sábado, 31 de octubre de 2020

El go de Sun Tzu

Ya os hablé de lo que es el juego del go y de quién lo inventó. El go o weiqi (en China tiene los dos nombres, en Japón solo el primero con una ligera variante) vuelve a estar en el centro de la geopolítica. 

El go se puede jugar de muchas maneras. Ya entre los años 600-700 antes de nuestra era (no se sabe a ciencia cierta la fecha exacta), o sea, hace la friolera de 2.600 años como mínimo, hubo un autor, Wang Chi Shin, que escribió los "Diez principios fundamentales del go" que estuvieron vigentes hasta que entre el año 1049 y 1054 de nuestra era otro autor, Quing Shisanpian, lo aumentó un poco escribiendo "El weiqi en 13 capítulos". Y así hasta que en 1995 Ma Xiaochun culminó (por ahora) los tratados sobre este juego con su "36 estratagemas aplicadas al go". Y aquí me quiero detener.

Xiaochun hace un juego de palabras con el título en chino, "Sanshiliu ji yu weiqi", que en la traducción pierden todo su significado porque si bien es cierto que habla de las 36 estratagemas para el go o weiqi tiene una mención implícita a Sun Tzu y su clásico arte de la guerra. Y esa sutileza, claro está, se pierde en la traducción. Porque lo que hace Xiaochun en su libro es coger las estrategias del Ejército Popular de Liberación y aplicarlas al go o weiqi.

Por ir al grano, hay que entender que solo se puede ser superior al adversario cuando se poseen todos los recursos para asediar al contrario (o sea, lo que ha venido haciendo hasta ahora EEUU con el resto de países); que si los dos tienen recursos similares el juego adquiere una mayor complejidad y se requiere de estrategias de astucia y ataques por sorpresa (como lo que hizo inicialmente EEUU con los aranceles contra China o la guerra contra Huawei, o como ha hecho China con la digitalización del yuan, por ejemplo o el giro interno, hacia adentro, de su economía en vez de continuar favoreciendo exclusivamente las exportaciones), y que hay que ganar territorio aunque sin aniquilar del todo al otro (la Nueva Ruta de la Seda china, dejando abierta la puerta a quien quiera participar, incluido EEUU; o la denominada "fase 1" del acuerdo de aranceles que está permitiendo a EEUU sobrevivir en la pandemia, como acaba de reconocer Bloomberg).

Y todo esto para hablar del reciente pleno del Comité Central del Partido Comunista de China, que se celebró entre el lunes y el jueves de esta semana, donde se han tomado decisiones que van a reconfigurar el mundo según lo conocemos.

Lo primero, a nivel interno -pero con repercusiones en lo externo- es la aprobación del XIV Plan Quinquenal (2021-2025) que será aprobado formalmente por la Asamblea Popular Nacional en marzo de 2021.

Si hay algo obvio en el mundo en que vivimos es que el estado de la economía mundial depende, especialmente, de qué camino va a tomar China y a qué ritmo va a ir su economía. De ahí la importancia del XIV Plan Quinquenal.

Aquí hay que hacer una breve reflexión porque los planes quinquenales chinos parten, pero no siguen milimétricamente, de los planes quinquenales soviéticos. Porque los chinos han aprendido mucho tras la desaparición de la URSS, han estudiado mucho las causas de esta desaparición y han emprendido muchas variables que han permitido al país llegar a donde está llegando. Es decir, son menos rígidos que los soviéticos. Por ejemplo, en este XIV Plan Quinquenal hay una "combinación flexible" de capital público y privado, aunque destacando que "es el Estado el sujeto principal de la economía y quien establece las condiciones económicas". O sea, el interés de las empresas privadas está subordinado al Estado, como ha quedado palmariamente comprobado con la pandemia y cómo la enfrentó China.

Estando las cosas como están, con una guerra económica abierta por EEUU, con una tendencia cada vez mayor hacia la desglobalización y con una recesión económica occidental sin parangón China ha puesto encima de la mesa sus cartas (aunque aún no se conozcan todas). Queda claro tras este plan que China opta de forma abierta por convertirse en la economía más grande del mundo (que ya lo es) y, sobre todo, en "una sociedad de altos ingresos" en los próximos cinco años. Pero es también relevante que al optar por la estrategia de "doble circulación" apuesta de forma clara por el consumo interno frente a las exportaciones. Esto va a permitir a China impulsar el desarrollo socioeconómico de su población tanto a medio como, sobre todo, a largo plazo y -lo más importante- libre de presiones externas.

Este Plan Quinquenal establece que la prioridad absoluta para China es la economía nacional y el logro de objetivos tecnológicos que mejoren su desarrollo. Dicho en otras palabras, la inteligencia artificial se convierte en clave para lo anterior. Porque lo que implica es, ni más ni menos, que "reemplazar las tecnologías estadounidenses en áreas centrales". Fin de la historia. EEUU tal vez había previsto este movimiento y lo ha estado intentando impedir con todas sus fuerzas, pero ha llegado tarde, muy tarde. Porque este XIV Plan Quinquenal establece que lo anterior es la antesala del gran objetivo: 2035 con China como líder tecnológico mundial (China da a EEUU este tiempo para llegar a acuerdos y dejar la agresión o se enfrentará a la aniquilación, como en el go o weiqi).

Para entonces, China dice que será "una nación socialista completamente modernizada". 

