A la cámara arranca-lenguas

Ya metido en el inframundo, en el infierno (y su contraparte), me quedo con el chino. Dado que en Occidente somos básicamente analfabetos, especialistas en mirarnos el ombligo sin ver nada más que la pelusa que se acumula en él, os diré que el budismo en China tiene nada más ni nada menos que 18 niveles diferentes para el infierno. Desde luego, mola bastante más que el cristiano que dice que solo hay uno. Y luego nos vienen diciendo los listillos de turno que en China no hay pluralismo y esas cosas. Pues toma, ni más ni menos que en el infierno. Porque si el infierno cristiano iguala, el chino para nada: en cada uno de los niveles hay una pena y un castigo diferente.

Dado que estos días continuamos con la película dirigida por Occidente sobre si Rusia invade Ucrania, cómo, cuándo y de qué manera, he decidido que vamos al cine. Y si en la otra entrega decía que Occidente se ha vuelto loco del todo, comenzando por EEUU, hoy os traigo una nueva muestra que, desde luego, terminará en el nivel uno de las capas del infierno chino. 

Acaba de comenzar el año y, como siempre, se hace balance de lo que ha sido el anterior. Ese balance se basa en datos. Uno de ellos, del que ya os adelanté algo hace unos meses, es que en el 2021 China no ha consumido tanto cine estadounidense como antaño. Y eso es, pasmaos, consecuencia... ¡de la censura!

Coged unas palomitas y una cerveza (o dos). 

"El Partido Comunista Chino está utilizando películas nacionales como un conducto clave para mensajes masivos destinados a lograr objetivos políticos, dejando poco espacio para las opiniones extranjeras" (...) "China impidió que las cuatro películas Marvel de Disney se estrenaran en sus cines el año pasado, una señal sombría para los gigantes cinematográficos estadounidenses que están siendo expulsados ​​de la taquilla de más rápido crecimiento en el mundo" (...) "No fueron solo las películas de Marvel las que se vieron afectadas. La participación total de películas estadounidenses entre las ofertas de películas extranjeras de China disminuyó del 46% en 2020 al 39% en 2021".

 ¿Cómo vais con las palomitas? Porque hay más.

"China ya superó a EEUU como el mercado cinematográfico más grande del mundo por primera vez en 2020 y lo volvió a vencer en 2021, en gran parte debido a su dependencia de las películas locales, según Comscore. Los reguladores chinos normalmente permiten que se muestren alrededor de 34 películas extranjeras por año" (...) "La película más taquillera en la taquilla china en 2021, y en la historia del cine chino, fue "Batalla del lago Changjin", una película de guerra de propaganda que glorifica la lucha del ejército chino contra el ejército estadounidense durante la Guerra de Corea. El momento del estreno de la película se produjo cuando los líderes de China están movilizando al país para una rivalidad extendida con los Estados Unidos".

Nos acercamos al final, con redoble de tambores: "El deseo de Beijing de establecer una industria cinematográfica nacional poderosa no es rivalizar con el poder cultural suave que Estados Unidos ha disfrutado a través del dominio global de Hollywood, sino crear y luego manipular una plataforma poderosa para difundir mensajes del partido".

A ver si os enteráis: China hace mal, muy mal, lo que pone de relieve su malignidad, en crear una industria nacional cinematográfica diferente de la estadounidense y occidental. Porque es sabido que Hollywood nunca ha ejercido una enorme influencia sobre el mundo, social, política y culturalmente, a través de sus películas. Que el gobierno de EEUU nunca se ha beneficiado, ni alentado, ni dirigido el cine como un ejercicio de poder, blando o duro, ni ha promocionado películas "patrióticas" ni ha incluido como villanos clásicos a los soviéticos, a los chinos, a los norcoreanos o a los cubanos. No, para nada. Y que no hay ninguna relación entre el Pentágono y la CIA con Hollywood.

Por todo ello, y como conocedor un poco de la cultura china, voy a ponerme en la piel de un budista y enviar a los locos occidentales, que ya llegan a todos los estamentos y no solo a los gubernamentales, a la primera capa del infierno, a lo que denominaríamos nivel uno del infierno: la cámara arranca-lenguas y a la que van quienes siembran la discordia, calumnian, mienten y engañan a los demás. Allí se les saca la lengua, se estira y se corta con unas tijeras, lo que da pie a la capa dos donde las tijeras vuelven a tener su protagonismo. Pero eso, otro día.

El Lince