El Diccionario de la Lengua Española define tregua como
"suspensión de armas, cesación de hostilidades, por determinado tiempo,
entre los enemigos que tienen rota o pendiente la guerra". Es
exactamente lo que ha ocurrido en el Donbás con la firma del alto el fuego
Entre la junta neonazi de Kiev y las Repúblicas Populares de Donetsk y Luganks. Las
dos partes tenían un interés en este respiro temporal. La juntas, porque había
perdido ni más ni menos que el 65% del material bélico utilizado en la ofensiva
contra el Donbás (la cifra de muertos y heridos de la junta sigue siendo un
misterio, aunque ya os dije que
circula por la red la cifra de 32.072 entre muertos, heridos y desaparecidos) y
porque así para la ofensiva de las milicias. Las Repúblicas Populares porque
alivian la situación de la población civil, especialmente en Luganks donde no
había ni agua ni luz y casi ni comida desde hace casi un mes. De ahí que fuese
a esta ciudad hacia donde se encaminó el convoy humanitario ruso.
Hasta aquí, perfecto. Un
empate. Pero hay empates con
sabor a victoria y a derrota. Estoy
leyendo cosas muy inquietantes de lo que ocurre en las repúblicas populares,
donde se habla de intentos de “golpe de Estado” (signifique lo que signifique
esa expresión, aunque imagino que se refiere a maniobras de los oligarcas
locales como es el caso de Rinat Ajmetov en Donetsk) y el malestar con la tregua es evidente entre los mas
significados comandantes de las milicias, como es el caso de Alexey Mozgovoi,
un conocido azote de los oligarcas. No es casualidad que ayer se “descubriese”
en pleno centro de la ciudad de Donetsk un almacén repleto de alimentos
mientras la población ha estado pasando, literalmente, hambre. Un edificio que,
también de forma sorprendente, no fue alcanzado por ningún proyectil de los
neonazis, que han estado bombardeando y destruyendo durante semanas todo atisbo
de infraestructura civil (fábricas, escuelas, iglesias, bibliotecas, hospitales, estación
de ferrocarril…) con el objetivo de dificultar cualquier hipotético estado
independiente. Este vídeo es del almacén y de las toneladas de alimentos y
medicamentos descubiertos.
Va todo tan rápido que no me da tiempo a hablar de cuanto
quisiera. Pero os dije que ahondaría en el acuerdo de alto el fuego. Aquí va mi
análisis punto por punto. Había dos planes de paz encima de la mesa, el de
Poroshenko y el de Putin, y así se menciona en el encabezamiento del acuerdo.
Luego hay que referirse a ellos.
1.- Cese el fuego. No lo quería Poroshenko y sí Putin. Pero el
presidente ruso hablaba de cese de las “operaciones ofensivas” por parte de la
junta y dejaba en el aire la actitud de las milicias, que se estaban
defendiendo. Salvo, claro está, que se entienda también como “ofensiva” el
avance de las milicias y la derrota de las fuerzas de la junta. Empate.
2.- Supervisión del alto el fuego por la OSCE. No lo quería
Poroshenko y sí Putin, que hablaba de “supervisión internacional”. Aunque está
por ver cuál va a ser el papel definitivo de la OSCE y dónde se va a desplegar,
si únicamente en el Donbás bajo control de las milicias antifascistas o en la
parte que controla la junta, punto para Putin.
3.- Régimen especial para “algunos distritos” de Donetsk y
Luganks. Planteado por Poroshenko, pero ese “algunos” indica que no se acepta
la independencia de las repúblicas populares y que ni siquiera se va a conceder
un estatus especial a todo el territorio de Donetsk y Luganks. Ya estamos
viendo que se está reforzando en ciudades como Mariupol. Tampoco se habla para
nada de federalización ni descentralización. Punto para Poroshenko.
4.- La OSCE en las fronteras y zona de seguridad. Poroshenko
hablaba de 10 km en la zona ucraniana y se deja al criterio de la OSCE el límite.
Aunque Rusia tenga algo que decir respecto a su territorio, si acepta o no esa
zona de seguridad, punto para Poroshenko.
