viernes, 28 de octubre de 2022

Girasoles marchitos

Van Gogh estaba como un cencerro, pero era un pintor genial. Vendió tres o cuatro cuadros en vida, en su tormentosa vida, pero a su muerte se convirtió en un genio y en un revolucionario de la pintura. Si os hablo de "Los girasoles", rápidamente situáis al artista y a la obra. Si os hablo de "Cuatro girasoles marchitos" no tendréis ni idea de qué os estoy hablando, pero también es otra de sus obras. Entre la exuberancia de colores de la primera y los grises de la segunda hay un año de diferencia.

Muchos más años de diferencia hay entre la exuberancia de Los Verdes alemanes y la decadencia marchita de ahora. Todo un ejemplo de lo que hay detrás de la "progresía" europea: si la visibilización de la decadencia marchita de toda esta peña comenzó con Syriza en Grecia, lo que estamos viendo de los niñatos y niñatas alemanas deja en pañales a los griegos. Porque esta gente son enemigos de todo lo emancipatorio. En estos momentos no hay nadie en Europa, y cuando digo nadie digo nadie, ni siquiera los neofascistas, tan serviles al poder como ellos y tan reaccionarios. Aunque se vistan de verde, o precisamente por eso.

Entre los días 14 y 16 de octubre celebraron en Berlín su conferencia anual, su congreso. Podía haber hablado de ello, pero con el XX Congreso del Partido Comunista de China por medio, un evento crucial para el devenir del mundo en los próximos años, lo de esta peña marchita y decadente podía esperar. 

Y aquí estoy con ello. Si hay un evento repulsivo, es este de Los Verdes: 817 delegados y delegadas hicieron pequeño el belicismo de EEUU. Si alguien tenía dudas de por qué se llama a Los Verdes  "la sucursal alemana del Partido Demócrata de EEUU", viendo lo que pasó saldrá de dudas. No solo se rechazó la historia del partido en favor de la paz, el desarme, la protección del medio ambiente y la eliminación de la energía nuclear, sino que con un cinismo sin igual se justificó el cambio en todo esto por "la agresión rusa a Ucrania". La culpa de este giro la tiene Putin, faltaría más.

Hubo voces críticas con todo ello, por supuesto, pero fueron muy minoritarias y derrotadas con estrépito. Quienes se oponían a que Alemania continuase suministrando de armas a los neonazis ucranianos fueron derrotados con el argumento de que "los ucranianos no pueden defenderse con girasoles". Y apareció la más fanática, la más fascistoide en estos momentos, la que dijo que le importaba una mierda lo que pensasen "sus" votantes y que seguiría apoyando a Ucrania, la gran estrella del circo capitalista, Annalena Baerbock: "apoyamos a Ucrania no a pesar de ser un partido de la paz y los derechos humanos, sino porque somos un partido de la paz y los derechos humanos". ¡Toma ya, los neonazis ucranianos a los altares!

El congreso de Los Verdes fue explícito: "tenemos que entregar más armas, tenemos que reaccionar más rápido; el tiempo de las vacilaciones ha terminado". Es de suponer que, por ejemplo, Irán diga y haga lo mismo con los hutíes de Yemen, que están siendo masacrados por Arabia Saudita con los aviones que les ha vendido Alemania. Puestos a no vacilar, hay mucha gente que no vacila en absoluto. Pero claro, el jardín occidental es el jardín y lo otro es selva, una asquerosa y amenazadora selva

Porque estos encantadores muchachitos y muchachitas, tan progres y tan verdes, como grandes defensores del jardín occidental, aprobaron la continuación de las exportaciones de armas alemanas. Entre otros países, a Arabia Saudita. De nuevo la encantadora Annalena a la carga: "si Alemania se retira del proyecto conjunto europeo que produce armas para Arabia Saudita, aumentarían los costes de equipamiento de la Bundeswehr (Ejército) y, por lo tanto, faltaría dinero para las prestaciones sociales". Así que ya lo sabéis, niños y niñas progres: los gastos sociales se sostienen con la exportación de armas. Ni más ni menos.

¿Todo en orden? Pues no. Rusia es mala, pero China es peor para esta peña. "China amenaza nuestro modo de vida democrático, y por eso tenemos que tomárnoslo muy en serio".

Ni una crítica, por pequeña que hubiese sido, a las sanciones (ilegales, según el derecho internacional aunque no según el "orden basado en reglas" occidental). Todo en orden y dentro del cánon del jardín colonial.

Los Verdes son, como todos los "progres", otra expresión de la derecha; una derecha moderna vestida de verde y desinhibida. Como dijo uno de sus presidentes (tienen dos, un hombre y una mujer, que en eso son muy paritarios) "somos portadores del Estado". Sin complejos y sin tapujos. No es extraño que todos los medios de propaganda lanzasen flores sobre Los Verdes con comentarios que les sonrojarían si fuesen en realidad "progres". Uno de ellos lo definió de forma gráfica así: "Hoy Los Verdes siguen siendo radicales, pero radicalmente realistas... las consideraciones éticas son para el ayer". 

Y si esto no es extraño, mucho menos el que las principales empresas alemanas patrocinasen la conferencia.

¿A que son un encanto? Y ecologistas, además. Aquí están, lo podéis ver en este panel, la patronal Gesamtmetall (industria armamentística), Bayer ( química), la Asociación Federal de Empresarios de la Vivienda e Inmobiliarios, la cadena de supermercados Lidl (que tendréis casi seguro en vuestra ciudad), y así. 

