viernes, 30 de diciembre de 2016

La retirada qatarí (III)

Tercera parte, ideologizada, como todo lo que hago (materialismo histórico), de la serie sobre Siria, de ese comienzo del fin que ahora tiene una fecha: hoy, día que tiene que comenzar el cese de hostilidades (con la excepción de quienes son considerados terroristas) alcanzado tras negociaciones entre Rusia y Turquía. 

Pensar que Rusia y Turquía han llegado a este acuerdo sin tener en cuenta, por una parte, a Siria e Irán (además de a un factor no estatal como es Hizbulá) y, por otra, a Arabia Saudita y Qatar es no tener en cuenta nada de nada. Pero pone de manifiesto dos cosas: EEUU ya no es nadie en Oriente Próximo y sus principales vasallos han iniciado una retirada estratégica en unos casos (Qatar) y táctica en otros (Arabia Saudita) que anuncian una nueva era en la zona con unos nuevos actores. Ya os dije al inicio de esta serie que la derrota de la "contra" iba a tener importantes consecuencias geopolíticas para Oriente Próximo. Esta entrega va de ello.

La guerra de Siria es una guerra sectaria, lanzada por los sunníes desde el primer momento. Pero resulta que el grueso del ejército sirio es sunní y los palestinos que combaten junto a él también son sunnies. Por lo tanto, todos aquellos que han hablado con tanta alegría como ignorancia del "sectarismo shií" en relación a Hizbulá y las milicias iraníes que también combaten en apoyo al gobierno sirio, hablando además de que es la minoría alauita la que gobierna y básicamente la que combate, simplemente están mintiendo. Los medios de propaganda árabes sunníes que aún no han digerido la derrota de Alepo están insistiendo en ello porque ya es el único clavo al que se pueden agarrar aunque no salen de su asombro al ver cómo Turquía, sunní, ha dado un giro de 180 grados en su estrategia respecto a Siria.

Este giro, consecuencia del fracasado golpe militar, ha sido rápidamente visto por Qatar. A pesar de las bravuconadas de alguno de sus dirigentes (como cuando dijo que seguiría armando a la "contra") desde hace tres meses ha iniciado también un giro considerable en su política respecto a Siria y buscado un mayor acercamiento a Rusia.

La batalla de Alepo ha marcado un punto de inflexión en el conflicto sirio y la victoria del gobierno contra las fuerzas respaldadas por Arabia Saudita y Qatar, entre otros países, tiene importantes consecuencias geopolíticas para Oriente Próximo, como dije. El primer efecto práctico se reflejó el 10 de diciembre cuando Qatar compró el 19'5% de las acciones de la principal petrolera rusa, Rosneft.

Ese día ya era evidente que la "contra" se estaba desmoronando como un castillo de naipes. Ese día ya era evidente que Turquía dejaba hacer en Alepo a pesar de toda su retórica anterior de que Alepo formaba parte de su zona de influencia. Ese día ya era evidente que la colaboración entre Turquía y Rusia es mucho más sólida de lo que a más de uno le gustaría, como se había intuido un poco antes, el 10 de octubre, cuando ambos países reafirmaron su compromiso de completar el gasoducto Corriente Turca (Turk Stream) y quedaba claro que la vieja aspiración qatarí de convertirse en el proveedor de gas a Europa -sustituyendo al gas ruso que pasa por Ucrania- pasaba a mejor vida.

Qatar entendió a la perfección a dónde había llegado su estrategia de apoyo a los Hermanos Musulmanes, en general, y a los salafistas y takfiristas en Siria, en particular. Si quería salvar alguno de sus muebles, es decir, tener alguna posibilidad de vender su gas a Europa tenía que iniciar una retirada estratégica de Siria e iniciar una nueva relación con el país que tiene todas las cartas en la mano en la zona en estos momentos: Rusia. 

