Mi amiga francesa Danielle me ha comunicado que el pasado 4 de agosto murió el último héroe, Arsène Tchakarian. Tenía 101 años. Armenio, comunista, brigadista internacional en defensa de la II República española, guerrillero en Francia contra los nazis. El último superviviente de un grupo mítico de la resistencia francesa, el "Grupo Manouchian".
Tuve el honor de conocer a Arsène en 1996 cuando mi abuelo, un poco antes de morir, él también comunista, combatiente en el mítico V Regimiento durante la guerra desatada por los fascistas contra la II República, exiliado en Francia tras la derrota y también guerrillero integrante en la resistencia francesa, me llevó a una reunión de antiguos resistentes en París. Y allí conocí toda su historia. Y allí coincidí con Danielle. También acompañaba a dos de sus abuelos, él y ella, partisanos. Desde entonces la amistad entre Danielle y yo es inquebrantable. Gran parte de lo que he publicado sobre Francia proviene de ella.
El "Grupo Manouchian" ha pasado a la historia, y en lo que a mí atañe no quedará en el olvido, como uno de los más eficaces y activos grupos de la resistencia contra los nazis. La práctica totalidad de sus integrantes eran inmigrantes (polacos, italianos, húngaros, rumanos, armenios y un español). Sólo tres de ellos eran franceses. Todos eran comunistas. Missak Manouchian, armenio, escritor y poeta, era el principal responsable y de ahí el nombre del grupo.
Realizaron decenas de acciones guerrilleras (los nazis y los colaboracionistas del régimen de Vichy les acusaron de 56, con cientos de muertos y heridos entre los ocupantes nazis; pero en los archivos que se pudieron salvar aparecen relatadas 115 acciones desde 1940 hasta 1944, es decir, un promedio de tres al mes, muchas de ellas decisivas para el debilitamiento de los nazis en la región de París) pero los colaboracionistas lograron desmantelar el grupo, deteniendo a 23 de sus integrantes (3 habían muerto en las acciones realizadas) y sólo tres pudieron escapar. Arsène Tchakarian fue uno de ellos aunque tras un tiempo breve en la clandestinidad más absoluta volvió a integrarse en la resistencia y a realizar acciones contra los nazis hasta la liberación de París.
Arsène formó parte de la célula del "Grupo Manouchian" que ejecutó a uno de los principales esbirros nazis, Julius Rittter, general de las SS y supervisor del trabajo obligatorio que obligaba a trabajar, sobre todo a los inmigrantes, en turnos de esclavitud para apoyar el esfuerzo bélico nazi. Bajo su supervisión, y hasta que fue ejecutado por el "Grupo Manouchian", 650.000 inmigrantes, hombres y mujeres, fueron deportados a las fábricas alemanas.
Los nazis fusilaron a 22 de los integrantes del "Grupo Manouchian" y a una mujer, Olga Bancic, la decapitaron. Eran 8 polacos, 5 italianos, 3 franceses, 2 rumanos (Olga lo era), 2 armenios, 2 húngaros y un español, Celestino Alfonso. Como colaboradores fueron detenidas otras 45 personas, hombres y mujeres, que sufrieron torturas de las que nunca se terminaron de recuperar.
Olga logró arrojar por la ventana de su celda un papel que alguien consiguió conservar y hacer llegar a su destino, aunque tuvo que recurrir a la Cruz Roja Internacional para lograrlo. Era una carta dirigida a su hija. Decía, "por favor, envíe esta carta a mi hija Dolores Jacob después de la guerra. Este es el último deseo de una madre que vivirá otras 12 horas. Gracias".
En el interior estaba este texto:
"Mi querida niña, mi pequeño amor. Tu madre escribe la última carta. Mi querida niña, mañana a las 6 en punto, 10 de mayo, ya no estaré.
Mi amor, no llores, tu madre tampoco llora. Muero con la conciencia tranquila y con la convicción de que mañana tendrás una vida y un futuro más feliz que tu madre. No tendrás que sufrir más. Siéntete orgullosa de tu madre, mi pequeño amor. Siempre tengo tu imagen frente a mí.
Voy a creer que verás a tu padre. Espero que tenga otro hechizo. Dile que siempre pensé en él como en ti. Te amo con todo mi corazón.
Ambos sois muy queridos para mí. Mi querida hija, tu padre es, para ti, una madre también. Él te quiere mucho.
No sentirás la falta de tu madre. Querida niña, termino mi carta con la esperanza de que seas feliz por toda tu vida, con tu padre, con todos.
Te abrazo con todo mi corazón, mucho, mucho.
Adiós mi amor.
Tu madre".
Recuerdo que Arsène Tchakarian me contó (traducía mi abuelo), con una sonrisa, que siempre combatió a los nazis por convicción, por sus ideales, pero también para vengar a sus camaradas. "Y a fe que lo hice", me dijo.
Los nazis quisieron hacer un escarmiento con los fusilamientos del "Grupo Manouchian" y empapelaron París, 15.000 carteles, con las fotografías de quienes acababan de fusilar. El "ejército del crimen", les llamó. Pero el tiro les salió por la culata. La gente no arrancaba los carteles sino que colocaba flores al pie de los muros donde estaban pegados. El cartel es éste. Es conocido como "el cartel rojo".
Los nazis de ayer, como los de hoy aunque se adornen con ropas "democráticas", acompañaron el cartel con octavillas jugando la carta del racismo, la xenofobia y del antisemitismo. Porque muchos de los integrantes del "Grupo Manouchian" provenían de familias judías aunque fuesen comunistas. "Si los franceses saquean, roban, sabotean y matan... siempre son extranjeros los que lo ordenan. Los judíos son quienes los inspiran. Este es el ejército del crimen contra Francia", decía el panfleto entre otras cosas del mismo cariz.
Daniel Bensaid, muerto no hace mucho, dijo que "quien no tiene memoria ni de derrotas ni de victorias pasadas tampoco tiene mucho futuro". Las nuevas generaciones son analfabetas sobre la historia antifascista y gran parte de la culpa la tienen los supuestos "progres" y sus políticas. No son ajenos al auge del fascismo en Europa, al que han dado alas con su inacción y "moderación". Rodolfo Walsh, asesinado hace mucho más tiempo, dijo que "las clases dominantes pretenden que el pueblo trabajador no tenga historia, ni héroes, ni mártires; de forma que cada vez haya que comenzar desde cero".
Esta es mi modesta contribución para que ello no sea así. Este es mi modesto homenaje a Arsène Tchakarian, el último héroe.
El Lince
QUien deseara ampliacion informativa,sobre el particular.Tiene 2 buenas vias.Son el libro,le affiche rouge-El cartel rojo.Editado en el estado español,por txalaparta.Y la peli.El ejercito del crimen del director marselles,de ascendencia germano-armenia.Robert guediguian.Cual complemento informativo,en la decada de los 80.LA viuda de manouk manouchian,presto testimonio.En un juicio,en favor de activistas del ASALA,implicadas en una accion contra la diplomacia turca.DEL regimen de kenan evren,el pinochet turco.¡¡salud y republica¡
ResponderEliminarLa carta de Olga es desgarradora. Cuantos valientes, cuanta dignidad.
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