Los empresarios alemanes están pagando a Los Verdes por los favores recibidos. Por ejemplo, cuando en un referéndum oficial en la ciudad de Berlín en octubre de 2021 estos simpáticos niñatos, junto con sus socios del SPD que se dice socialdemócrata, se negaron a cumplir el resultado porque este fue favorable de forma abrumadora a la expropiación a los grandes propietarios de viviendas de alquiler. Los Verdes dijeron que "tomaban nota" del resultado, pero que no era vinculante y pidieron a las empresas propietarias de viviendas "generosas donaciones" para evitar su expropiación y socialización como se aprobó en el referéndum. El resultado es el que veis, las empresas inmobiliarias están tan agradecidas que financian su conferencia anual. En este caso, Roma sí paga a traidores.

No contentos con ello, Los Verdes dieron ayer otro paso más en su decadencia marchita: se opusieron hasta el final a que una empresa china se hiciese con una importante participación en la gestión del puerto de Hamburgo. El gobierno alemán llegó tras muchas discusiones a un compromiso para permitir que los inversores chinos adquirieran una participación en el puerto del 24'9% (la inversión inicial prevista era del 35%). Según la ley alemana si una empresa adquiere el 25% de algo tiene derecho de veto en las decisiones, por lo que los chinos no lo tendrán en el puerto. Esto es algo menos de 60 millones de euros, pero a Los Verdes les parecía que, según acordaron en su conferencia, "amenaza la seguridad nacional" de Alemania, además de "nuestros valores". Ningún reaccionario oficial lo hubiese expresado mejor.

A Los Verdes, los niños bonitos del capital, no les preocupa que el capital alemán controle puertos extranjeros. En Ghana, por ejemplo. La firma alemana Sellhorn Ingenieurgesellschaft mbH controla la mayoría del capital del puerto de Keta desde 2021. Eso no "amenaza la seguridad nacional" de Ghana, por supuesto, ni pone en solfa sus "valores" puesto que aquí el jardinero está cuidando que la selva no se coma el jardín europeo y occidental. En la actualidad ese puerto está en construcción y la propaganda alemana afirma que "su puesta en servicio ofrecerá, además de puestos de trabajo, nuevas oportunidades para la industria portuaria de Ghana. También será una puerta de entrada privilegiada para los países vecinos sin litoral, a saber, Burkina Faso, Níger y Malí". Animo a los chinos a que digan algo similar del puerto de Hamburgo, a ver si cuela y les amplían su participación hasta el porcentaje inicialmente previsto.

Los Verdes son el Estado alemán en la misma proporción que son una amenaza para cualquiera que tenga un mínimo de cerebro. Ellos no son responsables de la situación social, ni de la sonrojante profundización de la brecha entre ricos y pobres, ni de nada. Rusofobia y chinofobia teñida de verde. Pero hace mucho tiempo que los girasoles están marchitos.

El Lince

lunes, 24 de octubre de 2022

Un apacible fin de semana

El XX Congreso del Partido Comunista de China ha terminado este fin de semana con la aplastante derrota de los neoliberales y partidarios de un compromiso con Occidente. En un mensaje claro y directo, la expulsión de Hu Jintao del pleno final, en directo y retransmitido a toda la galaxia, ha dejado claro que China no solo no va a retroceder ante los ataques occidentales, sino que está dispuesta a contraatacar.

Un contraataque que tiene varias vertientes y un eje principal: Taiwán. Porque lo que se va conociendo de qué pasó tiene que ver con Taiwán y el intento de ese sector de mantener el statu quo con EEUU, algo inaceptable para la nueva dirección tras la provocación abierta que supuso la visita de la abuela Pelosi

Estamos asistiendo al final de la "era Deng" en China. Un final aún lento, pero inexorable. Deng, allá en un lejano 1981, dijo que había que iniciar un nuevo camino en China "sin teoría", es decir, relegando -nunca se pudo eliminar del todo- el marxismo. Sus sucesores, Jiang Zemin y Hu Jintao, lo aplicaron al pie de la letra, ampliando rápidamente el papel del mercado en la economía interna e impulsando ese movimiento con una postura en política exterior que engarzaba a China con el "orden económico y político" mundial que hegemonizaba EEUU. Es decir, se subordinaba la soberanía de China al crecimiento económico.

Jiang tiene 96 años y ya no es nada más que un antiguo dirigente sin peso en el Partido; Hu tiene 80 años y es cierto que tiene problemas graves de salud, como han dicho los chinos, y que esa fue una de las razones para "ayudarle" a dejar el pleno. Pero también lo es que aún conservaba un importante papel en el Partido con un alto número de acólitos pro-occidentales. Y ese papel lo intentó ejercer, hasta el punto de saltar la línea roja actual de China: Taiwán. 

Si hay que creer lo que dicen los chinos, y para eso hay que leer a los chinos y no a los occidentales, Hu y los suyos pelearon hasta el último momento en un aspecto crucial: que no apareciese en el documento final del Partido la expresión "no renunciamos a la fuerza" como último recurso para recuperar Taiwán con el argumento de que "los chinos no hacemos la guerra a los chinos". Su intervención en el congreso fue también que había que mantener "buenas relaciones con EEUU para mantener la senda del crecimiento económico". Un discurso rancio tras lo ocurrido en estos cinco años desde el anterior congreso, con aranceles, sanciones, presiones y provocaciones constantes (AUKUS, QUAD, etc.) y en unos momentos en los que, además, no solo EEUU sino el Occidente colectivo están en regresión política, económica y geoestratégica.

No solo eso. También se ha acusado a ese sector de ser el responsable, por su laxa política neoliberal y de dejar hacer a los capitalistas chinos, de la crisis inmobiliaria que se desató en China hace un año y que aún se está resolviendo. El Estado obligó a las inmobiliarias en apuros a ceder las viviendas construidas a los ayuntamientos, estos impusieron unos precios máximos -introduciendo importantes descuentos al precio inicial- y se ha logrado abaratar sustancialmente el coste que la ciudadanía china reserva para gastos de alojamiento en 51 de las 70 principales ciudades chinas en población.

