lunes, 7 de marzo de 2022

La plaga emocional que oculta la cobeligerancia

El derecho internacional, ese que no gusta a Occidente (que prefiere el "orden basado en reglas") aunque se pone el ropaje cuando le interesa (como en la votación de la ONU), define como cobeligerante a "aquellos estados que están en conflicto con un enemigo común, ya sea en alianza entre sí o no". Con todo Occidente apoyando con armas (y voluntarios nazis) a Ucrania, Occidente se convierte de hecho, aunque no de derecho, en cobeligerante contra Rusia. 

A día de hoy, los países que se han convertido en cobeligerantes, según esa definición, son: EEUU, Canadá, Suecia, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Países Bajos, República Checa, Italia, Portugal, Grecia, Rumanía, España, Alemania y Finlandia. Todos ellos han anunciado públicamente el envío de armas a Ucrania. Y todo se hace a través de Polonia, por lo que este país también se incluye dentro de la categoría de cobeligerante. Y seguro que me dejo alguno.

El hecho de que la práctica totalidad de países europeos se haya convertido en cobeligerante de hecho solo se puede interpretar de dos maneras: o una subordinación total a la OTAN, o sea, a EEUU, o un intento de adquirir una mayor autonomía y, para ello, han dado un claro salto bélico.

No solo se envían armas, sino nazis, Varios de estos países han dado carta blanca a sus cuidadanos para que vayan a "combatir a los rusos". Los mismos países que llevan años calificando a los psicópatas yihadistas extranjeros en Siria, sí, esos que arrancan corazones y los muerden ante las cámaras, como "rebeldes moderados". Y la práctica totalidad de estos países ha anunciado un importante rearme en el que Alemania se pone al frente. Una Alemania que con ello no reniega de su pasado nazi y que debería poner los pelos de punta al personal. Y más cuando lo que hay en Ucrania son nazis y Alemania se está desviviendo por Ucrania, o sea, por los nazis. Todo vuelve al origen.

Junto a ello asistimos a una la nazificación total, de la que lo hecho con quienes quieren salir del país es solo la punta del iceberg: cierre de los canales rusos, boicot deportivo, boicot cultural y hasta los gatos rusos no pueden asistir a las ferias. Todo vale en la guerra, por eso estos países son cobeligerantes. El problema para la mal llamada "opinión pública" de Occidente no son los canales rusos, minoritarios en audiencia, sino su constante exposición a una implacable propaganda occidental. Es el mismo, pero el mismo ambiente chovinista y pre-fascista que ya se ha conocido en Europa antes.

Y todo ello arropado con una plaga emocional que ensalza todo lo ucraniano, nazis incluidos (aquí podéis ver cómo Zelensky otorga el título de "Héroe de Ucrania" a un nazi el 1 de diciembre; la página es ucraniana), para lograr fortalecer como tejido colectivo a un movimiento reaccionario de masas cada vez mayor en el que el proceso de creación de un enemigo adquire todo su paroxismo. También se ha visto antes esto. Algún cretino ha dicho que no se puede acusar a Ucrania de nazi porque los nazis apenas logran representación parlamentaria, pero ignora u oculta que las estructuras nazis están en la legislación (prohibiendo la lengua rusa), en el ejército (donde los batallones nazis están integrados y con sus propias estructuras de mando) y en la vida cotidiana (incluso con la emisión de sellos).

Las consecuencias económicas de la pandemia ya no existen, la crisis de los famosos "valores occidentales", tampoco. Ahora tenemos que estar todos juntos contra el mal, que es el de siempre. Y todavía hay gente que considera a Putin un comunista. Este es el nivel.

Que Ucrania lleve años librando una guerra contra el Donbás, reprimiendo todas formas de disidencia interna, en un clima de militarización creciente, con una élite corrupta y parasitaria es lo de menos. Ucrania ha sido agredida y hay que defenderla. Cinismo en estado puro porque lo mismo, exactamente lo mismo, se podía haber hecho en Irak -con los mismos parámetros de comportamiento que Ucrania- y no se hizo. Pero eso es ya historia antigua porque, además, cualquier comparación de ese tipo es prudentemente evitada por los medios de propaganda.

Estamos en el penúltimo recurso ideológico de una clase en crisis de legitimidad que cree que así la revierte. De hecho, sí la está mitigando con esta cortina de humo. 

