lunes, 15 de septiembre de 2025

Miedo y ansiedad estratégica

Si queréis evitaros leer lo que sigue, aquí está la conclusión: EEUU actúa como actúa en Venezuela por miedo y ansiedad estratégica. Quienes piensan solo en la fuerza estarán sonriendo por esta afirmación porque no ven más allá de sus narices. Quienes piensan que la geopolítica no tiene nada que ver, que sigan revolcándose en la basura que esparce el estercolero mediático occidental. Si como muestra vale un botón, molestaros en ver cómo se ha "informado" en Europa y más allá del éxito logrado al parar la vuelta ciclista a España (con un añadido más abajo).

Lo que estamos viendo no es otra cosa que una "Doctrina Monroe" adaptada a los nuevos tiempos. No es una "lucha contra el narcotráfico" sino un intento de cercar al gobierno desobediente de Maduro (Cuba aquí no tiene ningún papel) tras haber demostrado México, muy "progre", que es otro país que achanta la cabeza ante EEUU, como acaba de hacer imponiendo un arancel del 50% a los vehículos chinos o el 35% a los juguetes chinos. Por lo tanto, y tras la debacle de Bolivia, solo quedan tres países relativamente díscolos, con un cierto peso, para EEUU: Colombia, Brasil y Venezuela. 

Los dos primeros son "adaptables" a los intereses de EEUU, aunque Brasil en estos momentos está muy, pero que muy mosqueado con el apoyo de Trump a Bolsonaro y esto lo está utilizando -para mi sorpresa, he de decirlo- para moverse mucho más de lo que lo ha estado haciendo hasta ahora con los BRICS. Colombia está utilizando muy inteligentemente la cuestión palestina para poner algo de distancia respecto a EEUU, al tiempo que lo está utilizando para desviar la atención de las cuestiones internas, y eso le está causando algún problema con EEUU. Colombia ya tragó con EEUU con la deportación de inmigrantes en los primeros días de la presidencia de Trump, pero no hace mucho se volvió a liar cuando se supo de un complot contra Petro con una cierta implicación de EEUU y la situación con EEUU no se ha normalizado del todo. Y eso pone un punto agrio de discordia en el uso de las bases estadounidenses. De hecho, Petro ya ha dicho públicamente que no permitirá el uso de las bases para atacar a Venezuela.

El único que no es "adaptable" es Venezuela, y se está convirtiendo en el único país latinoamericano, si exceptuamos a Cuba y a Nicaragua, que no tienen sus recursos, que pone en juego el control del "patio trasero latinoamericano". Esto, que es lo de siempre y en lo que se fundamenta la vieja "Doctrina Monroe", ahora adquiere un mayor significado porque este patio trasero es ahora "estratégico". Bajo ningún concepto EEUU quiere aceptar que esta zona vea alguna "influencia extranjera" (léase, China). Con la excepción de México, y esta sería la única justificación para su claudicación con los aranceles, el papel de América Latina en la economía de EEUU está decayendo, y eso estaba haciendo que algunos países (como Bolivia) comenzasen a buscar otro tipo de mercados y, consecuentemente, aliados. 

Es aquí donde entra el calificativo de "estratégico" para la nueva "Doctrina Monroe" que está en marcha. China es el objetivo principal porque China es el principal factor externo que puede echar por tierra esa doctrina. Originalmente, la "Doctrina Monroe" advertía, por ser suave, a los europeos de no considerar al territorio americano, de norte a sur, como objetivo de una nueva colonización. Por lo tanto, declaraba que no se aceptaría ni toleraría ninguna forma de intervención europea en la zona. Hoy Europa no es nadie y solo hay una potencia que preocupe a EEUU: China. Por mucho que se diga, Rusia no tiene el potencial económico que tiene China y su presencia en América Latina es poco más que testimonial. No así China, con sus inversiones y sus intereses de los que no solo el Canal de Panamá es una muestra, sino el puerto de Chancay en Perú (aunque no solo). Entonces lo que EEUU pretendía era la exclusión geográfica de los europeos, ahora lo que busca es la exclusión económica de los chinos. Porque la realidad es una: EEUU cuenta con recursos limitados y su capacidad para competir con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, la Nueva Ruta de la Seda, es muy cuestionable y no solo en América Latina. ¿Quién se acuerda de la iniciativa de 2021 llamada "Construir un mundo mejor", con la que se pretendía competir con la NRS, en la que se acordó invertir un billón de dólares, cantidad que se tuvo que rebajar a 600.000 millones en 2022 y de la que no se ha vuelto a hablar?

Aunque con Trump todo vuelve a la normalidad, es decir, a la "Doctrina Monroe", es cierto que con Obama pareció que EEUU la aparcaba un tanto al normalizar relaciones con Cuba en 2015. Pero el espejismo duró poco porque ese mismo año el mismo Obama impuso sanciones contra Venezuela y desde entonces no se han levantado. Ya en 2018, en su primera presidencia, Trump dijo que la "Doctrina Monroe" formaba parte de la política exterior de EEUU, por lo que no hay que asustarse por lo de ahora. Porque ya entonces comenzó a aparecer, aunque no con la premura de ahora, el miedo a perder influencia por la presencia de China. 