Por eso hay que centrarse en otros elementos: la nueva dirección de China está compuesta por personalidades que a lo largo de su trayectoria han mostrado firmeza de principios y, sobre todo, "capacidad de resistir a los países occidentales bajo la presión de las sanciones". Esto es determinante.

Se ha puesto fin a los gobiernos pragmáticos y no ideológicos, se ha puesto fin a los acomodaticios y complacientes con Occidente aunque este Occidente agrediese a China. Punto final. China, tras el XX Congreso del PCCh, deja claro que no busca el conflicto -como es su postura tradicional-, pero que no lo rehuye si se le impone.

Y como era más que previsible, Occidente está en estado de choque. Por varias razones: la primera, por el tercer mandato de Xi, a quien ya se califica de "dictador de por vida", de "nuevo emperador" y cosas así; porque "no hay reformadores económicos en la nueva dirección", y porque, en consecuencia, "la nueva configuración política implica más solidaridad al más alto nivel, lo que puede conducir a una ejecución de políticas más efectiva y a cambios en las posturas políticas actuales".

Como os dije en la anterior entrega, hay que tener en cuenta que cuando Occidente critica algo, ese algo debe entenderse como un cumplido involuntario de lo que se critica y aquí tenemos una nueva evidencia: se está reconociendo que había fuerzas en en interior del PCCh favorables a las posiciones occidentales. Se está reconociendo, por lo tanto, que lo que ha ocurrido en este apacible fin de semana era inevitable según está el mundo.

El Lince

jueves, 20 de octubre de 2022

El pensamiento muerto que está vivo

De unos años a esta parte los "progres" occidentales (y, por supuesto la burguesía) vienen insistiendo en que el marxismo no existe y que, cuando alguien lo recoge, no es más que un pensamiento muerto sin influencia en la realidad. Esta es una forma como cualquier otra de regar el "jardín" occidental, lo riegue Agamenón (Borrell) o sus porqueros "progres". Si no fuesen patéticos, que lo son, nadie debería sorprenderse por lo que están diciendo del XX Congreso del Partido Comunista de China y que no es otra cosa que su versión edulcorada para papanatas de lo que dicen los medios de propaganda occidentales: que si el tercer mandato de Xi, que si control del poder, que si las amenazas contra Taiwán, que si... El primitivismo "analítico" es una muestra de su primitivismo general. 

Quieran o no, que quieren, su visión no es otra cosa que la del mundo occidental. Porque ni siquiera tienen en cuenta que cuando Occidente critica algo, ese algo debe entenderse como un cumplido involuntario de lo que se critica. Y así llegamos a este crucial congreso, el evento más importante no ya de este año sino de los próximos porque es lo que va a definir el mundo en este tiempo. Pero resulta que las conclusiones, que conoceremos en toda su amplitud en los próximos meses, tienen unos precedentes que se han venido desarrollando estos cinco años transcurridos desde el XIX Congreso y que tienen como eje el indudable peso que tiene la influencia del pensamiento marxista (incluso los chinos se atreven a hablar de marxismo-leninismo) en las decisiones que se están tomando.

Como todo lo que se refiere a China, hay que huir de la dicotomía clásica occidental de o yo o contra mí o del blanco y del negro, al igual que no se puede aceptar acríticamente todo lo que llega de China. Es decir, no se puede, ni se debe, considerar a China como el faro revolucionario mundial al mismo tiempo que no se puede sostener que es un país capitalista más. Y hay mucha gente supuestamente "progre" que se sitúa, sobre todo, en la segunda posición porque sus análisis están trufados de otros previos realizados por occidentales, siguiendo los parámetros occidentales.

Si en Occidente el marxismo se considera muerto, no digamos uno de sus conceptos clásicos, la lucha de clases. Sin embargo, la lucha de clases en China nunca ha desaparecido y ahora se está viendo de forma mucho más clara. Para Occidente, la "desaceleración económica" de China es presentada como el principio del fin del intento chino de ser alguien en el mundo. Acostumbrados a que el "jardín" se regaba con "la fábrica del mundo" se encuentran, de repente, con que ya no es así. No es solo la crisis de Ucrania, que también; no son solo las agresiones "democráticas" occidentales en forma de sanciones, que también. Son las decisiones políticas adoptadas por China y puestas en el papel en 2020 cuando se aprobó el XIV Plan Quinquenal y que se sancionan en las resoluciones de este congreso crucial. Y entonces se llega a la conclusión de que la tan traída y llevada "desaceleración", como sostiene Occidente, tiene mucho que ver con el aumento de la intervención estatal en la economía. Justo la antítesis del capitalismo occidental.

En este XX Congreso se está reforzando el control de lo público sobre lo privado y se está enfatizando la redistribución de la riqueza. Occidente lo ve, los "progres" no. Los analistas occidentales ya están diciendo que esto va a provocar una "caída de la confianza empresarial que reducirá la inversión privada", que "decae el atractivo para los inversores extranjeros" y que "las élites empresariales están asustadas por la campaña anticorrupción por la naturaleza arbitraria de un sistema judicial controlado por el partido comunista". Los occidentales nunca hacen lo más mínimo por comprender otro pensamiento que no sea el suyo, otra cultura que no sea la suya, y la china es milenaria: hay un dicho que dice que "es mejor ofender a unos pocos que no defraudar a miles". Occidente estará ofendido, los casi 1.500 millones de chinos seguro que no.