Aquí volvemos a lo de siempre, al eterno debate sobre si China es socialista o capitalista. Pero si nos atenemos a lo que se conoce del XIV Plan Quinquenal, vemos que hay algo que no es ni una cosa ni otra porque estamos ante la fusión de la economía monetaria, del keynesianisno en sentido estricto y de la planificación inicialmente soviética aunque remozada. Tal vez algo parecido a la Nueva Polìtica Económica de Lenin. Tal vez. La diferencia, o el debate, está en que Lenin concebía le NPE como un sistema transitorio, un "obligado paso atrás", y China lo considera un gran paso hacia adelante y nada transitorio. La semejanza es que, en los dos casos, la economía permanece bajo la dirección y planificación del Estado aunque secundada por el capital privado. ¿Es esto el "socialismo de mercado" o "el socialismo con características chinas"? Quizá.

 El Lince




martes, 27 de octubre de 2020

Socialismo o barbarie, otra vez

Hace unos cuantos años, en Francia surgió un colectivo (inicialmente trotskista) que tras varias escisiones (típicas entre los trotskistas) culminó en una revista llamada "Socialismo o Barbarie" que terminó su recorrido un poco antes de 1970. Pero quedó el eslógan, que sigue siendo actual.

Hace un mes, más o menos, una persona me escribió sobre la pandemia, que él denomina "crisis biopolítica" y las divergencias científicas sobre la misma aunque lo que a él le preocupa es la identificación de "extrema derecha" de todos quienes critican las medidas que imponen los gobiernos. Y dice, con razón, que "se ocultan bajo esa etiqueta las protestas por el hambre, el descalabro social y la libertad".

Llega el momento de abordar este asunto cuando todo el mundo occidental acaba de imponer nuevas medidas, otra vez, más o menos duras para combatir esta segunda ola. 

Lo primero que hay que decir es que las sociedades colapsan cuando no pueden hacer frente a los problemas sistémicos cuando surgen de una forma aguda. Es decir, es el sistema el que está en quiebra con la pandemia y no sirve de nada el mantra de que todo lo que se está haciendo es "para recuperar la normalidad". ¿Recordáis cuando muy triunfalmente se dijo, después del primer estado de alarma en el Estado español, "estamos en la nueva normalidad"? Y mucha gente se lo creyó. 

Pues no. No hay ni habrá nueva normalidad, ni nueva ni vieja. Un ejemplo: alguien que fuma siempre defiende su estatus, hasta que sus pulmones -u otras partes de su organismo- empiezan a fallar. Lógicamente, desde la medicina siempre se recomienda lo mismo: dejar de fumar. Es decir, nunca se dice: recupera tu normalidad, sigue fumando. Porque recuperar la normalidad, nueva o vieja es un camino seguro hacia la muerte.

Pues eso es lo que está pasando ahora con la pandemia. Que Occidente esté como está y que Oriente (el ejemplo de China es abrumador, aunque no solo) haya salido de la crisis indica que el sistema neoliberal está tan enfermo que mantenerse en él es ir, literalmente, a la muerte.

Todo Occidente, el Occidente capitalista y sus famosos "valores", están pagando precios extraordinarios en vidas y en términos económicos. Lo primero no les preocupa, lo segundo sí. Por eso la consigna de "hay que convivir con el virus", porque hay que salvar la economía. No importa quién caiga. A fin de cuentas, como dijo el preboste de los empresarios de Valladolid en la primera pandemia, "los ancianos no son parte productiva".

Las "medidas excepcionales" que ha impuesto el mundo occidental (con la notable excepción de Suecia o EEUU) son iguales y, sobre todo, escenográficos: cierres parciales e irrelevantes para lo que se dice que se quiere conseguir.

Y aquí me quiero detener: se cierran las ciudades por la noche (la más pronto, a las 9 y no en el Estado español, que por aquello de los bares la que más ha apretado es a las 10 y hay quien lo ha puesto a las 12 de la noche) pero se abren de par en par para ir a trabajar, sin incrementar las frecuencias del sistema de transporte público y eso, en sí, ya es un foco permanente de contagios. O se prohíben las manifestaciones y se cierran las actividades lúdicas y culturales (donde estás un par de horas) mientras que es casi el mismo tiempo que dedicas en el metro o en el tren a ir y venir del trabajo. Por no hablar de cómo se ponen los centros comerciales los fines de semana. Es decir, las medidas del toque de queda o "restricción de movilidad", como púdicamente se dice ahora, no son más que medidas con una influencia muy marginal en los contagios.

La evidente inutilidad de estas medidas hace que aumente la tensión social y de ahí a la revuelta solo hay un paso. Una revuelta que están encabezando los "sectores respetables" de pequeños comerciantes (y habría que ver su actitud a la hora de pagar impuestos) pero que demuestra que hay un malestar social evidente. Y ese malestar social está siendo hegemonizado por el neofascismo.

Esto no es nuevo. En toda fase primigenia del malestar social, de la protesta social, hay gentes de todo tipo y depende de las fuerzas de unos y otros para dar un sentido, o reaccionario o revolucionario, a ese malestar. Por ello no sirve de nada tener mucha actividad en las redes, donde hay que estar es en la calle. En unos momentos en los que la credibilidad de la clase dominante es cero en todo Occidente es el momento de tener las cosas claras. 

Que yo sepa, en el Estado español solo la CUP catalana ha salido a la calle para protestar (y ya era hora de que saliese de su marasmo). Es evidente que las necesidades sociales exigen respuestas colectivas y solo quien sea capaz de tirar hacia adelante puede hacer crecer la conciencia popular. Pero ahora mismo, en todas partes, la izquierda, o la pretendida izquierda, está desaparecida y quien aparece es el neofascismo.

