miércoles, 26 de julio de 2017

Luchar contra fantasmas

En el verano de 2006 el hasta entonces casi todopoderoso ejército israelí (que ya había sido obligado a abandonar el sur de Líbano en el año 2000, y también por el mismo rival) sufrió su más dolorosa derrota en Líbano. La muy democrática Unión Europea y el campeón del mundo libre y paladín de todos los demócratas del mundo mundial, EEUU, se negaban a convocar al Consejo de Seguridad de la ONU para parar los ataques del régimen fascista de Israel en el convencimiento que iba a ser muy fácil derrotar a Hizbulá. Pero la historia fue al revés y se vieron obligados a hacerlo para evitar una derrota aún más dura de Israel.

La historia comenzó el 12 de julio de 2006 tras una audaz operación militar de Hizbulá contra soldados israelíes dentro de las granjas de la Shebaa, zona libanesa ocupada por Israel desde el año 1967. Israel lanzó una implacable ofensiva contra el sur de Líbano y contra la capital, Beirut, destruyendo casi por completo el barrio shií del Dahiye. Israel se las prometía muy felices. La Unión Europea y EEUU, también. Sus tanques avanzaban con facilidad en lo que se consideró "la primera avanzada". Hasta que se convirtió en la última. Habían topado con una localidad, Maroun al-Ras, donde 15 combatientes de Hizbulá pararon el avance durante dos días, cruciales para el devenir de la guerra y la posterior derrota del régimen fascista de Israel. Maroun al-Ras es un hito para la resistencia libanesa, al igual que cuando los israelíes pudieron tomar esta localidad y se encontraron con otra, Bint Jbeil, en la que sucedió lo mismo. Pero ya no pudieron pasar de ahí.

Maroun al Rass y Bint Jbeil son dos hitos de la guerra, son dos espinas clavadas en el imaginario israelí que no se pueden sacar porque significaron su derrota, su humillante derrota. Sólo cuando se constató que esa derrota podía tener consecuencias catastróficas para el régimen fascista de Israel y para los gobiernos árabes que ahora coquetean con los israelíes -algo que también hacían, a menor escala entonces- la muy democrática Unión Europea y el paladín del mundo libre reunieron al Consejo de Seguridad de la ONU e impusieron un acuerdo de cese el fuego ("cese de hostilidades", se llamó oficialmente) que permitió salvar la cara al régimen fascista de Israel. Era el 24 de agosto y habían transcurrido 34 días de humillación para Israel.

Mucho se ha hablado desde entonces de esta derrota y de la forma en que se produjo. El mito de la invencibilidad militar de Israel había caído. Y se comenzó a estudiar el por qué. Se interrogó a los jefes militares, a los soldados... Los testimonios de éstos casi coincidían, estuviesen en las unidades que estuviesen: "era como luchar contra fantasmas, nunca sabíamos desde dónde nos iban a atacar; salían de la tierra, detrás de nosotros, en nuestra retaguardia, y volvían a desaparecer".

Los "fantasmas" de Hizbulá son muchos y han actuado no sólo en Líbano, sino en Siria. Una de sus brigadas de élite se denomina Firaq al-Lay (Unidades de la Noche) y fueron determinantes en la liberación de Malula, una localidad cristiana siria donde todavía se habla arameo. Malula es considerada la cuna del cristianismo en Siria y había sido capturada por el entonces Frente al-Nusra (Frente de la Victoria) la facción de Al-Qaeda en Siria y que ahora continúa con el nombre de Haiat Tahrir Al-Sham (Comité para la Liberación del Levante).

Las Firaq al-Lay son adoradas en Malula. Para sus integrantes sólo hay palabras de admiración y respeto en Malula. Uno de sus habitantes ha dejado para la historia una frase célebre: "visten de negro y, si les ves, o les oyes, enseguida estás muerto. Gracias a ellos recuperamos nuestra ciudad, nuestras iglesias. Todavía recuerdo la alegría que sentimos cuando uno de ellos tocó la campana del convento de Santa Tecla como símbolo de la derrota de los yihadistas". Supongo que no hará falta recordar que Hizbulá es shií (chiíta, para entendernos).