Porque este tema también ha sido abordado al reconocer sin tapujos que "existían graves amenazas ocultas al interior del partido, del país y de las fuerzas armadas" de carácter corrupto. Eliminar estos elementos dañinos dentro del PCCh está siendo determinante para la renovada confianza en el PCCh a nivel social. La corrupción fue una de las lacras del PCUS y una de las razones de la descomposición moral y social que llevó a la desaparición de la URSS.

Y lo ven también otros fuera de Occidente. Ven que lo que Occidente considera "obstáculos para la prosperidad", es decir el libre mercado como la única herramienta -a pesar de los desastres que ha generado y está generando-, es lo que realmente funciona, que el secreto del crecimiento chino está siendo el sólido control de las fuerzas del mercado por parte del Estado (de nuevo hay que remitirse al XIV Plan Quinquenal"). Este XX Congreso sanciona la visión marxista de un mayor control del Partido sobre el sector privado, la expansión del papel de las empresas estatales y la búsqueda de la "propiedad común" ya esbozada en el XIV Plan Quinquenal a través de la redistribución de la riqueza. Y aquí Xi Jinping ha jugado un importante papel.

El objetivo es "la transformación de China en un gran y moderno país socialista en todos los aspectos", y ese objetivo tiene dos etapas: la primera ya se está recorriendo y terminará en 2035 y la segunda comenzará entonces y terminará en 2049. Por lo que se lee en los documentos, esta "modernización con características chinas" aprovecha la globalización, sí, pero desecha los "subproductos perversos asociados con los modos occidentales de modernización: la hegemonía y la colonización".

Para ello, se pone el énfasis no en el crecimiento económico al estilo occidental, a cualquier costo, sobre todo el social, sino en el "crecimiento cualitativo", "igualando los ingresos de los diferentes grupos de la población y elevando las áreas rurales a los estándares del estilo de vida urbano teniendo en cuenta la preservación del medio ambiente".

De este congreso salen muchas cosas relevantes, una de ellas es la importancia de la geopolítica y el compromiso de China de contribuir a la creación de "un sistema internacional más equitativo y justo", con lo que da por hecho que ahora no lo hay -y que es a lo que se aferra con desesperación un Occidente moribundo-. China defiende el derecho internacional, y no eso de "orden basado en reglas" occidental, y por ello es el principal país en defender el multilateralismo lo que, a su vez, le ha granjeado un mayor carisma e influencia internacional.

Una de esas cosas relevantes es que en este congreso se ha vuelto a resaltar la "asociación estratégica integral de coordinación entre China y Rusia en la nueva era", lo que en estos momentos clave para el mundo como consecuencia de la guerra de EEUU-OTAN contra Rusia adquiere una importancia añadida a pesar de las consabidas referencias a que "las relaciones entre China y EEUU se adhieran a la dirección correcta de los tres principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de beneficio mutuo" y a algo parecido respecto a la UE.

La conclusión es lógica: "Frente a la contención externa, las sanciones, la supresión y la interferencia irrazonable hemos lanzado una lucha de ojo por ojo firme y poderosa". Es decir, que soberanía nacional, desarrollo y seguridad van unidos de manera inexorable. China ya no se calla.

China tiene claro que vienen tiempos turbulentos porque Occidente se resiste a perder su hegemonía matando, pero también que las fuerzas del cambio histórico están impulsando a muchos países, y no solo a China, a ir hacia adelante abandonando el camino occidental. El reciente caso de Arabia Saudita queriendo unirse a los BRICS es la penúltima prueba de ello. O el que países como Egipto, Pakistán, Siria, Guyana, Malasia o la Organización para la Unidad Africana no se hayan dirigido al "jardín occidental" sino a China para aplicar su método de erradicación de la pobreza extrema dice bastante de por dónde van las cosas.

El Lince

lunes, 17 de octubre de 2022

El otoño es cálido

Las movilizaciones populares en Francia atacan la raíz del sistema plutocrático de Bruselas. Van más allá de la propia Francia. 

Comenzaron los "chalecos amarillos" en un ya lejano 2018 y fueron reprimidos con saña, dejando en el camino 11 muertos (¿dónde quedan los "valores democráticos" del la UE y el jardín europeo tan bonito?, centenares de heridos (Francia fue el país donde los "valores democráticos" sacaron los ojos masivamente a los manifestantes, ejemplo seguido luego por Chile) y miles de detenidos. Siguió la CGT con sus huelgas y ahora las ha vuelto a retomar. Los "valores democráticos" europeos riegan de la misma forma el jardín: reprimiendo. Ahora, con la intención de "intervenir" las empresas afectadas por las huelgas, despidiendo a los huelguistas y contratando esquiroles. Bonitas flores para un más bonito aún jardín.

Este fin de semana ha habido manifestaciones en Francia reivindicando casi lo mismo que los huelguistas: dignidad. O sea, combatir un aumento de la inflación que es consecuencia de la crisis energética y la progresiva pérdida de los salarios y el aumento del costo de la vida que tiene su origen en el vasallaje y sumisión de Francia, como de toda Europa, hacia los EEUU por su guerra encubierta contra Rusia en Ucrania.

Con ellas se ha pretendido dar continuidad a las movilizaciones sindicales y marca una etapa importante en la lucha abierta por los sindicatos aunque ya hay quienes se avienen a pactar con el gobierno, los cómplices y serviles de siempre. 

El creciente descontento social y la solidaridad general con la huelga lanzada por la CGT en las refinerías, sobre todo, es una importante toma de conciencia contra el sistema, contra la plutocracia de Bruselas, contra la sumisión a EEUU y un importante inicio de la convergencia de las luchas sindicales, políticas y sociales. 

Al menos en Francia, el otoño está siendo cálido.