5.- Liberación de Prisioneros. No
se habla de prisioneros de guerra, luego no se reconoce que hay una guerra. Es
el discurso del “terrorismo” de la junta neonazi. Pero es algo en lo que insistía
Putin, así que lo dejo en empate.
6.- Amnistía. La debe aprobar el parlamento de Ucrania y está condicionada
a muchas cuestiones. Putin no la incluía porque no reconoce nada que salga de
un gobierno al que considera golpista e ilegal. Veremos qué hace si se aprueba
con el nuevo parlamento que salga de las elecciones del 26 de octubre. Mientras
tanto, no se puede dar el punto a nadie puesto que es algo que está aún en el
aire.
7.- Diálogo nacional universal. El
caballo de Troya, ¿de quién? Se considera a Ucrania como nación y se desestima
la independencia de forma sibilina. Más o menos, estaba así en el plan de Putin
y no en el de Poroshenko, luego punto para Putin.
8.- Situación Humanitaria. La maniobra del convoy humanitario ruso
ha sido vital para este acuerdo, luego punto para Putin.
9.- Elecciones locales en los ámbitos de Donetsk y Luganks de
acuerdo con la ley de estatuto especial. Pero si antes se hablaba de “algunos
distritos”, no queda claro el ámbito de estas elecciones y el sentido y
contenido de estas elecciones. No estaba en el plan de Putin porque eso hubiese
sido interferir en una cuestión interna, y Poroshenko no acepta la
independencia. La pinta que tiene es que desaparece el concepto de Nueva Rusia,
por lo que punto para Poroshenko.
10.- Abandono del territorio de Ucrania de los grupos armados
ilegales, equipos militares, mercenarios y militantes (¿?). Es de suponer que
se refiere no sólo a los consabidos “soldados rusos” que estarían invadiendo
Ucrania, sino a los mercenarios polacos, lituanos y de otras nacionalidades que
combaten en los batallones fascistas. Lo mismo vale para los “asesores”
estadounidenses, británicos y polacos que están en Jarkov y Odesa. ¿Y qué me
decís de lo de militante? Vaya usted a saber cómo se interpreta y a quién se
refiere, es de suponer que no a la población antifascista del Donbás. Punto
para Poroshenko.
11.- Recuperación económica del Donbás. Ocasión de oro para los oligarcas de ambos
lados de la frontera. Empate.
12.- Seguridad para los negociadores. Obvio. Empate.
Cuatro puntos para Poroshenko, tres para Putin, cuatro empates y
una no calificación. Luego vencedor, por la mínima, pero vencedor: Poroshenko. Lo firmado se parece mucho al plan
presentado por Poroshenko el 20 de junio en el que había 14 puntos, luego
cuando Zajarchenko habló de 14 puntos no es que haya dos secretos, sino que tenía
claro que lo que se estaba discutiendo básicamente en Minsk era este plan de
Poroshenko. La diferencia entre entonces, junio, y ahora, septiembre, es que Poroshenko
parece haber llegado a la conclusión de que la derrota militar de las repúblicas
populares no es posible y de ahí el énfasis en lo político.
No vivo en el Donbás y estoy cómodamente sentado frente al
ordenador, luego lo dejo aquí. Es a quienes están combatiendo a quienes les
compete decidir si este acuerdo de cese el fuego les beneficia o les perjudica.
Desde fuera, la impresión es que el concepto de Nueva Rusia se desinfla, aunque
se ciña únicamente a Donetsk y Luganks. Siempre, claro está, que los neonazis
cumplan el acuerdo puesto que no es la primera vez que firman algo y lo
incumplen. Por el momento, lo que están haciendo es lo previsible: reforzar
sus posiciones en el Donbás y reagrupar sus maltrechas fuerzas. Es lo que
yo denominaba defensa estratégica que os puse aquí. El
caso más paradigmático es el de Mariupol, a donde ayer se desplazó Poroshenko
para dar ánimos.
