viernes, 17 de abril de 2015

Sobre la Cumbre de las Américas: ¿qué derrota de EEUU?

Me voy a meter en otro charco. Esta vez, hablando de la reciente Cumbre de las Américas. Al contrario de lo que he oído y leído en esta semana, EEUU no ha salido derrotado de la misma sino reforzado.

La autocomplacencia no es buena y la falta de análisis, tampoco. No voy a repetir aquí lo que muchos han dicho sobre la derrota de EEUU, sobre la paliza, etc. Lo doy por sabido porque durante una semana sólo se ha leído sobre ello. Pero voy a hacer de abogado del diablo: EEUU está volviendo a su patio trasero con fuerza, una vez ha constatado la progresiva pérdida de influencia en el mundo. Y lo hace porque, entre otras cosas, tanto Rusia como China se están asentando de forma muy sólida en el continente latinoamericano.

Se están diciendo verdades y medias verdades. Verdad es que EEUU ha sido muy criticado en el continente por sus posturas con Cuba y ahora con Venezuela. De hecho, todos los países han criticado sus amenazas contra Venezuela, incluyendo a sus más fieles vasallos. Por eso no pudo salir una simple declaración final. Media verdad es que aún hay en América Latina un fuerte sentimiento antiintervencionista. El simple hecho de que hubiese connotados mercenarios y agentes de la CIA, como el asesino del Che Guevara, como integrantes de la famosa “sociedad civil” y que no se les expulsase, indica los límites de todo ello. Hay gobiernos que critican lo mayor, pero no lo pequeño. Pero lo pequeño se va a convertir en lo mayor en el futuro porque la nueva estrategia de intervención estadounidense se da a través de las ONGs y la famosa “sociedad civil”. Brasil es un claro ejemplo.

Es cierto que la reunión entre Raúl Castro y Obama ha sido histórica y que la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU tiene muchas dimensiones políticas, económicas, culturales, de seguridad, etc, pero también que la apertura de esta puerta era imprescindible para el retorno de EEUU a América Latina dado que en los últimos años casi todos los países latinoamericanos no veían con buenos ojos la postura estadounidense con Cuba.

Por eso cuando Obama dice que “la guerra fría ha terminado” está diciendo la verdad. Ya no hace falta que derroque gobiernos por la fuerza, como tradicionalmente ha hecho EEUU en América Latina, dado que ahora tiene importantes aliados en esos gobiernos. Aliados y vasallos. Entre los aliados, quienes hace unos años eran guerrilleros que ahora se han aburguesado (con permiso de Emir Sader, que critica el neocolonialismo intelectual europeo) y han empezado a sentir gusto por las mieles del poder y sus corruptelas. Esta es una forma de explicar posturas como las de Uruguay con Venezuela, por ejemplo y sin entrar en más detalles. Entre los vasallos, los de siempre. Eliminando el único punto conflictivo a gran escala que tenía en América Latina, Cuba, EEUU tiene mucho mayor margen de maniobra para hacer frente a otras situaciones como Venezuela, Bolivia o Nicaragua a través del “poder blando”, “poder inteligente” o como lo queráis llamar. Ahora EEUU tiene un clima favorable para ampliar su “diplomacia” y reduce sensiblemente el bloque antiestadounidense.

La baza de Cuba era fundamental para volver, como se dice en España, arrojando pelillos a la mar. Es decir, lo pasado, pasado y ahora vamos de buen rollito. Eso, al mismo tiempo, desactiva las pretensiones insurrecciónales en América Latina, si es que las hubiese en un futuro puesto que la única que permanece, las FARC, estáa en un proceso de negociación que, también, es visto con buenos ojos por EEUU. Porque tal vez olvidéis que la derrota del ALCA se produjo por la combinación de tres elementos que se interrelacionaron: el rechazo generalizado de los pueblos, la resistencia de la burguesía industrial brasileña y la firmeza ideológica de las FARC y su capacidad para desestabilizar militarmente la implantación de ese acuerdo en un país fundamental para la estrategia estadounidense como es Colombia.

Tan buen rollito que EEUU presionó a México para que no permitiese que una compañía de petróleo china se metiese en la pelea por la privatización de PEMEX y litigase por la explotación de los campos de petróleo del Golfo de México; también lo hizo para que se rescindiese el proyecto de construcción del tren de alta velocidad por una cantidad aproximada de 3.700 millones de dólares. Imagino que el diálogo sería algo parecido a ¿cómo te atreves a dejar a mis multinacionales fuera de tan suculento pastel? O rompes con los chinos o te vas a enterar con las drogas, la emigración, etc. El palo y la zanahoria porque, al mismo tiempo, elogia la política económica de Peña Nieto y la privatización del sector energético.