Y cálido es también el tiempo en China. Los primeros documentos conocidos del XX Congreso no están defraudando. China ya no está "erguida", como se afirmaba en el XIX Congreso, sino en una posición en la que "la influencia internacional, el atractivo y el poder de China para dar forma al mundo han aumentado significativamente", como ha dicho Xi en su discurso. No es hablar por hablar: en el tiempo transcurrido entre un congreso y otro, cinco años, China ha enfrentado un aluvión de ataques políticos, aranceles, sanciones financieras y restricciones comerciales por parte del Occidente colectivo que no solo no han doblegado al país, sino que lo han hecho más fuerte. Mucho más fuerte. Esto merece un desarrollo más detallado cuando termine el congreso.

Todas las estupideces habituales de los medios de propaganda occidentales se han visto hechas añicos. Xi Jinping, y el resto de dirigentes, tienen muy claro qué está pasando y qué hacer. "Mejorar nuestra capacidad de contrarrestar las sanciones extranjeras" es una de esas cosas, con lo que se da por hecho que no solo se mantendrá esa práctica "democrática" occidental, sino que se aumentará. Junto a ello, "acelerar el progreso tecnológico y la autosuficiencia". Esto significa que hay un nuevo enfoque en la ciencia y en la educación para reducir, cuando menos, la dependencia de la tecnología occidental.

Y cómo hacerlo: la palabra "socialismo" aparece reiteradamente, aunque con el consabido añadido de "con características chinas", y lo hace en un marco donde "pueblo" y "desarrollo" se complementan. Por el contrario, y siempre comparando con el XIX Congreso, las referencias a "economía de mercado" y "reforma" han disminuido. Es un síntoma claro de que eso de "prosperidad común" establecida en el XIV Plan Quinquenal de 2020 va en serio y que el objetivo de redistribución del ingreso y de la riqueza va más allá del plan quinquenal.

El mensaje para Occidente es claro: rechazo a su modelo. El mensaje para el resto del mundo, también: China es tan o más poderosa que Occidente y con un modelo de desarrollo mucho más atractivo.

El Lince

viernes, 14 de octubre de 2022

Yo, me, mi, conmigo (y el jardín)

"De lo contrario, nuestro modelo perecerá, no podrá sobrevivir en este mundo". Exacto. Por una vez, alguien en Occidente está reconociendo, a regañadientes, por supuesto, la realidad. Es Borrell hablando ante los embajadores de la moribunda UE esta semana. Es Borrell en estado puro. Es Borrell como portavoz del colonialismo occidental, ese que se vanagloria de que es un "jardín" amenazado por la "jungla" que está fuera y que o se corta y se modela (o sea, eso de orden basado en reglas) o se tragará el jardín. Fin de la historia. Occidente no da para más.

Todos los medios de propaganda han elogiado la "autocrítica" de este tipo en un río de palabras, las mismas, de valoraciones, las mismas, y de simplezas, las mismas. Todos los medios de propaganda han hecho lo que Borrell dice que hay que hacer: "La comunicación es nuestro campo de batalla: luchamos en la comunicación. Os facilitamos materiales y tengo la sensación de que no transmitís el mensaje con la suficiente fuerza. Necesito que mis delegaciones den un paso adelante en las redes sociales, en la televisión, en los debates. Retwittear nuestros mensajes, nuestros materiales del Servicio de Acción Exterior. Ciertamente, mi blog, que es la “consigna” de todos los días... Necesito que estés mucho más involucrado en esta batalla de narrativas. No es algo secundario. No es solo ganar las guerras enviando tanques, misiles y tropas. Es una gran batalla: ¿quién va a ganar los espíritus y las almas de la gente?"... "Los europeos hemos construido un jardín. Libertad, cohesión social, progreso económico. Fuera está la jungla y es poco habitable".

¿Libertad de expresión? Por supuesto. Esta es una nueva muestra de los "valores democráticos" occidentales. Aprended un poco de gramática castellana: yo, me, mi, conmigo. Fuera de aquí, el caos. Fuera de aquí, el miedo. Nuestro modo de vida está amenazado, no es que nosotros amenacemos ni que lo hayamos provocado; es que somos provocados, es que nos tienen envidia. Eso es lo que hay que repetir una y otra vez. O el jardín, o la jungla. Tú eliges. Pero si no eliges lo que te decimos que tienes que elegir, atente a las consecuencias (véase la respuesta a las huelgas en Francia).

Yo, me, mi, conmigo (y el jardín). ¿Cómo se dice en inglés? En inglés se dice Estrategia de Seguridad Nacional. Fijaos la secuencia: la OTAN hablando de ejercicios nucleares, Borrell defendiendo el jardín, EEUU hablando del jardín... justo cuando el domingo comienza el XX Congreso del Partido Comunista de China. El evento más importante no ya de este año, sino de este lustro. 

El mismo discurso, las mismas palabras, el mismo comportamiento. Fuera está la jungla. EEUU marca el camino y otros lo siguen. Es tradición que cada presidente de EEUU apruebe su ESN y Biden no ha sido la excepción. La pregunta es en qué se diferencia esto de lo de Trump. ¿Recordáis a todos esos papanatas de "izquierdas", Pablo Iglesias, Rafael Correa, Lula..., felicitando alborozados a Biden por la victoria? ¿Y sabéis que Boric quiere sustentar su presidencia con una visita de Biden a Chile? -estos son los referentes de la "progresía", así que hay poco que esperar de ella-. Trump hablaba de hacer América grande, Biden ha hecho a América grande: se ha tragado a Europa y Europa bala la melodía que le dicta EEUU. ¿Alguna oveja negra en Europa? Hungría, pero ya se sabe que Orban es autoritario, que reprime todo lo reprimible y especialmente los colorines arcoiris, que le hace ojitos a Rusia y Putin y que, en definitiva, es una flor que desluce el jardín.

