lunes, 8 de junio de 2020

La brújula de los piratas

Como muchas otras cosas, la brújula la inventaron los chinos, aunque hay quien dice que fueron los olmecas. Sin la brújula no se habría desarrollado el comercio, sobre todo marítimo, y sin ella los piratas (y los corsarios) no hubiesen tenido su momento de esplendor. Puede que una de las más famosas del mundo sea la de Jack Sparrow en "Piratas del Caribe", una brújula que solo indica lo que tú quieres que indique y no el norte magnético.

Y esta debe ser la brújula que está hoy en día en el sitio preferente del escritorio de los vasallos europeos de EEUU. Al menos, en cuatro de ellos: Alemania, España, Francia e Italia.

Entretenidos como estamos con el bicho, el coronavirus, los Ministerios de Defensa de la UE no han parado para salir del parón. Me explico. El bicho ha parado todo: las maniobras de la OTAN que iban a ser "las más grandes de la historia" pese a la incapacidad manifiesta de la OTAN de tomar decisión alguna sobre cómo ayudar a sus países miembros en el desastre de la pandemia y, sobre todo, el aumento de la financiación militar que se pretendía al rebufo de las amenazas y presiones de Trump para que se aumentase el presupuesto de aportación de cada país a la OTAN.

Entretenidos como estamos con el bicho, nos hemos perdido que la moribunda Europa había decidido, a propuesta de Finlandia, país que está presidiendo la UE este primer semestre del año, reducir el 60% del presupuesto militar -previsto inicialmente en 20.000 millones de euros- porque no era considerado el momento de meterse en aventuras de ete tipo porque la gente se echaría encima. Es decir, que se había rebajado el presupuesto a 8.000 millones de euros.

Con cierta ingenuidad supuse que iban a ir con algún tiento y que esa cantidad iba a ser aprobada dejando pasar un tiempo tras la pandemia y/o que se haría a escondidas. Pues lo han hecho, a escondidas, pero lo han hecho.

El 4 de junio la UE, esa que lleva 93 días sin tomar una decisión sobre qué y cómo hacer con el desastre social y económico que ha provocado la pandemia (solo hay planes), aprobó de tapadillo esos 8.000 millones de euros, cantidad renovable cada cuatro años y con el propósito básico de "financiar operaciones militares en países extranjeros". La mano de Francia en sus antiguas colonias de África está bien a la vista. ¿Y a que no sabéis quién es el artífice? Pues el ínclito Josep Borrell, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad que el día 2 propuso la unión del Fondo Africano de Paz y el Mecanismo Atenea (del que forman parte todos los países de la UE menos Dinamarca, por voluntad propia, y que tiene cinco de sus seis puntos de intervención en África -el otro es en Bosnia-). Solo que Borrell, un visionario, añadió que además de África esos 8.000 millones de euros se tenían que utilizar, también, "en la región del Mediterráneo". ¿Otra vez las "primaveras" árabes? Pues no, para nada, miedo simple y llano a una migración masiva, otra vez.

Ya sabéis que a mí me gusta investigar los temas y seguirlos, no ponerlo y listo. Esto no son setas, que surgen de manera espontánea. Y me encuentro con que cuatro países, Alemania, España, Francia e Italia, llevan meses, al menos dos, presionando para ello y que el 29 de mayo las ministras de Defensa de estos países enviaron una carta al resto de sus colegas de la UE, y al ínclito Borrell -al que llaman "querido Josep"- para que se dejen de tonterías "pacifistas" (o sea, que se preocupen por la sanidad, por ejemplo) y se "reafirmen en su compromiso de mejorar la cooperación europea en materia de seguridad y defensa".

Y aquí sale la brújula de Jack Sparrow. Porque estos piratas no tienen una brújula al uso, marcando el rumbo hacia el norte europeo, supongamos que para reforzar la UE con una cierta equidistancia entre EEUU y China o Rusia por ejemplo, sino que su brújula indica a las claras lo que quieren: "fortalecimiento del pilar europeo con la OTAN". Hago notar que tres de esos países, Alemania, España e Italia, tienen gobiernos de coalición en los que están los mal llamados socialdemócratas (nuevos, tipo Unidas Podemos, o viejos). Es decir, no son piratas sino corsarios.

Con ser esto relevante, lo es también, o más, que para estos piratas la importancia de la OTAN es tal que apelan a Gran Bretaña -aunque no la citan expresamente- para que colabore en los programas de Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) "lo antes posible". El eufemismo que utilizan es hacer un llamamiento a "terceros países no comunitarios".

La cosa no es baladí. Alemania asumirá el próximo semestre la presidencia de la UE y ya se está marcando el camino. Por una parte, apariencia de "autonomía". Por otra, mantenimiento de la sumisión OTAN.

Estos cuatro países lo dicen gráficamente en el punto 4 de la carta que os menciono: lo llaman "brújula estratégica" y dicen que hay "necesidad de una comprensión común de las amenazas y desafíos a los que se enfrenta Europa". Y gracias a esta "brújula estratégica", la UE "mejorará su habilidad para actuar rápida y decisivamente" al tiempo que se comprometen a mejorar "la coherencia de las herramientas de la UE", "el compromiso con el fortalecimiento del pilar europeo en la cooperación UE-OTAN" y "con otras organizaciones internacionales", entre las que se menciona a la ONU.

La brújula de Jack Sparrow funcionaba sin necesidad de tacto alguno, pero siempre que su dueño estuviese cerca. Los piratas actuaban por su cuenta y riesgo. Los países de la moribunda UE no son piratas, con simples corsarios a sueldo de su amo y señor estadounidense. Por eso su brújula funciona como la de Jack Sparrow: porque su dueño siempre está cerca.

P.D.- Abundando en lo mismo, el ministro de salud alemán ha tenido el cuajo de decir que "una especie de OTAN para el cuidado de la salud haría que la UE esté más preparada para pandemias" y evitaría el espectáculo que está dando ahora por su inacción. A este pollo no se le ha ocurrido nada mejor que la OTAN para hacer una comparación. Este es el nivel (y la brújula).

El Lince

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