viernes, 27 de enero de 2017

Acuerdo sobre los desacuerdos

Rusia ha hecho algo que no ha gustado a nadie. No, no es el supuesto espionaje informático. Es el borrador de Constitución que ha presentado en Astaná para una resolución política de la guerra en Siria. Quienes han participado en esta conferencia han dicho estar dispuestos a impulsar un acuerdo final de paz que, sin embargo, no puede hacerse sin concesiones por ambas partes aunque en estos momentos sea el gobierno quien está en una inmejorable posición. Liberada Alepo, continúa la exitosa ofensiva en el norte de esta provincia, habiendo liberado 18 pueblos del llamado Estado Islámico en las últimas dos semanas. Es la zona en naranja de este mapa. El amarillo es lo que controlan los kurdos, el verde el ejército turco y algunas fuerzas de la "contra" que están bajo su tutela y el resto es lo del llamado Estado Islámico.


He estado esperando estos días para ver por dónde han ido las cosas y lo que veo es que los rusos están siguiendo el modelo de Chechenia para Siria. Y no me estoy refiriendo a los bombardeos, como han pretendido hacer quienes defienden a la "contra" siria, sino a la pacificación. 

Me explico. En Astaná los rusos han presentado un borrador de Constitución que no ha gustado a casi nadie. En unos momentos en los que el gobierno sirio está ganando claramente la guerra, militar y política, el proyecto de los rusos hace concesiones sustanciales a la "contra", fortalece en algunas cosas al gobierno y reconoce el papel de las minorías, aunque no tanto como desearían los kurdos.

En las conversaciones de Astaná se ha sancionado, en la práctica, la muerte de la ONU (y de EEUU) como mediadores en Siria. Se ha demostrado que no son imprescindibles, aunque otorgando a cada uno un caramelo diferente. Así, en Astaná se ha acordado que la hoja de ruta para la solución es la Resolución 2254 aprobada hace un año por el Consejo de Seguridad de la ONU a propuesta de Rusia. Eso significa que a partir de ahora hay que ir olvidándose del discursito "Assad debe irse" que, en síntesis, es lo que subyace de la resolución adoptada en las conversaciones de Ginebra en 2012, auspiciadas por la ONU.

En Astaná se ha hablado tanto de crear un "órgano de transición de común acuerdo" (para contentar a la "contra") como de "garantizar la continuidad de las instituciones gubernamentales" (lo que refuerza al gobierno). Es aquí donde aparecen los acuerdos que garantizan los desacuerdos. Porque en ninguna parte se menciona a Assad pero, al mismo tiempo, se habla de elaborar una nueva Constitución que reemplace a la de 2012, votada en referéndum casi un año después de que estallase el conflicto.

Aquí es donde han entrado con fuerza los rusos con su proyecto de Constitución, aunque han dicho que no quieren interferir en ese proceso constituyente porque le corresponde hacerlo al pueblo sirio.

1.- Desaparece el término "árabe" del nombre oficial, República Árabe de Siria, lo que ha puesto de uñas al partido gobernante, el Baas, pero que ha sido muy alabado por kurdos, circasianos, turcomanos y armenios. Los árabes suponen el 75% de la población siria en estos momentos.

2.- Desaparece la referencia a que el islam sea la religión del Presidente de la República, lo que enerva a la "contra" mientras que es muy reconocido por los cristianos e, incluso, por el gobierno puesto que encaja muy bien con su pretensión de ser el bastión secular contra el fanatismo islámico y protector de las minorías. Al mismo tiempo, se rechaza la Sharia islámica como base de la legislación, lo que no gusta ni un pelo a la "contra".

3.- Se otorga a los kurdos el derecho a usar su lengua "en pie de igualdad con la lengua árabe" en sus ciudades y pueblos. Aquí Turquía se ha revuelto porque entiende lo que eso supone para los kurdos de Turquía.

