El estiércol siempre huele mal
La UE está bajo el vasallaje de EEUU. EEUU tiene la intención de aprobar, como sea y antes de la finalización del mandato de Obama, el acuerdo de libre comercio llamado TTIP. En la UE cada vez hay un mayor rechazo hacia este acuerdo que elimina las legislaciones nacionales y que hace a los gobiernos europeos no sólo vasallos de EEUU sino de sus multinacionales, si es que eso es diferente. Ese rechazo está haciendo mella en algunos de los gobiernos vasallos y al menos hay dos, Austria y Francia, que han pedido públicamente que "se inicie una nueva ronda de negociaciones con otro nombre y con diferentes partidas a incluir".
El estiércol siempre huele mal y se llame como se llame, siempre será estiércol. Resulta que esto estuvo muy presente en la cumbre de Bratislava en la que la UE quiso aparentar que hacía algo que no sabe qué hacer tras la votación en contra de la permanencia de Gran Bretaña en la UE y el progresivo hundimiento de la UE como institución. Tanto Juncker, el presidente de la comisón, como Merkel han dicho públicamente que la situación de Europa es crítica.
Los bancos centrales de los países se hunden, al Deustche Bank alemán hay que añadir el Monte Paschi italiano y no hay nadie que tenga la menor idea de cómo evitar las grietas de agua que cada vez son mayores.
La ocurrencia de Austria (que pronto va a celebrar las elecciones presidenciales, que se repiten por supuestas irregularidades y por el escaso margen de votos que hubo en las anteriores, que ganó un candidato ecologista frente a un neofascista) y de Francia (con la popularidad de Hollande en el 12% y asediado tanto por Sarkozy como por los neofascistas de Le Pen) pretende abrir una nueva vía para la negociación a la que necesariamente se tiene que sumar Alemania, que hoy por hoy no está por la labor pese a que cada vez son más los socialdemócratas los que opinan que el TTIP "está muerto de hecho" y que no tiene sentido seguir con ello.
Los socialdemócratas forman parte del gobierno de Merkel y piensan que desmarcándose de algunos aspectos económicos de sus socios de gobierno pueden ganar las elecciones federales del año que viene, de ahí estas opiniones que no son muy relevantes porque los ministerios económicos están en manos del partido de Merkel.
Alemania está ahora en una crisis total en cuanto a que su principal banco está en quiebra técnica. Los nervios están a flor de piel porque ya hay quien se ha atrevido a plantear lo implanteable; el rescate gubernamental al DB. Eso sería un golpe decisivo a la hegemonía alemana en Europa y un golpe más que simbólico a ese zombie que es la UE. No en vano, el muy demócrático Juncker -ya sabéis, presidente de la Comisión Europea- ha dicho que si los políticos tienen que mentir, que lo hagan para salvar la situación. Es lo que en sus palabras se considera "un resultado justo para el DB". Insisto: ahora id al banco al que pedís los créditos y proponed lo mismo, veréis qué risa -democrática, eso sí- le entra.
Aunque Merkel mantiene un silencio claro sobre el futuro del DB, el pasado 16 de septiembre hubo una reunión monotemática del Comité de Estabilidad Financiera de Alemania en la que se sugirió al gobierno que mediase ante EEUU para que no reclamara la deuda íntegra que reclama al DB (ver los enlaces de más arriba) porque, en caso contrario, "nos estaríamos acercando al precipicio".
Menos mal que EEUU tampoco está para tirar cohetes, que su economía no es tan potente como se presupone y que la parálisis de la Administración de Obama es evidente, atenazada como está por Rusia y China. Salvar a Europa -léase a Alemania, léase al DB- es una prioridad en estos momentos para EEUU, que insiste en mantener el TTIP, vital para su economía y sus multinacionales. Pero aparecen algunos sectores díscolos como Austria (sin mucha fuerza) y Francia (con fuerza algo mayor) que, aunque lo que pretendan no sea otra cosa que remover el estiércol, pueden dar al traste con todos estos movimientos.
El Lince
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