Son tiempos excepcionales y solo cuando nos demos cuenta de que no hay una "normalidad" a la que volver habremos avanzado. Por eso, la única perspectiva concreta que hay a la vista es la de siempre, otra vez: o socialismo o barbarie.

 El Lince

jueves, 22 de octubre de 2020

El movimiento se demuestra andando (o el 155 boliviano)

En contra de lo que pensaba, en Bolivia ganó la candidatura del Movimiento Al Socialismo. Dudo que dé los pasos necesarios para considerarla un buen triunfo, pero no obstante ha abierto una grieta en la estrategia de EEUU en América Latina... siempre y cuando se hagan tres cosas de inmediato: el reingreso de Evo Morales en el gobierno, en cualquier puesto; el procesamiento judicial de los golpistas (civiles, militares y comunicacionales), y el impulso a la nacionalización total del litio que si bien ya existía con Morales, está en una situación de limbo puesto que por la presión social Evo se vio obligado a romper un acuerdo de asociación con una empresa alemana para explotarlo. O cuatro: también la salida de la OEA.

Todavía no hay datos oficiales de la magnitud del triunfo, si por mucho o por menos, pero lo que sí hay ya son declaraciones de los ganadores que indican que si bien los golpistas han sido derrotados formalmente, el golpe ha triunfado. 

Me explico con un símil español. Hace tres años en Catalunya se realizó un referéndum de autodeterminación al que se opuso el Estado español con uñas y dientes. Un paso anterior al de enviar al ejército a Catalunya (o sea, dar un golpe) era la aplicación del artículo 155 de la Constitución que suspende el gobierno autonómico y pasa a manos del Estado. Cuando casi un año después formalmente dejó de aplicarse ese artículo 155 los dirigentes catalanes siguieron actuando como si existiese, cuidando muy mucho mover ni un solo dedo que se saliese de los márgenes incluidos en el 155, es decir, sin molestar al Estado. Pues eso es lo que ya está haciendo el MAS, moviéndose en los márgenes impuestos por los golpistas y sin molestarles.

Al igual que los catalanes se tragaron la imposición española de que Puigdemont no fuese presidente de la Generalitat tras la aplicación del 155, el MAS ya ha dicho que Evo Morales no tendrá ningún papel dentro del gobierno, ni siquiera como ministro sin cartera. Ese siempre ha sido uno de los objetivos de los golpistas. Y al igual que los catalanes siguieron utilizando a su policía para reprimir a su propia población, que les recriminaba su pusilanimidad y abandono de las tesis independentistas, sin que se haya ni juzgado ni sancionado a uno solo siquiera, en Bolivia se está mareando la perdiz con los golpistas y sus instrumentos. Porque a pesar de que hay declaraciones del MAS de abrir un proceso judicial contra varios de los golpistas, se añade de inmediato que tiene que haber previamente un informe de una comisión mixta de la Asamblea Legislativa Plurinacional (que tendría que haberse presentado ayer, pero no he visto nada al respecto) y en función del mismo "ver si es posible o no ese proceso" (sic). Recuerdo que al menos fueron 37 los muertos y que al menos 27 fueron asesinados por militares y policías.

Un ejemplo, a modo de recordatorio, de lo fácil que lo tienen para limpiar y purgar a los golpistas, civiles y militares. Con nombres y apellidos.


Sé que es pronto para emitir un juicio tan duro porque el MAS aún no ha tomado posesión ni del gobierno ni de la Asamblea ni el Senado (puesto que ha ganado en todos los sitios; un dato, menos en España y EEUU, donde los inmigrantes han votado a la oligarquía), que será el 5 de noviembre, pero el movimiento se demuestra andando. Y los primeros pasos son determinantes.

Siguiendo con el símil español, cuando el franquista Adolfo Suárez impulsó la llamada "transición democrática" lo hizo manteniendo la práctica totalidad de instrumentos franquistas, pero tuvo como válvula de escape la política exterior, con dos grandes actos muy resonantes que tapaban lo que estaba haciendo (o no haciendo) a nivel interno: recibir a Yasser Arafat e inscribir a España como miembro observador del Movimiento de Países No Alineados. Entonces, como ahora en Bolivia, se habló de "victoria de los pueblos" y cosas así. Eso mismo está haciendo el MAS: dice que reanudará las relaciones diplomáticas con Cuba, Nicaragua, Venezuela, Rusia e Irán, rotas por los golpistas.

Esto parece un desafío abierto a EEUU, pero queda por ver si al mismo tiempo restablece relaciones con EEUU, rotas por Evo Morales ante la constante injerencia y agresividad de EEUU. Las declaraciones del MAS van por ahí, a la espera de un movimiento de EEUU (y aquí hay que incluir cómo se ha abordado desde EEUU este triunfo, aparentemente sin agresividad y con felicitación expresa de Pompeo) en una especie de quid pro quo.

Y luego está la OEA. Se ha acreditado que no hubo fraude alguno, que la OEA violó sus propios estatutos realizando una injerencia clara en un país concreto y que todo lo que ha hecho ha sido avalar y sancionar el golpe de estado. El que Bolivia siga dentro de esta organización y no tenga la valentía de Venezuela, que tardó en salirse, pero finalmente lo hizo, pone de manifiesto hasta dónde está dispuesto a llegar el MAS. No basta con decir, como hizo Arce tras el triunfo, "allá ellos". Ahora Bolivia está fuerte, acaba de derrotar a la OEA y abandonar ese engendro daría un golpe muy importante no solo a todos los reaccionarios latinoamericanos sino a su gran patrón, EEUU.

