Cuidado con la campaña de los ignorantes

Un cartel de la Confederación Nacional del Trabajo (sindicado anarquista) durante la guerra nacional revolucionaria en el Estado español (España, para otras latitudes) durante 1936-1939 decía, gráficamente, "la ignorancia es la principal aliada del fascismo". Pocas veces se ha dicho algo con tanto acierto. Unos años más antes (1933) el filósofo alemán Wilhelm Reich escribió un libro que debería ser uno de los considerados de cabecera de cualquiera que no haya arriado la bandera de su capacidad intelectual: "La psicología de masas del fascismo". Era una obra valiente, publicada en pleno ascenso del fascismo alemán y donde se relata con la precisión de un cirujano cómo "el fascismo cotidiano" se va introduciendo paulatinamente en nuestras mentes hasta hacer pasar por normal lo que es eso, fascismo.

La introducción viene al caso por la campaña que los ignorantes -se vistan o no de progres- están lanzando desde hace varios meses contra el movimiento político-militar libanés Hizbulá. Cada vez con más asiduidad las páginas que van de "alternativas" se están haciendo eco de lo que publican los medios de propaganda sunníes sobre Hizbulá.

La historia comenzó en el mismo momento de la agresión contra Siria. Los plumíferos, los trileros "progres" se desgañitaron hablando de "revolución", de "dictadura", y de todo lo que se les ocurría conscientes de que cualquier cosa que publicasen iba a ser bien recibida por las masas. Cuando se produjo el ataque a gran escala contra Libia, estos plumíferos, estos trileros, supuestamente "progres", llegaron a decir que la OTAN mataba menos libios que Gadafi (sic). Alguno de estos trlieros va, también, de filósofo, pero está a años luz de un personaje como Reich.

Durante un par de años se consideraron a sí mismos como el tuerto en el país de los ciegos, se consideraron como el rey. Dicen que conocen algo el mundo árabe, se sienten capacitados para hablar de ello y, por lo tanto, son los "referentes". Escribían sin tener en cuenta la realidad y haciendo bueno el aserto que dice que no hay que dejar que la realidad estropee un buen análisis. Sus análisis eran fascinantes, lo malo de los mismos era su irrealidad, su fantasía. Hasta que llegó el momento en que cada vez más ciegos se comenzaron a dar cuenta que el tuerto es un perfecto mentiroso. Entonces el tuerto decidió desaparecer. Ya no escribía más, pero optó por otra estrategia: traducir a los sectarios árabes. Siempre queda mejor hablar de los árabes en boca de alguno de los árabes. Y aquí les tenemos, de nuevo al ataque.

El otrora medio de referencia árabe, Al Quds Al Arabi, se deshizo de su principal editor, Abdel Bari Atwan, por cuestionar dos de los principales mantras de la propaganda: decía que Al Assad cuenta con el apoyo de una parte muy importante del pueblo sirio y que los países árabes que con tanta alegría decían que había de deshacerse de Al Assad tenían que tener en cuenta los intereses de Rusia en este país, que son muy importantes. Abdel fue editor de Al Quds Al Arabi desde 1989 hasta el 10 de julio de 2013. Muchos años, desde luego.

Abdel es de origen palestino y bajo su dirección Al Quds al Arabi -que se edita en Londres- se convirtió en el periódico de referencia del mundo árabe. La campaña contra él comenzó a través de uno de los más peligrosos medios de propaganda del mundo árabe, Al Sharq Al Awsat, financiado por Arabia Saudita y que también se edita en Londres. Y comenzó porque Abdel, además de mantener sus puntos de vista sobre Siria, contrarios a la línea dominante, se atrevió a criticar a Arabia Saudita por su injerencismo en Yemen. Otro de los medios de propaganda que arremetió contra Abdel Bari Atwan fue la televisión qatarí Al Jazeera. En eso tanto Al Sharq al Awsat como Al Jazeera fueron de la mano con el régimen fascista de Israel, para quien Abdel era la bestia negra no sólo por su origen palestino, sino por sus opiniones en contra de la normalización de las relaciones de los países árabes, sobre todo Arabia Saudita y Qatar, con Israel.

Los dos años que Abdel se mantuvo al frente de Al Quds Al Arabi desde que comenzó la guerra en Siria, los trileros, los tuertos, no reprodujeron ni uno solo de sus artículos de análisis, que iban claramente en contra de los mantras de la propaganda occidental y de los trileros, los tuertos supuestamente "progres". Desde que fue obligado a dejarlo, los trileros, los tuertos, han convertido este medio de propaganda en uno de sus principales referentes. Lo más curioso es que la beligerancia no es tanto contra el gobierno sirio como contra una de las organizaciones que le apoya: Hizbulá.

