lunes, 3 de marzo de 2025

Mambrú va a la guerra

Como un juego infantil, macabro, eso sí. Es el resumen de la reunión de ayer de los belicistas europeos en Londres pidiendo guerra, más guerra.

Hay muchas versiones, pero esta es la que recoge la original castellana. Porque de eso va la cosa: los psicópatas europeos han decidido comportarse como Mambrú e ir a la guerra, una guerra de la que no van a volver. Pero la cosa no acaba aquí, porque el jueves que viene habrá otra reunión del Consejo Europeo en la que nos van a vender que es una necesidad, que hay que rearmarse y que eso tiene que salir de las pensiones, de la sanidad y de la educación. Y nosotros, los borregos, a lo nuestro, a dejar hacer y a ponernos los uniformes.

Lo ocurrido ayer en Londres es grotesco, como un contrapunto extraordinario a lo vivido en EEUU el otro día con el bufón Zelenski. Y lo que se ha visto es que un bufón, un delincuente (de eso ya le están acusando en EEUU), flanqueado por los "líderes" de las potencias neocoloniales en decadencia, nos vende un circo de "lucha por la democracia y contra el totalitarismo". Pero nos hablan de que quieren la paz, un paz, eso sí, que tiene que estar gestionada y avalada por el matón del barrio, por el jefe de la mafia que ahora está viendo que sus sicarios no son de fiar.

Marx y Engels ya retrataron a esta peña como "los poderes del viejo mundo" y tenían, como siempre, razón. Se han reunido no solo para apoyar al bufón, sino contra Trump. Han estado presentes físicamente ellos, pero contando con y actuando para los demócratas estadounidenses, para Soros, para los Rothschild, para los BlackRock. La convicción que os ponía en la última entrega de que al zombi europeo le interesa provocar un conflicto a Trump alargando la cosa en el país 404 hasta 2026 para dar tiempo a que los demócratas recuperen el Congreso y el Senado en EEUU se convierte en certeza.

Que el bufón y su corte de neonazis -cuya supervivencia depende ahora mismo del zombi europeo, como quedó claro ayer-, sin olvidar a sus predecesores, haya sido quien descarriló los acuerdos de Minsk 1 y Minsk 2, quien masacró a la población del Donbás (que no era separatista, sino que reivindicó un estatus autónomo, al estilo de las autonomías españolas, por ejemplo), quien impide hablar ruso y quien prohíbe a los partidos y organizaciones que no le gustan sea el referente de los psicópatas europeos dice mucho del espacio que habitamos y de la gente de la que nos rodeamos.

Pero no es su culpa. Es un activo claro de Londres, quien dirige hoy el conflicto en el país 404, antes conocido como Ucrania. Porque es imposible no notar las contradicciones más obvias de todo este esperpento: Gran Bretaña, un país que ya no pertenece al zombi conocido como Unión Europea, ejerce como eje y mando de toda esta peña de psicópatas con "ideas" absurdas como crear una "tregua temporal" para salvar lo que queda del ejército neonazi, y luego bombear rápidamente armas al país 404 mientras se celebran oficialmente "conversaciones de paz" y posicionar a sus escuálidos ejércitos en el país 404 en un intento de cambiar el equilibrio de poder sobre el terreno. Todo esto, no hace falta decirlo, se basa en la esperanza de que EEUU mantenga su compromiso de “cubrir” todo el escenario europeo con su fuerza nuclear.

Es un plan de niños o mejor, de locos, sin posibilidad alguna. Pero como son burros con anteojeras solo se ven a sí mismos y a su paranoia. Están presos de sus propias narrativas sin ver que Rusia los ve y que no está jugando en una reunión de niños: ayer, justo cuando terminaba la reunioncita de estos psicópatas mambruseros bombardeó un carguero que transportaba armas británicas desde Turquía.

Esto tiene que ver con la historieta de Macron, que intenta quitar cacho al británico Starmer, diciendo que "como primer paso hacia la paz tiene que haber una tregua en el aire, en el mar y en relación con la infraestructura energética". Da por hecho que los rusos son estúpidos y que van a renunciar a sus ventajas en el aire y en el mar, por donde llega una parte importante del suministro de armas a los neonazis, como ha quedado claro con este ataque. Y que la infraestructura energética no es vital para lo que queda de fuerza militar de los neonazis.

Por alguna razón que se me escapa, salvo que una tregua solo favorece a quien se retira, esto de la tregua no lo propuso Occidente (ni EEUU ni el zombi europeo ni la OTAN) cuando los rusos se retiraron de Jarkov y Jerson o en los primeros días de la "operación Kursk" (donde, por cierto, los rusos ya han recuperado el 75% del territorio que logragon ocupar los neonazis).

Todo esto no es más que un inmenso montón de propaganda para los borregos, nosotros. A mediados de febrero, el centro analítico militar británico RUSI (Royal United Services Institute) publicó un informe titulado “Innovaciones tácticas en el tercer año de la guerra ruso-ucarniana” en la que reconocía cómo las tácticas militares rusas habían provocado "la ventaja en el campo de batalla", cómo "entre el 60% y el 80% de los drones ucranianos no alcanzan sus objetivos" y "la caída de la moral entre los veteranos de las brigadas más grandes" se estaba produciendo por "el cansancio, sensación de privación de los militares, falta de rotación, bajos salarios, falta de compensación para las familias de los desaparecidos", etc.

Este es el panorama al que se enfrenta el país 404 y lo que quiere evitar a toda costa el zombi europeo, con Gran Bretaña a la cabeza. Este instituto, similar al RAND estadounidense, hace una serie de recomendaciones a los neonazis como aumentar los salarios a los militares, reconocer a los militares muertos como tales y no como desaparecidos (para evitar malestar en los familiares al no cobrar las pensiones por muertos) y atacar con armas de largo alcance los depósitos de combustible y de municiones rusos, aunque reconoce que eso solo se puede hacer "considerando la posibilidad de reducir la idoneidad técnica de los aviones de ataque rusos debilitando aún más el sector de la aviación rusa” lo que, para su desespero, "llevará algún tiempo". He aquí la clave de la reunión de ayer en Londres de los mambruseros.

Pero no acaba aquí la cosa. Dicen que "el apoyo militar a Kiev debe ser la prioridad número uno de los miembros europeos de la alianza (OTAN)"; que hay que "aumentar las reservas y la producción de municiones aire-aire y misiles interceptores de largo alcance que se utilizarán contra las Fuerzas Aeroespaciales Rusas en un posible conflicto" y que "hay que abandonar los compromisos de no uso y prohibir la producción de municiones en racimo, reanudar la práctica de utilizar minas antitanque y antipersonal, reponer las existencias de munición especial, como los proyectiles de artillería en racimo guiados de 155 mm BONUS, que son producidos por la división francesa del consorcio europeo KNDS y la empresa británica BAE Systems, garantizar la producción ininterrumpida de proyectiles de artillería", entre otras lindezas.

Supongo que os ayuda a entender mejor el teatro kabuki de ayer en Londres. Los psicópatas europeos han decidido ir a la guerra con nosotros como carne de cañón. Y esto no es una canción infantil.

El Lince

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