P.D.- Sobre el petro venezolano y cómo con él sortea el país las sanciones, ya que una amiga lo ha pedido: hay muchas páginas sobre las criptomonedas, pero os dejo una en inglés y otra en castellano. Buscad por ahí. 

https://cointelegraph.com/

https://criptoinforme.com/

El Lince

lunes, 19 de octubre de 2020

El gran golpe

A las puertas del crucial Comité Central del Partido Comunista, China acaba de dar el paso definitivo para acabar con el imperialismo estadounidense. El martes pasado, 13 de octubre, ha dado dos grandes golpes para ello: aprobar una ley de control de exportaciones y autorizar al gobierno a "tomar contramedidas" contra cualquier país que "abuse de las medidas de control de exportaciones" y represente una amenaza para la seguridad nacional y los intereses de China. Es decir, se prohíbe la exportación de sustancias estratégicas (especialmente las tierras raras) y tecnología a empresas extranjeras que podrían representar una amenaza para su seguridad nacional

Hasta este momento estábamos acostumbrados a oír esa cantinela en EEUU, pero el que ahora China la asuma también indica cómo están las cosas y cómo China ha decidido que le da igual quién gane las elecciones estadounidenses el mes que viene.

Se dice por ahí que China apuesta por Biden (insisto, le da igual) pero como confucionistas que son saben que el tiempo juega a su favor y si gana le darán unos meses para que revierta la política contra China impulsada abiertamente por Trump (aunque Obama también dio pasos en esa línea de enfrentamiento que Trump ha acelerado), eso es lo que conlleva el "abuso de las medidas de control de exportaciones" de la ley aprobada. En caso de que gane Trump el tiempo será muy limitado puesto que en la primera sesión del Congreso Nacional del Pueblo del año que viene (hay que tener en cuenta cuándo comienza el año chino, que no es el nuestro) se dará la luz verde definitiva al cumplimiento completo de esta ley que rompe de forma definitiva la costumbre de EEUU de imponer fuera su jurisdicción nacional. Si además digo que China exporta el 70% de todas las tierras raras que se comercializan en el mundo (y se supone que el 95% del total está en su territorio, aunque permenantemente se descubren nuevos yacimientos como en Corea del Norte, por ejemplo, o en Vietnam) entenderéis lo que esta medida supone: unos materiales imprescindibles para todo, desde móviles a misiles. Para ayudar a los ignorantes estadounidenses a comprender lo que conlleva esta ley, es algo así como "sin tierras raras no hay chips".

La importancia de esta ley es que es la primera de toda la historia de China desde que ingresó en la Organización Mundial de Comercio (2001). Mientras que EEUU ha estado elaborando leyes y leyes a su antojo en este aspecto, y en contra del mantra liberal de "libre comercio", China se ha mantenido siempre dentro de lo estricto y abogando por "el libre comercio". Hasta ahora. Con esta ley China aplica el "ojo por ojo", es decir devuelve a EEUU sus golpes más duros; solo que con este golpe EEUU queda fuera de la circulación directamente. China le dice a EEUU que ya no va a establecer reglas de comercio internacional de forma unilateral y cuando le plazca y que ya no puede sustentar eso en la capacidad militar, ni en sus bases, ni en sus alianzas. 

Desde que EEUU inició la guerra económica contra China con los aranceles, en 2018, hemos venido asistiendo a un intercambio de represalias de unos y otros hasta dejar la cosa en algo parecido a un empate en el que los dos pueden presumir de victoria (un poco más, China). Pero esta ley, si se aplica del todo -y va a depender de lo que haga EEUU de aquí a febrero o marzo de 2021-, trastocará toda la geopolítica tal como la conocemos de forma irreversible.  

China ha esperado muy pacientemente su momento y este lo ha proporcionado el COVID-19: antes de la pandemia Occidente estaba muy tocado, perdiendo hegemonía cada segundo que pasa; ahora está hundido y las perspectivas son de un hundimiento aún mayor. Solo hay que echar un vistazo al último informe del FMI cuando habla de que la crisis producida por la pandemia va a durar mucho más de lo esperado y que sólo un país se salva, China.

Es evidente que el llamado "orden mundial" cambia en momentos de crisis, solo hay que hacer un repaso a la historia. Si hasta ahora estaba despedazándose el hegemonizado por Occidente, la pandemia lo ha destrozado del todo. Vivimos un momento histórico, viendo cómo el dominio de EEUU decae exactamente igual que el imperio británico se deshizo tras la Segunda Guerra Mundial. 

Lenin hablaba en su "Imperialismo, fase superior del capitalismo" de cómo la feroz competencia por el control de los recursos y del comercio entre los estados capitalistas europeos desembocó en la I Guerra Mundial. Y de cómo el imperialismo, directa o indirectamente, siempre impone las reglas del comercio internacional para asegurar que el excedente económico fluya hacia el poder imperialista. Supongo que no hace falta decir qué ha hecho EEUU desde la decadencia británica tras la II Guerra Mundial y en qué se ha basado su control del mundo, de forma especial tras la desaparición de la URSS.

Y EEUU lo ha hecho incluso avasallando y humillando a sus "aliados", como por ejemplo en la llamada "crisis asiática" de la década de 1990 aunque ya antes había hundido a Japón, que había superado a EEUU en exportaciones manufactureras. ¿Y a que no sabéis cuál fue la gran amenaza de EEUU? Su presencia militar en el archipiélago. Pero Japón era y es un país vasallo, esa es la diferencia con China en estos momentos. Japón tuvo que tragar, los países asíaticos vieron lo que había ocurrido y también agacharon la cabeza, pero China no. China acepta la guerra y la lleva al mismo terreno de EEUU.

