martes, 16 de diciembre de 2025

Para orientarse de forma natural

Y para que dejéis el mapa y la brújula, que no son más que medios artificiales y falibles. La forma más natural de orientarse es la clásica: el sol sale por el este y se pone por el oeste. Si andáis un poco perdidos, haced el experimento de la sombra, pero eso requiere un cierto tiempo sin moverse -y mucha gente sigue ahí, sin moverse- aunque el resultado es el mismo: la primera sombra siempre marcará el oeste, es decir, que el sol se aleja, y la segunda sombra marcará el este, hacia donde ha ido el sol. 

Ya orientados, hay que volver al inicio: el sol sale por el este y se pone por el oeste. Todavía hay quien sigue sin mirar el recorrido del sol o cree que el sol gira alrededor de la tierra, pero esa es otra historia. Sin embargo, hay quien certifica científicamente lo de que el sol sale por el este: la revista "Nature", considerada la principal revista de ciencia y tecnología del mundo. Es occidental, por supuesto, y hasta no hace mucho su información era tan sesgada como todo lo que se publica en Occidente. Si hay que poner una fecha en la que eso comenzó a desaparecer, a nivel científico, y a ofrecer una información mucho más ajustada a la realidad mundial es 2018.

Ese fue el año crucial porque entonces ocurrió algo insólito: los chinos se rebelaron. Hasta ese momento, en China se incentivaba a los científicos y académicos de todo tipo a publicar sus trabajos y sus hallazgos en Occidente y hacían lo mismo que hacen los occidentales: firmar por firmar, cuanto más mejor, en pro de mejores prebendas académicas, mejores rankings universitarios, etc. Pero en China desde cuatro años antes, desde 2014, había un muy fuerte movimiento universitario, con revueltas incluidas, donde un amplio sector del profesorado y del alumnado rechazaba "la occidentalización de la educación". Fue un movimiento, que todavía existe, que se llama "Más Marx, menos Occidente" y que trajo de cabeza al poder. Tanto que tuvo que ceder cuatro años más tarde, como he dicho. Así, en 2018 comenzó un cambio en los métodos de enseñanza a gran escala. A tan alta escala que llegó hasta considerar que los estándares académicos en las instituciones de educación superior no podían guiarse significativamente por las ideas o estándares occidentales. 

Un añadido para entender mejor lo que pasó y está pasando en China. En este país, como en todo el mundo, hay un importante sector derechista, pro-occidental (es lo que vengo diciendo de Rusia con los euroatlánticos, bien atrincherados en el Kremlin, aunque aquí no hay muchos izquierdistas precisamente). Es conocido como "el konsomol". Desde la llegada de Xi Jinping al cargo de secretario general del Partido Comunista y a la presidencia del Comité Militar del Partido, en 2012, y su posterior acceso a la presidencia de China, en 2013, la influencia de los pro-occidentales, del "konsomol", ha ido decreciendo. Sobre todo, a partir de 2018, cuando se aprobó una reforma de los estatutos del PCCh en la que el presidente puede ser reelegido sin restricciones de mandato. Aquí es cuando comenzó a hacerse mucho más patente la lucha contra los derechistas pro-occidentales que se plasmó en octubre de 2022 cuando en el XX Pleno del Comité Central del PCCh, en vivo y en directo, se expulsó del mismo a la hasta entonces cabeza visible del "konsomol". Eso no quiere decir que los derechistas, los pro-occidentales, ya no existan. Siguen ahí, pero cada vez con menor influencia dentro de las esferas de poder de China.

Volviendo al tema, desde ese crucial 2018, y coincidiendo con todo lo que está ocurriendo en la lucha contra los derechistas pro-occidentales, aunque se sigue publicando en algunas de estas revistas científicas occidentales, China edita las suyas propias y las universidades tienen prohibido utilizar las citaciones de artículos publicados en revistas como las citadas (costumbre usual en Occidente) como condición previa al momento de contratar personal. Se dice, y con razón, que así se fortalece la presencia de las nuevas generaciones entre los investigadores porque con la forma antigua, copiada de Occidente, solían ser los viejos los que acaparaban todos los artículos en las revistas científicas.

Al dar China este paso, editar sus propias revistas científicas (hasta ese momento apenas había artículos de científicos chinos en las revistas occidentales, tipo "Nature"), las revistas occidentales se tuvieron que poner las pilas. Poco a poco, desde luego. Fue un proceso que tardó cinco años en "normalizarse" para que no hubiese muchos infartos ante la visualización de lo que estaba ocurriendo, y es que las principales universidades del mundo ya no son occidentales sino chinas, por lo que se comenzaron a publicar con más frecuencia los artículos de los investigadores chinos. Ese reconocimiento se produjo en 2023. De todo esto ya os hablé en julio de ese mismo año.

