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jueves, 20 de octubre de 2022

El pensamiento muerto que está vivo

De unos años a esta parte los "progres" occidentales (y, por supuesto la burguesía) vienen insistiendo en que el marxismo no existe y que, cuando alguien lo recoge, no es más que un pensamiento muerto sin influencia en la realidad. Esta es una forma como cualquier otra de regar el "jardín" occidental, lo riegue Agamenón (Borrell) o sus porqueros "progres". Si no fuesen patéticos, que lo son, nadie debería sorprenderse por lo que están diciendo del XX Congreso del Partido Comunista de China y que no es otra cosa que su versión edulcorada para papanatas de lo que dicen los medios de propaganda occidentales: que si el tercer mandato de Xi, que si control del poder, que si las amenazas contra Taiwán, que si... El primitivismo "analítico" es una muestra de su primitivismo general. 

Quieran o no, que quieren, su visión no es otra cosa que la del mundo occidental. Porque ni siquiera tienen en cuenta que cuando Occidente critica algo, ese algo debe entenderse como un cumplido involuntario de lo que se critica. Y así llegamos a este crucial congreso, el evento más importante no ya de este año sino de los próximos porque es lo que va a definir el mundo en este tiempo. Pero resulta que las conclusiones, que conoceremos en toda su amplitud en los próximos meses, tienen unos precedentes que se han venido desarrollando estos cinco años transcurridos desde el XIX Congreso y que tienen como eje el indudable peso que tiene la influencia del pensamiento marxista (incluso los chinos se atreven a hablar de marxismo-leninismo) en las decisiones que se están tomando.

Como todo lo que se refiere a China, hay que huir de la dicotomía clásica occidental de o yo o contra mí o del blanco y del negro, al igual que no se puede aceptar acríticamente todo lo que llega de China. Es decir, no se puede, ni se debe, considerar a China como el faro revolucionario mundial al mismo tiempo que no se puede sostener que es un país capitalista más. Y hay mucha gente supuestamente "progre" que se sitúa, sobre todo, en la segunda posición porque sus análisis están trufados de otros previos realizados por occidentales, siguiendo los parámetros occidentales.

Si en Occidente el marxismo se considera muerto, no digamos uno de sus conceptos clásicos, la lucha de clases. Sin embargo, la lucha de clases en China nunca ha desaparecido y ahora se está viendo de forma mucho más clara. Para Occidente, la "desaceleración económica" de China es presentada como el principio del fin del intento chino de ser alguien en el mundo. Acostumbrados a que el "jardín" se regaba con "la fábrica del mundo" se encuentran, de repente, con que ya no es así. No es solo la crisis de Ucrania, que también; no son solo las agresiones "democráticas" occidentales en forma de sanciones, que también. Son las decisiones políticas adoptadas por China y puestas en el papel en 2020 cuando se aprobó el XIV Plan Quinquenal y que se sancionan en las resoluciones de este congreso crucial. Y entonces se llega a la conclusión de que la tan traída y llevada "desaceleración", como sostiene Occidente, tiene mucho que ver con el aumento de la intervención estatal en la economía. Justo la antítesis del capitalismo occidental.

En este XX Congreso se está reforzando el control de lo público sobre lo privado y se está enfatizando la redistribución de la riqueza. Occidente lo ve, los "progres" no. Los analistas occidentales ya están diciendo que esto va a provocar una "caída de la confianza empresarial que reducirá la inversión privada", que "decae el atractivo para los inversores extranjeros" y que "las élites empresariales están asustadas por la campaña anticorrupción por la naturaleza arbitraria de un sistema judicial controlado por el partido comunista". Los occidentales nunca hacen lo más mínimo por comprender otro pensamiento que no sea el suyo, otra cultura que no sea la suya, y la china es milenaria: hay un dicho que dice que "es mejor ofender a unos pocos que no defraudar a miles". Occidente estará ofendido, los casi 1.500 millones de chinos seguro que no.

Porque este tema también ha sido abordado al reconocer sin tapujos que "existían graves amenazas ocultas al interior del partido, del país y de las fuerzas armadas" de carácter corrupto. Eliminar estos elementos dañinos dentro del PCCh está siendo determinante para la renovada confianza en el PCCh a nivel social. La corrupción fue una de las lacras del PCUS y una de las razones de la descomposición moral y social que llevó a la desaparición de la URSS.

Y lo ven también otros fuera de Occidente. Ven que lo que Occidente considera "obstáculos para la prosperidad", es decir el libre mercado como la única herramienta -a pesar de los desastres que ha generado y está generando-, es lo que realmente funciona, que el secreto del crecimiento chino está siendo el sólido control de las fuerzas del mercado por parte del Estado (de nuevo hay que remitirse al XIV Plan Quinquenal"). Este XX Congreso sanciona la visión marxista de un mayor control del Partido sobre el sector privado, la expansión del papel de las empresas estatales y la búsqueda de la "propiedad común" ya esbozada en el XIV Plan Quinquenal a través de la redistribución de la riqueza. Y aquí Xi Jinping ha jugado un importante papel.

El objetivo es "la transformación de China en un gran y moderno país socialista en todos los aspectos", y ese objetivo tiene dos etapas: la primera ya se está recorriendo y terminará en 2035 y la segunda comenzará entonces y terminará en 2049. Por lo que se lee en los documentos, esta "modernización con características chinas" aprovecha la globalización, sí, pero desecha los "subproductos perversos asociados con los modos occidentales de modernización: la hegemonía y la colonización".

Para ello, se pone el énfasis no en el crecimiento económico al estilo occidental, a cualquier costo, sobre todo el social, sino en el "crecimiento cualitativo", "igualando los ingresos de los diferentes grupos de la población y elevando las áreas rurales a los estándares del estilo de vida urbano teniendo en cuenta la preservación del medio ambiente".

De este congreso salen muchas cosas relevantes, una de ellas es la importancia de la geopolítica y el compromiso de China de contribuir a la creación de "un sistema internacional más equitativo y justo", con lo que da por hecho que ahora no lo hay -y que es a lo que se aferra con desesperación un Occidente moribundo-. China defiende el derecho internacional, y no eso de "orden basado en reglas" occidental, y por ello es el principal país en defender el multilateralismo lo que, a su vez, le ha granjeado un mayor carisma e influencia internacional.

Una de esas cosas relevantes es que en este congreso se ha vuelto a resaltar la "asociación estratégica integral de coordinación entre China y Rusia en la nueva era", lo que en estos momentos clave para el mundo como consecuencia de la guerra de EEUU-OTAN contra Rusia adquiere una importancia añadida a pesar de las consabidas referencias a que "las relaciones entre China y EEUU se adhieran a la dirección correcta de los tres principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de beneficio mutuo" y a algo parecido respecto a la UE.

La conclusión es lógica: "Frente a la contención externa, las sanciones, la supresión y la interferencia irrazonable hemos lanzado una lucha de ojo por ojo firme y poderosa". Es decir, que soberanía nacional, desarrollo y seguridad van unidos de manera inexorable. China ya no se calla.

China tiene claro que vienen tiempos turbulentos porque Occidente se resiste a perder su hegemonía matando, pero también que las fuerzas del cambio histórico están impulsando a muchos países, y no solo a China, a ir hacia adelante abandonando el camino occidental. El reciente caso de Arabia Saudita queriendo unirse a los BRICS es la penúltima prueba de ello. O el que países como Egipto, Pakistán, Siria, Guyana, Malasia o la Organización para la Unidad Africana no se hayan dirigido al "jardín occidental" sino a China para aplicar su método de erradicación de la pobreza extrema dice bastante de por dónde van las cosas.

El Lince

martes, 30 de agosto de 2022

El miedo y el pánico

En la cumbre de la OTAN, celebrada con todo boato a finales de junio, se aprobó un documento en el que se amenaza a todos los países que no siguen las imposiciones occidentales, su traído y llevado "orden basado en reglas", su orden y sus reglas. A pesar de ello, he venido manteniendo que no es más que un bluff, un meter miedo como se atemoriza a los niños con el "hombre del saco" que no tiene ninguna base real hoy por hoy y que eso no fue más que un acto a la desesperada por parte del Occidente colectivo para, apoyándose en ese miedo, intentar mantener su hegemonía.