Estos días habréis visto la pompa que ha dado China a la celebración de los 40 años de la Zona Económica Especial de Shenzhen (y os hablaré de ello porque esta es la ciudad que será el "modelo socialista" de China a corto plazo, sin perder de vista que al día siguiente Xi Jinping visitó a la formación de élite del Ejército Popular de Liberación y le instó a "estar listo para la guerra"), la ciudad donde comenzó todo el cambio de lo que yo llamo "capitalismo sui géneris" chino y que ha puesto a China donde está ahora. Pues hay quien dice que EEUU está reviviendo la difícil situación que tuvo con Japón y que o hay un acuerdo con China o EEUU será "el perdedor de la globalización económica" (sic). 

Pero tal y como están las cosas ahora ese hipotético acuerdo ni está ni se le espera y por eso los chinos han dado su último gran paso. Porque saben que EEUU no puede intimidar a China como hizo con Japón, que no puede establecer las reglas comerciales y prohibir las empresas tecnológicas que le superan, y, por el contrario, China sí puede mandar a EEUU al baúl de la historia y no será más que otro imperio que ha caído. 

De ahí los desesperados intentos de EEUU de presionar a sus vasallos contra China como el que acaba de protagonizar el 12 de octubre intentando revitalizar el Diálogo Cuadrilateral de Seguridad con Japón, Australia e India. Una semana antes había hecho un intento de ampliar este foro con Malasia, Vietnam, Mongolia y Corea del Sur y fracasó. China es mucha China (y tomad nota de las fechas de los movimientos de unos y otros).

Os he dicho que miréis la historia, donde el patrón se repite una y otra vez. Por no ir muy atrás, el imperio español se desmoronó a principios del siglo XIX aunque no fue hasta finales del mismo cuando se adaptó al hecho tras la pérdida de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y otras islas de la Micronesia. Lo mismo pasó con el británico, que no fue hasta la pérdida del canal de Suez en 1956, pese a que India -la joya de la corona y cuyo comercio hacia la metrópoli pasaba por Suez- se independizó diez años antes, cuando aceptó la decadencia de su imperio. Españoles y británicos se negaron desesperadamente a ver su declive y tardaron unos años en aceptar la nueva realidad geopolítica. Es la misma situación de EEUU. Asistimos, por lo tanto, a su fin y China ha enseñado cuál es el gran golpe.

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Hablando de golpes, ayer se terminó de forma oficial el embargo de armas de la ONU contra Irán. EEUU ha recibido otro gran golpe y está en un espléndido aislamiento a pesar de toda su verborrea porque pronto veremos tanto a Rusia como a China vendiendo armas modernas a los iraníes. Sobre todo a Rusia porque Irán ha manifestado su disposición a comprar el S-400 de defensa aérea. Y precisamente ayer Irán dijo algo que EEUU debería tener en cuenta, ahora mucho más que antes: "nunca olvidaremos el asesinato de Soleimani". Ya Irán respondió con el derribo del avión (quince días después del asesinato de Soleimani) en el que iba uno de los psicópatas estadounidenses, Michael D'Andrea, jefe de la CIA en la zona. Oficialmente se dice que fueron los talibanes afganos, EEUU lo achacó a un fallo técnico. Lo cierto es que los talibanes nunca han derribado aviones de ese tipo y con tanta efectividad, que la huella iraní es evidente y que desde enero D'Andrea no ha aparecido y no se sabe nada de él. Lógico por las fotos de cómo quedó el avión.

Pero con ser esto importante, lo es tanto o más el hecho de que Irán ya puede exportar armas de forma legal. Los sauditas tendrán ahora un motivo abierto para preocuparse por la guerra que iniciaron en Yemen hace cinco años. Si sin esas armas o llegando de forma "ilegal" -según la ONU- les ha ido mal, ahora que llegarán de manera legal les va a ir mucho peor.

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A la espera de los resultados definitivos de las elecciones de Bolivia, veo una euforia desmedida en América Latina. Aunque parece que la victoria del Movimiento Al Socialismo es clara, el hecho de que se apure el plazo para dar esos resultados (que no llegarán al menos hasta dentro de tres días o más) ya en sí es un indicativo que no alienta esa euforia. Sobre todo cuando Arce habla de "reconducir el proceso de cambio". Es, ya, una clara marcha atrás respecto a lo (poco) que había con Evo Morales.

El Lince

martes, 13 de octubre de 2020

Ranas en el fondo del pozo

La cosa va de elecciones, aunque no en Bolivia donde el entusiasmo por las encuestas oculta la realidad: me sorprendería mucho que ganase la candidatura indigenista del MAS. Y si ganase la pregunta será ¿y qué? ¿va a purgar al ejército, a la policía, a los golpistas (incluyendo a empresarios, televisiones, etc.), a...? Lo dudo. ¿Va a salir de la OEA, esa misma que legitimó el golpe? Para nada. Luego, gane quien gane, da igual o casi igual. Como con Morales, asistiremos a alguna mejora simbólica de la parte más pobre de la población y poco más.

Por eso me quiero centrar en otras elecciones que son más, mucho más, importantes y que también están al caer: las de Venezuela. Estos días han pasado cinco cosas muy curiosas: 

 - Un tribunal de Gran Bretaña falla que es el gobierno venezolano, y no Guaidó, el legítimo propietario del oro que Venezuela tiene en el Banco de Inglaterra.