Si os molestáis en buscar un poco, veréis decenas de vídeos de Malula antes de ser ocupada por la "contra" apoyada por el muy democrático Occidente, durante los cuatro meses de ocupación por la "contra" y después de su liberación.

Pues bien, algo muy similar está pasando ahora mismo en una zona de Líbano que se llama Jarod Arsal y que llevaba años ocupada por la "contra" siria de HTS (Al Qaeda) y por el llamado Estado Islámico. Desde hace dos semanas Hizbulá mantiene una ofensiva que ha liberado la práctica totalidad de la zona ocupada por la "contra". El combate es sin tregua y Hizbulá no está dejando ninguna vía de escape para los "contras". Sólo hay una alternativa: o rendirse o morir. Algunos se rinden, otros mueren. Y los que se han rendido dicen lo mismo que hace once años dijeron los soldados israelíes: "es como luchar contra fantasmas".

Esta era la situación el 23 de julio, después de que la rápida ofensiva de Hizbulá (con el apoyo del ejército de Líbano) arrebatase a la "contra" 9 pueblos y puntos estratégicos.


Esta es la situación a día de hoy. La raya amarilla de arriba y la negra de abajo es la frontera entre Líbano y Siria. El color rojo es el gubernamental de ambos países, el azul es la "contra" y el negro es el llamado Estado Islámico.



La rapidez y eficacia de Hizbulá ha sorprendido a todos. El elogio está llegando desde todas partes, hasta desde a quienes se les atraganta la palabra gracias. Es el caso de los sunníes libaneses, que comenzaron criticado a Hizbulá por la ofensiva y acaban de dar marcha atrás al alabar el "patriotismo" de Hizbulá. Es el caso de los falangistas libaneses (cristianos fascistas), que acaban de decir "apreciamos el sacrificio de los elementos de Hizbulá". Es el caso de los otros cristianos libaneses, los no falangistas, que acaban de afirmar con vehemencia que "saludan la victoria de Hizbulá en Arsal por sus implicaciones políticas" dentro y fuera de Líbano. Es el caso de los drusos, que dicen que "Hizbulá actúa en nombre del Líbano y nuestro deber es apoyar su lucha contra el terrorismo".

Os recuerdo que la muy democrática Unión Europea considera a Hizbulá como una organización terrorista, lo mismo que el paladín del mundo libre, mucho más democrático aún, EEUU. Que los libaneses elogien sin fisuras a Hizbulá les da igual. ¡Que cambien ellos! vienen a decir sin rubor alguno. Y es que sólo hay alguien más estúpido que un europeo que se lo cree, otro europeo que se lo cree (o un estadounidense, que viene a ser lo mismo). Y el más estúpido de todos es Trump, que acaba de decir que "Hizbulá es un peligro para toda la región" en una conferencia con el primer ministro libanés, un sunní de obediencia saudita, Saad Hariri, en la Casa Blanca.

En la práctica se puede afirmar sin reservas que la presencia de la "contra" siria en Líbano ha terminado. Es cuestión de días. No, de horas. Es la derrota sin paliativos de los patrocinadores de la "contra" siria:  Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Israel, la Unión Europea, EEUU.

La "contra" está intentando negociar para que los supervivientes de Jarod Arsal puedan ser trasladados a Idlib, pero ya es tarde. Algunos de los integrantes de la "contra" han buscado refugio (e integración) en las zonas que controla el llamado Estado Islámico, pero va a ser una salida efímera porque será la siguiente fase de la ofensiva de Hizbulá. Los medios libaneses están publicando que el llamado Estado Islámico ha enviado mediadores para negociar con el Ejército libanés la salida de la zona que controlan y que no lo han hecho con Hizbulá conscientes de la negativa de este movimiento político-militar a no negociar nada de nada con ellos y que una lucha frontal con Hizbulá "sería inútil".

Efectivamente, como bien sabe el régimen fascista de Israel y ahora reconocen sus patrocinados es inútil luchar contra fantasmas.


El Lince

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