar, hay que prepararse para hacer frente a quienes se opongan a ella. Que no, que es broma, que ahora los capitalistas están de buen rollito.
Los capitalistas dicen que en esta "cuarta revolución industrial" hay un "gran potencial para elevar el nivel de vida de todo el mundo". Y plantean un escenario idílico: como esta "cuarta revolución industrial" está asentada en la tecnología, se mejorará la eficiencia y la productividad, se reducirá sustancialmente el costo del transporte y las comunicaciones y, por lo tanto, "se abrirán nuevos mercados y se estimulará el crecimiento económico".
¡Qué bonito! Lo malo es que los capitalistas están hablando de destrucción a gran escala de puestos de trabajo porque se apuesta por la robotización -eso es la "cuarta revolución industrial"- en todas las esferas de la producción. Y se alienta "el aumento considerable de la demanda de trabajadores altamente calificados". Claro que eso tiene, como toda moneda, otra cara: la reducción de la necesidad de trabajadores poco cualificados, que serán sustituidos por robots.
Otra pregunta tonta, de las mías: ¿lo de "altamente calificados" se refiere a ingenieros aeroespaciales, por poner un ejemplo, o a qué tipo de calificación laboral? Porque lo que yo veo en este "Manifiesto Capitalista" es el desprecio por una clase media, esa que reniega de la clase trabajadora y que se está proletarizando a marchas forzadas -pese a su pánico a ser considerada proletaria- , que ya está frustrada por lo que está pasando y que teme por el destino de su muchachada, llámese generación x, y o z, y que apuesta por aventuras del tipo Syriza en Grecia o Podemos en el Estado español (España, para otras latitudes), por poner otros ejemplos, para evitar males mayores. O sea, para recuperar algo de lo que han perdido.
Pero el "Manifiesto Capitalista" ya está en ello. Esta "cuarta revolución industrial" tiene que atraerse a esta clase media, evitar su frustración. ¿Y cómo? Pues muy sencillo: "mejorando su expectativa como consumidora, con la mejora de productos y bienes, con la innovación continua y nuevas formas de organización".
Por si todo ello no cuajase tal y como lo describe lo que yo llamo el "Manifiesto Capitalista", con esta "cuarta revolución industrial" los gobiernos lo tendrán más fácil a la hora de controlar a la población "gracias a un poderoso sistema de vigilancia y control sobre la infraestructura digital". Y esto es lo más alucinante: ""la cuarta revolución industrial tendrá un impacto profundo en la naturaleza de la seguridad pública y nacional, porque la historia de la tecnología militar y la seguridad internacional es la historia de la innovación tecnológica". Es decir, que gracias a todo ello, y dado que habrá nuevos conceptos y se producirá una simbiosis entre la seguridad nacional y la internacional, "cada vez será más difusa la distinción entre conceptos como guerra y paz, combatientes y no combatientes, violencia y no violencia".
Cabe la posibilidad de que tal vez no lo haya interpretado bien. Soy muy susceptible con estas cosas, pero me da la nariz que no iré muy descaminado.
El Lince
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