La funesta manía de pensar
Quienes seguís estas reflexiones no os sorprenderéis si
vuelvo a la carga: no compréis periódicos, no financiéis aún más a una oligarquía
que os dice permanentemente qué tenéis que pensar, cómo comportaros, cómo
vestir e, incluso, qué comer. Lo mismo vale para las televisiones y radios si
es que en vuestra zona no hay medios comunitarios. Una vez conocí a un viejo
luchador que me dijo que había sido detenido cuando, estando en la clandestinidad, compraba el periódico
porque para él se había convertido “en un vicio como el tabaco, del que es muy
difícil de salir”. Iba todos los días al mismo kiosko. Estuvo tres años en la cárcel.
Hoy la prensa está de capa caída, cada vez se lee menos y
eso es una buena señal. En el Estado español (España, para los de otras
latitudes) los datos de septiembre son buenos: El País ha perdido el 13’4% de
su tirada, El Mundo ha perdido el 11’9% y el ABC el 10’6%.
Sin embargo, el poder de la televisión crece (sobre todo con
el fenómeno de moda, las tertulias) y el de la radio se mantiene, por lo que
debemos tener siempre la funesta manía de pensar o, como decía Frantz Fanon, de
interrogarnos siempre sobre las razones del sistema y sus medios de comunicación.
Impresionante, ¿no? Pues no: era una falsificación realizada por el Instituto del Cine de Noruega supuestamente para “concienciar sobre la situación de los niños en zona de guerra”, como dijo al conocerse la falsificación. Aquí está la preparación para la toma:
Y este es el vídeo en el que aparece el equipo de filmación al completo, con los dos chavales actores.
El Lince
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