lunes, 1 de diciembre de 2025

Entre Saigón y Kabul está Kiev

Una pequeña clase de geografía... geopolítica porque mañana es el gran día, o uno de los grandes días: el enviado especial de EEUU para el país 404, antes conocido como Ucrania, se reunirá con Putin a media tarde. Sabremos con algo más de detalle si Rusia está dispuesta a ceder algo en sus objetivos o se mantiene en ellos. Os recomiendo que releáis lo que publiqué a finales de octubre, con el enfrentamiento entre militares y políticos, y lo penúltimo, hasta hoy, con el plan que presentó Rusia a los neonazis en la última reunión que tuvieron en junio y en el que os recomendaba esperar un poco. Yo en eso estoy, en esperar un poco.

Pero mientras, sí merece la pena establecer una analogía del modo de comportamiento de EEUU en sus dos grandes desastres, Vietnam y Afganistán, porque se está enfrentando al tercero: el país 404.

Aquí, el Occidente colectivo está sufriendo una derrota estratégica total y es "la gasolinera disfrazada de país" quien se la está propinando. Por mucho que el estercolero mediático siga insistiendo en lo mismo una y otra vez, en plena disonancia cognitiva, los hechos son los que son: el ejército ruso está haciendo progresos constantes en todos los puntos clave, la industria de defensa da cien vueltas a toda la OTAN en la producción de armamento y el ejército de los neonazis, lo que queda de él, está ya en su cuarta reorganización (lo que significa que las otras anteriores han sido aplastadas).

Siempre hay psicópatas que creen que otro lote de misiles, otros avioncitos y/o el robo final de los activos monetarios rusos tienen la capacidad de "cambiar el rumbo de la guerra". Pero esto no son más que alucinaciones psicotrópicas, un mecanismo de defensa psicológico de unas élites que no se atreven a reconocer lo obvio: que han perdido.

Esto es lo que está reconciendo EEUU, por muchas idas y venidas, como los meandros de un río, que esté dando: que se han agotado los recursos humanos, fondos, armas y tiempo político para doblegar a Rusia. Porque EEUU quiere centrarse en China y, para ello, necesita lo que le queda de esos recursos.

Si se echa la vista hacia atrás -y muchos de nosotros somos muy buenos en la historia pasada, pero muy malos en la historia presente- la trayectoria de EEUU bajo la presidencia de Trump se puede ver que se está en la fase final. Solemos olvidar que en la primera presidencia de Trump fue cuando se dio alas a los neonazis con la integración en la OTAN, el armamentismo, la agresión al Donbás y el incumplimiento de los acuerdos de Minsk. Eso se plasmó en la integración de los neonazis en la estructura de mando de la OTAN, en la puesta a disposición de los neonazis de inteligencia estadounidense y en el envío masivo de armas. Eso y la campaña, que ya va por el cuarto año, de "el ejército ruso está a punto de colapsar", al igual que su economía, etc, etc.

Lo que estamos viendo se parece, como una gota de agua a otra, a lo que en la guerra de Vietnam se llamó "intervalo decente", por unos, y "periodo de amortiguación" por otros. Esto se puede fechar en dos años, 1971-1972 y fue el preludio de la retirada de tropas estadounidenses y el colapso del "gobierno" colaboracionista de Vietnam del Sur en 1975. Lo mismo ocurrió en Afganistán en 2021, preludio de la retirada de EEUU en 2024.

En este caso la retirada de EEUU es más una transferencia de riesgos que otra cosa: el fracaso estratégico es de los neonazis, pero también del zombi europeo (más Gran Bretaña) mientras que EEUU siempre puede apelar a su opinión pública, muy fracturada en estos momentos, incluido el famoso "movimiento MAGA", diciendo que ha hecho lo posible para terminar con un conflicto que está desangrando al país. Por eso ni el bufón Zelenski ni el zombi europeo son relevantes, porque todo quedará en manos de EEUU y de Rusia.

Lo que estamos viendo en estos momentos es que en EEUU se está evitando otro "momento Saigón" (hoy esta ciudad se llama Ho Chi Minh) y otro "momento Kabul" y sus icónicas retiradas en helicóptero que aunque no se den literalmente en el caso de Kiev se interpretarán igual.

Tanto en Vietnam como en Afganistán de lo que se trataba es de mantener la reputación de EEUU tanto a nivel nacional como internacional, y aún así no se logró. Esa es la obsesión de Trump. Aun siendo conscientes en EEUU que ambas guerras estaban perdidas se alargaron varios años más con el vano intento de retrasar lo inevitable. Igual que ahora. No se trataba de lograr la victoria, sino de cómo encubrir la derrota. Igual que ahora.

¿Recordáis cómo al principio de todo esto del país 404 se nos dijo que los rusos robaban lavadoras para reutilizar los chips en su armamento obsoleto? O cómo se les terminaban los tanques, los aviones, los... y que había que derrotarlos en el campo de batalla (sic). Eso era 2022-2023. Luego, a finales de ese año y durante todo 2024 se nos habló de "estancamiento" y ahora de "una paz justa". Cada vez es más evidente que la capacidad rusa de librar una guerra de desgaste y de mantener una capacidad de combate sostenida le han llevado a una tener una ventaja abrumadora. Esto ya no se puede ocultar más tiempo. Como no se puede ocultar más tiempo que el armamento occidental, estadounidense incluido, no es en modo alguno las "wunderwafen", las armas maravillosas del que hablaban los nazis en 1941-1945 y que ardieron exactamente igual que hoy arden sus sucesoras.

Todo esto tiene un matiz político innegable, aunque para desgracia nuestra no hay nadie en Europa que recoja el testigo. Las similitudes Vietnam-Afganistán-país 404 son tan evidentes y claras que están cayendo como losas en EEUU. Y las propagandas, o sea, las mierdas que lanzan un día y otro los del estercolero mediático son idénticas en estos tres casos.

Pero cada vez hay más fisuras porque la situación actual es difícil, muy difícil de ocultar. Rusia avanza, su economía no se hunde y su pretendido aislamiento solo queda en la enfermiza cabeza de los psicópatas. Es también difícil de creer que EEUU, que ha visto cómo el material enviado al los neonazis y valorado por lo bajo en 175.000 millones de dólares está haciendo bonitas fogatas, intente cambiar de papel y pase a ser un "mediador neutral". Es de suponer que los rusos no son tan ingenuos, aunque nunca se sabe con el Kremlin si bien la presión de los militares es cada vez mayor.

Veremos mañana si Rusia se mantiene en eso de "decir que sí verbalmente pero no aceptar realmente en el fondo", en si evita humillar a EEUU para resaltar aún más la impotencia e insignificancia de sus vasallos europeos. Si de la reunión de mañana sale algo habrá que trasladar el debate hacia la OTAN, su irrelevancia y su durabilidad. Porque la OTAN está herida de muerte con su estrepitosa derrota en el país 404.

En Occidente ya no se sabe historia y por eso se reinterpreta y se reescribe. Pero la Historia siempre resuena con un ritmo asombroso y el país 404 no es más que una nota de ese mismo ritmo.

El Lince