Los colaboracionistas
palestinos siguen haciendo lo que mejor saben: ayudar a Israel
“Abbas es un obstáculo para liberarPalestina”, decía hace un par de meses. Lo mantengo. Ayer supe que la llamada Autoridad Palestina ha arrestado
en las últimas dos semanas a 250 palestinos, integrantes de Hamás y de la Yijad
Islámica, “para evitar motines y disturbios en contra de Israel”. Todas las
detenciones han sido en Cisjordania. Los colaboracionistas de la llamada AP
tienen miedo al estallido de una nueva intifada, la tercera, puesto que la
escalada de rechazo a Israel (con importantes manifestaciones en Jerusalén Este
y la explanada de las Mezquitas) y a la propia AP (por su enésima cesión a las
presiones occidentales y árabes) cada vez están más extendidos entre la población
palestina.
Para los colaboracionistas cualquier escalada de la
violencia es “desestabilizar la zona” y consideran violencia cualquier
manifestación. Por eso alrededor de un centenar de los detenidos son los responsables
de las convocatorias de manifestaciones. El resto son cuadros medios de Hamás,
figuras religiosas y algún militante de la Yihad. Estas manifestaciones se han producido, también, para mostrar el rechazo a la constante expansión de los asentamientos de colonos (1.060 nuevas casas) y frente a las que los colaboracionistas de la llamada AP no han hecho otra cosa que mostrar su malestar ¡y pedir a EEUU y la UE que se opongan! Tras finalizar la enésima agresión fascista-sionista contra Gaza, Israel anunció la confiscación de 400 hectáreas de Cisjordania. ¿Qué hizo el colaboracionismo de Abbas? Nada. Tampoco lo hace ahora. Mejor dicho, sí lo hace: reprime a quienes protestan. O detiene, o mata. O las dos cosas.
Uno de los sitios
donde la represión es más brutal es Hebrón, donde la policía palestina va de la
mano de la israelí. Los policías palestinos son los que dan la cara en esas
operaciones mientras los israelíes les cubren las espaldas. En Hebrón ya se
han producido los primeros choques: siete policías palestinos han sido heridos,
pero ellos respondieron como mejor saben: a tiros. Conclusión: un muerto. Ahora no sólo son los fascistas israelíes quienes matan a los palestinos, también son los propios policías palestinos quienes matan a palestinos. Y todo con la orden directa de la llamada Autoridad Palestina.
Los colaboracionistas lo tienen claro. Saben que dependen de
Israel y de sus valedores, por lo que el pueblo palestino les trae sin cuidado.
No tener esto en cuenta es no darse cuenta que hay
noche y que hay día. Esto va para quienes se consideran solidarios con Palestina y pasan, como la luz por el cristal, de criticar a los colaboracionistas. Es lo que ya dijo Marx sobre que hay que tener siempre presente la contradicción principal (la ocupación de Israel) pero sin perder de vista la secundaria (el colaboracionismo palestino).
Esta represión se produce en un momento clave, cuando desde
la llamada AP se había insistido en que a finales de octubre (y ya han pasado
unos días) se iba a llevar al Consejo de Seguridad de la ONU el famoso plan de Abbas. La gente esperaba que así fuera,
pero no. Otra vez no. Y van… El “negociador” palestino, Saeb Erekat, está reuniéndose
con Kerry y éste insiste en lo de siempre, que no van a presionar a Israel para
que acepte las fronteras de 1967. Erekat no está solo en esas, ¿sabéis quién le
acompaña? Pues nada más ni nada menos que el jefe de los servicios de
inteligencia palestina, Majid Faraj. ¿Qué hace un tipo así en unas conversaciones como esas? Muy sencillo: garantizar que el control de la población palestina será total y que no consentirán salidas de tono. Ahí está Hebrón para dejarlo bien claro, y las detenciones, y harán lo que haga fata porque esos son los colaboracionistas.
Palestina es un barril de pólvora ahora mismo, y la llamada AP lo sabe. Por eso tiene que reprimir al mismo tiempo que intentar mantener la fachada de que está decidida a seguir con su plan. Ahora dice que ese proyecto palestino se
presentará en la ONU a finales de noviembre o a primeros de diciembre. Nuevos
plazos que multiplican las decepciones. Abbas planteaba que en 2016 se
terminase la ocupación, os apuesto lo que queráis en que ese plazo se ampliará,
y ampliará…
Tenedlo claro, el principio del fin de la ocupación de Israel comienza con el
derrocamiento de la llamada Autoridad Palestina. No hay otra manera. Cuando terminaron las negociaciones de Oslo, en 1993, había 180.000 colonos en tierras palestinas. Veinte años después su número es de 650.000 a los que hay que sumar esos nuevos de que os hablaba antes. Los colaboracionistas de la llamada Autoridad Palestina no son más que los subcontratistas de Israel y acabar con ellos debe ser una prioridad.
Gaza ya ha dejado de ser noticia. El régimen fascista de Israel ha vuelto a cerrar los dos cruces fronterizos. Nadie ha dicho nada. Ni siquiera los colaboracionistas de la llamada AP. Nicole Ganz, portavoz del coordinador especial para el proceso de paz de la ONU ha dicho que la llamada AP no ha presentado ninguna queja. La reconstrucción no se inicia. Nadie dice nada. Nadie se acuerda ya de la más
reciente matanza. Nadie recuerda ya a los muertos, convertidos en números sin
rostro ni nombre. Y ya ni siquiera en números. parece que es cosa de historia, historia antigua para muchos. Una pregunta ¿dónde están ahora los activistas que se manifestaron contra la matanza?
Pero yo sí recuerdo y sigo, como de costumbre, homenajeando a los asesinados por el régimen fascista de Israel con la connivencia y amparo de EEUU, la Unión Europea y los regímenes reaccionarios árabes. Estos eran sus rostros, vidas y esperanzas antes de que fueran segadas por la barbarie sionista y sus valedores entre los que, también sabéis, añado a los colaboracionistas.
Pero yo sí recuerdo y sigo, como de costumbre, homenajeando a los asesinados por el régimen fascista de Israel con la connivencia y amparo de EEUU, la Unión Europea y los regímenes reaccionarios árabes. Estos eran sus rostros, vidas y esperanzas antes de que fueran segadas por la barbarie sionista y sus valedores entre los que, también sabéis, añado a los colaboracionistas.
Enas Khalil, 5 años
Bahaa Samir Badir, de 13 años
Orwa Abd al-Wahhab Hammad, de 15 años
Mohammed Al-Rantisi , de 23 años y Sajed Nafez Hammad ,
de 24 años
Rahaf Suleiman Awad Abu Jame, 5 años
Mohammad
Deeb Issam Abu Dalfa, 25 años
Tareq Ismail Ahmad Zahd , 22 años
Umama Osama Khalil al-Hayya , 9 años y Khalil Osama
Khalil al-Hayya , 7 años
Mohammed
Naim Abu Taimah, 25 años
Mustafa e Ibrahim Al-Ghoul, tres semanas (eran gemelos)
Asesinos, asesinos de razones, asesinos de vidas que nunca, nunca
tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan
nuestras memorias, memorias.
El Lince
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