Desde entonces EEUU ha ido mucho más de capa caída de lo que ya iba. El proceso se ha acelerado debido a la pérdida de hegemonía, lo que ha reducido significativamente su influencia tanto a nivel global como regional. Eso se nota en el caso del país 404, antes conocido como Ucrania, en los equilibrios que tiene que hacer con sus vasallos árabes ante las violaciones que realiza el IV Reich sionista, antes conocido como Israel, -del que el ataque a Qatar es una muestra- y en la rebelión de países como Corea del Norte e Irán. Incluso parecía que algo similar, a mucha menor escala, ocurría en América Latina con algunos países en manos de gobiernos supuestamente progresistas. Y cuando con todas estas circunstancias se ha asistido al espectacular despegue de China, EEUU ha entrado en una ansiedad estratégica de la que no puede escapar.

Por eso es que EEUU, ya durante la etapa de Biden y ahora con Trump, considera que las relaciones chino-latinoamericanas son una amenaza. Por lo tanto es absolutamente normal que EEUU, ahora con Trump, intente fortalecer su influencia y control sobre América Latina amenazando al único díscolo que cuenta con muy apetitosos recursos. Porque esa es otra: EEUU tiene cada vez menos recursos y su petróleo y gas están pasando graves dificultades.

En su simpleza, propia de un estadounidense medio como es él, casi iletrado (os recuerdo que el porcentaje de analfabetos es muy alto, del 21%, y el resto apenas tiene la educación secundaria), la narrativa de "democracia contra autoritarismo" (que también vemos en Europa, como ha quedado claro tras lo dicho con la presencia de invitados no occidentales en el desfile chino de principios de este mes) es un pretexto para ejercer la máxima presión sobre "el triángulo de la tiranía", como Trump ha denominado a Cuba, Nicaragua y Venezuela. A eso, que tiene poco recorrido, se añade ahora lo de la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, la inmigración ilegal o lo que se les ocurra como "amenazas significativas para la seguridad nacional".

Como anécdota del inmenso basurero que es hoy Europa, con unos pollos sin cabeza como dirigentes, el Parlamento Europeo votó el día 11 una resolución (375 votos a favor, 173 en contra y 15 abstenciones) incluyendo al Cártel de los Soles, la invención que está detrás de toda la parafernalia agresiva de EEUU contra Venezuela, como "organización terrorista". Pero se fue más allá: también se incluyó a lo que queda de las FARC y al ELN colombianos como "terroristas". Y se arremetió directamente contra Petro: "Con Gustavo Petro, la actividad del crimen organizado y la producción de cocaína se dispararon. La complicidad de Petro con Maduro, el líder del cártel terrorista, es evidente". La ignorancia de estos descerebrados con la historia de Colombia es alucinante.

Todo ello encubre la razón principal: el miedo y la ansiedad estratégica por la presencia de China en América Latina. Sobre todo tras el anuncio del pasado 1 de septiembre en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en la que China propuso la Iniciativa de Gobernanza Global que, en la práctica, deja fuera a Occidente porque apuesta por el respeto entre países al abogar por renovar los mecanismos multilaterales al tiempo que apuesta por reafirmar "la necesidad de un sistema más justo, inclusivo y equilibrado frente a los desafíos del presente y a la arbitrariedad geopolítica contemporánea de corte estadounidense, marcada por la imposición unilateral, el hegemonismo y las prácticas de coerción que desfiguran el orden internacional".

Eso es más potente para el (poco) pensamiento estadounidense que las acciones reales de China en América Latina. Aquí hay que situar la presión sobre Venezuela de estos momentos.

P.D.- En todo el mundo el éxito de las protestas pro-palestinas logrando impedir el final de la vuelta ciclista a España no ha pasado desapercibido. En Europa, insistiendo en la "violencia", inexistente, y recogiendo lo que dicen los organizadores. Como era previsible, en la perfidia está a la cabeza el mundo árabe. Ya hace dos años lo adelanté y no me he equivocado lo más mínimo. Palestina, los palestinos que luchan, no son un grano en el culo para los árabes, sino una espina en la garganta. Los medios del estercolero árabe también están dando más importancia a la opinión de los organizadores, criticando a los pro-palestinos. Eso quienes lo reflejan, porque en la mayoría no ves una sola referencia. Ya se sabe: lo que no aparece en los medios, no existe. Sólo un medio libanés, pro-Hizbulá, se deshace en elogios de los manifestantes. Otros, como Al-Jazeera, qatarí, y en clara venganza por el ataque sionista de la semana pasada, lo trata con una cierta extensión y haciendo hincapié no tanto en el pro-palestinismo como en el boicot al equipo ciclista financiado por el IV Reich sionista, antes conocido como Israel: "Manifestantes pro-Palestina han atacado repetidamente al equipo ciclista Israel-Premier Tech durante la carrera en España". Por supuesto, lo poco que queda de medios palestinos hablan con orgullo de ello: "España se ha convertido en un foco de solidaridad europea con Palestina".

El Lince 

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