- Wall Street reconoce la fortaleza del petro venezolano, "una divisa fiduciaria en alza y cada vez con mayor confianza cuando EEUU entra en crisis".

- El jefe del Comando Sur de EEUU reconoce que Venezuela se salta las sanciones gracias al petro y otras criptomonedas.

- La ONU publica un informe sobre "crímenes de lesa humanidad" en Venezuela.

- Se aprueba la Ley Antibloqueo en Venezuela.

Coged las cinco cosas y mezcladlas bien. Y ahora, volvamos a la paranoia anti-Venezuela que recorre la espina dorsal de Occidente, sea blanco o criollo. Veréis a las ranas saltando en el fondo del pozo, intentando salir de él pero constantando que no es fácil, que el pozo es algo más profundo que un simple charco. No habría informe de la ONU sin las tres primeras cosas, y no habría una quinta sin las tres primeras.

O sea, que las tres primeras son determinantes para entender lo que está pasando ahora mismo en y con Venezuela. 

Supongo que no hace falta recordar que Guaidó y quienes le sostienen, y hablo de fuera de Venezuela, no están cumpliendo la Constitución, como dicen, puesto que el artículo 233 en que se basa el reconocer al "presidente interino" establece que en caso de que Maduro no sirviese para el cargo sería el vicepresidente quien lo relevase, y ese no es el caso de Guaidó. Eso es lo que, en síntesis, viene a decir el tribunal británico.

Que el petro se haya convertido en una moneda relevante es muy sorprendente; que sean los capitalistas de Wall Street quienes lo reconozcan, más. Y que sean los militares quienes hablen de ello indica que solo esta vía es la única con que se podrá desalojar a Maduro. Porque si el petro es una moneda relevante, si se codea con el dólar en los mercados internacionales es porque al estar respaldada por el petróleo los inversores apuestan por ello pese a que Venezuela tenga dificultades para extraerlo y venderlo. Esta es la razón principal, aparte del apoyo popular, por la que Maduro no ha caído. El bloqueo es criminal, como todos los bloqueos, pero la decisión de poner en marcha el petro ha sido fundamental para solventarlo e ir abriendo grietas en el mismo. Han pasado dos años y medio de ello y ahora se recogen los primeros frutos, aún pequeños pero que ya auguran buenas cosechas.

Que la ONU hable de "crímenes de lesa humanidad" sin referirse a los bloqueos es ya en sí algo más que sospechoso, es una indecencia. Y más que lo haga en este contexto.

Que el jefe del Comando Sur de EEUU hable de que entre sus funciones está el "investigar el crecimiento de las criptomonedas en la región, y del petro en particular", pone de relieve la importancia que EEUU da a un asunto que va más allá de abrir grietas en los bloqueos o sanciones: apunta, directamente, a la desdolarización de la economía mundial. Este tipo se llama Craig Faller y no tiene pelos en la lengua: "el 60% de las criptomonedas del mundo están en el hemisferio Sur (o sea, la América Latina más abajo de Panamá) y ello tiene que ver con Venezuela, además, con la participación de Irán". 

Dejemos aparte a Irán, que tampoco lo está haciendo muy mal precisamente. Que los militares de EEUU hablen de que están investigando el uso venezolano de criptomonedas indica cuál es la vía que tiene en mente EEUU, la única con la que podrá sacar a Maduro de Miraflores: la fuerza militar. Tal vez así se puedan entender las razones por las que la UE, que estaría dispuesta a enviar observadores "de inmediato" (sic) a Bielorrusia si Lukashenko accediese a repetir las elecciones, no es capaz de preparar a su gente tres meses antes de las elecciones en Venezuela (fue el mes pasado cuando se hizo la invitación). Por eso también las presiones de EEUU, y sus vasallos europeos, para que nadie se presente a las elecciones del 6 de diciembre: para tener el terreno limpio. 

Y ahora la quinta de las cosas de estos días, la Ley Antibloqueo. Claramente se sustenta en la fortaleza del petro, aunque tiene casi más cosas negativas que positivas (es decir, estoy mirando hacia dentro y no hacia fuera). Negativas, porque a pesar del nombre legitima una política aperturista que llega, incluso, a plantear una reversión de las nacionalizaciones iniciadas por Chávez. Se puede argumentar en su favor que es producto del bloqueo y de las sanciones, que con ello se pueden abrir nuevos caminos y todo ello es cierto, pero no lo es el excesivo secretismo que conllevan algunos de sus aspectos, sobre todo en cuestiones pretroleras. 

Pero esta es otra historia. Porque un par de meses antes de todo esto había quien reclamaba, con euforia, que Venezuela estaba en bancarrota y que sólo explotaba el 4% de toda su riqueza petrolera "situándose a niveles de 1963". 

La rana se creía ya disfrutando del sol en los charcos (de petróleo) del Orinoco, pero no. Las ranas siguen en el fondo del pozo aunque alguna, como Suiza, que fue de las primeras en reconocer a Guaidó como "presidente interino", acaba de desdecirse y reconocer a Maduro como presidente. Tiene toda la pinta de ser el precedente para después de diciembre.

