Devolviendo el favor
Hablando de guerras, hablaré de la que no se habla: la existente entre EEUU y China como consecuencia de la arrogancia del primero.
No voy a entrar en la guerra que inició EEUU durante la primera presidencia de Trump, y que perdió, sino en la de ahora. Más en concreto, en la que se viene desarrollando desde el mes de septiembre a raíz de lo que se suponía que fue un acuerdo en la reunión que tuvieron en Madrid. Lo que se publicitó de la misma fue el acuerdo de Tik Tok, mal publicitado porque es China quien sigue controlando la empresa salvo en EEUU, y con excepciones aquí. Desde entonces, y han pasado 30 días justos, EEUU ha impuesto dos docenas de sanciones o, como ellos dicen, "medidas restrictivas" a China.
Queda claro para cualquiera que tenga un milímetro de cerebro que EEUU, que está en fase terminal de su dominio, no muestra el menor interés en escuchar a sus oponentes, y menos a honrar los acuerdos, hasta que no ha sido derrotado en el campo de batalla, sea este diplomático, comercial o militar. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia china ha sido la imposición de tasas portuarias a los barcos comerciales chinos.
China ha respondido con la misma medida. Pero ha ido más allá: aumentar aún más el control de exportación para 12 de los 17 metales de tierras raras imprescindibles para casi todo, civil y militar. Ya lo había hecho antes de la reunión de Madrid, y fue por lo que EEUU aceptó esa reunión, pero ahora este control tiene unas características únicas que indican el grado de dolor que está sufriendo EEUU (y sus vasallos occidentales, léase Europa, Australia, Canadá, Japón y Corea del Sur) porque se incluye a toda la cadena de suministro. No es una simple restricción a un solo metal o a un solo artículo porque incluye minerales, tecnología y equipos. Si se tiene en cuenta que China controla el 70% del total mundial de esta cadena de suministro os podéis hacer una idea de lo que supone.
Esto es lo primero. Lo segundo es que aplica por primera vez un carácter extraterritorial que va más allá de EEUU. Si EEUU suele argumentar sus agresiones y sanciones en la "seguridad nacional", ahora China le está devolviendo el favor y las contramedidas chinas se aplican también a las aplicaciones de doble uso. Es decir, que posiblemente Occidente pueda aún fabricar cepillos de dientes eléctricos (que también llevan componentes de tierras raras) o coches eléctricos, pero será solo con lo que Occidente pueda conseguir por ahí, ese 30% que no controla China. Traducido: la producción de armamento, por ser lo más claro, occidental está en crisis por mucho que se sigan diciendo tonterías sobre el "muro de drones" y que hay que seguir mandando armas al país 404, antes conocido como Ucrania, o que la OTAN es lo más de lo más. Y no digamos nada de la inteligencia artificial, con la china DeepSeek como ganadora indiscutible a nivel mundial.
Esto ha provocado la friolera de 2 billones de dólares de pérdidas de todo lo que gestiona Wall Street. EEUU ha respondido a esto con un arancel del 100% a las importaciones chinas desde noviembre. Es la clásica forma de actuar del niño Trump ("papi", para la OTAN): acciones impulsivas y decisiones precipitadas que valen con otros, pero no con China.
Y China ha vuelto a responder: deja de comprar soja a EEUU. Cómo lo recibió Trump ha sido el hazmerreír del mundo mundial (es decir, del que piensa, no de Occidente): "no comprar nuestra soja, causando dificultades a nuestros agricultores de soja, es un Acto Económicamente Hostil". Seguro que China está temblando.
EEUU dice ahora, ayer, que todo esto esto "es un ataque sorpresa". Mira tú, el ladrón piensa que todos son de su condición. Pero no, no se equivoca: miente. China lleva desde el día 9 de octubre, más de una semana, explicando sus contramedidas a los países con que comercia, y así lo han reconocido algunos, sobre todo los asiáticos. China ha dicho en estas conversaciones que "no es un embargo universal" lo de las tierras raras, sino una demostración de cómo hay que actuar cuando EEUU se pone el mundo por sombrero. Y pide a los países que comercian con las tierras raras que presenten "información clara y veraz" de cómo se utilizan y aplican. Si hay uso militar, se pueden olvidar de ellas. Si no, se seguirán suministrando. Eso deja fuera de juego a Occidente.
¿Cómo se traduce todo esto? Pues que desde ahora los productos que contengan más del 0'1% de tierras raras chinas requerirán la aprobación china. Curiosamente (inexacto, con China no se puede usar esta palabra), es un poco más del porcentaje que EEUU impuso a Huawei hace mucho tiempo para sancionar y bloquear a esta empresa, lo que EEUU llamó "principio de contenido 0% de tecnología estadounidense". Así que China devuelve el favor a EEUU. Y con más elegancia, puesto que su porcentaje es del 0'1%.
En la política del jardín occidental, donde prima la ley del más fuerte, uno de la jungla está respondiendo de la misma manera. Y entonces los occidentales lloran. Cuando Occidente sanciona -lo que es ilegal, según el derecho internacional que a Occidente le importa una mierda- ha habido que escuchar que se hace por "seguridad nacional" o "ajustándose a las prácticas internacionalmente aceptadas" (por ellos, por supuesto).
Por lo tanto, queridos llorones, no culpéis a China por aprender tan rápido y hacer lo mismo. Ya he leído que Europa considera esto como "una amenaza injustificada para la cadena de suministro global". EEUU ha ido más lejos: "es una una toma de poder dirigida a la cadena de suministro global". Si ellos lo hacen, está bien. Si se lo hacen, está mal. Lo de "orden internacional basado en reglas". Su orden y sus reglas. La víctima convertida en verdugo. Como la resistencia palestina.
Occidente solo es bueno en la propaganda. En eso supera a cualquiera. Pero solo en eso. Lo demás es pánico y miedo porque, como siempre, subestima la respuesta de los pueblos. Y China es mucha China.
Estamos en una nueva era, en otro mundo que ya no controla Occidente aunque aún tenga en su poder algunas palancas. Hasta ahora estaba acostumbrado a establecer sus propias reglas, a no acatarlas y a exigir su cumplimiento por parte de otros. Ahora hay otros que también lo hacen. China es uno de ellos. El principal. Occidente no puede encontrar proveedores alternativos con tanta facilidad y menos con el nivel chino. La conmoción occidental, de EEUU y sus vasallos, es notoria.
China ha demostrado capacidades asimétricas inesperadas. Se sabía, se intuía, pero no se creía porque no era la forma de actuar de nadie frente a Occidente. Eso ya es historia.
El Lince
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