No hay diferencias entre la ESN de Trump y la de Biden. Trump hablaba de que EEUU se tenía que oponer a "dos fuerzas revisionistas, Rusia y China". Biden ha ido más lejos: considera a China "el desafío geopolítico más serio" y a Rusia "la amenaza actual para la seguridad europea". EEUU tiene que hacer frente a ambas puesto que es "una potencia mundial con intereses globales" cuyo objetivo es "ampliar nuestra presencia en dos partes del mundo, Europa y la región de Asia y el Pacífico". Conjuntamente. Porque si no se hace así, "si una región se sume en el caos o está bajo el control de una fuerza hostil, esto afectará negativamente nuestros intereses en los demás". ¿Quién es esa fuerza hostil? Fácil: Rusia (mencionada 71 veces en el documento) y China (55 veces). Estos dos países son quienes están regando la jungla que amenaza el jardín. 

Rusia y China son las dos principales amenazas para el jardín, pero tienen naturaleza diferente. A la primera hay que contenerla, a la segunda superarla. Y los dos son, por supuesto, "autoritarios" mientras que los del jardín son "democracias". ¿Y Ucrania, dónde queda "el país 404"? En ninguna parte. Es la puerta que impide el avance de la jungla, por lo que hay que defenderla a toda costa porque solo derrotando a Rusia se podrá derrotar a China, dado que "la próxima década será una década decisiva para que Estados Unidos compita con China".

¿Y Europa qué dice a esto? Borrell de nuevo: "delegamos nuestra seguridad a los Estados Unidos. Si bien la cooperación con la Administración Biden es excelente y la relación transatlántica nunca ha sido tan buena como lo es hoy, estamos en una relación fantástica y cooperando mucho; ¿quién sabe qué pasará dentro de dos años, o incluso en noviembre?... Ustedes, los Estados Unidos, se ocupan de nuestra seguridad. Ustedes, China y Rusia, proporcionaron la base de nuestra prosperidad. Este es un mundo que ya no existeEntonces, tenemos un cóctel difícil, interno y externo, y las viejas recetas ya no funcionan. Tenemos crecientes desafíos de seguridad y nuestra cohesión interna está amenazada".

La hegemonía occidental está desapareciendo y Occidente se está resistiendo a ello, pero cada vez comete más errores. Rusia nos ha metido de un empujón en un nuevo mundo, que ya existía, el mundo multilateral, y lo que pasa cuando recibimos un empujón y no caemos es que avanzamos varios metros de golpe. No todos. Europa no avanza, retrocede y está a punto de caer. El jardín se desmorona y la jungla (la multipolaridad) es presentada como la amenaza porque en la jungla ya se sabe lo que hay: gente no blanca, con otras culturas, con otros valores. Inaceptable.

Yo, me, mi, conmigo (y el jardín) para cortar de raíz cualquier posibilidad de coexistencia pacífica (esos bárbaros e incivilizados que viven en la amenazante jungla) y armoniosa entre las diferentes civilizaciones, que son muchas más que la occidental. El enemigo está ahí fuera, amenazando. Todo Occidente tiene que ser consciente de ello y para eso no hay que pensar, solo repetir: o conmigo o contra mí (Bush dixit). Ya lo ha dicho también otro emblemático medio de propaganda, el New York Times: "la ESN es una oda de auto-celebración al poder estadounidense". Yo, me, mi, conmigo (y el jardín). 

El Lince

martes, 11 de octubre de 2022

Empleados adecuados

Mientras Rusia golpea a los histéricos occidentales, los histéricos occidentales vuelven a hacer gala de sus "valores democráticos" en la misma manera en que los defienden apoyando a los nazis ucranianos. 

Deberíais saber que Europa, la moribunda Europa, bulle de contestación por la derecha (Alemania y República Checa) y por la izquierda (Francia, Gran Bretaña e Italia) frente a la plutocracia de Bruselas y a los rusófobos que, supuestamente, gobiernan cada país. El motivo es vario en cada uno de esos países, pero todos confluyen en lo mismo: la crisis energética. Los medios de propaganda se hacen eco de la contestación derechista, pero no de la izquierdista. Especialmente, de la francesa.

La Confederación General del Trabajo de Francia ha despertado, por fin, de su letargo y está poniendo el país patas arriba. Especialmente, con la huelga de refinerías que lleva ya 14 días de duración y que ha dejado fuera de servicio a más del 60% de la capacidad de refinación francesa. El motivo central es salarial, pero eso tiene que ver con el aumento de la inflación como consecuencia de la crisis energética y la progresiva pérdida de los salarios y el aumento del costo de la vida. Son, básicamente, las refinerías propiedad de Total Energies y Exxon Mobil las afectadas. Dos multinacionales. La primera francesa y la segunda estadounidense. 

Ante la firmeza de la CGT, las multinacionales aceptaron negociar pero, como siempre, imponiendo como condición que se terminase la huelga. La CGT dijo que no, que de eso nada. La firmeza sindical ha obligado a Exxon a ofrecer un aumento salarial del 6'5%, pero según la CGT la propuesta incluye bonos de antigüedad y promociones. La multinacional en realidad no se mueve ni un centímetro y mantiene su propuesta de aumento del 5'5% (por debajo de la inflación) cuando los huelguistas reclaman el 7'5%. En cuanto a Total, la apertura de negociaciones está condicionada al levantamiento de la huelga y ha pedido la intervención del gobierno. Un ultimátum inaceptable que sólo busca despojar a los trabajadores de su principal fuerza.

