Ni sí, ni no
Lo que estoy viendo de las elecciones en Turquía es muy contradictorio. Lo que yo analizo no tanto. Me explico. Ha ganado el AKP, como era previsible y por lo que apostaba todo el mundo occidental. La visita de Merkel a Erdogan unos días antes de las elecciones tenía como objetivo no sólo reforzar su figura sino apostar de forma clara por el AKP. En ese sentido, objetivo logrado. EEUU también se ha felicitado por el triunfo. Los empresarios del mundo mundial, también. Mirad con qué entusiasmo han hablado de las elecciones: "El festival de la democracia", "Se acabó la inestabilidad", "Un gobierno apto para la creación de negocios", "Los negocios prefieren invertir en un entorno político predecible", etc. Por lo tanto no os parecerá extraño el funcionamiento de la Bolsa de Estambul ayer lunes.
Así que todos contentos, aunque no tanto como parece.
Resulta que la victoria clara del AKP hay que matizarla un poco y, tal y como os dije, la figura de Erdogan no es ya un activo en sí. Había planteado las elecciones con dos objetivos: lograr la mayoría absoluta, que sí lo ha conseguido, y lograr que esa mayoría fuese tan amplia que fuese de dos tercios del parlamento para así poder cambiar la constitución, que no lo ha logrado. De nuevo, el responsable de ello ha sido el HDP, los pro-kurdos que aunque han perdido casi un millón de votos -ha sido muy difícil votar en las zonas kurdas y el fraude electoral en esta zona es incuestionable- superan a los nacionalistas en número de escaños y evitan esos dos tercios. Así que si se quiere cambiar la constitución, hay que negociar con alguien. O sea, que se está casi en la misma situación que en el mes de junio.
Aquí entra en juego lo que os decía de que hay sectores que están algo hartos de Erdogan y su egocentrismo. Y aquí entra en juego el verdadero vencedor de las elecciones, el primer ministro Davutoglu. Va a ser divertido observar cómo el AKP equilibra los poderes entre ambos.
Erdogan es un demagogo de primera y no va a tener ningún escrúpulo en unir al islamismo que representa el AKP con el nacionalismo pro-fascista del MHP. Un cóctel al que no es ajena la Unión Europea, donde el neofascismo avanza como una mancha de aceite en una hoja de papel. Gran parte de los votos del MHP ya han ido al AKP, por lo que la absorción está más que hecha de facto. Así que vamos a ver pronto en Turquía una mayor, aún, represión contra la izquierda y contra todo lo que suene a "disidencia", real o intuida.
Eso a nivel interno, porque a nivel externo Turquía tiene ahora un dolor de cabeza con Siria y las posturas que se van acercando con cuestiones como la integridad territorial del país árabe. Eso afecta a los kurdos y a cómo se va a gestionar la cuestión del autogobierno de Rojava. Este asunto es crucial para Turquía. Porque mucho me temo que Rusia va a formar parte de la solución, y ésta no va a ser favorable a las pretensiones kurdas. O mucho me equivoco o Rusia no va a animar, precisamente, a los kurdos a que sigan adelante con sus aspiraciones de unificar los cantones y crear una zona autónoma en el norte de Siria.
Pero eso, al mismo tiempo, va a ser la baza que va a jugar Rusia con Turquía para que se vuelva a poner en funcionamiento la construcción del oleoducto que ahora está parado. el Turk Stream. De hecho, hoy he leído una curiosa noticia en la que dice que Turquía ha pedido a Rusia una rebaja del precio del gas como contrapartida para volver a reiniciar los trabajos.
Así que ni sí, ni no. El AKP ha ganado, sí, pero tiene aún muchas cuestas que subir y mucho rechazo que pulir.
Quedan dos cuestiones por mencionar. La primera, si el HDP va a hacerse una autocrítica por descuidar el trabajo social y centrarse sólo en el trabajo institucional. Desde junio a noviembre apenas ha existido como partido en la calle y se ha visibilizado únicamente como partido "parlamentario". Mientras arreciaba la guerra del estado turco contra la guerrilla del PKK el HDP se ha limitado a hablar en periódicos y televisiones, sin volcarse en la calle ni organizar movilizaciones de rechazo a los ataques. Eso le ha restado votos por la derecha -por su pretendida vinculación con el PKK- como por la izquierda bajo la acusación de "pérdida de potencial democrático y vínculo con la calle". Lo que estoy viendo de críticas al HDP, pese a haber logrado mantenerse por encima del 10%, va en ese sentido y en la necesidad de radicalizar su política y su estrategia. La segunda cuestión, es qué va a hacer el PKK, que mantuvo una tregua en la última fase de las elecciones para no perjudicar al HDP. Sobre ésto habrá que esperar a ver cuáles son los análisis que hace, y no sólo de la situación actual en Turquía sino en lo que se está discutiendo sobre Siria.
El Lince
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