El reposicionamiento mundial que se venía produciendo antes de la crisis de Ucrania es evidente y desde entonces, y como consecuencia de lo que se está viendo y, en gran medida, por la agresión de Occidente contra Rusia (el robo de reservas monetarias, sobre todo), se ha acentuado. 

Así, hoy Egipto acaba de anunciar que emitirá bonos en yuanes por valor de 2.000 millones de dólares. Es un movimiento natural que se une a lo que ya ha hecho Israel al anunciar que añadía el yuan a sus reservas de divisas (os lo comenté también el en artículo del enlace anterior) y al más que probable que haga, antes de finalizar esta año, Emiratos Árabes Unidos. Y hay que prestar mucha atención al viaje programado de Xi Jinping a Arabia Saudita.

Las Islas Salomón, un archipiélago situado en Oceanía, ha prohibido oficialmente a los buques de guerra de EEUU ingresar en sus puertos. La decisión ha sido acogida por EEUU como suponéis, pero ha sido el perro faldero de EEUU en la zona, Australia, quien ha dado el ladrido más fuerte: está empezando el relato de que China va a crear en el archipiélago una "base de poder hostil", concepto repetido hasta la saciedad por los medios de propaganda australianos utilizando el fantasma de la creación de una base naval china. El acuerdo actual entre los dos países no establece nada parecido, pero en los "valores democráticos" occidentales hay una norma muy clara: lo que yo digo es la verdad, para eso soy democrático y tú no.

Y el gobierno de las islas no se ha quedado callado y ha prohibido a los medios de propaganda australianos la presencia en el archipiélago por "intento deliberado de sabotear la relación entra China y las Islas Salomón" promocionando información falsa. Como es lógico, ya se habla de "ataque a la libertad de expresión" y "chantaje a los medios". Supongo que los censusados por Occidente medios rusos están sonriendo.

Y pasado mañana se inician los "ejercicios militares" Vostok 2022 en Rusia. Vostok significa Oriente (Este, en sentido literal) y participan nada menos que 14 países. Es la primera vez que el número es tan alto, pero lo relevante es quiénes participan en ellos: Azerbaiyán, Argelia, Armenia, Bielorrusia, India, Kazajstán, Kirguistán, China, Laos, Mongolia, Nicaragua, Siria, Rusia y Tayikistán.

Id tomando nota de algo más que curiosidades: Argelia, Nicaragua y Siria, por una parte. Armenia y Azerbaiyán, enemigos enfrentados en un conflicto no hace mucho, por otra. India y China, lo mismo con un conflicto fronterizo irresuelto desde hace la pila de años y que anduvieron a palos hace unos tres años por ello.

Es evidente que algo se está moviendo aquí, que el mundo se está dirigiendo hacia un nuevo sistema de relaciones internacionales en el que las alianzas tácticas (como estas) están superando, y con mucho, a los viejos estándares que representa el Occidente colectivo, con OTAN o sin OTAN. Unas alianzas que con sus conflictos, diferencias y contradicciones están mostrando de forma clara cómo la hegemonía occidental decae a velocidad de vértigo y cómo el miedo desaparece en unas partes del mundo, a pesar del "hombre del saco", y aparece en otras, en las que hasta ahora amenazaban.

Es evidente que Occidente está en pánico ante otro ejercicio de estas características y lo que supone: el fortalecimiento de las relaciones entre Rusia y China en el ámbito militar. Los chinos han ido un poquito más lejos en esta ocasión. Dicen que su participación tiene como objetivo "mejorar la capacidad de respuesta conjunta a diversas amenazas a la seguridad, independientemente de la situación internacional y regional actual" (sic). Como siempre, miran hacia el futuro.

El Lince

viernes, 30 de diciembre de 2016

La retirada qatarí (III)

Tercera parte, ideologizada, como todo lo que hago (materialismo histórico), de la serie sobre Siria, de ese comienzo del fin que ahora tiene una fecha: hoy, día que tiene que comenzar el cese de hostilidades (con la excepción de quienes son considerados terroristas) alcanzado tras negociaciones entre Rusia y Turquía. 

Pensar que Rusia y Turquía han llegado a este acuerdo sin tener en cuenta, por una parte, a Siria e Irán (además de a un factor no estatal como es Hizbulá) y, por otra, a Arabia Saudita y Qatar es no tener en cuenta nada de nada. Pero pone de manifiesto dos cosas: EEUU ya no es nadie en Oriente Próximo y sus principales vasallos han iniciado una retirada estratégica en unos casos (Qatar) y táctica en otros (Arabia Saudita) que anuncian una nueva era en la zona con unos nuevos actores. Ya os dije al inicio de esta serie que la derrota de la "contra" iba a tener importantes consecuencias geopolíticas para Oriente Próximo. Esta entrega va de ello.

La guerra de Siria es una guerra sectaria, lanzada por los sunníes desde el primer momento. Pero resulta que el grueso del ejército sirio es sunní y los palestinos que combaten junto a él también son sunnies. Por lo tanto, todos aquellos que han hablado con tanta alegría como ignorancia del "sectarismo shií" en relación a Hizbulá y las milicias iraníes que también combaten en apoyo al gobierno sirio, hablando además de que es la minoría alauita la que gobierna y básicamente la que combate, simplemente están mintiendo. Los medios de propaganda árabes sunníes que aún no han digerido la derrota de Alepo están insistiendo en ello porque ya es el único clavo al que se pueden agarrar aunque no salen de su asombro al ver cómo Turquía, sunní, ha dado un giro de 180 grados en su estrategia respecto a Siria.

Este giro, consecuencia del fracasado golpe militar, ha sido rápidamente visto por Qatar. A pesar de las bravuconadas de alguno de sus dirigentes (como cuando dijo que seguiría armando a la "contra") desde hace tres meses ha iniciado también un giro considerable en su política respecto a Siria y buscado un mayor acercamiento a Rusia.

La batalla de Alepo ha marcado un punto de inflexión en el conflicto sirio y la victoria del gobierno contra las fuerzas respaldadas por Arabia Saudita y Qatar, entre otros países, tiene importantes consecuencias geopolíticas para Oriente Próximo, como dije. El primer efecto práctico se reflejó el 10 de diciembre cuando Qatar compró el 19'5% de las acciones de la principal petrolera rusa, Rosneft.

Ese día ya era evidente que la "contra" se estaba desmoronando como un castillo de naipes. Ese día ya era evidente que Turquía dejaba hacer en Alepo a pesar de toda su retórica anterior de que Alepo formaba parte de su zona de influencia. Ese día ya era evidente que la colaboración entre Turquía y Rusia es mucho más sólida de lo que a más de uno le gustaría, como se había intuido un poco antes, el 10 de octubre, cuando ambos países reafirmaron su compromiso de completar el gasoducto Corriente Turca (Turk Stream) y quedaba claro que la vieja aspiración qatarí de convertirse en el proveedor de gas a Europa -sustituyendo al gas ruso que pasa por Ucrania- pasaba a mejor vida.

Qatar entendió a la perfección a dónde había llegado su estrategia de apoyo a los Hermanos Musulmanes, en general, y a los salafistas y takfiristas en Siria, en particular. Si quería salvar alguno de sus muebles, es decir, tener alguna posibilidad de vender su gas a Europa tenía que iniciar una retirada estratégica de Siria e iniciar una nueva relación con el país que tiene todas las cartas en la mano en la zona en estos momentos: Rusia. 

Cuando Rusia anunció que iba a privatizar una parte de su principal petrolera, de carácter estatal, hubo dos ofertas que rápidamente se hicieron: una desde China y otra desde Qatar. Rusia se decantó por la árabe por dos razones. La primera, porque China ya es su aliado estratégico y ambos paíoses tienen suculentos convenios en materia energética y, además, siempre puede dar cabida a China en otra privatización por un porcentaje similar porque seguiría conservando la mayoría en poder del Estado. La segunda, porque rompe tanto el frente árabe en Siria como el discurso de que Rusia está aislada internacionalmente puesto que Qatar no sólo es un socio preferente de EEUU, sino de Europa.