Ayer, cuando se produjo el acto de represalia ruso contra Ucrania por la voladura de un tramo del puente de Crimea, Macron dijo que Francia apoyaría a Ucrania "porque está defendiendo la libertad". Hoy, esa "defensa de la libertad" se va a la mierda porque el gobierno francés acaba de apoyar la llamada de socorro de Total y ha amenazado con poner fin a la huelga "por la fuerza" si no se detiene en las próximas horas. Textualmente, el ministro del ramo ha dicho que "el gobierno se verá obligado a despejar el acceso a las instalaciones de suministro de combustible y refinerías para empleados más adecuados y que la situación se normalice" dado que la postura sindical es "excesiva y anormal". ¡Toma ya! ¡Viva la libertad sindical, el derecho de huelga y eso! Y vivan los despidos y la contratación de esquiroles que, como es sabido, son mucho más "adecuados" que los huelguistas.

La semana pasada, hablando en una conferencia de empresarios en París, Macron dijo que los países que sancionan a Rusia lo hacen como "luchadores por la libertad", pero que hay diferencias entre ellos si son productores o consumidores de combustibles fósiles. Y añadió: "Con un espíritu de gran amistad, le diremos a nuestros amigos estadounidenses y noruegos, son ustedes geniales, nos brindan energía y gas, pero pagamos un precio cuatro veces superior y eso no es exactamente el significado de la amistad". Podría haber dicho que si no rebajan un precio que -parafraseando lo que dice de la CGT- es "excesivo y anormal" Francia "se verá obligada a buscar amigos más adecuados". 

Sí, ya sé, eso es estar en la luna cuando menos. Por eso nunca me cansaré de alabar los "valores democráticos" de Occidente que, como es sabido, lo que hace es "defender la libertad". Como en Ucrania, por supuesto.

Y esto es un aviso para quienes todavía apuestan por "el diálogo social" en cualquier otro país europeo. Ya no es posible. Solo el enfrentamiento abierto logrará, si acaso, recuperar todo lo que se está perdiendo en conquistas y derechos. Eso lo han entendido los trabajadores que, al menos en una refinería, que yo sepa, la de Notre-Dame-de-Gravenchon, acaban de votar por unanimidad continuar la huelga pese a las amenazas "democráticas" del gobierno francés.

El Lince

lunes, 10 de octubre de 2022

El comienzo de la histeria

Occidente había empezado a perder el miedo a Rusia ante el comedimiento con el que ha venido actuando hasta ahora en "el país 404"; se había vuelto completamente insolente y eso le llevó a atacar el puente de Crimea. 

La respuesta rusa a ese ataque es un punto de inflexión para todo el mundo. Y lo primero que ya se ve es el comienzo de la histeria en Occidente, que entiende perfectamente que "el país 404", si es que va a quedar algo de él, va a tener que ser restaurado y reparado en infraestructura a su costa. Ya no son solo las armas que ha enviado, y que también están siendo destruidas metódicamente, sino que es todo lo demás. 

El ataque de ayer no es más que un aviso porque bastante de lo atacado puede ser reparado con relativa rapidez, lo que no ocurrirá si se vuelve a repetir un ataque de esta envergadura. Por lo tanto, la gran pregunta es si Rusia va a parar o va a continuar, y si esa continuación implica un cambio en los objetivos en el sentido de "ojo por ojo", o sea, golpear infraestructura civil. 

Con independencia de ello, Occidente no va a detener la guerra contra Rusia porque está en juego su existencia y su pretensión de continuar con la hegemonía mundial. Pero ahora ya nadie puede llamarse a engaño.

El Lince

jueves, 6 de octubre de 2022

Vete a la mierda

Es la gráfica expresión que define lo que acaba de pasar: la OPEP + ha decidido reducir la producción de petróleo en 2 millones de barriles diarios y, de esta forma, parar la bajada de precios que se viene produciendo desde hace unas semanas. Lo que pretendía Occidente, reducir el precio para afrontar mejor el invierno, no se va a lograr. 

La decisión de la OPEP + tiene que ver, técnicamente, con la relativa ralentización de la economía china (gran importador de petróleo) pero en el contexto que vivimos hay que verla como lo que es: una decisión con un fuerte valor político y geopolítico. No olvidéis nunca que EEUU y sus vasallos llevan meses presionando a los países productores, sobre todo a los árabes, para que no recortaran la producción sino que la aumentaran y así bajar el precio del barril.

Con ello, los países productores de petróleo le están diciendo a Occidente que se vaya a la mierda. Lo hacen justo cuando la moribunda UE impone más sanciones a Rusia, como la de un precio máximo al petróleo que pueda vender. El poder colonial occidental, el que todavía sueña con la hegemonía mundial, el que sigue diciendo que el mundo tiene que estar regido por su orden y sus reglas, recibe bofetada tras bofetada.

Esto tiene otra lectura: por mucho que el Occidente colectivo insista en que Ucrania gana y Rusia pierde la realidad va por otro camino. ¿De verdad pensáis que si eso fuese así los países de la OPEP adoptarían una decisión como la que acaban de tomar que, técnicamente, favorece a Rusia?

La UE aún no ha reaccionado a ello, pero sí su patrón, EEUU. Además de decir lo de siempre, que es casi "un desafío", que la decisión es "desafortunada" y todas esas mandangas, se añade lo habitual: las amenazas. "A la luz de la acción de hoy, la Administración Biden también consultará con el Congreso sobre herramientas y autoridades adicionales para reducir el control de la OPEP sobre los precios de la energía". 