EEUU tiene decidido hacer todo lo posible y lo imposible para que no siga adelante la construcción del canal que se está construyendo en Nicaragua, alternativo al de Panamá. En Nicaragua habrá elecciones en 2016 y EEUU va a jugar la baza del canal para desestabilizar al gobierno de Daniel Ortega. Y lo hará utilizando métodos clásicos de las famosas “revoluciones de colores”: usando a la llamada “sociedad civil”, por ejemplo los mediambientalistas. Hoy por hoy Daniel Ortega no tiene contrincante alguno, pero queda el tiempo suficiente para desestabilizarle y/o debilitarle.

Es evidente que la llegada de Dilma Rousseff a la presidencia de Brasil supuso un claro deterioro en la relación con EEUU, acentuada por el escándalo de las escuchas y espionajes. Rousseff no es Lula en ningún sentido, pero sobre todo en el estratégico. Lula se entendía con Bush, pero Dilma no con Obama. El fortalecimiento del eje de países BRICS con Dilma ha sido muy notable. Pero eso ha sido hasta que la famosa “sociedad civil” comenzó a moverse en Brasil contra el PT y los casos de corrupción. Si Obama necesitaba cerrar la página de Cuba, Dilma necesita que vayan desapareciendo las excusas, a nivel interno y externo, para normalizar las relaciones con EEUU. Un punto de distanciamiento ha sido la postura de Brasil respecto a las sanciones comerciales contra Rusia, puesto que la empresa cárnica brasileña está suministrando lo que no llega ahora a Rusia desde Europa. Pues bien, Obama ha propuesto a Brasil acuerdos en materia de alimentación y Defensa. Cañones y mantequilla juntos, qué fantástico. Que a nadie le quepa duda alguna que Dilma responderá que sí, entre otras cosas porque le conviene para reforzar su alicaída imagen interna. Y a Obama le interesa porque ahora EEUU ha perdido el primer lugar en cuanto a destino de las exportaciones brasileñas. A ver si adivináis cuál es el primero. No, no es Rusia, es China. Y a ver si adivináis cuándo Dilma irá a EEUU: el 30 de junio.

No voy a hablar, por ahora, que diría Chávez, de más países, pero supongo que basta con estos ejemplos.

La Cumbre de las Américas, como tantas otras cosas, no tiene ningún sentido. Sobre todo porque sigue el esquema de la Organización de Estados Americanos, es decir, es panamericana, y eso significa que no tiene nada que ver con el proyecto de “Nuestra América” que impulsó en su momento el eje bolivariano. El panamericanismo incluye a EEUU y Canadá, que no tienen nada que ver con el resto del continente y del Caribe. La OEA es el complemento perfecto de la Cumbre de las Américas, o al revés puesto que ésta es más reciente. Pero ambos instrumentos son una cárcel para los países latinoamericanos; son como el Panóptico de Bentham, donde el poder (EEUU) te vigila sin necesidad de estar ejerciéndolo de manera visible en todo momento (golpes militares) pero de forma absolutamente eficaz. La OEA es casi inofensiva, pero siempre suele ser “muy vigilante” con países como Venezuela, por ejemplo.

EEUU ha conseguido volver “limpio” a América Latina, sin estridencias. Ha desactivado el factor cubano, está en vías de desactivación el factor FARC y está haciéndolo, de una forma aún clásica y grosera, pero estoy seguro que cambiará, con Venezuela. Doy por hecho que los latinoamericanos (otra vez con permiso de Emir Sader) son conscientes de ello, por lo que sólo les queda hacer frente a esta estrategia con el reforzamiento de la integración continental. Y ésta sólo será posible fuera de estructuras como la de la Cumbre de las Américas.


El Lince

2 comentarios:

  1. Daniel Ortega ya no tiene nada de revolucionario más allá de sus discursos. Es uno de los traidores más grandes de la historia. Recuerde que apoyó el TLC con Estados Unidos y las transaccionales están muy contentas con su gestión. El canal ciertamente es una gran idea, pero podría costar un daño ambiental extremadamente alto para hacerlo realizable y el contrato firmado con la empresa china a mí me parece que es leonino

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  2. Quise decir transnacionales y no transaccionales. También me gustaría agregar que los mayores críticos de Daniel Ortega son los burgueses que no se sientan en la mesa principal del banquete donde se reparten Nicaragua

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