Para entender la excepcional importancia geopolítica de esta maniobra ruso-qatarí hay que recordar que tres países tienen el 50% de las reservas mundiales de gas natural. Esos tres países son Rusia, Irán y Qatar. La única alternativa que tenía la moribunda Europa de diversificar sus fuentes de suministro de gas, tal y como reiteradamente han dicho que tiene que hacer tanto EEUU como la OTAN, era a través de Qatar. Esto está en el origen de la guerra de Siria, como he dicho en más de una ocasión. Por lo tanto, la retirada de Qatar de la escena de Siria supone, además, una derrota estratégica de la Unión Europea.

La Unión Europea está abocada a tener que aumentar su suministro de gas desde Rusia, por lo que su irracional política de sanciones a este país, que acaba de renovar por seis meses, es equivalente a un suicidio porque la propia Comisión Europea ha reconocido que para el 2040 -si es que para entonces aún hay CE- tendrá que importar el 70% de sus necesidades energéticas cuando ahora es del 50%. Esta dependencia es inaceptable para EEUU (de ahí cosas como el TTIP) y para la OTAN porque pone a la UE en manos no sólo de Rusia, sino de Irán. Es decir, en manos de Eurasia. La expansión de la OTAN hacia el este, a las mismas fronteras con Rusia tiene mucho que ver con todo ello.

Para los estrategas de EEUU y de la OTAN, sólo se podía evitar ese panorama cada vez más cercano con Qatar. Pero Qatar sólo puede vender su gas por una zona, y esa es Siria y Turquía. La negativa de Assad encendió la guerra y EEUU jugó la carta kurda para que el gasoducto pudiese pasar por lo que ahora es Rojava, pero la negativa de Turquía cerró definitivamente esa posibilidad. 

La derrota de EEUU y de la UE (incluida la OTAN), así como de Arabia Saudita y Qatar es de las que hacen época. Se ha necesitado una guerra de casi seis años, miles de muertos y millones de desplazados y refugiados (así como ataques islamistas en Europa) para que haya entrado algo de razón en los incentivadores del conflicto. Uno de ellos es Qatar, financiador monetario y suministrador armamentístico de una de las principales organizaciones de la "contra", Ahrar al Sham, también en dificultades internas.

Estas son las razones por las que Qatar ha tenido que dar su visto bueno al acuerdo negociado entre Rusia y Turquía. El país otomano es ahora el principal referente sunní en Oriente Próximo y todos los demás tienen que aceptar su papel. Aunque sea a regañadientes. Este es un cambio significativo en Oriente Próximo y si cuaja la iniciativa ruso-turca será sin duda alguna la potencia regional de referencia sin que Arabia Saudita tenga ya el menor papel. De hecho, ayer mismo, justo el día que se anuncia el cese de hostilidades, el ministro de Exteriores turco viajó a Qatar para "informar con detalle" del acuerdo. En los medios de propaganda turcos se dice, además, que también estará presente en el encuentro "un representante saudita".

Por eso, pensar que el cese de hostilidades se va a cumplir a carta cabal es una entelequia. No obstante la debilidad de la "contra" obliga a algunos de sus grupos a aceptarlo. Por lo que me ha llegado, son en estos momentos Faliak al-Sham (Legión del Levante), Ahrar al-Sham (Movimiento Islámico de la Gente del Levante), Jaish al-Islam (Ejército del Islam), Suvar al-Sham (Revolución del Levante), Jaisj al-Mudzhahiddin (Ejército de los Mujaidines), Jaish Idlib (Ejército de Idlib) y Dzhabhat al-Shamiya (Frente del Levante). Con la excepción de Ahrar al-Sham estos grupos no son precisamente los más fuertes dentro de la "contra" y no tengo claro que pese al anuncio esta organización se sume al mismo, dada su profunda división interna como os dije hace unos días en la segunda entrega que titulé "Bienvenidos a Idlib".

Cabe pensar que estos son los grupos sobre los que tienen influencia tanto Turquía como Qatar, no tanto Arabia Saudita. Y no hablemos de EEUU y de sus vasallos europeos, totalmente fuera de juego. Y como lo están, después de conocerse el acuerdo ruso-turco EEUU ejemplificó su rabieta con Rusia por la supuesta piratería informática expulsando a 35 supuestos espías rusos, aunque en su mejor estilo no presenta ni una prueba de ello. Y tampoco hay que despreciar algún otro gesto de rabieta, como el dar un empujoncito a alguno de los grupos de la "contra" para hacer inviable el cese de hostilidades.

El acuerdo primero entre Rusia, Irán y Turquía, el día 20 de diciembre, se llevó a cabo sin ningún tipo de consulta previa ni con EEUU ni con sus dos socios clave europeos (Francia y Alemania, cuyas agencias de inteligencia estaban muy activas ayudando a la "contra" en los barrios orientales que controlaba en Alepo). Eso les ha puesto de bruces sobre una realidad que muchos occidentales no quieren ver a pesar de las evidencias: la hegemonía occidental sobre el mundo declina cada segundo que pasa. Si se tiene en cuenta que Turquía es miembro de la OTAN estamos en una situación inédita, con la ruptura de la confianza mutua entre aliados (EEUU y la UE, por una parte, y Turquía, por otra) que va a tener profundas implicaciones para la seguridad no sólo regional, sino mundial. Por ejemplo, en Afganistán, donde Turquía juega un papel poco conocido, pero de influencia.

El golpe de gracia al viejo Oriente Próximo se dará cuando Egipto se sume al acuerdo de una u otra forma, puesto que ya se está hablando de que podría convertirse también en garante del mismo. Si ayer Turquía fue a Qatar, lo mismo hizo el ministro de Asuntos Exteriores ruso en Egipto. Cabe recordar que Egipto tiene en estos momentos 18 aviones de combate en Siria y unos 200 soldados, convirtiéndose en el primer país árabe que toma partido militar a favor del gobierno sirio.

Tal vez lo hayáis visto, pero hay tres vídeos similares a éste sobre el arsenal que ha sido encontrado por el ejército sirio en los barrios orientales de Alepo que controlaba la "contra". Muchas de las armas y municiones fueron fabricadas en Bulgaria, compradas por Arabia Saudita (unos 100 millones de dólares) y trasladadas por EEUU a la "contra" extremistamente moderada o moderadamente extremista. Otras tienen procedeencia de la República Checa, Croacia y Polonia. Es decir, todos países de la OTAN.


Y ¡oh, sorpresa!, el servicio de prensa de la ONU, ese que dio pábulo muchas veces a lo que decía la "contra" de que en los barrios orientales de Alepo que controlaba había más de 250.000 personas ¿recordáis? -aunque en otras ocasiones hablaba de que no llegaban a los cien mil- acaba de hacer públicos los datos de los civiles que había en ellos y resulta que eran menos de la mitad. La ONU dice, redondeando, que había unos 110.000 civiles en esa parte de la ciudad, de los que 75.000 -cuando pudieron salir- se dirigieron a las zonas que controlaba el gobierno sirio (y ahora recordad lo que decían los medios de propaganda y cómo mentían al respecto) y el resto, unos 35.000, son los que se han ido a Idlib. Esta última cifra es la que también dan la Cruz Roja y la Media Luna Roja, que supervisaron la evacuación y la retirada de la "contra". Como dice un refrán castellano, "se coje antes a un mentiroso que a un cojo".

El Lince

lunes, 10 de octubre de 2016

Lenguaje inteligible

Por una vez el lenguaje diplomático se hace inteligible. Y lo hace en tanto en cuanto que deja de ser diplomático. Quien lo ha hecho ha sido el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Siempre pausado, siempre cauto, suave en las formas y duro en el fondo Lavrov ha demostrado que está hasta la coronilla de los EEUU y sus vasallos. No es él, es Rusia entera.