Y es así porque el empujón ruso nos ha hecho entrar de golpe en lo que nos negábamos a entrar (los occidentales): el modelo de producción capitalista ha llegado a un punto de inflexión porque hay dos bloques enfrentados que se asientan en el mismo sistema económico, aunque con matizaciones importantes en el caso chino. Por eso se alienta el chovinismo belicista (por la piel clara y los ojos azules) con una guerra psicológica sin precedentes que nos hace amar a unas élites que estaban perdiendo nuestro favor.

Las contradicciones estructurales del sistema capitalista se profundizan: tendencia a la guerra, delirio belicista, giro autoritario, criminalización de toda voz disidente. Ya se puede decir que el polvo levantado al derribar el muro de Berlín y el fin de la URSS nos está permitiendo ver qué había en la caja de Pandora.

Occidente está el crisis existencial, perdiendo su hegemonía definitivamente porque sus actuaciones solo van a acelerar el proceso de desconexión de Rusia de Occidente, van a aumentar la relación estratégica con China (y ya de forma definitiva con Irán) y se va a debilitar aún más al dólar y al euro, es decir, a las monedas occidentales.

Esta semana comienza con datos reveladores: el petróleo está a 139 dólares (el récord histórico es de 147), el gas está en 2.826 dólares por cada 1.000 metros cúbicos (récord histórico) y el oro está en 1.988 dólares por onza (precio récord). Sumad a eso los precios del trigo, maíz, aluminio, fertilizantes y demás. Es decir, la economía mundial, con o sin sanciones, está al borde del colapso a poco que se extienda la guerra.

La subida de los precios de las materias energéticas está provocando un repunte de los precios en general, por lo tanto de la inflación y, en consecuencia, se abre la puerta a la estanflación, es decir, estancamiento de la economía y aumento del paro. Todo lo que planteaba Occidente tras la pandemia, de la que aún no se ha salido, pierde su eficacia si es que alguna vez la tuvo.

Como he dicho, estábamos entrando en un nuevo mundo pero Rusia nos ha metido de lleno de un empujón. Las consecuencias no son fáciles de precedir, pero sí habrá un antes y un después y lo que se ve es que estamos ante un salto cualitativo que ha precipitado algunas de las contradicciones que existían y para las que nosotros, los de abajo, no estamos preparados y mucho menos si nos entretenemos con la plaga emocional desatada por los de siempre.

P.D.- Me entero que en Exeter, 130.000 habitantes, capital del condado de Devon, al sur-oeste de Gran Bretaña, fue desenmascarado un peligroso agente ruso que se hacía pasar por un famoso compositor del siglo XIX, un tal Piotr Tchaikovsky. Como es sabido, estos agentes utilizan todo tipo de coberturas y artimañas para engañar al personal occidental y, en este caso, este agente pretendía haber escrito una composición musical titulada "Sinfonía patética" que iba a ser interpretada por la Orquesta Sinfónica de Bournemouth. Menos mal que el público de Exeter lo abucheó. Otro tanto ocurrió en la Universidad de Milán (Italia) cuando otro peligroso agente ruso, que se hacía pasar por un famoso escritor, un tal Fiodor Dostoyevsky, quería impartir un curso sobre su obra y la universidad se negó. Al lograr evitar tales infiltraciones de agentes rusos en la cultura, Occidente ha logrado dos claras victorias sobre Putin, el malvado Putin. 

P.D.- ¿De verdad que no estáis prestando atención a la otra guerra, la del acuerdo nuclear con Irán? Junto a la económica que hay en marcha, es la otra importante. Por muchos tiros que haya.

El Lince

12 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Decía el bueno de Gabriel Bulgakov que con la invasión Rusia se había pegado un tiro en el pie para no pegárselo en el corazón.
    Nunca, jamás desde los años 30, había visto un intento tan brusco y canalla de criminalizar a todo un pueblo y una cultura por una decisión tomada por sus élites; cambiemos “ruso” por “judío” y lo veremos más claro.
    Rusia no ha perdido Ucrania, como decían algunos (si la perdió fue en 2014), sino que Europa ha perdido a Rusia y en breve perderá la cartera. Cuando las revueltas se reanuden (Francia, Canadá, EEUU, etc) culpar a los rusos no las detendrá.
    Temo que un día busque tu bitácora y la encuentre censurada, o accesible sólo vía VPN, en nombre de esa libertad que es sólo la de los capitales. El gasto en armamento no ha salvado ni a uno sólo del millón de muertos que la pandemia causará en breve en EEUU (este mes o el que viene rebasarán la simbólica marca sin aparecer en titulares; o sí, pero para culpar a China) Al poco de iniciarse la campaña militar, la tendera del chino de aquí abajo tenía la bandera roja de su país en el patio y el himno nacional sonando en el portátil. Los chinos han tomado partido, aunque sea discretamente. Esperemos que ese híbrido que son ahora vaya añadiendo más socialismo a la mezcla conforme pasan los años, de momento lleva buen camino; Rusia es otra cosa. Putin ya enfila a los oligarcas, pero le será difícil maniobrar en dos frentes y con los comunistas (muy suaves ellos) al acecho de sacar partido.
    Sigo justo de tiempo, así que antes de pasar a otra cosa agradecerte el haber dado otro punto de vista durante todos estos años, y haber previsto lo que los medios negaron y siguen negando. Espero que los censores de ese mundo libre cada vez más absolutista pasen de largo, al menos por ahora, y que podamos seguirte muchos años más todavía. Aunque sea a la luz de las velas ;)