4.- Se apuesta por un "gobierno descentralizado", lo que daría facilidades a la "contra" para co-administrar las escasas zonas que controla en estos momentos. Estaríamos en una especie de autonomía, donde se podrían elegir a sus gobernantes (ahora designados por el gobierno), elaborar leyes propias, impuestos, etc. Vamos, como una autonomía española aunque en menor rango. Los kurdos serían los mayores beneficiados.

5.- Se introduciría que una mayoría de votos en en Congreso y el Senado (ahora sólo hay Congreso) podría reducir el poder del presidente del país, nombrar a los jueces de la Corte Constitucional y nombrar al gobernador del Banco Central. Eso no le gusta un pelo al gobierno. Sin embargo, sí se mantiene que el presidente tiene facultades para convocar referendos populares sobre temas relacionados con los "intereses supremos" del país. Esto no gusta a la "contra".

6.- Desaparece la referencia al "socialismo" (así sea hipotético ahora, pese a estar recogido en la Constitución) en cuestiones sociales, económicas o de otro tipo. En esta línea, desaparecen las cuotas fijas de parlamentarios que ahora tienen los campesinos y los obreros, que son la columna vertebral del Baas. Eso no gusta un pelo al Baas.

7.- Mantiene el límite de período en el cargo del presidente en dos mandatos de siete años. Eso no gusta a la "contra". Aquí hay discrepancias porque en algún sitio ruso he visto que sería sólo un mandato, y no dos.

Estamos en el proceso previo al final, pero para que ese final llegue "hay que quitar a las moscas de la comida", en palabras de los rusos. Es decir, hay que dividir a la "contra" (que es lo que se hizo con la invitación a algunos grupos a Astaná, que previamente habían aceptado un cese de hostilidades, consecuencia de su debilidad) y hacer que luchen entre ellos (que es lo que está pasando en Idlib en estos momentos).

Algo parecido es lo que Rusia hizo en Chechenia. No es muy conocido que el actual presidente de Chechenia es un antiguo yijadista que fue evolucionando hacia el lado ruso hasta convertirse en su gran aliado. Eso fue utilizado por los rusos para ir eliminando por las buenas o por las malas a los yihadistas hasta destruir implacablemente a quienes mantuvieron las armas.

Siria no es Chechenia ni Assad es Kadirov, entre otras cosas porque Assad es el presidente del país y en la "contra" no hay ninguna figura que llegue ni siquiera mínimamente a su estatura como estadista, pero tengo toda la impresión que el modelo que está poniendo encima de la mesa Rusia se parece mucho a lo que allí pasó. No se trata tanto de que los islamistas se hagan con el control del país -que no lo van a hacer porque, repito, son muy débiles- sino de que cooperen y neutralicen a los recalcitrantes, llámense Estado Islámico o Frente para la Conquista del Levante , ex Nusra, la filial de Al Qaeda que son, en estos momentos, el gran enemigo.

Es por eso que después de Astaná, Rusia ha convocado a los grupos de la "contra" que asistieron a esa conferencia a una nueva reunión en Moscú (hoy y mañana), en esta ocasión sólo con los rusos. Y es por eso que ha invitado al PYD, que no lo fue a Astaná. Rusia quiere allanar el terreno antes de la reunión que el 8 de febrero va a auspiciar la ONU en Ginebra y quiere llevar allí una buena parte de los deberes hechos.

El Lince

1 comentario:

  1. ¿Algún enlace a ese borrador de acuerdo?

    Habrá que ver cuánto hay de negociable y de imposición en estas negociaciones. Me pregunto si ese borrador también incluye alguna clase de acuerdo en el terreno económico.

    Me parece riesgoso trasladar el «modelo« checheno a terceros países. Una cosa es pastelear autonomías dentro de tu propio territorio, y otra muy distinta es ponerte a decirle a un estado soberano cómo ha de gobernarse a partir de ahora.

    Peor me parece suponer que la correlación de fuerzas es la misma en un lado que en otro.

    Hasta ahora Rusia se ha comportado como un actor internacional modélico. Quizás ahora empecemos a ver el lado más oscuro de sus intereses internacionales.

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