Lavrov lo ha podido decir de mil maneras y endulzar de cien formas diferentes el mensaje, pero ha decidido que no, que ya basta y que todo el mundo tiene que saber lo que está pasando. Y lo que está pasando es que "EEUU está empezando a tomar conciencia del paulatino, pero aún así inevitable, final de su omnipotencia" (sic) y eso explica no sólo su animadversión hacia Rusia, sino sus conductas erráticas.

Este  reconocimiento de la progresiva pérdida de influencia no es único de EEUU, sino de sus vasallos occidentales. Lavrov nuevamente; "este proceso está siendo muy doloroso para los países occidentales ya que, durante siglos, eran quienes controlaban el mundo" (sic). Y sigue: "así ha sido desde los siglos XVI-XVII; establecían normas y reglamentos y todo el mundo escuchaba. Incluso en 1992 [desaparecida la URSS] pensaron que se habían metido a Rusia en el bolsillo. Hasta hace un par de años nos decían que Rusia debe conformarse con ocupar su lugar, de forma peyorativa, que sólo éramos una potencia regional. Ahora incluso nos acusan de interferir en la carrera presidencial de EEUU".

Fue en una entrevista en televisión el pasado día 7, en hora punta. Lavrov dijo muchas cosas más (es una lástima que sólo esté la transcripción en ruso porque es muy jugosa) tanto con referencia al nuevo papel de Rusia en la geopolítica como en la cuestión siria. Aquí fue también demoledor al afirmar que "al igual que la Adminsitración de Ronald Reagan creó Al-Qaeda y la de George Bush el [llamado] Estado Islámico, no me gustaría que la Administración Obama pasase a la historia como quien ha favorecido, fortalecido y asegurado el éxito de una nueva estructura terrorista como la del Frente al-Nusra (ahora redenominado Frente para la Conquista del Levante, la rama de Al-Qaeda en Siria)" (sic). No es un ciudadano normal quien hace estas afirmaciones, es el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia.

Ya que estamos en Siria, dos apuntes: supongo que sabréis que el viernes se votaron en el Consejo de Seguridad de la ONU dos resoluciones sobre un mismo asunto, el sirio. La primera, patrocinada por Francia y España, pedía el fin de los ataques a Alepo, el fin de los vuelos de los aviones y el fin de todo. Rusia la vetó y China se abstuvo (tomad nota porque, como ya os dije, China está abogando de forma clara por reforzar sus vínculos con Francia y Alemania y ya está cortejando de forma clara a los sustitutos de los mandatarios actuales, Hollande y Merkel). La segunda, patrocinada por Rusia con el aval de China, planteaba que si se quiere seguir cumpliendo las resoluciones anteriormente aprobadas había que continuar combatiendo "a todos los grupos, entidades o individuos asociados o vinculados con Al-Qaeda", además de apoyar el plan del enviado de la ONU para Siria sobre la retirada de los miembros de la "contra" de Alepo. Fue vetada por EEUU, Francia y Gran Bretaña. Es la primera vez en la historia de la ONU que ocurre un veto doble el mismo día y sobre el mismo tema.

Aquí el representante de Rusia hizo lo mismo que su ministro: habló con claridad y sin tapujos diplomáticos. Se llama Vitaly Churkin y respondió a Gran Bretaña. "el representante permanente del Reino Unido acaba de exclamar patéticamente "¡Paren esto ahora!”. Tiene razón, paren ustedes inmediatamente de respaldar a la escoria de todo tipo en el mundo entero, ya sean extremistas, terroristas y a todos aquellos que se dedican a desestabilizar la situación en tal o más cuál país. De manera general, cesen ustedes de inmiscuirse en los asuntos de los demás Estados soberanos. Renuncien ustedes a sus costumbres coloniales. Dejen tranquilo al mundo. Eso permitirá sanear la situación en varias regiones del mundo”.

Las posiciones cada vez están más claras, el discurso también. Por si fuera poco, el representante chino Liu Jieyi, explicó su postura de la siguiente forma: "el proyecto francés no refleja el respeto pleno de la soberanía, la independencia, la unificación y la integridad territorial de Siria mientras que el contenido del proyecto de Rusia sí lo hacía y lamentamos que no se adoptase el proyecto ruso de resolución".

Y un dato a tener en cuenta: Egipto, único país árabe en el Consejo de Seguridad, votó a favor de la resolución rusa. Esto puede tener varias explicaciones (una, por ejemplo, el malestar con Arabia Saudita porque no han llegado los miles de millones de dólares prometidos tras aplastar a los Hermanos Musulmanes) en las que no voy a entrar ahora.

Todo esto se produce la misma semana en la que el enfrentamiento entre EEUU y Rusia ha dado un salto espectacular pero que hay que interpretar como actos a la desesperada por parte de EEUU, que se siente, como dicen los mexicanos, "ninguneado" cada vez más y por más gente. Un ex diplomático indio (de la India) lo acaba de decir de forma muy gráfica tras comentar la entrevista a Lavrov: "comparados con él, sus colegas de EEUU no le llegan ni a la cintura; si comparas los comentarios de Lavrov con los de Kerry [el secretario de Estado de EEUU], los de éste suenan a los de un hombre frustrado, que ha perdido la calma" (sic). Y sigue: "EEUU no se da cuenta que la tierra ha comenzado a hundirse bajo sus pies en Oriente Medio; sus antiguos aliados Turquía y Arabia Saudita ya están tocando por su cuenta porque la orquesta ya no tiene director". Y termina: "la visión de un imperio que se hunde no es gratificante [para ese imperio]: fue el caso de Roma, de Bizancio, de España, de Portugal, de Francia, de Gran Bretaña...". ES M.K Bhadrakumar, un ex diplomático durante 29 años que sabe de lo que habla.

Por eso las bravatas de EEUU sobre ataques a Siria, por eso sus bravatas sobre la guerra nuclear; y no tan bravatas puesto ayer se conoció que no hace mucho tiempo realizó dos simulacros de lanzamiento de bombas atómicas en una de sus bases militares en Nevada. Lo más alucinante es la justificación; "obtener datos sobre la fiabilidad, precisión y datos de rendimiento" de las bombas. Con eso está todo dicho.

La situación está llegando a un nivel sin precedentes, por lo que el hecho de que unos diplomáticos hayan utilizado un lenguaje inteligible tiene mucho mayor mérito: todo el mundo lo entiende y puede comprender hacia dónde se decanta el mundo y quiénes son sus verdugos.

El Lince

jueves, 10 de septiembre de 2015

La campaña y la estupidez: los tiempos para Siria (1)

Los progres nunca dejarán de asombrarme. ¿Pueden los progres ser todavía más estúpidos y más tontos útiles del imperialismo de lo que son? La respuesta es sí. No han aprendido de Kosovo (el famoso "éxodo masivo" que justificó los bombardeos de la OTAN y el posterior reconocimiento de Kosovo como entidad independiente de Serbia). No han aprendido de Libia (el "éxodo masivo" de la población huyendo de la que decían tiranía y que justificó los bombardeos de la OTAN). No han aprendido de Grecia (donde han defendido y defienden hasta la náusea la claudicación de la "izquierda radical" de Syriza y su sumisión a la OTAN, como se ha puesto de manifiesto con la negativa a que los aviones rusos sobrevuelen su territorio si van a Siria).

No han aprendido nada de nada y no aprenderán nada de nada porque bajo su barniz de profesionales liberales, de tecnócratas y de bien-pensantes se oculta una ignorancia supina no sólo de los conflictos de clase, de los que abominan, -ellos son "gente", ellos son "ni de izquierda ni de derecha"- sino de los conflictos geopolíticos -han llegado a decir que "cuando los pueblos hablan, la geopolítica calla" (?)- que se están produciendo y que están definiendo un Nuevo Orden Mundial que a ellos no les gusta porque, en definitiva, les cuestiona a ellos y su sin sustancia. Tendrían que empezar a aprender algo nuevo y eso siempre es molesto. Por eso ahora están repitiendo todos los errores anteriores con los refugiados de Siria. Es la misma campaña, con el mismo objetivo.