    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  3. 'Varios de estos países han dado carta blanca a sus cuidadanos para que vayan a "combatir a los rusos"'

    También pueden ir a favor de los rusos, pienso por ejemplo que muchos serbios les tendrán ganas a los nazis pro-occidentales en su país. Y algunos antifascistas no-de salón pueden estar pensando en ir de tapadillo contra el maidanismo (esperemos que esto pase la censura ejem).
    ---------------------
    'Temo que un día busque tu bitácora y la encuentre censurada,'

    He pensado lo mismo que Hartmann. Habría que buscar alternativas p ro si la contingencia...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Naturalemente, cada cual aún es libre de irse de vacaciones a donde le dé la gana si puede, ya me entendeis.

      Eliminar
  4. "¿De verdad que no estáis prestando atención a la otra guerra, la del acuerdo nuclear con Irán?"

    Pues ojalá que Putin, Lavrov y compañía le presten atención ahora, porque Rusia puede aprender mucho de Irán (empezando por cómo sobrevivir a las sanciones durante años), y viceversa, Irán puede aprender de Rusia viendo sus aciertos y errores en esta guerra total...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y me respondo a mí mismo: Además China estará probablemente aprendiendo de los errores y aciertos rusos, y conociendo los ases en la manga de EE.UU. (dólar---desdolarización).

      Eliminar
  5. "El petróleo está a 139 dólares". Parece ser que el "empujón" ruso nos acerca más y más al abismo. Un abismo frente al que nos hemos puesto no solo por culpa de Rusia, ni mucho menos. Nuestra civilización industrial y tecnológica, yonki de los combustibles fósiles, no puede sobrevivir en su forma actual ni sobrevivirá en un contexto de escasez cada vez más patente de recursos (energéticos y no energéticos), alteraciones climáticas y colapso medioambiental.
    Esto cada vez recuerda más a lo que les ocurrió a las ciudades mayas del periodo clásico. Conforme se fueron haciendo más grandes, populosas y complejas, demandando más recursos del entorno y alterándolo hasta un punto de ruptura, la crisis existencial fue inevitable y se desataron guerras sin cuartel por los recursos menguantes. Al final la población se redujo, se abandonaron las ciudades y se regresó a un sistema social más simple. Deberíamos tomar nota, pero mientras tanto la carnicería prosigue.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. El chovinismo y la desinformación están haciendo irrespirable el ambiente. Hasta los programas de humor o los de música clásica vomitan las consignas otanistas.
    Ojalá que blogs como éste sobrevivan a la inquisición fascista.

    ResponderEliminar
  7. 'Esto cada vez recuerda más a lo que les ocurrió a las ciudades mayas del periodo clásico.'

    En efecto, pero los mayas no tenían armas nucleares...Crucemos los dedos.
    --------------------------------------------------------
    Bueno Lince, por si acaso sucediera "algo", te digo que ha sido un placer leer tus artículos en la blogosfera hasta hoy. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  9. No sé cómo se desarrollan las operaciones militares.

    Pero todo indica que Rusia es muy cautelosa a la hora de atacar.

    En Ucrania, no se percibe nada similar a la alfombra de bombas y misiles que las "democracias" lanzaban de manera indiscriminada sobre objetivos militares y civiles (Irak, Yugoslavia o Afganistán).

    Otro detalle que queda patente en Ucrania es algo que yo ya sospechaba desde hace tiempo viendo cómo Israel hace lo que quiere en el cielo sirio: los Sistemas de defensa antiaérea S-300 son un chiste. Parecen sistemas de defensa para Playmobil. No bajan ni a un gorrión.

    ResponderEliminar
  10. 'Pero todo indica que Rusia es muy cautelosa a la hora de atacar.'

    Sobre todo en las zonas habitadas por rusoparlantes. Por razones obvias.

    ResponderEliminar