viernes, 18 de junio de 2021

El oro de los necios

Las reuniones del G-7 y de la OTAN han terminado. El brillo que durante varios días se ha visto en los medios de propaganda (que en el caso de EEUU es estupidez pura y dura si se añade lo que han dicho de la reunión entre Biden y Putin) no solo es parloteo. Hay que ir mucho más allá: es como el minero que busca oro, ve la pirita y se vuelve loco de contento porque cree que lo ha encontrado. Los mineros llaman a eso "el oro de los necios".

La reunión del G-7 fue un fracaso envuelto en bellas palabras sin sustancia, la OTAN tuvo la virtud de cubrir ese flanco y mantener dentro del redil a los díscolos (especialmente, Francia) porque sin la OTAN la estrategia estadounidense contra China y Rusia no se sostiene, y el encuentro bilateral dejó en claro que todo sigue igual y que Rusia no se va a amedrentar por las chorradas histéricas de EEUU.

Y cuando el telón cerró las tres funciones, la realidad volvió donde siempre.

Ayer hubo una nueva función, pero sin público. Como cuando los ricachones contratan a tal o cual artista para una fiesta privada. Pero no era una fiesta, era la reunión de la Reserva Federal de EEUU, o sea, el banco central de EEUU. Y lo menos que se puede decir es que todos tuvieron que tomar tranquilizantes para los nervios. O, por seguir con el símil, se vieron obligados a dejar las drogas ilegales. 

Los viejos drogadictos coloniales del G-7 y de la OTAN, y sus gacetilleros, viven una realidad enfocada por las drogas que toman y, en función de ellas, utilizan palabras que intentan reflejar realidades pero que son solo propaganda dirigida únicamente a consolidar la realidad imaginada por esa ingesta de drogas. En lenguaje político, por el poder que creen que tienen y que ya no tienen. El oro y la pirita.

La Reserva Federal de EEUU les dijo ayer que el opio no es bueno. Les dijo que no será hasta finales del 2023 cuando se prevea un aumento de las tasas de interés. Es decir, es el precio del uso del dinero. Buscad por ahí lo que significa, no os lo voy a dar todo hecho. Pero, con respecto a lo que dijo el G-7 de que iba a contrarrestar los proyectos de China de la Nueva Ruta de la Seda con billones primero y luego rebajando a cientos de millones, eso no es otra cosa que pirita: brillo sin sustancia y sin valor. Si se busca la colaboración "público-privada" ya me diréis qué interés tienen los bancos en prestar dinero si no hay ganancia. Porque de eso va la tasa de interés. 

Ayer se volvió a hablar de "incertidumbre" en el mundo occidental post pandemia, se habló de que cualquier iniciativa en sentido económico, como subir los tipos, era "en gran medida prematuro" y que todo tenía que tomarse con "precaución". ¿Reinicio post-COVID? No me hagáis reír. Desde luego, no por ahora en Occidente.

Y ayer la nueva secretaria del Tesoro con Biden y ex presidenta de la Reserva Federal dijo lo que pocos se atreven a decir: que EEUU está en una espantosa crisis económica y social. "La pandemia no es nuestro único problema económico. Mucho antes de que un solo estadounidense se infectara con COVID-19, millones de personas en este país enfrentaban una serie de desafíos económicos estructurales a largo plazo que han socavado su capacidad para ganarse la vida". Un raro gesto de decencia, desde luego. Es el discurso de la Administración Biden, pero si hay dinero para enfrentarlo desde dentro de EEUU no lo habrá para las aventuras externas. O una cosa u otra.

Es el fracaso de un sistema económico que ha sido hegemónico durante mucho tiempo y que hoy ve cómo su hegemonía se está deshaciendo a gran velocidad. Desde luego esta tipa no es inocente porque ha sido determinante para llegar a esta situación. Pero ahora se ven en el espejo chino y de cara al exterior tienen que aparentar. Eso fueron tanto el G-7 como la OTAN. Apariencias, como la pirita.

Quisieron hacer una Gran Muralla al revés, una gran muralla antichina. Pero os insisto en la diferencia: mientras que en China es la política quien decide, o sea, el gobierno, o sea, el Partido Comunista, en Occidente son las empresas quienes dictan la ley, solo hay un guión para representar, con independencia de los actores, y es la ley del mercado.

Se puede acusar a China de muchas cosas, pero hay una en la que se ha mantenido inalterable: mientras que Occidente, de la mano primero de Thatcher y luego de Reagan (y sus continuadores) se ha deshecho del Estado y de lo público en beneficio de lo privado, en China se ha tenido mucho cuidado en mantener la preeminencia del Estado. Es lo que los chinos llaman "socialismo con características chinas" y que, entre otras cosas, les ha llevado donde están ahora.

Occidente quiere asustar con China, pero frente al modelo chino no tiene nada que hacer. Mientras China crece, Occidente se encoge. Porque la diferencia es esencial: en China es la política quien regula el capitalismo mientras que en Occidente es al revés.

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Como la otra vez, hay que prestar atención a las elecciones de hoy en Irán.

El Lince

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