¿O tal vez un reparto de papeles? Porque resulta que mientras China sigue callada después de la prueba del misil que realizó Corea del Norte el pasado domingo -y con toda la tabarra que ha dado hasta ese momento, criticando y amenazando a Pyongyang para que no lo hiciera- es Rusia quien ha salido en defensa de Corea del Norte, con lo que la ficha vuelve a la casilla de salida y deja a todo el mundo, de forma especial a EEUU y a Japón, en una situación muy incómoda porque Rusia es mucha Rusia.
La relación entre China y Rusia es más estrecha que nunca. Putin ha sido, después de Xi Jinping, el gran protagonista del Foro Internacional sobre la Nueva Ruta de la Seda que se ha celebrado este fin de semana pasado. Esta reunión ha servido no sólo para lanzar definitivamente a Eurasia como el gran eje sobre el que va a pivotar todo el siglo XXI sino que ha cimentado una relación que es ya estratégica. Cuando Putin dijo en ese foro que Rusia "participará activamente en su ejecución porque es un proyecto geopolítico" está diciendo que es algo más que un simple megaproyecto económico: es el adiós definitivo a la hegemonía occidental en todos los aspectos.
Ni siquiera Xi lo dijo con tanta claridad, tal vez porque con la presencia de EEUU allí, con esa rendición en toda regla, no quería hacer más sangre. Pero eso no es algo que le preocupe mucho a Putin ¿o tal vez era el reparto de papeles, otra vez? Porque China ve la Nueva Ruta de la Seda como un eje económico en un "entorno internacional pacífico" mientras que Rusia, que también lo ve así, no tiene ningún miedo aunque hará todo lo posible por evitar cualquier conflicto directo porque si hay un país en el mundo que no quiere la guerra porque sabe lo que significa (sus casi 30 millones de muertos en la II Guerra Mundial lo atestiguan) es ella. Así que tengo la impresión de que los papeles de China y de Rusia en política exterior se superponen.
Una vez más se pone de relieve que todas las estupideces de los propagandistas habituales (antes llamados periodistas) sobre discordia o distanciamiento entre China y Rusia son eso, estupideces. Y lo mismo vale para los gobiernos que alimentan de mentiras a los propagandistas habituales. El fracaso para ellos es total porque la alquimia entre China y Rusia nunca ha llegado hasta el extremo de ahora. Lo dijo de forma diáfana el propio Xi: "China y Rusia juegan un papel primordial en la salvaguarda de la paz y la estabilidad regional y global".
Esto es lo que me lleva al principio, a la postura de Rusia sobre Corea del Norte y el reparto de papeles. China está, o puede que lo esté porque ya digo que sigue callada, enredando en la ONU para más sanciones a Corea del Norte y Rusia seguirá el camino que marque China. Pero es ahora Rusia quien está apretando a los demás para que esas sanciones, si es que las hay, vayan sólo en la línea que decida China y sin añadidos ni conservantes de EEUU. De nuevo EEUU se tendrá que plegar, otra muestra más de su colapso.
Que Rusia haya salido en defensa de Corea del Norte no es baladí. EEUU se relamía diciendo que el misil que disparó Corea el Norte en su prueba del domingo cayó a menos de 100 kilómetros de la ciudad rusa de Vladivoskok y que eso ponía de manifiesto "la peligrosidad del régimen norcoreano", por lo que "EEUU no puede imaginar que Rusia está contenta" (sic). Este fue el comunicado oficial de la Casa Blanca tras la prueba del misil. Se pretendía buscar una reacción airada de Moscú, pero lo que ha provocado es justo lo contrario. Putin dijo que no estaba de acuerdo con esas pruebas, pero que había que volver al diálogo con Corea del Norte "y dejar de intimidar" al país puesto que solo así se pueden encontrar formas pacíficas para resolver los problemas.
La expresión "dejar de intimidar" a Corea del Norte no la ha utilizado China en estas semanas, por lo que Rusia pone el centro del debate donde debe estar: en EEUU y sus provocaciones (maniobras militares y despliegue de misiles en Corea del Sur, envío de portaaviones y amenazas de ataque a Corea del Norte).
Así que solo hay dos respuestas posibles a esta postura rusa: o bien es el acuerdo con China para lo que antes os he dicho o bien está anunciando a Pyongyang que puede contar con él para lo que sea. Esta no es una postura vana puesto que la Unión Soviética era el principal sostenedor de Corea del Norte hasta su desaparición: el 53% de todo el comercio, importación y exportación, de Corea del Norte se hacía con la URSS. Al desaparecer la URSS, Corea del Norte -al igual que Cuba- se encontró en una situación muy difícil económicamente (la famosa hambruna es su trágica consecuencia) y sólo la vuelta hacia China hizo posible su sostenimiento. En la última Asamblea Popular Suprema de Corea del Norte se estableció que Rusia tenía que jugar un papel importante en el comercio exterior con el objetivo, a todas luces utópico hoy por hoy, de llegar los 1.000 millones de dólares de intercambio comercial entre los dos países para el 2020.
El camino está allanado por las dos partes. Primero, porque Rusia ha condonado el 90% de la deuda que Corea del Norte tenía con la URSS y el 10% restante se utilizará para proyectos conjuntos. Segundo, porque Rusia está enviando anualmente, desde 2014, 50.000 toneladas de trigo como ayuda humanitaria. Tercero, se firmó un convenio entre los dos países para un tráfico de transbordadores desde Vladivostok (de ahí la nota de la Casa Blanca para intentar molestar a Rusia) y el puerto norcoreano de Rason que entró en funcionamiento el pasado día 15 de este mes. Cuarto, se está discutiendo un contrato con Rusia para la renovación de la línea ferroviaria entre los dos países.
Como es habitual, nada de todo esto veréis por ahí, ni en los llamados medios alternativos -donde apenas hay análisis y se sigue la estela de los medios de propaganda- ni en los medios de propaganda habituales. Os lo he dicho muchas veces: pensad. Esta es nuestra gran arma, por ahora. Y esta va a ser también, por ahora, la última entrega sobre Corea del Norte. Por cierto, se me olvidó decir que no es sólo la educación y la sanidad lo que es totalmente gratuita y que asume el Estado, sino la vivienda: todas las casas las proporciona el Estado. Pueden ser pobres, pero no veréis chabolas. Me he extendido en este país más que en otros tanto por el desconocimiento como por la manipulación que se suele hacer sobre el mismo. Me había quedado en cómo se vive y en la gente.
El Lince
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