El Lince

martes, 6 de octubre de 2020

Como pájaros y bestias

Estos días asisto a un interesante debate sobre si China es socialista o capitalista que viene de la mano de un ensayista argentino, Claudio Katz. Solo un pero: la mayoría de sus fuentes son occidentales. Lo de siempre. Como no hablamos chino, nos tenemos que referir a otras fuentes. Es como leer una traducción porque no sabemos el idioma original. Y las traducciones, por buenas que sean, siempre tienen una parte que no capta las intenciones reales o totales de quienes lo escribieron. Quienes seguís esta página ya sabéis lo que pienso: que China tiene un capitalismo sui géneris, eso que los chinos llaman "socialismo con características chinas" y que se ha evidenciado con la pandemia, donde la primacía de lo público y la subordinación de todo, y cuando digo todo es todo, al Estado, fue determinante para vencerla. Sobre todo, la planificación económica. Eso es un elemento determinante para valorar si priman componentes socialistas o capitalistas en su economía.

Y como este mes se va a celebrar la crucial reunión del Comité Central del Partido Comunista chino, llega el momento de leer documentos que nadie en Occidente lee y recordar ciertas cosas en las que se basan esos documentos. Una de ellas son los escritos de Xi Jinping, a quien se critica desde la pretendida izquierda por "culto a la personalidad" y a quien se equipara casi, casi, a Mao. 

Una de las cosas que Katz no tiene en cuenta es, precisamente, eso, los antecedentes y, sobre todo, la desintegración de la Unión Soviética. Si hay alguien que sigue, en presente, estudiando y evaluando qué pasó y qué no hay que hacer, es precisamente China. Y uno de los principales estudiosos es Xi. Como suena. Sus escritos sobre la desintegración de la URSS, el cómo, el por qué no son nuevos precisamente. Ya desde 1991 hay constancia de los primeros escritos y siempre que puede, y en función de las circunstancias, echa mano de ellos y los amplía. Sobre todo, desde que es secretario general del PCCh (2013).

Ahora estamos en uno de esos momentos.

Desde hace un tiempo, China está impulsando una campaña contra la corrupción a todos los niveles, sobre todo entre los cargos y militantes del PCCh. Esta es una de las cosas que Xi no quiere repetir. Para él, la corrupción, económica y política, de los dirigentes soviéticos, la "herejía del pensamiento" y la "insubordinación militar" fueron las razones determinantes del declive de la URSS. Por eso cuando Gorbachov declaró casi disuelto el PCUS nadie salió a impugnar esa decisión. Era un partido corrompido. Y no quiere que eso pase en el PCCh, por lo que se están extremando las medidas para sanear lo corrupto.

No hace mucho Xi volvió a la carga diciendo que "una razón del colapso soviético fue la lucha en la esfera ideológica, la negación total de la historia soviética, de Lenin, de Stalin, la búsqueda del nihilismo histórico, la confusión de pensamiento, la no supervisión del Ejército por el Partido". La consecuencia de todo ello es clara: "el Partido Comunista (los bolcheviques) no eran 200.000 en total cuando tomaron el poder en 1917, eran escasamente 2 millones cuando la URSS derrotó a Hitler y 20 millones cuando Gorbachov. Pero el gran Partido Comunista soviético se dispersó como pájaros y bestias, la nación soviética cayó en pedazos. ¿Por qué? Porque los ideales y las creencias ya no existían". 

Esto os lo recordaré cuando a finales de este mes se reúna el CC del PCCh para establecer el XIV Plan Quinquenal donde se establecerán los parámetros económicos y sociales que deberán alcanzarse para 2025. Una de las cuestiones importantes es que en la elaboración de estos planes ha participado también el mundo académico, vinculado o no al PCCh.

Como antecedentes, deberíais recordar esto, o esto, o esto, o esto...

Tal vez estas cosas os ayuden a entender el por qué de la obsesión de EEUU con el comunismo, especialmente refiriéndose a China. En 2002, un eufórico Bush proclamó que el comunismo estaba muerto. En 2020, un patético Pompeo dice que "el Partido Comunista Chino es la amenaza central de la era moderna" para la hegemonía occidental. Me da la impresión que es el único que lee el original chino.

El Lince

viernes, 2 de octubre de 2020

El parche

Leer al amigo está bien, pero lo interesante es leer al enemigo. Siendo muy joven, mientras estudiaba, trabajé en una empresa de mudanzas. Una vez me tocó ir a una casa en la que no salía de mi sorpresa: teníamos que empaquetar una de las mejores bibliotecas de literatura marxista que había visto. Era la de un militar. Ellos leían al enemigo, nosotros no teníamos ni idea de lo que ellos hacían o decían, o no nos importaba. Desde entonces aprendí, y lo llevo a la práctica.

Así que leyendo al enemigo, uno se encuentra con cosas como esta de hoy: resulta que el ejército de EEUU tiene una unidad que se está preparando para la guerra contra China de forma abierta, una guerra con drones como uno de sus instrumentos. El parche es claro: el mapa de China como objetivo del dron.
 
 

Esto, en sí mismo, no es una sorpresa puesto que supongo que todos hacen lo mismo. Lo sorprendente es que no lo escondan y que hagan gala de ello. Así que enredando, me entero de que esto fue un ejercicio de entrenamiento que se inició el 3 de septiembre. 

Si es una torpeza, está por ver. Si es una provocación, también. Y se enmarca en la campaña que está habiendo en EEUU, en parte reconociendo la realidad, de que están muy por debajo de rusos y chinos en calidad armamentística. Sobre todo, os recuerdo que el día 4 de septiembre os ofrecía el documento del Pentágono sobre el poder militar de China y os decía que solo se podía interpretar dicho documento o como que sea verdad o que sea mentira. En el primer caso, se manifestaba que China está muy por encima de EEUU en muchas cosas, especialmente en cuestiones navales, misiles y defensa aérea. En el segundo, más presupuesto en un año electoral. En cualquier caso, cuando el río sueña, agua lleva.