Haciendo elucubraciones, puede que la tregua sirva para que de una
vez por todas la población del Este de Ucrania, y de las otras regiones de la
Nueva Rusia histórica, salga de su sopor y se dé cuenta de hacia dónde va la junta neonazi en cuestión socio-económica. Si no hay guerra, ya no hay
entretenimiento nacionalista y no se va a poder tapar con tanta facilidad las
dificultades del día a día y lo que conllevan las privatizaciones en marcha a
mayor gloria del FMI. Me gustaría que fuese así, pero no veo atisbos de ello,
al menos por ahora. Veremos cuando comience el frío.
Por ello, me voy a atrever a hacer una predicción: no creo que la
tregua dure mucho. Las tensiones internas en Kiev son brutales: los nazis se
sienten derrotados y quieren a toda costa continuar la guerra, “derrotar a los
rusios”. Para aplacarlos, el Ministerio de Defensa está negociando la
incorporación de sus batallones (Azov, Dnieper, Donbass…) en las estructuras
del Ejército. Ya no van a estar sólo controlando la Guardia Nacional, sino
también el Ejército. Es la nazificación definitiva de Ucrania. Con todo lo que
ello conlleva.
A buen seguro que muchos combatientes tampoco dan mucha vigencia
al acuerdo, que no se está cumpliendo y todos los días hay violaciones por
parte de los nazis. Por eso se están preparando y, como os decía también hace
dos días, continúan las incorporaciones a las milicias a un ritmo espectacular.
Como curiosidad, aquí tenéis el enlace de un llamamiento a alistarse en las
milicias. No pongo el vídeo para no daros pistas. Haced un experimento, pinchad y
cerrad los ojos. Os sorprenderéis.
Además de lo dicho, no doy mucha vigencia al acuerdo por otro
factor que no he abordado aquí y espero hacerlo más adelante: la geopolítica.
EEUU ha apostado fuerte por el enfrentamiento con Rusia y Rusia no se está
dejando amedrentar. Ahora sí que la cosa se pone interesante y va a dar mucho
mayor énfasis a los movimientos internos dentro del frente antifascista.
Para todos aquellos que van de progres postmodernos y que no se
solidarizan con la lucha antifascista del Donbás, a quienes hablan con
desprecio de la “nostalgia soviética” les conviene una lección de humildad. Aquí está. Si analizasen algo al margen
de lo que les dicen los medios burgueses, verían que en el Donbás el sentimiento soviético es amplio, está muy extendido.
Eso va a hacer que se agudice la lucha
de clases desde ya porque una parte muy importante de la población del Donbás
añora la Unión Soviética y eso encaja muy mal con los intereses de los
oligarcas y de quienes se fijan en los emblemas zaristas para dar cuerpo a
Nueva Rusia.
No me cabe ninguna duda que la lucha de clases se va a agudizar,
pero antes os dejo con el homenaje que ayer se hizo en el Donbás a los
luchadores antifascistas de ayer y de hoy en un lugar emblemático para la
memoria: la tumba de Saur. Era la conmemoración del 71 aniversario de la
liberación del Donbás por el Ejército Rojo y del comienzo de la derrota de las
tropas nazis alemanas en Ucrania. En los actos participó Zajarchenko, el
presidente de la República Popular de Donetsk, que dijo en su discurso: “Nuestros antepasados fueron capaces de
liberar la tierra de la más terrible peste, fueron capaces de hacer lo que
nadie ha sido capaz de hacer. Ahora los invasores son los mismos y solo estamos
empezando a darnos cuenta de lo difícil que fue para nuestros antepasados
luchar, volver a sembrar y construir”.
La tumba de Saur es un monumento al heroísmo soviético durante la
II Guerra Mundial. En Saur están grabados en la piedra los nombres de los
23.238 soldados que murieron en la liberación del Donbás hace 71 años. El
monumento fue destruido por los neonazis de la junta de Kiev el pasado 10 de
agosto, pero dos semanas más tarde fue recuperado en una contraofensiva de las
milicias. El primer vídeo es el de la reconquista. El segundo, el del homenaje
popular a un símbolo soviético irrenunciable para la población del Donbás. Las
siete cruces que veis en este segundo vídeo son de los milicianos que murieron
durante su recuperación. Por eso les han enterrado ahí, junto a los luchadores
antifascistas de hace 71 años. Estos héroes antifascistas serán siempre
recordados.
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