La imagen del niño sirio muerto en una playa ha provocado una oleada de indignación y de solidaridad en Europa. En el Estado español (España para los de otras latitudes) los "alcaldes del cambio" se han reunido para declarar a las localidades que gobiernan "ciudades refugio". Los "alcaldes del cambio" no lo son tanto, pero sí son candidaturas ciudadanas que propugnan algunas reformas al sistema capitalista sin saltarse las normas, decididos a darle una cara más humana al capitalismo. Hay mucho que hablar de ello, pero no es el momento. Lo saco a relucir por el tema de los refugiados sirios y porque nadie se hace preguntas simples como ¿por qué ahora? ¿nadie ve que han salido de Turquía y con el beneplácito de una Turquía que está machacando a los kurdos? ¿a quién beneficia este nuevo “éxodo masivo”? ¿por qué los sirios sí y los provenientes del África subsahariana no?

Uno de los aspectos que nunca tendrán en cuenta los progres es la demografía.  Cuando en Europa se está en un crecimiento demográfico cero o cercano al cero por el envejecimiento de la población es necesaria mano de obra y no sólo de los nativos, de quienes están en paro, sino más allá. A ningún progre parece haber sorprendido el que Alemania haya dicho que puede recibir a medio millón, incluso se ha llegado a hablar de 800.000 refugiados. Supongo que será fácil de entender, aunque con los progres nunca se sabe, el hecho de que la práctica totalidad de ellos digan que quieren ir a Alemania. Ni el que desde Gran Bretaña o desde el Estado español se esté hablando de bombardear Siria y, en concreto, "a las fuerzas del régimen de Al-Assad".

Así que como hay mucha tela que cortar y como los progres son muy ignorantes, si alguno acaba leyendo esto por error o accidente -a fin de cuentas los progres no se salen de los medios de propaganda convencionales, no vaya a ser que les critiquen por "radicales" o "izquierdistas" o algo peor, "desfasados"- voy a intentar instruirle un poco en su ignorancia. Lo primero, con los orígenes de lo que está pasando y que hay que insertar en lo que se dice en este excelente artículo. Totalmente clarificador y que como os he dicho en otras ocasiones, merece la pena que se difunda (además de que se entienda). Lo presento como una primera parte de otras que os iré poniendo.

Seis meses para Siria: los movimientos geopolíticos



(incluyendo el Kurdistán)


Miércoles 2 de septiembre de 2015 por CEPRID
Alberto Cruz

CEPRID

Uno de los aspectos tangenciales del acuerdo de Viena sobre el programa nuclear con Irán, sea retificado o no por el Congreso de EEUU, es el futuro de Siria. Este acuerdo se firmó a finales de julio y desde entonces se han generalizado los movimientos de todos los actores, internos y externos. Sobre todo, los externos. Rusia, Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudita y el propio Irán se han puesto en marcha dejando un claro rastro de por dónde van a ir las cosas respecto al país árabe. Y se han puesto en marcha porque hay un plazo máximo para que la balanza se decante hacia un lado u otro: seis meses. Porque en este plazo, y en virtud del acuerdo de Viena, Irán va a recibir una buena parte de los millones de dólares que tiene congelados en cuentas bancarias occidentales. Son 100.000 millones en total de los que ahora, va a recibir 29.000 y una buena parte de ellos –y se está publicando que alrededor de 9.000 millones- va a ir a Siria con lo que, de hecho y de derecho, se fortalecerá económica y militarmente al gobierno de Bassar al-Assad.

Turquía y el Kurdistán (e Israel)

El recorrido de estos movimientos hay que comenzarlo por Turquía, que ha sorprendido a propios y extraños, poco avezados éstos en analizar los movimientos geopolíticos, con los ataques -pequeños, muy locales y cortina de humo- contra el llamado Estado Islámico y contra los kurdos, su verdadero objetivo. Turquía y EEUU son muy conscientes de lo que se les avecina dentro de seis meses y lo que han hecho ha sido, el uno con la aquiescencia del otro, prepararse para una batalla integral contra el Ejército Árabe Sirio en este plazo. Esa, y no otra, es la razón por la que EEUU ha sido autorizado a utilizar la base aérea turca de Incirlik.

Y para ello, lo primero que tienen que hacer es eliminar la amenaza kurda que, en estos momentos, ya controla un territorio entre Siria e Irak similar al de Kuwait y Qatar juntos (1). Esta amenaza no proviene de los kurdos iraquíes, aliados de EEUU y de la propia Turquía, sino de los kurdos sirios. Veamos. Cuando Turquía comenzó los bombardeos a gran escala contra ciertas bases del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el Kurdistán iraquí, donde siempre ha estado y a donde retiró el grueso de sus combatientes mientras estuvo en vigor al alto el fuego con Turquía alcanzado en 2012, los kurdos iraquíes pidieron "amablemente" al PKK que se retirase de la zona "para evitar las víctimas civiles" que provocaban los bombardeos turcos. Es decir, los kurdos iraquíes, que mantienen unos excelentes vínculos políticos y económicos con Turquía (2), no pidieron a los turcos que dejaran de bombardear, sino a sus "hermanos" kurdos que se fueran.

El Kurdistán iraquí es desde hace un tiempo un hervidero, donde cada vez hay un mayor enfrentamiento entre los dos clanes tradicionales que han monopolizado el poder desde finales de la década de 1940, los Barzani y los Talabani. El parlamento regional acaba de suspender su reunión extraordinaria (20 de agosto) porque el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), del clan Barzani, boicoteó la reunión en la que se iba a discutir sobre la reelección de su jefe, Massud Barzani, como presidente. EEUU, Gran Bretaña y la propia ONU llevan meses insistiendo en que Barzani sea reelegido ante "la necesidad de aplicar reformas políticas" en el Kurdistán y porque "es el único candidato que contaría con respaldo de la comunidad internacional" para combatir al llamado Estado Islámico (EI).

Es una muestra más, otra de miles, de cómo a la muy democrática "comunidad internacional" le importa muy poco la legalidad, aunque sea la suya. Porque resulta que la legislación kurda, aprobada y sancionada por la "comunidad internacional", establece que no puede haber reelección del presidente. Así está establecido en la Constitución de 2005, elaborada conjuntamente por los kurdos y asesores estadounidenses tras la invasión y ocupación neocolonial de Irak en 2003. Barzani fue elegido en 2009 y, violentando la Constitución, fue autorizado a prorrogar su mandato dos años más, hasta este 2015. Pero ahora "la comunidad internacional" quiere violentar la ley, otra vez más, y prorrogar su mandato, otra vez más. A los amigos hay que protegerlos. Sobre todo, porque está quitando cuota de petróleo, y territorio, al gobierno iraquí, muy debilitado por la guerra con el llamado EI. Así ha ocurrido con la zona de Kirkuk, donde los kurdos iraquíes se han hecho con el control de campos petrolíferos que hasta ahora gestionaba el gobierno de Bagdad.

Este petróleo llega, en sus dos terceras partes -incluso hay quien dice que el 75% del total-, a Israel (3) en virtud de un acuerdo establecido el mes de mayo y que ha llegado a un total de 19 millones de barriles. Lo curioso es que una parte importante de este comercio cubre la ruta Kurdistán iraquí-Turquía (puerto de Ceyhan)-Israel (puerto de Ashkelon). Y lo más curioso de todo es que este comercio se realiza a precios por debajo de los que marca el famoso mercado del petróleo (4). El Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) niega una y otra vez esta realidad argumentando que los cargamentos de petróleo "cambian varias veces de mano" antes de llegar a su destino final, pero lo cierto es que varios petroleros que recalan en Israel han podido ser seguidos en sus rutas por satélite y se ha podido rastrear cuándo y dónde han realizado sus cargas y dónde las han entregado. Es lo que se ha podido averiguar con el petrolero "Altai", de bandera liberiana, una bandera de conveniencia, y que tiene una capacidad de carga de un millón de barriles. No debería sorprender, por lo tanto, que el primer ministro israelí, Benjamín Netanhayu, dijese en el verano de 2014 que apoyaba la creación de un estado kurdo en la zona de Irak (5). Tampoco debe sorprender que el GRK haya condenado el ataque del PKK contra el oleoducto en la zona de Sirnak, en territorio turco pero cerca de Irak, "porque atenta contra el medio de vida del Kurdistán" iraquí según aparece publicado en la página oficial del GRK (6).