La historia del parche dice más de lo primero que de lo segundo. Porque, consultando el dibujito, el dron que se muestra está claramente desfasado frente a los modelos chinos aunque sí es un modelo utilizado en África y Oriente Próximo. Es, de hecho, el modelo de dron con que EEUU asesinó a Soleimani en enero de este año. Pero EEUU lanza también un mensaje en un momento clave de la campaña contra China y los chinos, que por supuesto no son tontos, lo captan a la perfección y se prepararán para ello.

Se hace, además, en un momento previo a la crucial reunión que el Comité Central del Partido Comunista de China tendrá este mes y en la que ratificará cuestiones de gran importancia, como también os comenté: China debe prepararse para la guerra, crear reservas de alimentos y energía, establecer un sistema económico continental euroasiático, recuperar el oro que tiene fuera del país y ampliar el sistema global del renminbi (yuan) en preparación de la interrupción completa de las relaciones con EEUU.

Y en un momento electoral, con la agudización de la pandemia (y es una ironía que ahora Trump esté con coronavirus) va a obligar a demócratas y republicanos a decir y a hacer más estupideces, aún, contra China.

El Lince

jueves, 1 de octubre de 2020

El sonido de las serpientes

La nueva guerra en curso en el planeta no es lo que parece. O no solo. Es la más clara expresión de que las relaciones internacionales son el equivalente a un nido de serpientes. 

Estoy hablando de Nagorno-Karabaj y del enfrentamiento en esta zona entre Armenia y Azerbaiyán. Se está diciendo que es Turquía quien está detrás de todo, que es otra expresión del imperio otomano, que está llevando a yihadistas sirios y que Erdogan no es un tipo de fiar. Se está diciendo que un país de la OTAN ha atacado por primera vez a un país de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva que hegemoniza Rusia. Se está diciendo que los armenios son buenos y que los azerbaiyanos son malos. Y, como pasa siempre, hay muchos peros.

El primero, que según el derecho internacional es Azerbaiyán quien tiene la razón. El derecho internacional hoy no importa mucho a casi nadie, pero ahí queda. El segundo, que lo que parecía un conflicto congelado desde hace casi 30 años entra en erupción justo cuando se produce un hecho relevante: el establecimeinto de relaciones diplomáticas abiertas (ya las había encubiertas) entre Israel y ciertos países del Golfo. El tercero, que el aliado de ayer es un enemigo hoy.

Y ayer ocurrió algo que me lleva a escribir. 

Irán es un país limítrofe con Armenia y con Azerbaiyán. Tiene buenas relaciones con los dos, aunque más con Armenia. O tenía. Armenia no tiene mar, pero utiliza a Irán como ruta para exportar gran parte de sus productos e Irán es el principal suministrador de gas a Armenia. Pero el año pasado hubo un golpe de colorines en Armenia y este país comenzó a girar hacia Occidente. Tanto que una de las condiciones de Occidente para normalizar relaciones fue que Armenia estableciese relaciones diplomáticas con Israel. O sea, lo de siempre. Se utilizó con España cuando, en los años 80, oficializó su candidatura a la entonces Comunidad Económica Europea (hoy UE), y España, con el PSOE en el gobierno, aceptó. Y se está utilizando ahora con Sudán a cambio de retirar a este país de la lista de "patrocinadores del terrorismo". Sudán aún no ha decidido, pero lo hará en esta línea. Entre medias de estos dos casos hay muchos otros que no merece la pena reseñar, pero que conste.

Irán estaba muy preocupado por lo que significa que Israel esté en su frontera norte (Armenia), preocupación que se acentúa con la presencia que tiene ahora en el sur, tras el establecimiento de relaciones diplomáticas con algunos países del Golfo. Añadid a ello que Israel está muy asentado en Georgia (o sea, el este de Irán). Por lo tanto, Irán se considera ahora mismo rodeada. Es por eso que la principal reacción de Irán al establecimiento de relaciones diplomáticas de Israel con algunos países árabes del Golfo fue decir que consideraba a éstos como enemigos en caso de cualquier ataque israelí.

Ayer un helicóptero azerbaiyano fue derribado y cayó en territorio de Irán. No está claro si fue derribado por los armenios o por los iraníes por haber violado su espacio aéreo. En el primer caso no pasaría casi nada, en el segundo sería una declaración de que Irán ha tomado partido. Y aquí viene lo curioso: Azerbaiyán es un país musulmán, Armenia es un país cristiano. O sea, que Irán estaría apoyando a un país cristiano en contra de uno musulmán. Más leña al sectarismo islámico de sunníes contra shiíes como lo es, en realidad, la alianza de los países árabes con Israel que, en realidad, no tiene nada que ver con Palestina (arrojada a la basura) sino con Irán. Añadid lo que os he comentado antes de Armenia e Israel. ¿Oís el sonido de las serpientes?

Como digo, no está claro quién derribó el helicóptero, pero Irán ha dicho públicamente que no aceptará que Azerbaiyán "convierta los territorios del norte (Nagorno-Karabaj) en un semillero de terroristas", en referencia a los yihadistas sirios que Turquía ha trasladado allí (y algunos ya han muerto y hay fotos).

Esto va a enfrentar directamente a Turquía e Irán, aliados más que circunstanciales en su enfrentamiento con Israel y buenos socios comerciales. De hecho, son las dos potencias regionales claras dentro del mundo musulmán, sunní en el primer caso y shií en el segundo. Así que iros olvidando de todo lo demás o, al menos, incluyendo otros elementos de análisis.

El Lince