Los neonazis ucranianos y sus amigos -los que yo llamo "wahabíes seculares" (antes considerados "progres")- pueden estar contentos. Especialmente éstos últimos. Ahora están en las instituciones, haciendo un impagable servicio al sistema, y continúan defendiendo el golpe nazi del Maidán que terminó con la huida a Rusia del entonces presidente Yanukovich.
Los neonazis ucranianos acaban de publicar sus estadísticas sobre "represión del terrorismo y del separatismo" prorrusos. En ellas aparecen 850 nombres de prisioneros y prisioneras por las que ningún "wahabí secular" va a mostrar el menor interés. Son sólo los que están en prisión, no quienes en los dos años de guerra han pasado por las cárceles secretas, por las torturas, por los simulacros de fusilamiento. No están las decenas de miles de profesores y funcionarios que han sido despedidos de sus trabajos por supuestas "simpatías hacia Rusia". Mucho escándalo por Turquía y ninguno por Ucrania. Los "wahabíes seculares" son, entre otras cosas, unos hipócritas.
En esa lista de 850 nombres hay muchachas de 15 años y ancianas de 80. Svetlana Bogdanova, antigua resistente antinazi en la II Guerra Mundial, es una de ellas. Nina Egorovna, antigua resistente antinazi en la II Guerra Mundial es otra de ellas. Diana Prokopievna Nikiforova, nacida en 1941 (es decir, tiene 75 años) está en la cárcel acusada de "creación de grupo terrorista".
Mirad este gráfico:
Son los porcentajes de los 850 encarcelados. Dice que el 0'3% tiene más de 70 años; que el 14% tiene entre 50 y 70 años, que el 55% tiene entre 30 y 50 años y que el 31% tiene menos de 30 años. Nastia Artemovka, de 19 años es una de ellas. Tiene una condena de 14 años de cárcel.
Podría seguir. El régimen nazi de Kiev, amparado y defendido por EEUU y sus vasallos europeos, entre los que se encuentran los "wahabíes seculares", dice que de todos los detenidos sólo el 34% continúa en la cárcel y que el resto tienen su condena suspendida, por lo que están en sus casas en libertad condicional.
Los resistentes antifascistas dicen que hay 250 personas de las que no se sabe nada, están desaparecidas desde hace dos años. Nadie las busca, nadie se preocupa por ellas.
Pero los resistentes antifascistas no se arredran. Pelearon contra los nazis hace más de 70 años y siguen peleando contra los nazis ahora. Uno de esos nazis ucranianos de ahora es éste:
Se llama Vitaly Regor y el 9 de mayo de este año, muy valiente él, atacó a una madre y a su hija cuando iban a la manifestación de la Victoria contra los nazis. Las dos mujeres iban solas, sin miedo, y llevaban la cinta de San Jorge, el símbolo soviético de la victoria sobre los nazis. La niña llevaba, orgullosa, la gorra del Ejército Rojo. Como veis, los soldados nazis del régimen nazi se limitaron a mirar.
El régimen nazi de Kiev había prohibido la manifestación, pero aún así miles de antifascistas ucranianos desafiaron la prohibición y rindieron homenaje a los muertos antifascistas, al Regimiento Inmortal. En Jarkov, en Odesa, en Kiev, en Nikolaev... El Ministerio del Interior del régimen neonazi de Kiev consideró que un millón de personas "había desafiado la ley" al no acatar la prohibición.
Cuando hablé de ello lo titulé como "el cisne negro que resurge bello, radiante, con fuerza".
La fuerza del "cisne negro" ha llegado al nazi Vitaly Regor. Ayer se realizó una acción contra él que le causó heridas muy graves, teniéndole que extirpar el bazo. Su estado es muy grave. El régimen nazi ha hablado de "acto terrorista". Los nazis de ayer, los alemanes, y los nazis de hoy, los ucranianos, utilizan el mismo lenguaje para lo que sólo tiene una palabra: resistencia.
La resistencia antinazi hizo la vida imposible a los alemanes en la Unión Soviética. Los partisanos, los guerrilleros, se convirtieron en el terror de los nazis hasta que se pudo reorganizar el Ejército Rojo y comenzar a avanzar para derrotar a la hasta entonces temible Wehrmatch. Los partisanos en Ucrania fueron muy importantes, especialmente el grupo liderado por Sydir Kovpak. Un tercio de sus integrantes eran mujeres. Tal vez esas dos entrañables viejecillas encarceladas, Svetlana y Nina, sean de ellas.
Como homenaje a los, las resistentes antifascistas de ayer y de hoy os recuerdo algo que ya os puse en su momento. Esta canción, "La chica morena" o "La chica moldava" (con los dos nombres es conocida) era la canción de las partisanas en la Unión Soviética.
El Lince
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