El descubrimiento de estos embarques ha llevado a que el GRK y el gobierno iraquí hayan llegado a un acuerdo sobre las exportaciones de petróleo en esta zona y hayan decidido exportar conjuntamente el crudo a cambio de que los kurdos reciban el 17% del presupuesto nacional de Irak por ello (7). Sin embargo, la caída de los precios del petróleo está provocando que el dinero que reciben los kurdos sea menor de lo que esperaban, por lo que el GRK ha vuelto a vender petróleo por su cuenta dado que "hay que conseguir fondos para los peshmerga para combatir al DAESH [acrónimo en árabe del llamado EI] y pagar el salario de los empleados" (8).

La famosa “comunidad internacional” tiene que proteger a los amigos como Barzani porque enfrente tiene a un enemigo temible, el PKK. El prestigio de esta organización es enorme dentro del mundo kurdo y, ahora, más allá. El PKK es la única fuerza que hace sombra al GRK, sus prácticas políticas y militares suponen un desafío radical a los partidos tradicionales kurdo-iraquíes con una estrategia flexible e imaginativa que combina la lucha armada con una cultura política de participación popular en todos los aspectos de la vida política, social y económica. Si su prestigio ya era grande, cuando en agosto de 2014 acudió en ayuda de los kurdos yazidíes que habían sido atacados por el llamado EI, adquirió proporciones estratosféricas.
Mientras que los famosos "peshmerga" del Kurdistán iraquí se mantenían al margen de la masacre que el llamado EI llevaba acabo en las montañas de Sinjar contra los kurdos yazidíes, el PKK y el Partido de la Unión Democrática (PYD) kurdo-sirio, organización hermana cuasi-hija del PKK, acudieron sin dilación y lograron derrotar a los takfiristas del llamado EI pudiendo salvar a unos 20.000 yazidíes. Era la primera vez que lograba una victoria sobre los takfiristas, la segunda fue en Kobani (Siria) unos meses más tarde. Muchos jóvenes yazidíes, en agradecimiento, se enrolaron tanto en las filas del PKK como de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), la rama armada del PYD.

Hay quien dice que las YPG han crecido espectacularmente desde el triunfo de Kobani. Se llega a decir que tienen 40.000 combatientes, hombres y mujeres. Y que una parte de ellos, pequeña, pero significativa, no son kurdos sino árabes e, incluso, cristianos. Eso pone de manifiesto que han llegado a territorios que no eran propiamente kurdos, por lo que las YPG anuncian con orgullo que tras la derrota del llamado EI en Kobani han logrado una espectacular expansión territorial que abarca en estos momentos desde el Éufrates iraquí, en este, hasta Afrín y partes de Alepo sirio en el oeste. En total, 21.000 kilómetros cuadrados que son algo más que un territorio bajo su control: son un embrión de Estado porque ya tienen continuidad territorial, no son cantones aislados entre sí como hasta ahora. Si a eso se añade que el PKK ha proclamado la autonomía de una región en el Kurdistán turco, Dersim, tenemos el cuadro completo del por qué de los ataques turcos a los kurdos.

Esto es a lo que tiene miedo Turquía. Bajo ningún concepto va a aceptar un embrión de Estado como el que representa la experiencia de un Rojava ampliado (9). Lo que quiere el gobierno de Erdogan es crear una "zona segura" de kurdos en su frontera porque, tal y como van las cosas, apenas queda ya una franja de la frontera turca con Siria que no esté bajo el control de los kurdos. Más o menos son unos escasos 80 kilómetros, el único espacio que queda para que se pueda colocar a los famosos "sirios moderados" que EEUU está entrenando tanto en Turquía como en Jordania, una fuerza que, por el momento, ha llegado a la extraordinaria cifra de 54 reclutas, como han reconocido.

Así que tanto Turquía como EEUU son conscientes que eso sólo es posible si destruyen definitivamente Siria. De hecho, Turquía lo ha dejado muy claro a través de su ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, al decir que la creación de las "zonas seguras" supondrá "enviar un mensaje claro al presidente Bashar el Assad y ayudar a poner presión sobre su gobierno para llegar a la mesa de negociaciones". Eso puede significar que Turquía ya asume que la salida de Al-Assad del poder no será tan fácil, aunque aún no ceja en su empeño. El ministro también dejó claro que los kurdos "no van a tener ningún papel" en esas "zonas seguras". Dijo textualmente: "preferimos que las fuerzas moderadas de la oposición [siria] controlen realmente la zona de seguridad o la zona libre del DAESH, en el norte de Siria, a que las controle el PYD a menos que cambie radicalmente su política" (10).

El miedo turco es patente porque la expansión territorial kurda ha sido posible no sólo por el ímpetu combativo de las YPG y su rama femenina, las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ), sino por el apoyo del gobierno sirio. Aunque los kurdos reconocen sólo una ayuda "puntual", como ha dicho el copresidente del PYD, Saleh Muslim, lo cierto es que, por ejemplo, durante la batalla de Kobani las unidades kurdas contaron con apoyo logístico, armas y municiones sobre todo -además de algunos centenares de ataques de la aviación siria sobre el llamado EI-, y así está reconocido incluso documentalmente por varios comandantes militares de las YPG. Un ejemplo de esta colaboración se está dando en la localidad de Hasaka, en el noreste del país, y con gobernalidad compartida entre el gobierno sirio y las YPG. En esto el PYD sigue el diseño de política exterior del PKK, totalmente independiente y sin alineamiento alguno. Así se explica que el PYD no forme parte de la alianza anti-Assad de la que sí forman parte otras organizaciones kurdas sirias aunque sin el arraigo del PYD.

Así que visto lo rápido que van las cosas, tanto Turquía como EEUU tienen que acelerar el proceso porque el tiempo para derrocar a Bashar al-Assad se les termina. Ya sólo tienen seis meses para finalizar con lo que empezaron hace cuatro años y no han podido hacer en este tiempo.

Pero para ello hay que comenzar por reprimir o controlar a los kurdos. Turquía está agitando el espantajo kurdo como una forma de eludir la presión social interna. Los ataques al PKK, la guerra total declarada contra los kurdos tiene varias razones entre las que hay que mencionar el ascenso político del Partido Popular Democrático (HDP) en las pasadas elecciones y el brusco descenso de la economía y que ha llevado a la moneda turca, la lira, a mínimos históricos frente al dólar y el euro. Una de las razones por las que se van a volver a celebrar elecciones en Turquía, cuando apenas han transcurrido dos meses desde las anteriores, es para evitar que se consolide la presencia del HDP en el parlamento. Durante las conversaciones mantenidas por el partido de Erdogan, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), y el resto de fuerzas políticas en lo que se ha insistido por parte del AKP es en esta necesidad y la ofensiva militar contra el PKK se enmarca en la línea de descrédito de los kurdos puesto que el HDP recibió una buena parte de votos de sectores turcos de izquierda, más o menos "moderada" y al sobrepasar la barrera del 10% de los votos, necesaria para entrar en el parlamento impidió que el AKP revalidase la mayoría absoluta de que había venido disfrutando desde 2002. Dado que el HDP es un claro mediador entre el PKK y el gobierno turco, el que este partido desaparezca del parlamento es un objetivo inmediato de Erdogan porque su sola presencia dificulta la estrategia genocida turca.