Abierta la veda, la superioridad científica china es algo que se ha seguido reconociendo, con pesar y desasosiego, desde luego, pero es la realidad. Una realidad en la que "Nature" ha tenido que reconocer en dos meses que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Así, en noviembre tuvo que reconocer que las principales ciudades de investigación del mundo son chinas. Y ahora, en diciembre, publica otro informe demoledor: las principales instituciones líderes en investigación son chinas. Pinchad en los gráficos para verlos mejor, aunque con fijaros solo en la columna de la derecha, el verde y el rojo, ya será suficiente para entenderlo.

Primero, por países:


 Segundo, por universidades:


 Tercero, porcentajes:

Las pajas mentales de los occidentales no son más que eso, pajas mentales, porque la realidad va por otro camino. Occidente ha estado, y sigue estando, viviendo de las rentas pero el mundo de hoy ya no tiene nada que ver con Occidente. Y podemos discutir un poco más profundamente: si hay un sistema que está fracasando es el capitalista. Los puristas pueden seguir insistiendo en eso de que China es capitalista y así seguir durmiendo tranquilos. ¡Bendita ignorancia! Igualitos que los niños. Pero nada de lo que vemos hubiese ocurrido sin ese despertar en las universidades chinas, sin ese "Más Marx, menos Occidente" que puso todo patas arriba hace casi doce años.

Lo que se ve es que las instituciones de investigación chinas no solo arrasan en los 10 primeros puestos, sino que el 56% de la producción mundial de ciencia aplicada está en China, como tiene que reconocer "Nature". Y esta producción mundial que abarca campos como la ingeniería, la informática y la ciencia de los alimentos, entre otros, lleva a esta revista científica a una conclusión demoledora: "China aborda la cuestión científica fundamental de aplicar el conocimiento a la práctica".

Pero os llamo la atención sobre otro aspecto de los datos: China, India, Corea del Sur y Singapur son las naciones que suben en conocimientos, mientras que todo el Occidente colectivo baja. Más gráfico imposible de la constatación de que el sol sale por el este mientras el ocaso está en el oeste. A estas alturas de la historia que Eurasia es el eje sobre el que va a pivotar todo el siglo XXI, sobre el que ya está pivotando todo el siglo XXI, no lo tiene que discutir nadie con un milímetro de cerebro. Una Eurasia que comienza en la zona europea de Rusia, por supuesto.

Queda claro para quien no tenga una mente obtusa que este liderazgo de Asia, no solo de China, aunque principalmente de China, en ciencias aplicadas seguirá consolidándose y expandiéndose y Occidente quedará cada vez más atrás. La razón es simple: con sus más y sus menos, de más (China) a menos (India), son los gobiernos quienes establecen las prioridades de financiación para las investigaciones, destinando los fondos a áreas de importancia estratégica nacional. 

Nada que ver con Occidente donde lo que prima es lo privado y los gobiernos se limitan a legislar para lo privado. Es más, se puede entrar en otro debate sobre la llamada "libertad académica" y lo que supone. En Occidente se entiende la "libertad académica" como la piedra angular para el avance intelectual pero, como dicen el China (y no solo, también en Asia), ¿qué hacer cuando la libertad académica degenera en una indiferencia hacia las necesidades nacionales y sociales, desvinculándose casi al completo del desarrollo industrial y las exigencias sociales? Pues dar predominancia al Estado y no a lo privado que, a fin de cuentas, solo busca su beneficio. Eso es lo que se hace en Asia.

Occidente, aunque esté viviendo su decadencia hegemónica, sigue como si nada pasase. Sigue siendo extremadamente arrogante, menospreciando al resto del mundo, estableciendo reglas y normas que solo le satisfacen a él. Esto va desde ese esperpento conocido como Premio Nobel (¿cuántos no occidentales han sido premiados en estas áreas cruciales?) hasta las revistas científicas y el control de las conferencias académicas internacionales.

"Nature" está saliendo poco a poco de este círculo infernal, junto con otras revistas de este tipo editadas en Occidente, porque no les queda otra si quieren mantener su prestigio. Y porque dentro del ámbito científico ya se está comenzando a ver que la arrogancia occidental tiene un precio: crees que tu sistema es superior, el mejor (eso de los "valores democráticos" y zarandajas semejantes) y no te molestas en saber, ni mucho menos estudiar, lo que hacen otros. 

Por eso se ha perdido Occidente. Por eso te pierdes tú, porque confías en tu mapita, que se moja, se rompe y se deshace, y en tu brújula, que se desimanta y te deja perdido. Te das cuenta que eres como Ptolomeo insistiendo en que todo gira en torno a Occidente. Pero no. Entonces solo tienes un camino: orientarte a la antigua y de forma natural, la de siempre. Y entonces ves que el sol sale por el este y el ocaso está en el oeste. Claro que si llegas a esta conclusión mil años después, mal vas. Eso es lo que está pasando ahora con Occidente. Contra toda evidencia.

El Lince

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