Desde hace dos meses, con el tema del cerco a Madaya, la campaña contra Hizbulá es brutal. Un día sí y otro, también, todos -no exagero, todos- los medios de propaganda sunníes están en campaña contra Hizbulá, un movimiento que les pone frente al espejo y que va a cumplir un año, que se dice pronto, sin ser derrotado en Siria. Batalla en la que se involucra, batalla que gana. Así que hay que destruir su prestigio como sea.

El apoyo a Hizbulá es masivo en Líbano, como veréis si pincháis en el enlace que os pongo un poco más arriba. Pero eso importa muy poco tanto a los trileros "progres" como a sus amigos sauditas y qataríes, entre otros. Los trileros se han hecho eco de una noticia que dice que Arabia Saudita no va a entregar los 4.000 millones de dólares en armas, acuerdo al que llegó con Francia, para modernizar al Ejército libanés con la excusa de que está infiltrado y es totalmente dependiente de Hizbulá. Esto lo han publicado los trileros, traduciendo a sus patrocinadores. También han publicado la renuncia del ministro de Justicia de Líbano con el argumento de que Hizbulá es el principal culpable de que Líbano lleve ya la friolera de nueve meses sin presidente. Hizbulá ha dicho por activa y por pasiva que apoya al candidato del Movimiento Patriótico Libre, el general Michel Aoun, que es, por otra parte, su aliado en el sector cristiano.

Lo sorprendente de todo es que los trileros y sus patrocinadores siguen actuando como si Líbano siguiese siendo igual que hace 70 años, durante la etapa colonial francesa. Ya os he dicho que no tienen el menor escrúpulo en hacer análisis totalmente irreales. Si fuesen honestos, contarían que fueron los franceses quienes elaboraron la constitución que mantiene un reparto de poder sectario en Líbano: el presidente tiene que ser cristiano maronita -que entonces eran mayoritarios-, el primer ministro un musulmán sunní (mayoritarios entonces entre los musulmanes) y el presidente del parlamento un shíi. Pero en estos 70 años han cambiado tanto las cosas que hoy los shíies son mayoritarios dentro de los musulmanes y los cristianos no llegan ya al 40% del total de la población de Líbano.

Todos los intentos de cambio de la situación, para hacerla más acorde con la realidad, han sido sistemáticamente boicoteados por los sunníes y los cristianos maronitas. Lógicamente, de hacerlo perderían una gran parte de sus privilegios actuales. Nada de esto importa para quienes dan impulso a la campaña contra Hizbulá.

Pero, además, resulta que la campaña se produce en unos momentos en los que Arabia Saudita ha dicho que va a entregar al Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para que se considere a Hizbulá "organización terrorista" (Al Quds Al Arabi abre su edición de hoy con ésto). El plan es que como el alto el fuego en Siria no es con las "organizaciones terroristas" definidas como tal por la ONU (o sea, lo que dice Rusia) si se incluye a Hizbulá la famosa "coalición" liderada por EEUU tendría la potestad de bombardear a las fuerzas de Hizbulá. Ni qué decir tiene que la resolución no va a salir porque Rusia ya ha dicho que Hizbulá no es una organización terrorista, pero ahí queda el intento saudita que le servirá para reforzar sus presiones.

Este medio de propaganda que tanto gusta ahora a los trileros no tiene despercidio y dice cosas como éstas: "Hizbulá y sus aliados no han intentado apaciguar la crisis con Arabia Saudita y sus declaraciones están marcadas por los desafíos". Se refiere a las declaraciones del secretario general adjunto de Hizbulá, que ha dicho que hay que acabar con los intentos sauditas de manipular la situación en Líbano y de que su organización, en ningún caso, va a aceptar que Líbano se convierta en un emirato saudita.

Arabia Saudita está presionando a los países del Golfo para que consideren a Hizbulá "organización terrorista". Kuwait ya lo ha hecho. Los sauditas no se atreven a hacerlo, todavía, por eso llevan el tema al Consejo de Seguridad de la ONU y están dando pasos para ello. Esta semana han publicado su propia lista de sanciones, al mejor estilo occidental, contra varias empresas y cuatro dirigentes de Hizbulá a quienes acusa de "financiar el terrorismo".

Así que esto es lo que hay detrás de las campañas contra Hizbulá: el intento burdo de enmascarar la realidad, no vaya a ser que estropee algún buen análisis. Si, además, se tiene en cuenta que el principal dirigente sunní de Líbano, Saad Hariri, visita con regularidad la capital saudita y no dice nada que los sauditas no le dicen que diga (de hecho, ahora mismo está otra vez allí) tendremos una visión mucho más clara de lo que está pasando y del por qué de la campaña que se está lanzando contra Hizbulá y a la que con tanta alegría como ignorancia se están sumando varios medios supuestamente "alternativos" dirigidos por los trileros.

El Lince