Por lo tanto, ni Turquía ni EEUU van a aceptar que el PYD se consolide en las zonas liberadas al llamado Estado Islámico en el Kurdistán sirio. EEUU está manteniendo conversaciones con el PYD para que consienta que en esas zonas operen las "fuerzas de oposición moderadas [al gobierno de Al-Assad]" que está formando, entrenando y armando en campamentos de Jordania. Una vez asentados estos mercenarios en ellas, se convertirán en "zonas seguras". Aquí Turquía y EEUU discrepan sobre lo que supondría ser "zona segura". Para el gobierno de Erdogan, sólo puede ser "segura" si se implanta en ella una "zona de exclusión aérea" en la que no pueda incursionar la aviación del Ejército Árabe Sirio del gobierno de Damasco. Y esta pretensión se enmarca en lo que el Ejército turco llama "creación de zonas militares cerradas" - es decir, en la práctica bajo estado de sitio en las que la población estará bajo control y en la que se realizarán las operaciones militares contra el PKK- en el sur de Turquía y que, curiosamente, están colindantes con las pretendidas "zonas seguras" que se quiere implantar en el norte de Siria. En Washington hay ahora mismo un debate sobre si conviene dar este paso, como ha sugerido de forma abierta el general John Alen, o si eso implicaría un mayor enfrentamiento con Rusia, el gran sostenedor del gobierno de Al-Assad.
Así tenemos que en el mes de agosto se comenzó a vivir una escalada de la guerra en Siria, incluyendo una intensificación de los combates en ciudades cercanas a Damasco. Y, al mismo tiempo, una intensificación de los contactos y esfuerzos diplomáticos para impedir esa guerra que tanto Turquía como EEUU quieren agudizar. Son tres países quienes se han puesto a ello: Rusia, la propia Siria e Irán, cada uno desde su propia óptica. Rusia lo está haciendo desde el punto de vista diplomático, Siria desde el punto de vista militar, Irán desde el más claro del apoyo público. Incluso se podría añadir un cuarto país: Arabia Saudita.

Rusia y los países del Golfo Pérsico (incluyendo Yemen)

En los últimos meses se está asistiendo a un curioso giro de Arabia Saudita. De ser uno de los principales agresores de Rusia (con el petróleo como arma, apoyando que se abaraten los precios) a ser uno de los principales interlocutores. La historia del cambio de postura saudita empieza en junio, en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Un foro que boicoteó Occidente argumentando las sanciones impuestas por Ucrania y que fue rápidamente aprovechado por otros países para ocupar el espacio vacío dejado por Occidente. Uno de ellos, Arabia Saudita. Se inició entonces un acercamiento que está yendo cada vez a más y que comenzó con un acuerdo de colaboración sobre la energía nuclear. Rusia tiene mucho que aportar en ese campo y Arabia Saudita está pensando de una forma muy seria cómo reemplazar en el medio plazo al petróleo como fuente energética. Luego llegó en julio otra noticia de calado: Arabia Saudita invertirá 10.000 de dólares en la economía rusa. En unos momentos en los que Occidente impulsa las sanciones contra Rusia, el que un país aliado tradicional suyo como el árabe dé este paso y se desmarque de las sanciones es algo más que relevante.

Lo que empezó con un acuerdo comercial se ha ido transformando en un cuasi-acuerdo político con Siria como referente. Aunque las diferencias aún son muchas, por ejemplo en cuanto al mantenimiento o no de Al-Assad como presidente (11), el camino hacia el acuerdo se está haciendo cada vez más corto. Poco después del Foro de San Petersburgo tuvo lugar en Moscú una reunión entre el Director de la Oficina de Seguridad Nacional de Siria y el ministro de Defensa saudita. Lo que se hablase ahí es un misterio, pero lo que no cabe duda es que a partir de ella Arabia Saudita ha dado un giro, leve pero giro, a su política respecto a Siria. Uno de los resultados más visibles de la misma es que también en Moscú han tenido lugar las primeras conversaciones directas entre el gobierno de Bashar al-Assad y la llamada Coalición Nacional Siria. Nunca hasta ahora estos opositores, armados y financiados desde el exterior, especialmente por Arabia Saudita, habían aceptado una invitación así y unas conversaciones directas.

Este movimiento se puede interpretar sólo de una manera: Rusia y Arabia Saudita se sitúan en una parte del tablero, mientras que Turquía y EEUU están en otro. Los recientes ataques del llamado EI en Arabia Saudita parece que están comenzando a poner de los nervios a la casa Saud, cada vez más consciente de que ha estado alimentando un alien que ahora amenaza con devorarla a ella (y de que este alien es una herramienta estadounidense para debilitarla; aquí habría que añadir el enfrentamiento existente por el precio y extracción del petróleo con la fracturación hidráulica que está haciendo de EEUU autosuficiente y cuasi-exportador en estos momentos). Si finalmente se produce la visita del rey saudita a Moscú, como se ha dicho que se estaría negociando, se puede hablar ya abiertamente de que Arabia Saudita está buscando una puerta de salida del avispero sirio.

Hay un dato, además, que ayuda a comprender este giro saudita: Yemen. Los intereses geoestratégicos sauditas son aquí mucho más importantes que en Siria y si en este ya se han agitado las avispas, en Yemen lo que está ocurriendo es que el empantanamiento saudita es de tal calibre (la aventura injerencista se inició en marzo) que está comenzando a afectar tanto a sus arcas como a sus tropas.

Arabia Saudita está en estos momentos registrando un déficit fiscal del 20% de su Producto Interior Bruto, según reconoce el FMI en su último informe sobre este país (12). Hacía más de una década que no sufría una situación parecida. La razón no son sólo los bajos precios del petróleo, sino el coste de su aventura injerencista en Yemen. A ello hay que añadir que el número de soldados sauditas muertos se incrementa, con ataques de los rebeldes hutíes a puestos y bases militares sauditas -como acaba de suceder en la provincia fronteriza de Jizán- mientras que comienza a extenderse en el mundo, incluso en el siempre sordo y mudo Occidente, la imagen de los civiles muertos por los bombardeos sauditas y la hambruna, reconocida por la propia ONU, que está afectando a la población yemení. La ONU ha tenido que reconocer que "millones de yemeníes están en necesidad urgente de suministros básicos". Además, hay que contar con que en el Yemen rebelde la influencia iraní es grande, incluso mayor que la del país persa en Siria.
Por eso Arabia Saudita ahora está realizando tímidos movimientos para buscar una solución negociada en Yemen. Las reuniones del segundo heredero de la corona saudita, y al mismo tiempo Ministro de Defensa, Mohamed bin Salman, con diferentes interlocutores yemeníes se multiplican (13) aunque aún no se ha reunido con los hutíes, sin los cuales no hay acuerdo posible.

Pero Rusia no sólo ha establecido lazos con los saudítas, sino con otro de los principales jugadores en la crisis siria: Qatar. Este emirato viene financiando al Frente al-Nusra (de la Victoria), cada vez más enfrentado con el llamado EI. Así que los movimientos rusos en el emirato sólo tienen una explicación: integrar a los cataríes en el frente anti-EI que viene impulsando Rusia desde hace un tiempo. Aunque la propuesta rusa no va a cuajar en el corto plazo porque eso supondría para sauditas y cataríes reconocer que han cometido un error mayúsculo apoyando el derrocamiento de Al-Assad -dado que tendrían que trabajar estrechamente con el gobierno sirio para combatir al EI- el paso es significativo porque cada vez se enreda más el conflicto y los enfrentamientos ya son de todos contra todos, por lo que la propuesta rusa es la única que hay encima de la mesa para hacer frente a esa amenaza.

Si los rusos son los únicos que han planteado una estrategia contra el llamado EI, Irán es uno de los últimos que han planteado una propuesta para resolver la crisis de Siria. Pero la iniciativa de Irán ha sido consensuada con Rusia, según ha dicho el primer ministro sirio Jaled al-Aboud. Aún no se conocen los detalles exactos de esta propuesta, pero se sabe que será presentada ante la ONU en breve plazo.