Cuando Rusia anunció que iba a privatizar una parte de su principal petrolera, de carácter estatal, hubo dos ofertas que rápidamente se hicieron: una desde China y otra desde Qatar. Rusia se decantó por la árabe por dos razones. La primera, porque China ya es su aliado estratégico y ambos paíoses tienen suculentos convenios en materia energética y, además, siempre puede dar cabida a China en otra privatización por un porcentaje similar porque seguiría conservando la mayoría en poder del Estado. La segunda, porque rompe tanto el frente árabe en Siria como el discurso de que Rusia está aislada internacionalmente puesto que Qatar no sólo es un socio preferente de EEUU, sino de Europa.

Para entender la excepcional importancia geopolítica de esta maniobra ruso-qatarí hay que recordar que tres países tienen el 50% de las reservas mundiales de gas natural. Esos tres países son Rusia, Irán y Qatar. La única alternativa que tenía la moribunda Europa de diversificar sus fuentes de suministro de gas, tal y como reiteradamente han dicho que tiene que hacer tanto EEUU como la OTAN, era a través de Qatar. Esto está en el origen de la guerra de Siria, como he dicho en más de una ocasión. Por lo tanto, la retirada de Qatar de la escena de Siria supone, además, una derrota estratégica de la Unión Europea.

La Unión Europea está abocada a tener que aumentar su suministro de gas desde Rusia, por lo que su irracional política de sanciones a este país, que acaba de renovar por seis meses, es equivalente a un suicidio porque la propia Comisión Europea ha reconocido que para el 2040 -si es que para entonces aún hay CE- tendrá que importar el 70% de sus necesidades energéticas cuando ahora es del 50%. Esta dependencia es inaceptable para EEUU (de ahí cosas como el TTIP) y para la OTAN porque pone a la UE en manos no sólo de Rusia, sino de Irán. Es decir, en manos de Eurasia. La expansión de la OTAN hacia el este, a las mismas fronteras con Rusia tiene mucho que ver con todo ello.

Para los estrategas de EEUU y de la OTAN, sólo se podía evitar ese panorama cada vez más cercano con Qatar. Pero Qatar sólo puede vender su gas por una zona, y esa es Siria y Turquía. La negativa de Assad encendió la guerra y EEUU jugó la carta kurda para que el gasoducto pudiese pasar por lo que ahora es Rojava, pero la negativa de Turquía cerró definitivamente esa posibilidad. 

La derrota de EEUU y de la UE (incluida la OTAN), así como de Arabia Saudita y Qatar es de las que hacen época. Se ha necesitado una guerra de casi seis años, miles de muertos y millones de desplazados y refugiados (así como ataques islamistas en Europa) para que haya entrado algo de razón en los incentivadores del conflicto. Uno de ellos es Qatar, financiador monetario y suministrador armamentístico de una de las principales organizaciones de la "contra", Ahrar al Sham, también en dificultades internas.

Estas son las razones por las que Qatar ha tenido que dar su visto bueno al acuerdo negociado entre Rusia y Turquía. El país otomano es ahora el principal referente sunní en Oriente Próximo y todos los demás tienen que aceptar su papel. Aunque sea a regañadientes. Este es un cambio significativo en Oriente Próximo y si cuaja la iniciativa ruso-turca será sin duda alguna la potencia regional de referencia sin que Arabia Saudita tenga ya el menor papel. De hecho, ayer mismo, justo el día que se anuncia el cese de hostilidades, el ministro de Exteriores turco viajó a Qatar para "informar con detalle" del acuerdo. En los medios de propaganda turcos se dice, además, que también estará presente en el encuentro "un representante saudita".

Por eso, pensar que el cese de hostilidades se va a cumplir a carta cabal es una entelequia. No obstante la debilidad de la "contra" obliga a algunos de sus grupos a aceptarlo. Por lo que me ha llegado, son en estos momentos Faliak al-Sham (Legión del Levante), Ahrar al-Sham (Movimiento Islámico de la Gente del Levante), Jaish al-Islam (Ejército del Islam), Suvar al-Sham (Revolución del Levante), Jaisj al-Mudzhahiddin (Ejército de los Mujaidines), Jaish Idlib (Ejército de Idlib) y Dzhabhat al-Shamiya (Frente del Levante). Con la excepción de Ahrar al-Sham estos grupos no son precisamente los más fuertes dentro de la "contra" y no tengo claro que pese al anuncio esta organización se sume al mismo, dada su profunda división interna como os dije hace unos días en la segunda entrega que titulé "Bienvenidos a Idlib".

