lunes, 1 de septiembre de 2025

La penúltima advertencia

Un occidental siempre pensará como un occidental. Por mucho que intente acercarse analíticamente a tal o cual país, siempre, lo que se dice siempre, estará atado a su origen, a su entorno y a su ideología. No tener esto en cuenta es no saber que hay noche y día. Y, a lo mejor, hay que dejar de referirse a los occidentales como occidentales y hablar de ellos como lapones, es decir, como habitantes donde hay épocas largas del año donde no hay día o donde no hay noche.

Esto es aplicable a quienes todavía andan dando vueltas a su cabeza intentando explicarse por qué los BRICS no condenan explícitamente el genocidio de Gaza (sin tener en cuenta que no es una alianza política, sino económica y con intereses muy diversos) y, por ello, cuentan -hasta ahora- con instituciones poco eficaces como el Nuevo Banco de Desarrollo. Aunque este banco sigue creciendo con nuevas incorporaciones, aún está muy lastrado por la burocracia y por la dependencia del dólar lo que conlleva poca eficacia. Es lo que los más entusiastas denominan "que no actúa con todo su potencial". Es cierto, hasta ahora, sobre todo porque países como India siempre han sido muy reacios a distanciarse en exceso de Occidente, de EEUU en particular, con la desdolarización.

Eso está cambiando. Obsérvese que digo está, no que puede estar. Es decir, gracias al neocolonialismo congénito occidental, tanto de EEUU como del zombi europeo, India está girando de forma visible en su política exterior cuando ve cómo se le imponen aranceles porque compra petróleo ruso, un acto de soberanía, y se le amenaza con otro tipo de represalias económicas desde Europa por lo mismo. 

Porque la presencia de India en la cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghai ha sido determinante para que se haya aprobado algo que venía arrastrándose desde el año 2021: la creación del Banco de Desarrollo de la OCS. Las consecuencias estratégicas de un hecho de tal relevancia son enormes porque lo que se ha acordado es que este banco realice operaciones en moneda propia de los países integrantes en un porcentaje del 40%. El NBD de los BRICS lo hace en un 30%. Esta es ya una diferencia notable entre una y otra institución. Una acaba de fundarse, cierto, y la otra lleva años de recorrido, pero la distancia que separa una de otra es enorme a pesar de ese 10%.

Y es enorme porque el volumen comercial entre los países OCS es importante. Y es enorme porque la decisión va acompañada de trabajar en la sincronización de las alternativas al SWIFT occidental que ya existen: el Sistema de Pagos Interbancarios de China (CIPS), el Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS) ruso y la Interfaz de Pagos Unificados (UPI) india. Las tres potencias que más están creciendo en el mundo en estos momentos, sobre todo China e India, están creando y fortaleciendo una alternativa del todo inmune a cualquier presión o sanción occidental.

La declaración final de la cumbre da un paso más: "Los Estados miembros destacaron el importante papel del Consorcio Interbancario de la OCS, señalando que después de 20 años de desarrollo, el Consorcio Interbancario de la OCS se ha convertido en un mecanismo favorecido en el campo financiero, y abogaron por acelerar la resolución de la cuestión de los bancos autorizados de la República Islámica de Irán para unirse al Consorcio Interbancario". El nuevo Banco de Desarrollo de la OCS no nacerá de cero, sino de este Consorcio Interbancario, lo que hace que ya haya medio camino andado.

El apoyo que se da a Irán para evitar la asfixia que pretende Occidente es muy claro, como lo es la condena expresa que se hace del ataque lanzado por el IV Reich sionista, antes conocido como Israel, y EEUU en junio: "Los Estados Miembros condenaron enérgicamente la agresión militar lanzada por Israel y los Estados Unidos contra Irán en junio de 2025. Esos actos agresivos contra instalaciones civiles, como las instalaciones nucleares básicas, han causado víctimas civiles, han violado gravemente las normas del derecho internacional y los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, han vulnerado la soberanía y la integridad territorial de Irán, han socavado la seguridad regional e internacional y han tenido graves consecuencias para la paz y la estabilidad mundiales". Mucha más claridad que la declaración de los BRICS, por cierto. Entonces los países árabes e India presionaron para una menor contundencia en la condena, ahora no hay países árabes por medio e India se ve amenazada por EEUU, lo que cambia la cuestión.

La OCS adquiere el compromiso de que el 40% del comercio entre sus integrantes tiene que realizarse en sus propias monedas, lo que es un golpe a la línea de flotación de la hegemonía occidental. El riesgo sistémico que para muchos países del mundo supone la agresión occidental desaparece un poco más.

Lo que tienen en común el NBD de los BRICS y este de la OCS es que son alternativas al FMI, aunque una ande todavía coja. No son complementos del FMI ni del BM. Estos dos últimos si por algo se caracterizan es por la imposición de políticas que destruyen a los pueblos: supresión del gasto público, privatizaciones y entrega de mercados a las multinacionales occidentales. Por muy mal que actúe el NBD, es algo que no ha hecho y tampoco lo hará el BDOCS.

Esta es la razón por la que Putin dijo que hay 10 países que quieren incorporarse a la OCS, aunque en esta cumbre solo se ha aceptado a uno, Laos, como nuevo "socio de diálogo". El Sur Global está buscando salir de la asfixia occidental y ahora tiene dos estructuras claras para irlo haciendo. La OCS es así, y ahora hay que añadir Laos.

Dicho esto, y terminada la cumbre de la OCS, la conclusión es clara: es la penúltima advertencia de China a Occidente.

Ha sido, sin duda alguna, un triunfo diplomático para China y esa era también la clara intención de los otros dos actores principales, Rusia e India. Ha quedado claro lo que os dije en la penúltima entrega donde hablaba de la importancia de este evento y de que en él Putin iba a explicar a los países participantes la postura rusa en el país 404, antes conocido como Ucrania. Así ha sido. 

Pero esto, con ser importante, no lo es tanto como lo que ha representado para China: se han aliviado de forma muy clara algunas de las tensiones y relaciones complejas, por utilizar un lenguaje diplomático, que tenía con los países del Sudeste asiático como consecuencia de los recelos sobre las supuestas pretensiones chinas de dominio sobre la zona. De todos los países con algún tipo de conflicto con China solo uno, Filipinas, no ha estado en la cumbre de la OCS. Eso en sí es ya una bofetada a EEUU que lleva años intentando utilizar a estos países en su política anti-china. Otra bofetada a EEUU en un momento crucial.

La ecuación existente entre los países asiáticos de unirse para luchar por sus intereses contra las amenazas e injerencias occidentales o capitular ante ellas y acentuar su estado de dependencia y saqueo neocolonial por Occidente ha sido respondida como se debía responder. Por eso en la declaración final se lee lo siguiente. "Los Estados miembros de la OCS reiteraron la importancia de promover un nuevo tipo de relaciones internacionales basadas en el respeto mutuo, la equidad, la justicia y la cooperación mutuamente beneficiosa, construyendo una comunidad de futuro compartido para la humanidad y entablando un diálogo basado en el concepto de "Una Tierra, un Hogar, un Futuro". Instaron a la comunidad internacional a participar en la Iniciativa de la OCS sobre Solidaridad entre los Estados Miembros para un Mundo Justo, Armonioso y en Desarrollo".

Junto con el desfile que veremos pasado mañana, esta es la penúltima advertencia de China a los intentos agresivos de EEUU y de sus vasallos. Es la muestra de una gestión colectiva de Eurasia unida contra el neocolonialismo occidental, una muestra de que el fortalecimiento interno de la OCS está garantizado.

 El Lince