Unos movimientos para evitar la guerra

Estamos en el terreno de las especulaciones, pero la impresión que dan todos los movimientos que se están haciendo es que si el ministro sirio tiene razón, las dos iniciativas, la de Rusia y la de Irán, se complementan. Y también, viendo cómo el Kremlin está situando a sus militares, que si ambas iniciativas fracasan por el rechazo occidental, al menos Rusia estará dispuesta a integrar a sus asesores militares directamente en el conflicto sirio. El Kremlin lleva días negando que haya un plan para enviar tropas aerotransportadas a Siria, pero hay evidencias ciertas de que al menos los asesores militares que ya están en Siria están teniendo un papel mucho más activo en la guerra. Así habría que interpretar los últimos acontecimientos, como el derribo de un avión israelí F-16, de fabricación estadounidense, el pasado 21 de agosto. No es una noticia que se haya difundido en Occidente, pero curiosamente sí ha salido publicada tanto en Siria como en Rusia e Irán y confirmada indirectamente por Israel.

Se han dado detalles técnicos que ponen de manifiesto que sí, que se derribó ese avión. Con ser importante este hecho, aún lo es más el cómo se le derribó. Y lo que se cuenta es la forma en que fue derribado: primero, el Ejército Árabe Sirio lanzó dos misiles, un SA-2 y un SA-9, con la finalidad de que fuese en ellos donde se centrasen las contramedidas electrónicas del F-16 y entonces, unos momentos después, se lanzó un S-300 que lo alcanzó de pleno. Esto significa dos cosas: la primera, que Siria ha decidido responder a las constantes agresiones de la aviación israelí, que ataca prácticamente cada mes objetivos sirios con la excusa de que son "armas para Hizbulá", el movimiento político-militar libanés que tiene de los nervios a Israel; la segunda, que eso sólo se ha podido realizar con el visto bueno de Rusia, que con esta medida habría dejado muy claro que ha levantado todo tipo de restricciones sobre el uso de armamento avanzado ruso por el Ejército sirio.

Este hecho bélico tiene lugar justo en el medio de dos movimientos seguidos: la visita a Moscú de altos responsables del Ejército sirio (el 17 de agosto) y el comienzo de la llegada a Damasco de un alto número de consejeros militares rusos (24 de agosto). A partir de aquí se ha venido especulando que Rusia estaría preparada para enviar sus tropas aerotransportadas a Siria si la situación se complica para el gobierno de Al-Assad, aunque eso ha sido desmentido por el Kremlin.

Como estamos en el terreno de las especulaciones, lo más probable es que estos movimientos de sirios y rusos tengan que ver, además, con el hecho de que Obama ha autorizado al Pentágono a bombardear a "cualquier entidad" que luche contra sus mercenarios de esa famosa y fantasmagórica "oposición moderada" a quien se quiere implantar en las "zonas seguras" que se quieren crear en el norte de Siria. Esa denominación de "cualquier entidad" sirve para atacar al Ejército Árabe Sirio si osase enfrentarse a los mercenarios, provocación que llevaría a una intensificación abierta de la guerra, el bombardeo de las instalaciones civiles y militares del gobierno de Al-Assad y el cambio de régimen, la gran aspiración.
Es decir, Siria y Rusia están viendo cómo hacer frente a esta amenaza e impedir un escenario tan nefasto como el de Libia. Y, de paso, Rusia está enviando un mensaje muy claro a EEU: cuidado con lo que estáis haciendo porque mis soldados pueden estar involucrados. En ese caso, ya se estaría ante palabras, y actos, mayores.

El derribo del avión israelí se produce, también, cuando tiene lugar en Rusia la feria de armas anual, Maks 2, en la que presenta sus avances militares para la venta. Moscú está en estos momentos lleno de delegaciones árabes, lógicamente junto a las de otros países. Pero más allá de las delegaciones en busca de armas, lo que se está moviendo en paralelo es otra cosa: Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita están gestionando visitas a Moscú y entrevistas personales con Putin. El presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, ya lo ha hecho. Tal movimiento de dirigentes árabes es absolutamente inusual, máxime si tenemos en cuenta que desde Occidente se lleva un año largo demonizando a Rusia y a Putin en particular.

Ni qué decir tiene que lo que se va a discutir en estos encuentros es la propuesta rusa de "gran coalición" contra el llamado EI. Casi hay que atreverse a decir que, de todas ellas, la más importante es la del presidente egipcio. Las relaciones entre Egipto y Rusia han visto un rápido fortalecimiento en el último año y medio incluyendo una colaboración económica que casi vuelve a los niveles que tuvo en las décadas 1960-1970 durante la presidencia del mítico Gamal Abdel Nasser. Y eso, en unos momentos en que los movimientos geopolíticos están en pleno auge en Oriente Próximo, sobre todo en torno a Siria, adquiere una nueva dimensión. Sin perder de vista el nuevo papel de Irán tras el acuerdo de Viena sobre su programa nuclear.

Se ha publicado que el presidente egipcio se reunió con el representante saudita en esa feria de armas de Moscú (14) y que según la versión ofrecida por el portavoz de la presidencia egipcia “ambos revisaron los últimos acontecimientos que tienen lugar en varios países de la región… haciendo hincapié en la necesidad de iniciar una acción rápida para hacer frente a los peligros que amenazan la seguridad nacional árabe, así como la paz y seguridad internacionales, especialmente a la luz de la cada vez mayor propagación del terrorismo”.

Es decir, el plan ruso está comenzando a andar en el mundo árabe y Egipto se convierte en uno de sus principales valedores. Si ello supone un aval a la postura rusa sobre Al-Assad o no aún es pronto para decirlo –aunque en la rueda de prensa conjunta con Putin dijo Al-Sisi que “el único camino para Siria es la solución política”-, pero lo que sí es evidente es que Egipto comparte la premisa rusa de que la prioridad es derrotar al llamado EI y en esa derrota tiene que tener un papel Al-Assad, guste o no.
Otro país que puede jugar un papel importante es Jordania. La visita del rey Abdulá II a Moscú va a tener como objetivo no sólo un acercamiento a Rusia sino el ser considerado el mediador, junto con Egipto, con los países del Golfo Pérsico para que ablanden sus posiciones respecto a Siria y las endurezcan sobre el llamado EI.

Estamos asistiendo, y esto ya no es especulación, al reconocimiento árabe del error comedido hace cuatro años cuando dieron por buena la estrategia para derrocar a Al-Assad sin tener en cuenta los intereses rusos en ese país. Ahora tienen que rectificar y reconocer que Rusia es un actor importante no sólo en Siria, sino en todo Oriente Próximo, una zona que está ahora mismo en ebullición y en la que se están produciendo movimientos geopolíticos claros para evitar que esa ebullición llegue hasta el punto de estallido.
Cada vez está más claro en el mundo árabe que no se quiere otro caos como el de Libia, por lo que quienes abogan por el derrocamiento de Al-Assad son ahora muchos menos que hace un tiempo. Por eso estos seis meses que quedan para que Irán reciba parte de sus fondos congelados van a ser cruciales: mientras unos quieren el estallido, otros están haciendo todo lo posible por evitarlo.

Notas:
(1) Reuters, 16 de agosto de 2015.
(2) Alberto Cruz: "La potencialidad transformadora de la resistencia kurda en Kobani”, http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1916
(3) Financial Times, 24 de agosto de 2015, y As-Safir (Líbano), 25 de agosto de 2015, es quien habla del 75%.
(4) Ibid.
(5) Middle East Eye, 24 de agosto de 2015.
(6) Middle East Online, 1 de agosto de 2015.
(7) As-Safir, 25 de agosto de 2015.
(8) Ibid.
(9) Alberto Cruz, Ibid.
(10) Reuters, 25 de agosto de 2015.
(11) France Press, 13 de agosto de 2015.
(12) As-Safir, 26 de agosto de 2015.
(13) Saudi Press Agency, 26 de agosto de 2015.
(14) As-Safir. 26 de agosto de 2015.

Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor. Su nuevo libro es “Las brujas de la noche. El 46 Regimiento “Taman” de aviadoras soviéticas en la II Guerra Mundial”, editado por La Caída con la colaboración del CEPRID.

Los pedidos se pueden hacer a libros.lacaida@gmail.com o bien a ceprid@nodo50.org También se le puede encontrar en librerías.

albercruz@eresmas.com


Pocas veces se pueden ver análisis así. En la próxima entrega os pondré otro en el que ahonda en el tema de los intereses de los empresarios y la estrategia de la OTAN.



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