Cabe pensar que estos son los grupos sobre los que tienen influencia tanto Turquía como Qatar, no tanto Arabia Saudita. Y no hablemos de EEUU y de sus vasallos europeos, totalmente fuera de juego. Y como lo están, después de conocerse el acuerdo ruso-turco EEUU ejemplificó su rabieta con Rusia por la supuesta piratería informática expulsando a 35 supuestos espías rusos, aunque en su mejor estilo no presenta ni una prueba de ello. Y tampoco hay que despreciar algún otro gesto de rabieta, como el dar un empujoncito a alguno de los grupos de la "contra" para hacer inviable el cese de hostilidades.

El acuerdo primero entre Rusia, Irán y Turquía, el día 20 de diciembre, se llevó a cabo sin ningún tipo de consulta previa ni con EEUU ni con sus dos socios clave europeos (Francia y Alemania, cuyas agencias de inteligencia estaban muy activas ayudando a la "contra" en los barrios orientales que controlaba en Alepo). Eso les ha puesto de bruces sobre una realidad que muchos occidentales no quieren ver a pesar de las evidencias: la hegemonía occidental sobre el mundo declina cada segundo que pasa. Si se tiene en cuenta que Turquía es miembro de la OTAN estamos en una situación inédita, con la ruptura de la confianza mutua entre aliados (EEUU y la UE, por una parte, y Turquía, por otra) que va a tener profundas implicaciones para la seguridad no sólo regional, sino mundial. Por ejemplo, en Afganistán, donde Turquía juega un papel poco conocido, pero de influencia.

El golpe de gracia al viejo Oriente Próximo se dará cuando Egipto se sume al acuerdo de una u otra forma, puesto que ya se está hablando de que podría convertirse también en garante del mismo. Si ayer Turquía fue a Qatar, lo mismo hizo el ministro de Asuntos Exteriores ruso en Egipto. Cabe recordar que Egipto tiene en estos momentos 18 aviones de combate en Siria y unos 200 soldados, convirtiéndose en el primer país árabe que toma partido militar a favor del gobierno sirio.

Tal vez lo hayáis visto, pero hay tres vídeos similares a éste sobre el arsenal que ha sido encontrado por el ejército sirio en los barrios orientales de Alepo que controlaba la "contra". Muchas de las armas y municiones fueron fabricadas en Bulgaria, compradas por Arabia Saudita (unos 100 millones de dólares) y trasladadas por EEUU a la "contra" extremistamente moderada o moderadamente extremista. Otras tienen procedeencia de la República Checa, Croacia y Polonia. Es decir, todos países de la OTAN.


Y ¡oh, sorpresa!, el servicio de prensa de la ONU, ese que dio pábulo muchas veces a lo que decía la "contra" de que en los barrios orientales de Alepo que controlaba había más de 250.000 personas ¿recordáis? -aunque en otras ocasiones hablaba de que no llegaban a los cien mil- acaba de hacer públicos los datos de los civiles que había en ellos y resulta que eran menos de la mitad. La ONU dice, redondeando, que había unos 110.000 civiles en esa parte de la ciudad, de los que 75.000 -cuando pudieron salir- se dirigieron a las zonas que controlaba el gobierno sirio (y ahora recordad lo que decían los medios de propaganda y cómo mentían al respecto) y el resto, unos 35.000, son los que se han ido a Idlib. Esta última cifra es la que también dan la Cruz Roja y la Media Luna Roja, que supervisaron la evacuación y la retirada de la "contra". Como dice un refrán castellano, "se coje antes a un mentiroso que a un cojo".

El Lince

1 comentario:

  1. Buen artículo. Puede confirmar si soldados rusos están usando insignias de la resistencia libanesa, Hezbollah? están dando vueltas estos días.

    https://twitter.com/sayed_ridha/status/814873536049225729

    ResponderEliminar