Al igual que robaron el oro de Venezuela, que congelaron dinero a Irán, que robaron las reservas monetarias de Afganistán, que robaron la mitad de las reservas de Rusia, que desconectan a países del sistema de pago occidental SWIFT (Irán y Rusia), que destrozan paísea y economías con las sanciones (ilegales, según el derecho internacional), que quieren imponer a qué precios hay que comerciar con Rusia, ahora amenazan con lo mismo a los países de la OPEP. Quien piense que lo que está ocurriendo tiene que ver solo con Rusia está no solo en un error, sino en otra galaxia: es la batalla final de Occidente por su hegemonía, y la está perdiendo a marchas forzadas. 

Junto a ello está ocurriendo otra cosa: asistimos al fin oficial de la UE como entidad. Todas esas historietas sobre que Rusia ha fortalecido a la OTAN y demás son eso, historietas. La OTAN no está fuerte, sino débil porque la UE -que es esencial para la OTAN- está desapareciendo. Hay una soterrada lucha entre Alemania y Francia por su control, al igual que hace casi 25 años la hubo entre Gran Bretaña y Francia y la cortó de raíz EEUU imponiendo la guerra contra Yugoslavia. 

En Alemania se ha producido un hecho cuando menos curioso: los cristianodemócratas han impedido que el gobierno (socialdemócratas, verdes y liberales) enviase más armas a Ucrania. El anuncio del voto en contra de los cristianodemócratas ha obligado al gobierno a retirar del Parlamento un proyecto en ese sentido, con lo que se rebela su debilidad pese a la bravuconería que ha mostrado no hace mucho. 

Esto, a su vez, ha provocado un aluvión de críticas a Alemania de los países más rusófobos del Este (Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía) que son, curiosamente, los países donde más capital alemán entró tras la desaparición de la URSS y de los gobiernos "socialistas" de esos países. Estos países son, todavía, en los que confía Alemania (junto a los denominados "frugales" como Países Bajos y Dinamarca) para controlar la UE. 

Ahora todo se tambalea y es el turno de Francia, que aprovecha la debilidad para moverse. Por su iniciativa, hoy se reúne en Praga (otra vez Chequia) la primera reunión de lo que han llamado Comunidad Política Europea en la que están presentes los 27 países de la UE y los otros europeos que no lo son, incluyendo algún otro asiático como Azerbaiyán. También está Ucrania o Turquía, lo que da una idea de esta movida. 

La idea francesa es crear una especie de UE + (al igual que existe la OPEP +, los países pertenecientes a la OPEP más Rusia, que no forma parte de ella; o existen ahora los BRICS + tras la petición de Argentina e Irán de adherirse a ella) en la que se equilibran las fuerzas. No es solo una búsqueda de alternativas energéticas, como plantea oficialmente Francia (por la presencia de países como Azerbaiyán o Noruega), sino por el control de algo que, inevitablemente, sustituirá a lo que ya está muerto: la UE. 

Con este panorama, con este desbarajuste occidental que cada vez se parece más a el camarote de los hermanos Marx, no es extraño que el resto del mundo diga ese ¡vete a la mierda! a Occidente. 

El Lince

lunes, 3 de octubre de 2022

Un poco de luz antes del amanecer

Sí, ya lo sé: que si las elecciones en Brasil, que si el sabotaje al oleoducto, que si... A mí no me interesan esas cosas, por ahora. Lo que sí me interesa es la rebelión ciudadana en Gran Bretaña. ¿Alguien se acuerda de que el movimiento de desobediencia civil "No pagues" tenía como fecha el 1 de octubre para dejar de pagar las facturas de electricidad y gas? El objetivo que se habían marcado era llegar a un millón de personas dispuestas a hacerlo, pero no ha sido posible llegar a esa cifra. Son algo menos de 200.000 quienes decidieron seguir adelante, y lo han hecho.

Desde el sábado, fecha de entrada en vigor de un aumento de las tarifas del 60%, en cientos de pueblos y ciudades de Gran Bretaña (Birmingham, Manchester, Bristol, Brigthon, Londres...) la vanguardia, esos 200.000, están quemando públicamente sus facturas en una campaña que, de forma sorprendente, está siendo asumida -a su manera- por los laboristas intentando apropiarse de ella. 



El anuncio del recorte de impuestos para los ricos al mismo tiempo que millones de británicos se han visto arrojados a la pobreza energética (eufemismo que encubre que son pobres, sin más) y las tasas de inflación alcanzan máximos en varias décadas está siendo aprovechado por los laboristas que, así, han logrado desactivar y cooptar la campaña "No pagues". En estos momentos, las encuestas les ponen por las nubes. Esto ha hecho que se haya dado marcha atrás en esa decisión de recortar los impuestos a los ricos.

Sin la menor duda que la iniciativa de desobediencia civil "No pagues" ha jugado, está jugando, un papel determinante en todo lo que está pasando en Gran Bretaña. 

Y lo mismo está ocurriendo en Italia, donde la misma iniciativa se está desarrollando pero dando un paso más: para hoy se había convocado un Día Internacional de Lucha contra la Crisis y el Alto Costo de la Vida que ha tenido muy buen seguimiento en Turín, Novara, Milán, Trieste, Bolonia, Florencia, Livorno, Pisa, Spoleto, Roma, Nápoles y Cagliari, entre otras ciudades. Es la primera movilización popular tras el triunfo en las elecciones de los neofascistas, y es una movilización que se ha hecho al margen y en contra de los partidos "de izquierda".

Si a ello se suma una huelga en Francia, lanzada por la CGT, se ve algún atisbo de resistencia frente a lo que está pasando en Europa. Pequeño aún, cierto, pero no por ello desdeñable.

Y, por cierto también, está aún por ver que Lula gane las elecciones en la segunda vuelta y, si lo hace, quedará tan descafeinado por los pactos que nada de lo que diga sobre "justicia social" y eso va a tener valor. Ya está diciendo que su gobierno será "pragmático". Los capitalistas están aplaudiendo con las orejas.

El Lince