Por una vez el lenguaje diplomático se hace inteligible. Y lo hace en tanto en cuanto que deja de ser diplomático. Quien lo ha hecho ha sido el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Siempre pausado, siempre cauto, suave en las formas y duro en el fondo Lavrov ha demostrado que está hasta la coronilla de los EEUU y sus vasallos. No es él, es Rusia entera.
Lavrov lo ha podido decir de mil maneras y endulzar de cien formas diferentes el mensaje, pero ha decidido que no, que ya basta y que todo el mundo tiene que saber lo que está pasando. Y lo que está pasando es que "EEUU está empezando a tomar conciencia del paulatino, pero aún así inevitable, final de su omnipotencia" (sic) y eso explica no sólo su animadversión hacia Rusia, sino sus conductas erráticas.
Este reconocimiento de la progresiva pérdida de influencia no es único de EEUU, sino de sus vasallos occidentales. Lavrov nuevamente; "este proceso está siendo muy doloroso para los países occidentales ya que, durante siglos, eran quienes controlaban el mundo" (sic). Y sigue: "así ha sido desde los siglos XVI-XVII; establecían normas y reglamentos y todo el mundo escuchaba. Incluso en 1992 [desaparecida la URSS] pensaron que se habían metido a Rusia en el bolsillo. Hasta hace un par de años nos decían que Rusia debe conformarse con ocupar su lugar, de forma peyorativa, que sólo éramos una potencia regional. Ahora incluso nos acusan de interferir en la carrera presidencial de EEUU".
Fue en una entrevista en televisión el pasado día 7, en hora punta. Lavrov dijo muchas cosas más (es una lástima que sólo esté la transcripción en ruso porque es muy jugosa) tanto con referencia al nuevo papel de Rusia en la geopolítica como en la cuestión siria. Aquí fue también demoledor al afirmar que "al igual que la Adminsitración de Ronald Reagan creó Al-Qaeda y la de George Bush el [llamado] Estado Islámico, no me gustaría que la Administración Obama pasase a la historia como quien ha favorecido, fortalecido y asegurado el éxito de una nueva estructura terrorista como la del Frente al-Nusra (ahora redenominado Frente para la Conquista del Levante, la rama de Al-Qaeda en Siria)" (sic). No es un ciudadano normal quien hace estas afirmaciones, es el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia.
Ya que estamos en Siria, dos apuntes: supongo que sabréis que el viernes se votaron en el Consejo de Seguridad de la ONU dos resoluciones sobre un mismo asunto, el sirio. La primera, patrocinada por Francia y España, pedía el fin de los ataques a Alepo, el fin de los vuelos de los aviones y el fin de todo. Rusia la vetó y China se abstuvo (tomad nota porque, como ya os dije, China está abogando de forma clara por reforzar sus vínculos con Francia y Alemania y ya está cortejando de forma clara a los sustitutos de los mandatarios actuales, Hollande y Merkel). La segunda, patrocinada por Rusia con el aval de China, planteaba que si se quiere seguir cumpliendo las resoluciones anteriormente aprobadas había que continuar combatiendo "a todos los grupos, entidades o individuos asociados o vinculados con Al-Qaeda", además de apoyar el plan del enviado de la ONU para Siria sobre la retirada de los miembros de la "contra" de Alepo. Fue vetada por EEUU, Francia y Gran Bretaña. Es la primera vez en la historia de la ONU que ocurre un veto doble el mismo día y sobre el mismo tema.
Aquí el representante de Rusia hizo lo mismo que su ministro: habló con claridad y sin tapujos diplomáticos. Se llama Vitaly Churkin y respondió a Gran Bretaña. "el representante permanente del Reino Unido acaba de exclamar patéticamente "¡Paren esto ahora!”. Tiene razón, paren ustedes inmediatamente de respaldar a la escoria de todo tipo en el mundo entero, ya sean extremistas, terroristas y a todos aquellos que se dedican a desestabilizar la situación en tal o más cuál país. De manera general, cesen ustedes de inmiscuirse en los asuntos de los demás Estados soberanos. Renuncien ustedes a sus costumbres coloniales. Dejen tranquilo al mundo. Eso permitirá sanear la situación en varias regiones del mundo”.
Las posiciones cada vez están más claras, el discurso también. Por si fuera poco, el representante chino Liu Jieyi, explicó su postura de la siguiente forma: "el proyecto francés no refleja el respeto pleno de la soberanía, la independencia, la unificación y la integridad territorial de Siria mientras que el contenido del proyecto de Rusia sí lo hacía y lamentamos que no se adoptase el proyecto ruso de resolución".
Y un dato a tener en cuenta: Egipto, único país árabe en el Consejo de Seguridad, votó a favor de la resolución rusa. Esto puede tener varias explicaciones (una, por ejemplo, el malestar con Arabia Saudita porque no han llegado los miles de millones de dólares prometidos tras aplastar a los Hermanos Musulmanes) en las que no voy a entrar ahora.
Todo esto se produce la misma semana en la que el enfrentamiento entre EEUU y Rusia ha dado un salto espectacular pero que hay que interpretar como actos a la desesperada por parte de EEUU, que se siente, como dicen los mexicanos, "ninguneado" cada vez más y por más gente. Un ex diplomático indio (de la India) lo acaba de decir de forma muy gráfica tras comentar la entrevista a Lavrov: "comparados con él, sus colegas de EEUU no le llegan ni a la cintura; si comparas los comentarios de Lavrov con los de Kerry [el secretario de Estado de EEUU], los de éste suenan a los de un hombre frustrado, que ha perdido la calma" (sic). Y sigue: "EEUU no se da cuenta que la tierra ha comenzado a hundirse bajo sus pies en Oriente Medio; sus antiguos aliados Turquía y Arabia Saudita ya están tocando por su cuenta porque la orquesta ya no tiene director". Y termina: "la visión de un imperio que se hunde no es gratificante [para ese imperio]: fue el caso de Roma, de Bizancio, de España, de Portugal, de Francia, de Gran Bretaña...". ES M.K Bhadrakumar, un ex diplomático durante 29 años que sabe de lo que habla.
Por eso las bravatas de EEUU sobre ataques a Siria, por eso sus bravatas sobre la guerra nuclear; y no tan bravatas puesto ayer se conoció que no hace mucho tiempo realizó dos simulacros de lanzamiento de bombas atómicas en una de sus bases militares en Nevada. Lo más alucinante es la justificación; "obtener datos sobre la fiabilidad, precisión y datos de rendimiento" de las bombas. Con eso está todo dicho.
La situación está llegando a un nivel sin precedentes, por lo que el hecho de que unos diplomáticos hayan utilizado un lenguaje inteligible tiene mucho mayor mérito: todo el mundo lo entiende y puede comprender hacia dónde se decanta el mundo y quiénes son sus verdugos.
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